Partida Rol por web

Precia que por fin se habia dado cuenta de que lo que le decia era verdad, que no trataba en egañar,a aquella habilidad era un regalo, un don que no hacia daño a nadie, solo dos dejaba disfrutar de la musica y de los placeres de mirarla, una habilidad que hasta ahora me habia alegrado cada dia desde que la habia conseguido.

- Tambien tiene mas utilidades- digo sonrriendo - Pero creo que sera divertido que las descubras tu sola, no es nada peligroso, pero ya veras como apartir de ahora cada vez que toques tu mundo se volvera unico- aquello era la verdad mas absoluta que habia dicho en mi vida, tocar a partir de ahora seria como crear un milagro- Quieres improvisar con migo-

Para ser verdad, no me importaba poder ver la música, como ya le había dicho, me parecía algo bonito a la vez que inofensivo y eso de saber tocar cualquier cosa, me ayudaría mucho en mi carrera profesional, pues a parte de tocar en tres o cuatro sitios distintos a lo largo de la semana para poder pagarme el alquiler, no había conseguido avanzar más por el momento, pero lo intentaba al menos.

- Vale...aunque no llevo nada encima... la guitarra la tengo en casa... ¿ Con el piano o estabas pensando en otra cosa?

El chico era agradable y aunque me resultaba un poco extraño y enigmático estaba a gusto allí. Por no decir que si la otra opción era volver a morirme de asco frente a la televisión... no había ni color.

Siempre tenía tiempo para la buena música.

- Claro aunque si quieres tengo un violonchelo en casa- la miro sonrriendo, erea muy simpatica y guapa, aunque era extralño me acaba de fijar en ello, y eso hacia que empezara a encojerseme el estomago, yo estaba hablando con una chica guapa, me entraban nauseas solo de pensarlo, yo, el chico callado, el que no valia nada, al que todos pegaban y con el que todos se metian, nunca me habia atrevido a hablar con chicas y ahora parecia todo tan... normal.

- ¿ Un piano y un violonchelo? - Le miré un poco sorprendida porque no era como si me estuviera diciendo que tenía una flauta y una guitarra. - Ya veo que no te conformas con cosas normales. - Reí suavemente por el chiste, porque me hizo gracia la cosa. - Podemos improvisar con el piano. ¿ Funciona también si cantamos?

No sabía cómo funcionaba esto así que me lo iba a tener que explicar. Yo no había visto nunca cómo aparecían notas delante de mi cara antes de conocerle así que... ahora era como mi maestro y eso que no sabía absolutamente nada de él.

- Si esto es como un juego tienes las de ganar...que soy novata!

Me lo estaba tomando como una diversión, sin duda.

No puedo evitar sonrreir aunque tambien ponerme rojo a medida que la escuchaba hablar, parecia que ya volvia a ser yo mismo empezaba a darme la timidez- pues yo... no se si funciona con la voz... yo solo e provado con instrumentos...- tartamudeo un poco de vez en cuando, como podia ser tan imbecil, hacia tan solo unos segundos habia conseguido hablar con ella a la perfección ahora estaba tartamudeando como un tonto y no era capaz ni de decirle algo coherente, estaba claro que era lo que todos me llamaban un pringado.

Por suerte el piano estaba cerca, no podia perder mas tiempo, por que si seguia comportandome como un estupido ella pensaria que soy retrasado mental o incluso algo peor y se iria de alli, incluso podria pensar que la estaba engañando con la habidad, sencillamente me sente y antes de decir nada empeze a tocar el piano a toda prisa.

Me di cuenta de que en su respuesta comenzó a tartamudear, cuando no lo había hecho momentos antes, por lo que pensé que quizás le había molestado alguna de mis palabras... Podía ser un poco bruta cuando no lo pensaba antes y suspiré, antes de acercarme al piano y ver cómo comenzaba a tocar.

- Perdona si he dicho algo que no... - Me encogí de hombros, esperando que no se lo hubiera tomado a mal, pues parecía un chico agradable así que intenté hacer como si no pasara nada y me volví a sentar a su lado.

Sin pensármelo dos veces, llevé mis manos al piano y comencé a tocar, como si estuviera tratando de componer una canción a partir de las notas que él estaba tocando. Cuando tuviéramos la base para una melodía probaría a ver si pasaba lo mismo cantando, aunque aún tampoco tenía muy claro lo que podía pasar a parte de ver las notas como antes.

