Partida Rol por web

Gran edificio de dos plantas donde se encuentran los dormitorios, el edificio es viejo y no tiene apenas mantenimiento exterior, sin embargo, el interior es muy diferente y aunque los muebles se nota que son reciclados y viejos la mayoria de las habitaicones estan perfectamente limpias y cuidadas. Todas las habitaciones son individuales y cuentan con:

- Cama con cama supletoria abajo

- Sillon

- Escritorio con silla y un portatil

- Pantalla

- Armario

- Aseo con ducha

Todos se encuentran en el ala mas grande y no estan dividido por generos. El ala pequeña cuenta con una distribucion diferente

Llegando a las instalaciones, veo los contenedores, no llevo mucho, solo mi querido teléfono con el que me comunicaba en secreto con el señor Moreau, tendré que tirarlo, pero antes revisaré si hay donde pueda anotar mis contactos, siguiendo de frente decido tomar el dormitorio al final del pasillo de la planta baja, me sorprende de sobremanera encontrar un portátil, usando un área aun limpia de mi pantalón limpió mis manos, anoto los números en un archivo de word, envió un mensaje al señor Moreau, pidiendo un correo de contacto, pues no podre llamarlo por teléfono durante un tiempo, luego a mis padres explicándoles que algunos chicos logramos escapar de la isla, pero que no puedo contarles mucho más, salvo que no dispondré de mi teléfono algún tiempo, dejo el móvil en el escritorio y entro a la ducha.

No tuvo tiempo de revisar nada, solo se acercó a la primera habitación que vio y entró, se molestó en revisar si la puerta tenía seguro, demasiado tiempo en el centro número 11, necesitaba sentir que la puerta se cerraba debidamente, y de no ver pestillo clavaría la silla para bloquear la puerta. Solo tras aquel esfuerzo se dictaría y metería en la cama a descansar, sin duda necesitaba dormir y sanar heridas "físicas" y mentales.

Tenía cierta esperanza de que Clint le siguiera, pero nada le impidió aventurarse en el edificio y buscar una habitación que le gustase. Eligió una cuya ventana daba al canalón que bajaba de tejado y que se encontraba en uno de los pisos más altos. Desde ahí tenía ciertas vistas y era algo que le agradaba. 

Cogió la ropa limpia que le habían ofrecido, nada lujoso, igual que los muebles, pero funcional. Una sudadera, unos vaqueros, calcetines, zapatillas que le quedaban grandes, gayumbos que no usaría y una camiseta. Se fue a duchar para aclarar sus pensamientos. Tenía claro cual sería su curso de acción en las próximas horas, y todo comenzaba por lavarse bien y relajarse en la ducha.

Al dormitorio entra Charles con su chamarra en su mano y en la otra un pequeño ratón blanco, entra en un dormitorio vacío, luego sale solo con la chamarra en la mano y busca la ropa de la que hablaba Mei, cuando encuentra una de su talla la toma y se dispone a ir a las duchas.

Luego de encontrar un dormitorio dejo a mi amigo en uno de los cajones y le tranquilizo haciéndole entender que pronto le traeré comida, luego busco la ropa de la que hablaba Mei y me dispongo a ir a bañarme, quiero dejar la ropa del centro en el lugar indicado y prepararme para el futuro.

Mientras estoy en la ducha el móvil suena, es una buena noticia, pero tiene tanto tiempo que no me siento tranquilo y libre, al fin dejo aún lado mis temores y momentáneamente mis remordimientos, al fin me siento libre, incluso siento como mi cuerpo está en mejor estado ahora que me quitaron ese limitador, incluso siento mi mente más despejada, sin pensarlo mi cuerpo se eleva bajo el flujo del agua y me siento libre, incluso siento que con la energía que junto en mis manos sería capaz de lanzarla como un rayo, pero no puedo quedarme en la regadera por siempre, tomo la toalla que encontré en el lugar, me seco y salgo a revisar el teléfono.

