Año de Nuestro Señor de 1353, mes de Abril.
Barcelona, Principat de Catalunya.
Tras una larga ausencia "bufoneando" por el reino de Aragón (pues dejaste el oficio familiar para dedicarte en cuerpo y alma a divertir allá donde hubiera menester), has regresado a casa por una temporada. El oficio de bufón no está en esta época tan bien pagado como antaño, y tras una larga ausencia, la mejor opción es ganarse el dinero en casa. En el oficio familiar. Padre y madre te recibieron sobradamente bien, pero encontraste a Joan, tu hermano pequeño, algo triste. Antes de salir a recorrer el reino, estuvistes muy unido a Joan, con el cual compartías habiación. Ahora acaba de cumplir catorce años: se ha convertido en un jovencito delgado y melancólico, de profundos ojos negro y grandes silencios.
Te encuentras pescando con tu padre y con Joan en el puerto de Barcelona, a media milla de la costa. El bote es seguro y la noche hace que los buenos peces piquen y sean un consistente alimento, aparte de una fuente de dinero. Hay que ganarse la vida en la mar, como siempre. Habéis salido colocando unos rudimentarios fanales adosados a la barca, y los peces acuden atraídos por la luz.
La cara de tu hermano es un poema, un poema desolado: mientras pesca, mientras recoge el hilo o mientras captura el pez. Da igual el momento. ¿Qué diantres le habrá pasado?
Comenzamos.
Te he añadido tus objetos en la portada de la partida.
No me habia costado mucho esfuerzo volverme a adaptar, la verdad es que agradecia la tranquilidad de mi hogar.
La vida del trotamundos esta bien cuando eres joven, pero yo voy camino de los treinta. -Pensaba mientras miraba el resplandor de los farolillos en el oscuro mar. Cuando subi la mirada se cruzo con la de Joan, que como de costumbre aparto rapidamente.
-Joan, hermano. Cuentame que te pasa.. Te noto diferente a la ultima vez que nos vimos. -Lo dije mirando otra vez al mar, no queria presionarle.
¿Diferente? ¿Porqué lo dices, hermano? -reiteró-. No, no... -pero los ojos de vuestro padre os miran dicen como "que sí"-. He crecido Rodrigo, hace un tiempo que no nos vemos, nada más.
Ejem... -el padre carraspeó y centró tu atención sobre él-. Joan miraba al mar, concentrado en la boya y las redes, mientras vuestro padre te miraba como negando lo dicho. Seguramente, cuando estuviérais a solas podría contarte algo. Era plena noche, y las redes, entonces, se llenaron hasta tres veces. No eran muy anchas, pero cubrían un buen dinero de sobra.
Será mejor que volvamos, ¿no crees, Rodrigo? -dijo Xavier-. Y a ver cuándo nos cuentas una de esas historias más allá de Barcelona.
Claro, padre. Tenemos suficientes, incluso igual podemos vender algo en la lonja. -Digo aun pensando en Joan. Es cierto que hacia mucho que no nos veiamos, el era un niño cuando decidi marcharme. Pero... Pero notaba algo raro.
No se si os iban a gustar, padre. Algunas son contrarias a las enseñanza de la iglesia, no se si me entiende. -contesto dandole un codazo en el hombro y riendome.
Luego me pongo serio en respuesta a su mirada, como diciendo: Luego hablamos.
Uhmm... -refunfuñó Xavier al oir eso de "contrarias a la iglesia"-. Era como si pensara "dónde diantres se habrá metido mi hijo mayor este tiempo", pero en realidad no era así. Xavier era un padre comprensivo y sabía que Joan y Rodrigo eran en realidad buenos muchachos.
Venga, demos la vuelta -anunció el padre-: tenemos suficiente por hoy. Vayamos a la taberna a calentar el alma con un vasito de vino y luego a casa, ¿de acuerdo? -os dijo a los dos hermanos-.
Et que en aquestas que virásteis el bote y el fulgor tenue de las luminarias volvió a al puerto de Montjuic, a Barcelona. Tras amarrar el bote donde siempre lo dejábais, os encaminásteis a una vieja taberna del puerto (llamada "Dracs") a la que antes de tu marcha solías ir alguna vez. Estaba abierta prácticamente a todas horas.
Nada más entrar, el tabernero os observó a los tres y os señaló una mesa vacía, pues había aún borrachuzos y medio ebrios dándose a los pocos o grandes sorbos. El tabernero conocía bien a Xavier, y sabía, por las horas que eran, que venía de su jornada nocturna de pesca, esta vez con sus dos hijos. Por ello, traía ya consigo una jarra de barro llena de vino y tres vasos, y os sirvió uno a cada uno (seguido de un "buenas noches y que aproveche").
Bueno, a ver, ¿dónde has estado este tiempo? ¿Qué nuevas hay del rey y sus hombres? ¿has visitado algún castillo? Nos hemos acordado mucho de tí, hijo -te decía tu padre mientras le daba un codazo a Joan para que despetara de su ensimismamiento, tal y como le ocurría en la barca-.
Senti una bofetada de aire tibio y maloliente al entrar al local, este era mi ambiente. Las gritos y risas casi ahogaban las palabras de mi padre, y por poco les hecho un grito para que se callaran. Luego pense en Jonas y no quise darle mala imagen.
-Han sido varios años... Los primeros fueron los peores. Recuerda cuando decidi marcharme de la ciudad? Aun era un muchacho... Sobrevivi haciendo de juglar en las pequeñas poblaciones, recitando por un mendrugo de pan duro y vagabundeando por el reino. Conoci muchas ciudades y gentes, incluso podria pecar de orgullo al decir que conoci en persona al embajador de Castilla, con el que hice buenas migas. -Mis ojos miraban al infinito, aunque lo que tenia delante era un obeso granjero, mientras recordaba mi reciuente pasado.
