Partida Rol por web

Al ver a Arturo asomarse por una de las puertas, Alex corrió hasta él.

- ¡Arturo, estás aquí! - Exclamó y esbozó una pequeña sonrisa. - Vamos a ir al comedor. ¿Te vienes...? - Se volvió, señalando con un dedo hacia donde se encontraba Balt. En ese momento vio a Carlos y le saludó, agitando una de sus manos. - Eileen también vie... ¡Eh! ¡Eileen... Estamos aquí! - Llamó al ver como ésta salía de su dormitorio. 

Alex fue directo hacia Arturo para invitarlo a comer, después de unos segundos de pensarlo le dijo, creo que es buena idea, ahora que tengo el estómago vació, también sirve que hablamos sobre la propuesta que nos dieron, empezaron a caminar hacia Eileen para irse juntos al comedor.

Estaba de pie esperando ver a Max, veía como el grupo de los escapistas se reunía y hacían planes para comer juntos, ellos habían pasado muchas penurias juntos en fútiles intentos de escape, pero ahora podía ver que sin importar lo inútil de sus intentos, habían conseguido algo muy útil, una fuerte unión, yo tome mi decisión, alejarme de todos como método de supervivencia, no me arrepiento, y al final funciono, sin embargo ya no necesito aislarme, pero llevo tanto tiempo actuando así que ya no recuerdo como acercarme a otros, estar aquí me hace sentir incómodo y estoy seguro de que se nota fácilmente, por otro lado están ocupados con sus amigos como para percatarse de mi presencia, incluso Kyra que solía molestarme paso como si nada, ya tendré tiempo para solucionar estos conflictos, primero me sinceraré con Max y con el señor Pfixz.

Y ahí estaba la temida confirmación. Los demonios de la duda habían sido sustituidos por simplemente demonios. Me pare en el pasillo mirando al suelo mientras mis ojos se humedecían intentando asimilar algo que muy en el fondo ya sabía. Finalmente asentí a las palabras de Denzel.

—Quería pensar que no era así pero…—Mi voz sonaba cortada, era evidente que estaba intentando no llorar pero era difícil.—Cuando me encontré con Elí aseguraba que las chicas habían matado a sus padres. Posiblemente una de las explosiones de Gina.

Tome unos momentos antes de hablar, pues como si tuviera un nudo en la garganta me estaba siendo difícil expresar mis dudas en voz alta. Tras un momento para pasarme la manga de la chaqueta por los ojos seguí hablando.

—En ese momento no quise pensarlo, pero cuanto más pasaba el tiempo más me preguntaba si Tiana no estaría con la madre de Elí. —Dije haciendo referencia a la profesora de ciencias. Ambos sabíamos que aunque éramos sus amigos, la relación con aquella profesora era bastante alta. No era una tontería que hubiera ido a buscarla. —No sé si fiarme de ellas, porque posiblemente fueron ellas quienes mataron a Tiana.

Como si aquellas últimas palabras hubieran abierto el grifo, de mis ojos empezaron a caer lágrimas las cuales intentaba reprimir secando con la chaqueta en un fútil intento.

—Yo… lo siento. Creo que necesito pensar. —Dije mientras me iba en busca de una habitación para intentar ocultar mis propios lloros.

Arturo y Alex se acercaron hasta donde se encontraba Eileen. Mientras caminaban, Alex parloteaba incansablemente. 

- ¿Cómo será el comedor? Tengo tanta hambre que me comería una vaca entera... - Comentó, haciendo un gesto con ambas manos para mostrar el tamaño de lo que se comería. Pasaron nuevamente junto al chico que estaba esperando ante una puerta. Alex volvió a mirarle con curiosidad, pero no le dijo nada y continuó hablando. - Seguro que hay mucha comida. ¿Habéis visto los dormitorios? - Se detuvo junto a Eileen y la miró, emocionada. - Tenemos tele en los cuartos, aunque no sabemos si tienen cable o no... Balt me ha dicho que si no tienen tendremos que aprender a hablar coreano... - Bajó la voz para decir aquello último. Seguía sin tener ni idea de lo que era ese cable que le había dicho su amigo, pero tenía que ser algo muy chulo e importante. 

En ese momento escuchó la puerta del edificio. Se volvió para mirar de quién se trataba y sus ojos se cruzaron con los de Dheera. Ésta iba junto a la chica pelirroja que movía mucho los brazos cuando hablaba. Sus labios formaron una pequeña mueca y volvió a mirar a Eileen y a Arturo, poniendo por un instante los ojos en blanco. 

- Vayamos a comer... Y... Y hablamos sobre esa poropuesta - .

-Bien, nos vemos en el comedor o por la base-, mientras se despedía de Baltazar se fijó en que Alex le estaba saludando y se le devolvió aunque sus movimientos de manos fueron algo más calmados. -Por cierto, en algún momento tendré que practicar con personas por si quieres ofrecerte, prometo no mandar hacer cosas que te resulten molestas sin tu consentimiento previo-, refiriendo aun a Baltazar y ya con esta última propuesta se alejó para encontrar un cuarto, preferiblemente en el primer piso para no tener que lidiar con escaleras.

Busco mi habitación y la encuentro fácilmente pues está esperando en la puerta Andrés. Sonrío ampliamente al acercarme a él. ¡¡¡Andrés!!! Me alegré muchísimo cuando te vi aparecer en el hangar, ¿qué tal te fue, te encontraste con ese maldito bastardo?