- No es eso- digo mientras toco, centrandome solo en lo que veo, en las notas que me envuelven y parecen tramquilizarme, como si tubieran un efecto magico, como si aquellas simples notas que salian del pieano, aquellos colores que podia ver delqante de mi, que podia tocar si estendia mi mano, tubieran un poder reparador, me daban fuerzas, me hacian sentir tan bien - Es que siempre me a costado mucho hablar con cualquier mujer tu no tienes la culpa-, mientras estaba tocando era como si fuera una persona diferente como si todo fuera perfecto.

El saber que su tartamudeo no había sido culpa de una de mis meteduras de pata me hizo sonreír, pero al ver cómo se centraba en la música decidí hacer lo mismo, aunque yo cerré los ojos mientras apretaba suavemente las notas de aquel piano que parecía haber estado debajo de mis dedos toda la vida.

Hice una de aquellas cosas que solía hacer bastante a menudo, olvidarme de todo lo que había alrededor y centrarme sólo en lo que escuchara, como si aquello que tocaba saliera sólo de mi cuerpo, nada previsto, simplemente, una especie de sentimiento que me inundaba en aquellas situaciones y tras un rato así, cuando me sentí en perfecta comunión con lo que tocábamos abrí los ojos, para ver si se habían dibujado notas de colores delante de nuestros ojos, si podía volver a estirar la mano para tocarlo, para sentirla más cerca...

Cuando abres los ojos y te das cuenta, estas rodeada de personas como si todas las personas que vivian en la zona hubieran acudido a veros, parecia que estubierais dando un concierto de verdad rodeados de fans

- Esta es otra de las cualidades que te mencione- le susurro para que nadie mas que ella pueda escucharme- Puedes atraer gente hacia ti parece que al tocar la gente que esta cerca quiere escucharte, ninguno puede ver la musica, pero parecen como hechizados-

Yo esperaba ver lucecitas, quizás no sé, dibujitos moviéndose por el aire, pero cuando vi a toda esa gente me quedé sorprendida, aunque mis manos aún seguían en aquel piano, moviéndose más por inercia ya que por otra cosa.

- Joder! Si hay más público aquí que cuando actúo en un café!

Tardé unos segundos en reaccionar pero luego giré la cabeza hacia Anders.

- ¿ Y esto? ¿ Tan buenos somos? - Reí de nuevo suavemente. - ¿ Les damos un final que aplaudan?

No pasé vergüenza alguna porque me estuvieran mirando, no sería músico de tener miedo escénico y bueno, quién sabe, quizás en algún momento diera conmigo algún cazatalentos...

No tardó en responder a lo que estaba preguntando y asentí, aunque eso ya me daba un poco de miedo, pues hacer que todo el mundo estuviera pendiente de mí.

- ¿ Y a parte de estar ahí como palitroques? ¿ Nos escuchan y nos hacen caso? ¿ O es como reunir a un rebaño de ovejas descerebradas?

Hombre no sé qué utilidad tenía aquello, aunque... pensándolo bien...podía llenar mi próxima actuación y así sacar más pasta de aquella forma.

No me gustaba especialmente tener tante gente como publico, pero a ella no parecia molestarle especialmente asique segui tocando y asenti cuando dijo de darles un final espectacular, pero me quede algo parado cuando me hizo las ultimas preguntas, creo que ella estaba pensando mal, que pensaba que atraiamos a la gente combirtiendolos en zombies descerebrados, aque algo de verdad si habia en ello, la gente disfrutaba con la musica que tocabamos, pero de seguro mucho solo estaba alli por nuestra habilidad, aunque por lo menos sabia que le habriamos hecho pasar un buen rato.

- Ellos viene atraidos por la musica y calma su alma, no son solo estatuas estan disfrutando de verdad- susurro

en ese momento acelero mi ritmo esperando que ella me siga, para darles a los espectadores un gran final, para enseñarles que la musica puede ser la cura para cualquier malestar

Me parecía curioso el poder hacer que la gente viniera a vernos, pero tampoco sabía como funcionaba aquello, si pasaría siempre o sólo cuando estuviera con este chico, así que dejé de darle vueltas, pues lo verdaderamente divertido era dejarse llevar y seguir tocando, por lo que eso hice.

Cuando él aceleró el ritmo sonreí y traté de seguirlo lo mejor que pude, pues era ahora cuando teníamos que hacer que aquella gente que se había molestado en acercarse disfrutara de verdad.