Como esperaba mis padres son quienes han contestado, mientras reviso el mensaje me creo una cuenta de e-mail y se las envió, paso a buscar ropa para vestirme y entonces escucho el móvil, el corazón me da un vuelco al leer el mensaje, viene del celular de mi mentor de lenguas, Daniel Moreau, pero quien lo escribe es Melissa, su nieta, me cuenta que su abuelo esta reponiéndose de una operación de apéndice de la cual salió bien y fue dado de alta, por eso ella está con el cuidándolo unos días, y que además ella se ha convertido en una actriz importante, aún no es una luminaria, pero ya es conocida, me manda tanto el correo de Daniel como el suyo, me siento en un sueño, me recuerda y quiere hablar conmigo, deseoso empiezo a marcar aun en toalla, no lo pensé ni un momento quiero verla y escuchar su voz, pero me veo en el espejo y me detengo antes de pulsar la opción de marcar, ella merece la verdad, soy un mutante, no sé lo que piense ella de nosotros, tras un suspiro, cancelo la llamada no me atrevo a decírselo a la cara, decido mejor enviarle un mensaje, quizá nunca me conteste, si es así sabré que no quiere saber más de mí.

Hola, Melissa, no sabes como te he extrañado, desearía decirte donde estoy, ir a verte, quizá pueda visitarte después, pero antes me siento obligado a decirte la verdad, estos largos años he estado prisionero por el gobierno, el internado del que le hable a tu abuelo es en realidad uno de los centros para "mutantes" con ayuda externa varios logramos escapar, pero nos han pedido deshacernos de todo lo que teníamos del centro, mis padres lograron hacerme llegar un teléfono con el que pude comunicarme con ellos y tu abuelo, entenderé si no quieres volver a saber de mí, he incluso si quieres que no vuelva a hablar con tu abuelo lo aceptaré y con pesar respetaré tu petición, pero nunca dejaré de quererte y siempre llevaré nuestros preciados momentos juntos conmigo en mi corazón.

Al terminar el mensaje, tras dudarlo un momento lo envió, me visto y tomo mi vieja ropa, y mi teléfono, salgo desde la última puerta del corredor, directo a dejar las cosas en el contenedor, me detengo a ver el móvil, cierro los ojos y para no caer en tentación uso mi energía para destruirlo, luego depósito todo dentro, tras la ducha y el mensaje que me lleno de alegría, he decidido encarar la verdad, debo contarles lo sucedido a Max y al señor Pfixz, esperaré atento que llegue Max, luego buscaré al señor Pfixz.

(En la habitación encerradas)

Puleun no tenía demasiadas fuerzas en ese momento por lo que la ayuda de Ororo fue de agradecer, un par de veces le miró directamente, no sabía seguro si solo era muda o también sorda, pero por si acaso le hablaba mirándole claramente para que pudiera leerle los labios.

- se agradece la ayuda, pero no te sobreesfuerces, aunque no hace falta decirlo lo haré... No quiero que te sientas en deuda, podía ayudarte y lo hice como lo habría hecho por cualquier otra persona, no me considero una santa pero me parecería triste que pudiéndolo hacer solo te abandonara a tu suerte, no se trata tantomde "ser buena" si no de poderlo hacer y abstenerse...

Se preparó para entrar en la ducha, sin duda la necesitaba...

- Relájate, estoy segura de que tú también quieres una ducha, estaré bien, no te preocupes.

Alex llegó al edificio que les habían señalado y caminó por el pasillo, mirando las diferentes puertas. Quería estar cerca de sus amigos, sobre todo de Ciara y de Balt. No sabía qué dormitorios elegirían ellos... 

- Podía haberles esperado... - Murmuró para sí misma, mientras deslizaba su mano por las puertas, según iba caminando. Abrió una de ellas y entró en el dormitorio. Sus ojos se abrieron como platos al verlo. Nunca había tenido tantos lujos... Salió y entró en otro dormitorio, comprobando que también tenía televisión y portátil... - ¡Uala...! ¡Qué chulo...! - Salió también de ese dormitorio y probó suerte en el siguiente... ¡Era una pasada! ¡Podía escoger el dormitorio que quisiera! 

