Partida Rol por web

Hispania Prima Bellatrix

El reclutamiento

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25/07/2008, 01:52
Don Pablo Quijano

Cuando Diego se ha marchado Don Pablo toma la bota de vino de la mano de sus compañeros.
-A fe mía que allí marcha un buen hombre y un gran soldado español.
Da un buen trago al vino y sonríe complacido ante la idea de medir su acero con un hombre docto en las artes de la guerra.
¿Que aventuras me depara la guerra si esto solo es el camino? Se pregunta mientras regresa la bota a su dueño-

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27/07/2008, 22:01
Director

El día transcurre tranquilo, es agradable disponer de todo un día para descansar después de una marcha tan dura. Los soldados se refrescan en el Guadalquivir, muchos de ellos en paños menores. Otros en cambio prefieren el juego, hay alguno incluso que aprovecha para escabullirse disimuladamente y rondar por los alrededores. Hace un día caluroso para ser pleno invierno , pero ya se sabe que en el sur los inviernos son suaves. A media tarde aparece en el horizonte por el este un grupo de hombres. Allí están, son los últimos que se unen para recorrer el camino a la gloria o al infierno, a la dulce muerte del soldado que alcanza la victoria, el consuelo más dulce del herido . El que muere en la lid, justa gloria...
Después de presentarse su capitán al resto de los capitanes y los hombres refrescarse y avituallarse. Los capitanes acuden uno a uno a sus respectivas compañías. Es hora de partir . Los valientes españoles toman sus armas, la pica, el arcabuz, el mosquete, el coselete, el morrión, la vizcaína, la toledana, el florete, la espada... esas armas de fuego, las trompetas del apocalipsis que tocan la oda al triunfo, la oda al valor, la oda al orgullo de servir en los Tercios, el mejor ejército de la cristiandad, la oda a España!!!
Y qué decir de las armas de guante blanco, de caballeros, de cristianos, las mismas armas que llevan esos hombres que atraviesan océanos, que llevan la palabra de dios a los confines del mundo, que pelean contra grandes dioses en tierras lejanas, que toman tierras en nombre de Don Felipe y antes de su padre el Emperador. Sangre y odio derramados en la conquista del dorado , venciendo a seres míticos conquistando la gloria por siempre.

Tras varios días de marcha , por fin Cádiz! y con ella el mar.Para muchos de los hombres, es la primera vez que contemplan esa inmensidad azul, las olas golpeando las rocas, las playas de oro líquido, embarcaciones mecidas por las olas.
EL ejército atraviesa la ciudad hasta llegar al puerto, es día de mercado y el sol brilla en el cielo, se podría decir que cádiz es el puerto del Imperio. Gentes de todo tipo y color, fruta, oro , plata, tabaco, animales, joyas... Cosas que jamás habías visto, ni siquiera hubieseis imaginado que pudiesen existir, y esos indios de piel bronceada, de pelo negro vestidos con pieles, esos salvajes...
Ahí está vuestro barco de tres cañones, una de las joyas del imperio según dicen. Os parece que cabría toda la cristiandad. Es enorme, bello, volùptuoso, elegante y a la vez sobrio y humilde. Le llaman el Wiza, dicen los hombres. En honor a un antiguo rey...Los marineros y demás trabajan a destajo para preparar el barco para el viaje. Veis como suben todo tipo de víveres, incluso pollos y aves. Los caballos y pertrechos son lo primero en embarcar. Mientras a los soldados se os da permiso para dar una vuelta por el puerto antes de embarcar, pero hay guardias armados en todas las salidas , para evitar deshonrosos abandonos a última hora.

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28/07/2008, 01:03
Don Pablo Quijano

El olor del mar penetra en las fosas nasales del bachiller produciéndole desasosiego, sin duda este no es el olor de su amada Castilla.
El enorme navío que se alza ante él se tambalea despacio con las olas. Una extraña sensación de miedo se apodera de su cuerpo, un latigazo frio bajándole desde la nuca por toda las espalda.
-Mala cosa es que tu vida y tu muerte no dependan de tus propios pies -susurra, para si.
Tras contar hasta cinco toma aliento y da un paso hacia sus asombrado compañeros.
-He aquí el corcel de madera que nos llevara a tierras lejanas y a la gloria de nuestro Príncipe- dice, mientras señala el Wiza con todo de convicción. -¡Francés el ultimo en subir!
Su simpática risa resuena entre todos los que están a su alrededor.