Algun dia les contare la historia del caballo... Igual cuando Joan credca un poco. -Pense para mis adentros.
He de decirte que me encanta la ambientacion!! Me cae bien mi padre y todo jajaja
y los toques de castellano antiguo... sublime! :P
Habrás visto mundo, si, pero eso no es vida, hijo... ¿no crees? -dijo tu padre-. En verdad es más seguro quedarse en la ciudad y ganarse la vida aquí. ¿Verdad que sí, Joan?
¿Eh...? sí. Sí, sí... -dijo tu hermano saliendo del ensimismamiento en el que estaba sumido observando el borde del vaso de vino-.
Joan, anda y vé y dile a Pere qué le debemos por los vinos... Pregúntale si podemos pagarle con peces: quizá quiera pescado para su menú de taberna en el día de mañana, je je.
Joan asintió y se levantó enseguida yendo hacia el tabernero. Acto seguido, Xavier se arrimó a tí con rapidez, y comenzó a hablar en bajito.
Vais a quedaros los dos aquí un rato, yo me voy, hijo, ¿de acuerdo? -tu padre parecía querer comentarte algo como de Joan-: el muchacho lleva unos días con una actitud muy extraña, como si algo le ocupara totalmente el pensamiento, ¿lo has visto, verdad? Apenas come, y contesta con "sí" o "no" a las preguntas que le hacemos. Apenas habla. La única respuesta que he podido arrancarle es que últimamente no duerme demasiado bien. En verdad estoy disgustado con él, ya que se ha vuelto descuidado en la pesca y en su nuevo trabajo de recadero. Nosé, creo que... Joan está enamorado o algo así, ya que está en esa edad de las típicas tonterías... Tu madre cree que ha sido como hechizado, según dice... Cosas de mujeres, ejem... Asique, Rodrigo, quédate cerca de él un tiempo, vígilale. Y ahroa... -Joan ya volvía-, quédate y charla con él, a ver qué le sacas...
Entonces llegó tu hermano y se sentó, anunciando que no, que el tabernero no quería pago en peces. Xavier se levantó y pagó los vinos, y luego volvió a la mesa.
Joan, quédate aquí un rato con tu hermano, así podréis poneros al día. Tampoco tardéis mucho en volver a casa. Nos vemos mañana, hijos.
Y quedásteis allí, hermano y hermano.
Ojalá fuera esa toda la ambientación, has leído sólo un 5% ;)
Ha, padre, los años pasan para todos. Pense mientras veia como se marchaba. Cuanto tiempo podra seguir alimentando esta familia? Tengo que ayudarle en todo lo que pueda.
Me quede un segundo callado, observando a mi hermano. Parecia como si no lo conociese.. O peor, como si el no me conociese a mi. al final me decidi. -Emm Que tal estos ultimos años? Los mios me han enseñado mucho de la vida... Como esto! -Me hecho a reir.
Me pongo depie e intento hacer malabares con lo que haya en la mesa para intentar llamar su atencion.
Tira por Escamotear, con el dado de 100. Esta competencia sirve tanto para robar sin darse cuenta como para hacer juegos malabares. A ver que sacas ;)
Motivo: escamotear
Tirada: 1d100
Dificultad: 80-
Resultado: 100 (Fracaso)
Creo que eso es una pifia xDDDD parece que no soy tan habil como pensaba haciendo malabares con botellas y vasos jajaja
Roleas tu lo que pasa no? :P
Comenzaste a hacer malabares con el vaso vacío de tu padre, una gran vela ancha y corta (que apagaste antes de ponerte a ello) y una miga de pan que había allí encima... Sin embargo, algo pareció distraerte, o tal vez fuera porque habías perdido la práctica momentáneamente, pero tus cosas se calleron al suelo.
¡¡CRASSSHH!!
El vaso acabó estallado en el suelo, ese vaso de barro del que había bebido tu padre. El tabernero pareció mirarte hasta mal, aunque gruñó y se limitó a venir a recoger con una escoba los fragmentos.
Efectivamente, es una pifia. Y la mayor (un 100 es el peor resultado siempre) xDDD En un combate una pifia podría ir desde trastabillar o perder el arma hasta darle un espadazo a un compañero y cortarle en pedacitos... Pero en este caso, con una acción simple, no es grave la consecuencia.
Parece que se te ha dado muy bien en los caminos del Reino con los juegos de manos, hermano... -decía como resignado, como si se diera cuenta que tu vuelta había sido por no haber conseguido el éxito ni muchas monedas-. Ayy... -resopló y echó un trago de vino, observando al Pere recogiendo los restos de vaso-.
A tu mente volvieron las palabras de tu padre: "...quédate y charla con él, a ver qué le sacas..."
Algo sonrojado pero sin perder el animo digo: -No te ha hecho gracia? Es uno de los trucos que mas le gustaban a la Marquesa de la Cadena. -Miento, despues sonrrio ampliamente y me siento al lado de mi hermano. -Joan, ahora que no esta padre puedes contarme que te pasa. Es una chica? Temes por tu alma? -Le digo bromeando.
Tira por Elocuencia (COM). Sirve para convencer de argumentos a otra persona. Quizá así Joan te pueda contar algo más.
Motivo: elocuencia
Tirada: 1d100
Resultado: 54(+80)=134
ups! me he equivocado con la tirada, tiro otra vez y sirve el 54?