Partida Rol por web

Un dia cualquiera en el instituto Fujimi.

Hoy un profesor a ido a verte para que hablaras con tu hermana Miyako. Al parecer se ha enfadado mucho porque en un partido de futbol uno de sus comañeros ha hecho un fallo tremendo, y la cosa ha acabado en disputa. Aunque la verdad es que no te sorprende. De caracter energico y muy competitiva, tu hermana es todo un tornado en miniatura. Sin embargo has llevado a tu hermana a uno de los balcones del instituto para poder hablar con ella. Aunque no es muy dada a las muestras de afecto, sabes que te tiene en un pedestal, por lo que es tu deber hacerle cambiar de actitud. No sera facil, pero puedes consegurlo... o eso crees.

Miyako esta asomada al balcon, observando la entrada, y la calle que se encuentra tras las verjas. Despues te echa una mirada de impaciencia y te dice: Bueno, ahora que ya hemos llegado, ¿vas a decirme por que me has traido aqui?

No puedo evitar sonreír. Nunca he podido enfadarme de verdad con Miyako. No se si simula completamente su inocencia, aunque creo que sí. - ¿No me digas qué no tienes alguna idea del motivo? No es la primera vez que repetimos este tipo de escenas desde que llegaste al Instituto.

Mientras la vuelvo a observar le apoyo la mano en el hombro.

Podría ser uno de los motivos de irritabilidad que algunas de sus amigas y compañeras de clase ya comienzan a desarrollarse como mujeres atrayendo las miradas y ella sigue igual. Y siempre a querido estar entre las primeras.

Miyako pone cara de "me han pillado". Pero no se va a dar por vencida aun. Baja la mirada para evitar mirarte a los ojos, dispuesta a seguir estirando su mentira un poco mas. No se a que te refieres- dice poniendo voz de inocente- No recuerdo haber hecho nada malo.

Vaya ha debido ser por alguna cosa mas sería de lo que creía el profesor cuando se niega ha hablar de ello. No sacaré nada insistiendo ahora tendré que probar otra cosa. – Miyako tengo un poco de hambre que te parece si vamos a la cafetería a tomar algo. Así coges fuerzas para tus ejercicios con los nunchakus.

Por lo que parece prefiere que vayamos a la cafetería a seguir aquí.

Mientras caminamos saco el móvil para enviar un mensaje a Ariadne.

“Disculpa que te moleste pero mi hermana Miyako, que tiene 14 años, esta pasando por una fase de fuertes discusiones. Me temo que sea porque exteriormente su cuerpo todavía no se ha desarrollado y esta acostumbrada a ser la primera en todo lo que implique actividad física. Si la llevo a la enfermería no querrá ni entrar. Si puedes venir a tomar alguna cosa a la cafetería te invito por las molestias.

Daichi”

Cuando guardo el teléfono veo que me esta mirando. Le sonrío continuando. – Y si quieres puedes demostrarme que realmente te has entrenado con el arco largo para la ceremonia Zen en homenaje a los bisabuelos de este fin de semana.

Tu hermana vuelve a mirar por el balcon. O no sabe para que has usado el movil, o finge no haberlo hecho. Te coje de la mano y te dice: Claro, vamos a tomar algo. Me vendra bien un helado de fresa. Y te enseñare lo mucho que he mejorado con el arco. Despues comienza a arrastrarte para que salgais del balcon, y os poneis en camino a la cafeteria.

Espero que Miyako me guíe donde quiere ir. Seguro que lo que le proponga lo tomara como una trampa. Sin parar de observarla preocupado.

Miyako te coje de la mano y te conduce hacia fuera, al patio, cerca de la entrada. Despues, parece que quiere decir algo, pero cuando va a abrir la boca se corta y vuelve a cerrarla.

Me arrodillo ante ella cogiendo la cariñosa y protectoramente de de los hombros. – Myyako por favor cuéntame que te ha pasado esta mañana aquí en el Instituto. Si no lo se no podré ayudarte de ninguna manera.

Aunque a Miyako se le ve mas relajada, no esta igual que en vuestro primer encuentro. Aun se la ve fria y algo distante. Deja de tratarme como a una niña pequeña. Aunque no lo parezca, he crecido.

Haciendo esfuerzos por controlarme mientras la suelto y me incorporo. – Miyako decide de una vez si eres todavía una niña pequeña o ya no lo eres. Antes te he dicho de comentarlo en la cafetería mientras estaba en la mesa una de mis amigas, ¿crees realmente que lo habría hecho de pensar que te comportarías como una niña de cuatro años? Te has comportado como una niña impertinente y has salido corriendo ha esconderte en el vestuario de las chicas.

– Una mujer se habría limitado a decirme que ya me lo dirías cuando estuviéramos solos.

Como no ha contestado así la han atacado o se ha peleado físicamente busco algún desgarrón en su uniforme y en su piel alguna rascada o hematoma.

Observas minuciosamente su ropa, pero no parece haber muestras de cortes, ni rasgaduras. Tampoco se ve ningun golpe en su cuerpo. Aun asi, sigue sin querer decirte nada.

Bueno parece que lo que haya ocurrido no ha sido físico sino psicológico. – Bien Miyako ya estamos en el lugar que has elegido. Que quieres que sepa y que no oiga nadie más.

Mientras lo digo vigilo no se acerque alguien y piense que es cosa mia.

Ya sin saber que hacer. – Como quieras Miyako, cuando estés  preparada ya me lo explicaras.

Me giro en dirección a la sala de entrenamiento de armas marciales. – Voy a hacer unas prácticas con la naginata y las dai-sho. Sí quieres venir…