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28/07/2008, 16:39
Antonio González Chacón

"Santa Purísima, no imaginaba que fuese tan...inmenso"piensa Antonio mientras observa boquiabierto la impresionante extensión de agua que se ofrece ante sí. El alboroto del mercado y los gritos de la gente le aturullan y observa pasmado a los salvajes, su tez oscura y su aspecto primario. Ninguno le mantiene la mirada, mas Antonio duda si por fragilidad de espíritu o por conveniencia y contexto, pues sin duda a ninguno de ellos le conviene molestar a un soldado español.

"Me pregunto qué pasará cuando esta gente se canse de nuestro yugo."

Camina hacia la nave y se maravilla de su tamaño y del crujir de sus maderas. No sabe ni lo que es una quilla ni un cabo, nunca ha oído hablar del trinquete ni de la estopa, pero siente, de pronto, un profundo respeto ante esos marineros que se embarcan en estos cascarones y parten rumbo a Dios sabe qué en busca de gloria, de tierras o, simplemente, siguiendo órdenes.

Enfrascado en sus pensamientos, le sorprende el comentario de Don Pablo y volviendo sonreir, acarrea sus pertenencias y se encamina medio intrigado medio aterrado al barco.

"A fe mía que antes muero cruzado por un estoque pagano que de aburrimiento en esta compañía."

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29/07/2008, 00:08
Diego Láinez Montoro

- Ummm... hacia tiempo que no olía el mar... y pensaba que ya no lo iba a hacer... pero qué más dá, para bien o para mal, aquí estoy, y tan sólo me queda luchar y sobrevivir si al Señor, a Marte o al Lucero del Alba se le antoja, para poder retornar algún día y hacer lo que todo hombre que se vista por los pies tiene el deber de hacer.

- ¡Francés el ultimo en subir! - oyó Diego, a lo que pensó: Pardiez, a fuer que no parece tan mal zagal... La vida me va que no lo parece... pero maldita sea la honra... ¡Don Pablo! - le dijo, acercándose sobre el puente de la nave, para a continuación susurrarle - nuestro común asunto requiere sin duda resolución, pero una nave de Su Majestad no es lugar donde deba zanjarse. Si os parece bien, y vuestra honra lo consiente, lo solventaremos cuando toquemos tierra.

Y mirándole profundamente a los ojos, esperó una respuesta con la que dar por satisfecha temporalmente la urgencia interna que el suspicaz sentido de la honra de cualquier español que de tal se preciara exigía.

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29/07/2008, 01:15
Don Pablo Quijano

-Sea así. No demos a estos marinos más problemas de los que ya les propina Neptuno- dice, el bachiller sonriente.
Empieza a andar hacia Antonio más tranquilo por dentro. Bendito Diego, el recordatorio del duelo ha alejado la mala sensación de su cabeza. Tras tres pasos se gira bruscamente.
-Y no creáis que si naufragamos quedareis exento de satisfacción.¡Pues en ese caso sera el Mediterraneo testigo de nuestra contienda! Así cada vez que el mar se embravezca en días tranquilos sabrán todos que es el acero de dos gallardos españoles custodiando su honor a pesar de la misma muerte.

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30/07/2008, 01:02
Diego Láinez Montoro

- Sea pues - y tocándose levemente el ala del sombrero, con una ligera inclinación de cabeza y una triste media sonrisa en la boca, se da media vuelta en dirección a la proa del barco, donde piensa aposentar sus reales, quitándose del medio para no estorbar en las labores de estiba y preparación de la tripulación, hasta que el barco zarpe rumbo a un futuro incierto.

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30/07/2008, 04:04
Director

Por fin llega la hora de embarcar, los capitanes llaman a filas a sus compañías, dejais lo que estais haciendo cuando vuestro capitán Don Ricardo Narváez os manda formar.
El alférez os va empujando de malas maneras para que forméis, de momento es lo único que sabeis hacer y no muy bien la verdad.
Sois una de las ultimas compañías en embarcar y lo hacéis por la rampa de madera habilitada con vuestro capitán a la cabeza y el alférez y tambor a un lado. Embarcáis con aire solemne, los numerosos civiles que se han congregado para despediros aplauden y os jalean desde el puerto. Se os pone la carne de gallina y los vellos de punta. Es un orgullo servir en los Tercios, o al menos de momento.
Una vez embacados y todavía en formación todas las compañías en cubierta , un total de 6 compañías reclutadas a lo largo y ancho de Castilla y Aragón, casi 600 hombres. IMPRESIONANTE.
Todavía formados los marineros levan anclas y a remo salís de puerto hasta que a cierta distancia ( todavía se escuchan los gritos y vivas al rey de la multitud) despliegan las velas. Sopla un viento a favor lo que os hace navegar con orejas de burro ( el viento entra por la popa, el foque hacia un lado y la mayor hacia el lado contrario) a una velocidad vertiginosa, si soplase el viento así todo el camino tardarías pocos días en llegar a Italia en lugar de casi un mes como está previsto.
Poco a poco va desapareciendo la costa en el horizonte y después las gaviotas, y por fin!, mar adentro.