Mientras buscaba un dormitorio para ella y otros para sus amigos, olvidó la noche anterior... Olvidó el miedo, la muerte y las explosiones... En aquel momento Alex empezaba a sentirse eufórica. 

Finalmente se decidió por una habitación que tenía vistas a un lago muy chulo. Entró y entornó la puerta, vigilando quién pasaba para cuando viera a Balt poder avisarle donde se encontraba

Luego de unos minutos Charles sale de la ducha ya con su nuevo atuendo, toma todo lo del centro y lo deposita en el contenedor indicado, realiza una pequeña incursión a la habitación, para luego salir nuevamente con el ratón en su mano, al cual toma con mucho cuidado y dirigirse ahora a la cocina.

En el rostro del chico puede verse un cambio significativo a quien era en el centro, parece tener más confianza en sí mismo, además de tener una leve sonrisa en su rostro.

Clint llegó a la habitación, alucinando. Abrió la cama supletoria y se imaginó durmiendo en la habitación de otra persona -¡Sería tan increíble!  - Pensaba traviesamente. Fue hasta el ordenador... le alucinó tener allí uno, lo encendió directamente mientras abría el armario de par en par. Se paseó de una punta a otra de la habitación hasta que - OSTRAS - Incapaz de pensar en que ya no necesitaba reciclar o esconder las cosas, tomó el hueso de aguacate y lo colocó en el bonito jarrón junto a la ventana.... demasiado grande. 

Colocó el jarrón contra el marco de la ventana y ejerció presión para romper el cuello de cerámica y dejar un macetero más grande, tendría que ir a por tierra, pero de momento ya tendría un receptáculo para el agua que recogió del grifo de la ducha ¡UNA DUCHA! ¿¡PARA ÉL?! ¿Lo flipas o no?. Bajó la mirada. El montón de trozos de jarrón rotos por el suelo se clavaron en la mente de Clint, que anduvo un rato pensando en una idea... hasta que el sonido del ordenador encendido le llamó y acudió rápidamente para navegar por encima

Había que echar un vistazo a toda la isla... ¿Comer? Sí, quizá debiera ser lo primero pero estaba muy excitado... no obstante el día no podía ser muy largo*. Buscó por la habitación una mochila en la que echar toda la ropa posible, sudaderas, chaquetas y bambas a pares..... iba a explorar la isla a conciencia e iba a explotar su poder al máximo, por primera vez en su vida.

Una vez en mi habitación me quito la ropa del centro, la arrojo a la papelera e intento prenderle fuego acelerando las partículas de aire alrededor de la misma, pero, debido al cansancio mis poderes no funcionan. - Bah, ya habrá tiempo luego para quemar esa mierda, ahora voy a darme un baño y luego saldré a correr un rato. - comento en voz baja mientras cierro la puerta sin llave, pues estaba tan harto de estar encerrado que sólo la cerraba por pudor más que por cualquier otra cosa.

Una vez desnudo me doy una buena ducha y luego busco algo de ropa que ponerme en el armario, no había mucha variedad, más allá de algunas camisetas blancas sin logo y algunos pantalones de mezclilla y sudaderas de distintas tallas, ya luego habría que arreglar eso.

Aunque no me sorprendía para nada que casi no existiera variedad en la ropa, pues se trataba de Corea, aunque con algo de suerte, podríamos salir a comprar ropa en los próximos días, de momento me bastaba para no andar desnudo, en cuanto a medias y calzado, tal como lo esperaba, medias blancas y zapatillas básicas. - Con el tiempo conseguiré algo más por ahora a disfrutar de mi libertad, lo que me recuerda. - digo mientras vuelvo a intentar prender la ropa, esta vez con éxito.