Tras la conversación con Andrés entro a la habitación desvistiéndome y duchándome, una ducha larga y relajante. Tras ello me visto con las ropas limpias que tenemos preparadas y, siguiendo las instrucciones, dejo las ropas del soldado en el contenedor de la entrada. Ya limpio y aseado me dispongo a ir hasta el comedor...

No pensé mucho la elección de la habitación. Tras entrar en ella cerré la puerta y sin moverme apoye la espalda sobre la puerta y me deje caer hasta sentarme en el suelo. No me moleste en calcular cuánto tiempo me quedaba allí parada sumergida en mis pensamientos.

No fue hasta que empecé a notar algo de frio por únicamente llevar aquella chaqueta que me levante y camine desorientada hacia la ducha donde una vez más me senté y deje que el agua caliente me cayera encima arrastrando mis penas.

Tras más tiempo de lo normal dejando que el agua fluyera finalmente me decidí a salir de la ducha. Tras un rato buscando entre cajones prendas de ropa y muda finalmente me quede vestida con ropa simple. Más adelante buscaría algo más de ropa pues la allí dispuesta no parecía ser más que temporal. El caso de dejar las habitaciones a elección de según llegáramos dictaminábamos que la ropa que había predispuesta era de diferentes tallas y sexo.

Después de ponerme unos vaqueros simples y una camiseta negra de posiblemente una talla mayor de la que debería salí de la habitación. No tenía hambre alguna y la verdad sea dicha, no tenía ganas de juntarme con gente en ese momento. Buscando pasar a solas el tiempo para pensar me dirigí hacia el lago que había visto cuando aterrizábamos. Con algo de suerte no habría nadie allí.

Al salir de mi habitación con la ropa bajo el brazo, oí que Alex me llamaba. Estaba con Arturo. Y parecía que Baltz también se apuntaba. Tras tirar la ropa en el contenedor, me acerqué y me uní a ellos.

—Sí. Yo también tengo hambre. Espero que la comida sea mejor que la de ese sitio… —comenté. Si los demás estaban atentos, podrían notar que estaba más desanimada de lo habitual—. Sí. Hay tele… —¿Cuándo fue la última vez que vi la tele? Ya ni me acordaba—. ¡Puaj! ¡Coreano! ¡Eso tiene que ser rarísimo!

Al ir hacia la salida nos cruzamos con el tal Andrés, al que miré de reojo por un momento, pero no le dije nada. Después, vi a Dheera.

—¡Hola, Dheera! —saludé, sonriendo—. ¿Qué tal estás? Vamos al comedor a comer algo. ¿Te vienes? —En ese momento noté que Alex ponía mala cara—. O, si no, nos vemos allí —No me apetecía que hubiera una pelea en ese momento.

Me tomo un poco de sorpresa la llegada de Max, lo estaba esperando, pero, uno nunca está listo para enfrentar sus errores, necesito tomarme un momento y una respiración profunda, es exactamente de eso de lo que quiero hablarte, fue un fracaso, al encararlo me di cuenta de que no tenía oportunidad de vencerlo, suspiro para darme valor de seguir, pero lo que realmente me hace sentir mal, no es el verme como alguien inferior, sino que Mei me contacto para avisar que partían y preferí salvarme que siquiera intentarlo, y creo que mereces saber la verdad, ese maldito no solo preparo la explosión del reactor, ordeno también un bombardeo al gobierno, no puedo dejar de pensar como estarán los sobrevivientes del hospital, seguro que no quedo nada en la isla más que roca destruida, al fin guardo silencio, no tengo nada más que decir y ni siquiera tengo la fuerza para ver a mi compañero.

Entró con la misma seguridad que si aquella hubiera sido su casa por años y no por unos pocos segundos. Su cuerpo parecía satisfecho de no tener que lidiar más con el implante, y si en aquel momento le hubieran sugerido desafiar a un ejercito, era probable que al menos hubiera hecho el intento. No podía esperar a que esas mujeres le dijeran todo lo que sabían sobre los poderes. Miró alrededor con una sonrisa buscando con la mirada una habitación con la puerta cerrada, señalándola en cuanto la halló. -Esa es mía - Decretó con tranquilidad suponiendo que no había mucha diferencia entre unas y otras. -¿Cual es tuya? - Preguntó a Dheera esperando que la chica tomara una decisión.

Recién entonces paso a prestarle atención a la gente que había allí. -Viniste - Dijo con un poco de sorpresa mirando a Puleun -¿No odiabas tu poder? Bueno la zorra esa esta ahí afuera, si es que la quieres para algo- Agregó como si nada ajena totalmente a si estaba diciendo algo malo -Pero fuiste quien rescato y trajo gente entre las sombras no? Muchos aquí te deben la vida - Incluyendo algunos de los suyos - Gracias- Dijo sencillamente sin clarificar, volviéndose de nuevo hacia Dheera - Voy a darme una ducha - Aviso mirando su pijama y haciendo una mueca de disgusto, quería quemarlo lo antes posible.

Más te vale o terminarás con los calcetines congelados. - digo a modo de broma mientras me dejo llevar por los Alex y compañía.

Es lo que hay, sabes que Corea nunca fue muy abierta, así que, crucemos los dedos para que no sólo veamos señal abierta. - le respondo a Eileen mientras saludo a Dheera con la mano.

Dheera si tienes tiempo te espero en el comedor para conversar un momento.