Las formaciones ya dispersadas, cada soldado embarcado mata el tiempo como puede. Charlas, juegos, canciones , a algunos incluso les da por la lectura ( los que saben claro) de todo tipo de obras españolas clásicas. Otros están tan mareados que no paran de vomitar por la borda, y algunos soldados aprovechan para dormir. Es estupendo no tener que hacer prácticamente nada durante un mes, aunque si lo pensais bien , poco habeis hecho desde que os alistasteis aparte de marchar y formar. La vida en los Tercios no es tan dura ... o sí?

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30/07/2008, 12:23
Don Pablo Quijano

El bachiller pasea inseguro poniendo el pie sobre la cubierta golpeando el entablado por todas partes. Ha leído muchas historias sobre embarcaciones pero sigue sin parecerle natural que un grupo de tablas puedan vencer a los elementos. Mira hacia un marinero que esta vomitando a su lado y se sonríe, al menos vomitar no vomita.
Empieza a mirar por todos lados escudriñando por primera vez como es la vida en un barco y buscando algún lugar del que sacar unas risas, unos cuartos un amigo, una anécdota o unos buenos tragos.

Notas de juego

Voy a buscar más información sobre la vida de la soldadesca en barcos de transporte. Mientras tanto el buen Pablo se dejara llevar, como quien dice.
La verdad es que una de las cosas que más me gusta de esta partida es que me esta picando la curiosidad sobre detallitos concretos.

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30/07/2008, 14:34
Antonio González Chacón

Antonio se vuelve a encorvar sobre la borda, preso de fieros retortijones, mientras expulsa esputos, bilis y el agua que bebió hace pocos minutos; se agarra con desesperación a crujientes maderas que bambolean el horizonte azul y curvo.

"No me queda ya comida que volcar, si sigo así echaré las asaduras por la boca."

Se incorpora mareado y, tambaleándose con la tez amarillenta, busca al matasanos de la expedición para preguntarle por algún remedio que alivie su precario estado.

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30/07/2008, 15:10
Rosendo Villalobos Martínez

El mar. Que extensión de agua más fascinante e inabarcable. Había oído hablar de él, pero su visión era estremecedora. Un universo de agua que se movía al son del viento y, como agitada por abajo, formaba pequeñas olas. El olor de la sal le llegó al rostro, transportado por aquel viento húmedo.

De pronto, vió a su lado a Quijano, que miraba con curiosidad el buque. Él miró tambien, pero se fijó en las fascinantes ascensiones de los marineros por los obenques y sus operaciones para el amarrado de los cabos. De pronto, le llegó un olor, el olor a tasajo, y miró en dirección al alcázar, donde había un hombre sentado y unos barriles al lado. Parecía que estaban dando el reparto de bebida y comida. Apoyó la mano sobre el hombro del bachiller.

-Mirad.

Algunos marineros volvían con vino, pan de bizcocho, queso y tasajo. No era mal yantar.

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31/07/2008, 01:07
Diego Láinez Montoro

- Bien - pensó Diego desde el rincón en el que había decidido pasar las jornadas de singladura, adecuadamente apartado y relativamente tranquilo - parece que están repartiendo ya algo con lo que rellenar el pellejo... ea, vamos a ello.

Y con caminar tranquilo, esquivando a los marineros y soldados que volvían de recoger su parte, se fúe acercando hasta donde se repartía el asunto. Al pasar junto al pastor y al bachiller, les dirigió una leve gesto de saludo a la vez que les decía:

- Y bien, ¿gustaría...? - y mirando cómo si no se hubiera dado cuenta de la presencia de don Pablo hasta ese mismo momento, corrigió - ¿...gustarían vuestras mercedes de disfrutar en compañía los manjares con los que sin duda nos pretende deleitar el cocinero de esta nave?