De nuevo cerré los ojos y sonreí, mientras la melodía iba acelerándose según iba marcando Anders y yo, simplemente le acompañaba en ella.

Era maravilloso poder compartir aquella pieza con alguien y sobretodo con otro músico como aquel y toda esa gente que simplemente nos miraba.

Cuando terminamos de tocar, sencillamente levando las manos del piano, estoy agotado, literalmente agotado, nunca hubiera pensado que tendria que darlo todo tocando para un grupo tan numeroso de gente y mucho menos acompañado de una chica como aquella, era como si estubiera en un extraño sueño del que pronto me tocaria despertarme.

Salgo de mi ensimismamiento en cuanto me doy cuenta de que la gente que nos mira esta aplaudiendo, como si se tratara de un gran concierto, nos aplauden de verdad, sin que el efecto de la musica tenga que ver, parece que han disfrutado, me hace sentir tan bien aquillo, como si fuera una sensacion unica, algo que me llenaba por dentro mas de lo que nunca habia estado lleno, esperaba que ella estuviera disfrutando tanto como yo con aquellos aplausos.

Cuando terminamos de tocar sentí en mis dedos la presión del final de esa canción, pues habíamos movido los dedos tan rápido que sentía un hormigueo en ellos, pidiéndome un descanso, pero la cosa pronto quedó relegada al olvido... en cuanto escuché a aquella gente aplaudiendo.

Una sonrisa satisfecha se dibujó en mi rostro y me volví para mirar al chico y regalarle parte de aquella gran sonrisa.

Le cogí de la mano y la alcé como agradeciendo a todos los que nos estabas mirando sus aplausos, mientras me echaba a reír por la situación.

- Ha quedado genial! - Le dije contenta por el resultado.

- Y todo gracias a ti- respondo muy emocionada, parecia que con ella tal vez si pudiera dejar de ser la birria de persona que todos conocian, la lado de ella solo era el musico que podia encantarlos a todos, el que podia ver las notas, solo era alguien especial.

muchas personas parecian volver a su casas por segundos, seguramente aquellas que habia sido atraidas por el poder, pero aun asi me sentia bien con lo que aun quedaban mirandonos

Levanté una ceja de forma bastante cómica, como solía hacer cuando escuchaba algo que no era verdad, aunque todo dentro del buen humor de una de esas conversaciones divertidas.

- Oye que hemos tocado los dos! - Sin apenas conocerle, me tomé la confianza de darle un pequeño codazo de esos que sirven de advertencia, aunque lógicamente, con el ímpetu que le puse era imposible haberle hecho el más mínimo daño.

Suponía que el final de la " clase " había llegado así que me puse en pie, con el día muchísimo más alegre que cuando había salido de casa, aunque pensar en meterme en ella de nuevo no me apetecía lo más mínimo.

- Antes de tener que venir aquí por tu música, como esa gente, tenía pensado parar a tomarme un helado o algo dulce que me animara el día. ¿ Te gusta el helado? - Aquello era una invitación a que se animara a venirse en toda regla. No tenía muchos amigos aún en esa ciudad y los que conocía eran eso, simplemente conocidos, por lo que siempre agradecía un poco de compañía.

Me quede completamente sorprendido cuando me ofrecio que fuera a tomar un helado con ella, pense que tras haber tocado volveria a su casa y no la veria nunca mas, pero aquello me gustaba mas, podria ser una persona normal por una vez en mi vida.

-Claro me encanta el helado- respondo alegremente - Pero tengo que guardar el piano me alludas- le pregundo con toda la confianza del mundo como si conociera a la chica de toda la vida.

- Bueno, no entraba en mis planes eso de mover pianos pero... sólo por el buen rato tocando creo que sí, que te ayudaré... - Bromeaba cuando dijo aquello, pues aunque yo no lo había sacado, no me importaba echarle una mano, pues no me parecía uno de esos chicos capaces de hacer proezas de fuerza...

Me quedé un momento mirando el piano y luego lo miré a él.

- ¿ Cómo lo hacemos?

Miré a la casa, pero supuse que si lo había sacado de ella, también podríamos meterlo. La verdad era que había montado un buen espectáculo sólo para encontrar a alguien que viera las notas como él.

- Creo que al menos le tendré que invitar al helado. Se lo ha ganado.

- Es facil- digo poniendome delante del piano- Tiene ruedas asique solo hay que empujar un poco hasta dejarlo dentro de la cochera- Esperaba que no le molestara mucho aquello, la habia puesto a currar sin conocerla de nada