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31/07/2008, 02:15
Don Pablo Quijano

Mira a Antonio marcharse corriendo con un tono verdusco que muestra su mala salud.
-Disculpad a mi buen amigo. Maese Diego, no es desaire hacia vuestra persona lo que ha hecho partir, sino el que llaman mal de barcos.
Se acerca junto con Diego a donde esta Rosendo.
-Embriagarse con la sangre de la tierra, majares de una corte italina y grata compañía en un viaje hacia la gloria. ¿Se puede pedir más?
Uno de los marineros que pasa por detrás del bachiller cargando un gran tonel le contesta gritando: "Las prietas carnes de una moza andalusí."
Don Pablo empieza a reír con ganas mientras busca un lugar para sentarse con sus dos amigos. Y ve perderse en la lejania a su enorme y mareado compinche.

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03/08/2008, 21:50
Rosendo Villalobos Martínez

Escuchó la broma del marinero, y se sonrió. Por un momento, quizá, dejó de pensar en las mujeres como algo maligno y doloroso. En el barco, al menos, quedaban muy lejanas. Sin más, hizo cola con el resto de soldados y tomó su ración y la de Pablo, que le ofreció al punto. Comenzó a despachar la suya con la espalda apoyada en la "pared" de la borda.

Iba a ser un largo viaje, así que había que ponerse cómodo. Después de todo, no hay mal que por bien no venga. Aprendería cosas sobre el mar y los puertos, visitaría lugares aun más lejanos que las Españas y podría hacer más amigos. Quizá, y solo quizá, pudiera abrirse un poco más a las personas.

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03/08/2008, 22:47
Director

Pese a ser invierno , la travesía discurre tranquila. A medida que pasan los días os familiarizáis con la vida a bordo, y con frecuencia ayudáis a los marineros en las labores menores. Puesto que ya se sabe que en un barco siempre hay algo que hacer. Incluso los más reticentes y los más de secano parecen adaptarse a la vida abordo. La pesca es abundante y los hombres están de buen humor , pero ay amigos mios! , lo mejor son las noches , a la luz de las estrellas, todos esos puntos luminosos. Los soldados después de cenar aprovechan para tumbarse y observar el firmamento. Una estrella fugaz! buen presagio!! mañana hará un magnífico día!! Mira esa es nuestra estrella!! la estrella de los soldados!!

Un día descubren a uno de los soldados robando víveres en las bodegas. Su castigo? darle una muerte pública ahorcándolo de uno de los mástiles. Formados los soldados contempláis la muerte de vuestro compañero. Es el castigo por deshonrar a los Tercios, no es comportamiento propio de un soldado imperial, de un soldado cristiano. La humillación pública el mayor castigo posible, y sobretodo, perder la oportunidad de servir y matar franceses.

Todos los domingos misa a media mañana oficiada por el nuevo capellán del Tercio, por haber caído en batalla el anterior. Un soldado español es paladín de la cristiandad, defensor de la fe.

El capitán ha variado el rumbo, lo que en un principio iba a ser un viaje hasta Nápoles y de allí por tierra a Milán. Se ha cambiado por ser un viaje largo y costoso. En lugar de eso el capitán ha puesto rumbo a Génova y de allí a Milán por tierra.

Tierra!!! Tierra!!!!! - dice el vigía. Ya lo véis es el puerto de Génova, la mítica ciudad, totalmente distanta de cuantas hay en las españas.

Compañías a formar!!! , ya estáis en casa- dice el Alférez. Mientrais formáis los marineros comienzan las maniobras de atraque. Y de nuevo se acopla la rampa al casco de la nave y al igual que en Cádiz, desembarcan primero los animales y bultos. Pero a diferencia, esta vez no hay multitud alguna esperando, no hay mujeres alabando vuestras virtudes, ni chiquillos curiosos, ni padres ni madres, hermanos o hermanas, esposas, hijos, abuelos, tíos o sobrinos. Sólo la más absoluta indiferencia, casi hostilidad hacia los soldados. Los pocos que se encuentran en el puerto se limitan a miraros con indiferencia y seguir con sus quehaceres, no hay caras de asombro o admiración por los imperiales.
Estáis en Italia , vuestro nuevo hogar.

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04/08/2008, 03:01
Don Pablo Quijano

El bachiller mira el puerto emocionado. Italia, la patria de Cesar, de Cicerón, de Gayo, de los poetas, los emperadores romanos y los Papas.
Ya había oído a su padre hablar de la ingratitud de los italianos hacia sus hermanos españoles, le es difícil de creer que la flor y nata de la soldadesca de la época cree tan poca expectación. Aun así como hombre de apetitos y gustos no le pasan inadvertidas las cualidades de algunas muchachas que intentan esconderse de las lascivas miradas de los soldados.
-Encontrar la gloria en tierras desconocidas... - dice citando las palabras de su padre.
Mientras camina embelesado bajando del barco pisando. al fin. tierra firme.

Notas de juego

Me alegro mucho de que continuemos.
De verdad.

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04/08/2008, 10:44
Diego Láinez Montoro

- Bueno, nunca sera peor que en las tierras del norte... en Flandes - penso Diego, hecho ya el cuerpo a la indiferencia y hostilidad que en las tierras europeas se sentia hacia las tropas de su Catolica Majestad - Todavia recuerdo aquellos rapaces que comenzaron a tirarnos bostas de gorrin en el camino hacia Amberes, y como el padre, aquel gordo campesino flamenco, comenzo a exclamar "Bein Gott, Bein Gott!!" al vernos aparecer, llevando a zagales colgando de la oreja y con la sana intencion de avivar nuestras hogueras de campamento con los restos de su hacienda... - Al final no fue para tanto... pocas veces habia comido tan bien en campaña como aquella jornada, y a decir de algunos la mujer del granjero habia agradecido la visita de la compañia; al final no fue necesario avivar el fuego.

Al poco de poner el pie en tierra firme, busco con la mirada a Don Pablo y se dirigio hacia el para decirle, por lo bajo:

- Don Pablo, no es menosprecio hacia vuestra amistad ni vuestra persona, pero tenemos una cuestion personal que resolver y que no atiende a razones. Es mi opinion que cuanto antes se resuelva, mejor para vos y para mi.

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04/08/2008, 12:48
Don Pablo Quijano

-Sea así. -Contesta complacido. -Pero no son negocios para atenderse en presencia de oficiales- dice, señalando con la mirada a un capitán que pasa por delante de los dos. Cuando el oficial ha pasado baja el tono y susurra a su compañero- -Sea en nuestra primera noche genovesa cuando quede vuestro honor o el mio satisfechos. Y no dudéis que si pierdo os pediré publica disculpa, pues mi palabra es la de un castellano viejo.

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05/08/2008, 16:44
Antonio González Chacón

Al pucelano casi se le saltan las lágrimas al oir al vigía. ¡Al fin tierra!¡Tierra, por Santa Brígida y San Eustaquio! Y no es tierra transitoria ni de fonde, para después navegar, no, según comentó el capitán, el resto del trecho se hará a pie.

Los remedios castrenses del matasanos no le han aliviado mucho, más bien al contrario, pues si bien es cierto que por momentos encubría el constante mareo y le permitía dilucidar algo más que una franja azul que subía y bajaba, y volvía a subir y a bajar, y a veces bajaba más de la cuenta, también lo es que los efectos secundarios incidían directamente en el aparato digestivo y su vientre, que ya de por sí era tendente a la flojera, decidía cada poco echar la casa por la ventana o, mejor dicho, por la puerta de atrás, lo que ha obligado a Antonio a pasarse medio viaje vomitando cara al mar y otro tanto de espaldas a él, con medio cuerpo fuera de la borda y rezando a los santos para no caer al mediterráneo.

La ciudad se le antoja, pues, un envío divino, donde las casas se están quietas y las calles no dan vueltas sobre sí mismas.

Desciende por la pasarela y observa a las mujeres, morenas, como a él le gustan, y a los hombres, que aparentan recelo en sus ademanes.

Con todos sus aparejos y con el cuerpo aún medio fundido y deshidratado (ha perdido varios kilos durante la travesía), busca con la mirada una posada donde saciarse una vez el capitán les ordene las pautas a seguir.

"No me está costando mucho acostumbrarme a la vida militar, tal vez lo que comenzó como una escapada hacia adelante se convierta en el mayor acierto de mi vida."

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05/08/2008, 20:03
Don Pablo Quijano

Mira a su desmejorado amigo y le propina una de esas sonrisas que han empezado a hacerle famoso entre la soldadesca por los problemas que acompañan.
Pone un brazo sobre Antonio y le ayuda a bajar parte del petate a tierra firme.
-Contempla esta ciudad como es ahora amigo mio.-Da dos palmadas en su espalda. -Después de que pasemos nosotros por aquí nada sera igual.El joven se alegra de ver otra vez la alegría en los ojos de su amigo por quien tan preocupado ha estado en estos días en alta mar.