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HLCN - Casa de Muñecas II: Ruinas

Lugar de niebla

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24/03/2015, 19:34
Salvatore Darthe

Un agudo dolo invadió su pecho al darse cuenta de lo que ocurría, y las mismas lágrimas que aparecían en el campamento, aparecieron allí. Sus manos, como si fuese en lo único que pudiesen pensar, siguieron las caricias en un cuerpo que en ese plano era invisible, probablemente en un evento misericordioso del destino por evitarle aquella vista.

Mi dulce pajarito… - susurró casi sin poder hablar, poco a poco dejando de acariciar el aire.

Un par de delicados y tiernos brazos rodearon su cintura, cantando palabras de consuelo dónde no podía haberlo. La incertidumbre de no saber si volvería o no, de no saber cómo lo haría, lo torturaba aún más que el no pedirle que la reviviera, cuando por instinto era todo lo que quería. Pero toda su vida había confiado en su mente, y su cerebro le indicaba que no a gritos.

La abrazó firmemente en un principio, intentando usar la poca compostura que le quedaba para aparentar fortaleza, para solo dejar que las lágrimas cayeran estoico y no caer en el pozo de dolor que sentía absorbía su alma dentro de él. Pero aquello no fue posible. Poco a poco, sus piernas comenzaron a ceder, y derrotado se dejó caer al piso lentamente, sin romper el abrazó con la mujer que ahora parecía ser su único lazo a este mundo, su única razón para respirar.

Lo siento… no puedo… - se disculpó con la voz entrecortada, ahogado por el llanto, avergonzado por aquella muestra de debilidad y ocultando su rostro entre los ropajes de Ekaterina.

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25/03/2015, 00:18
Ekaterina Kuztnetsova

- Shhhh... No tienes nada que sentir - . Katia acompañó a Salvatore en su descenso al suelo, quedándose delante de él, de rodillas, y sin dejar de abrazarle. Le dolía verle de aquella manera y no sabía qué hacer para poder ayudarle. 

Le acarició el cabello, con suavidad, mientras apretaba su cuerpo de mujer contra el de él. Intentaba darle algo de calor, aunque ella misma sentía un frío intenso en su interior. Era horrible lo que estaba pasando. ¿Por qué la habían tomado con los dos hermanos? No... No se lo merecen, ellos son buenos... Quizás por eso, esos despiadados asesinos querían apartarlos del medio. Katia se mordió el labio y parpadeó rápidamente para evitar que las lágrimas que se habían acumulado en sus ojos, se desbordaran y cayeran rodando por sus mejillas.  

Y así se quedaría el tiempo que Salvatore necesitara, abrazándole y acariciando su suave cabello. 

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25/03/2015, 01:45
Salvatore Darthe

Mientras su cuerpo se tensaba, queriendo golpear a Jessie, su alma, presente con Ekaterina, se deshacía en lágrimas. Era curioso cómo, quizás por su impresión o quizás en realidad, el tiempo junto a la rubia parecía pasar mucho más lento, como si por horas de aquí solo pasaran allá un par de minutos. Cómo fuera, realidad o ficticio, se refugió en aquel abrazo, único consuelo que le quedaba en un mundo que le parecía tan repulsivo como decepcionante.

Cerró los ojos, sintiendo aquellas caricias. Odiaba que tocaran su cabello. Lo odiaba como pocas cosas en el mundo. Pero con Ekaterina… no era tan malo. De hecho, no estaba ni cerca de serlo. Sus manos suaves lo calmaban poco a poco, y el calor de su pecho lo reconfortaba, haciendo que dejara terminara por tranquilizarse en sus brazos, ralentizando su respiración y recuperando la fuerza en sus brazos, con la cual se aferró fuertemente a la mujer. 

Una vez se calma, la mira a los ojos, y besa suavemente sus labios, a modo de agradecimiento. – Gracias – dijo en un susurro, separándose apenas unos centímetros y acariciando el cabello de la mujer, ordenándolo tras su oreja. Si bien aún no se sentía bien, había podido recolectarse lo suficiente para intentar parecerlo.

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25/03/2015, 12:19
Ekaterina Kuztnetsova

Al sentir los labios de Salvatore rozando los suyos, Katia se quedó mirándole con una expresión confusa en su rostro. Sus pupilas se habían dilatado ligeramente y sus mejillas se sonrojaron como pétalos de rosa. 

A pesar de tener en ese lugar el cuerpo de una mujer, en el fondo seguía siendo una niña de dieciséis años, que nunca había compartido un momento íntimo con un chico. Se llevó dos dedos a los labios y se los acarició con suavidad, sin apartar la mirada de Salvatore. Había sido algo mágico. 

Deseaba que volviera a besarla, poder sentir lo que otras chicas de su edad ya llevaban tiempo sintiendo. Deseaba volver a sentir aquellos labios rozando los suyos. Deseaba que la abrazara, pero no como hasta ese momento, si no más bien de forma pasional, como en las películas románticas que tanto le gustaban. 

Acaba de morir Andy, ¿en qué estás pensando? Se recriminó y apartó la mirada, intentando recuperar el ritmo normal de su corazón. 

- No me des las gracias. No he hecho nada - . Sus labios se torcieron en una pequeña mueca. Seguro que si él hubiera dormido con su hermana y la hubiera protegido a ella, ahora continuaría con vida. Pero su miedo había hecho que no fuera consciente de eso, y ahora ella estaba muerta. Esa seguridad le pesaba como una losa, pero prefirió no decirle nada, no quería añadirle una nueva preocupación. 

- Hoy sí que votaré - . Le dijo de repente, volviendo a entrelazar su mirada turquesa con la de él. - Tampoco me gusta ese chico. Se pasa todo el día fumando y llenando el aire de esa peste horrible. Además, no creo nada de lo que está diciendo - . 

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29/03/2015, 13:14
Ekaterina Kuztnetsova

Durante mucho rato, Katia estuvo con la mirada perdida, atenta a lo que estaba ocurriendo en el otro lugar. Aquí, en el reino de niebla, tanto ella como Salvatore habían estado en silencio. La joven, al ver que él no le había dicho nada, se había sentado de nuevo. Temía haber reaccionado de alguna manera que a él le molestara. Debía estar acostumbrado a estar con mujeres de verdad, que no se sonrojaban ante un beso y que sabían lo que querían. Pensará que soy una cría...

Pero la noche se acercaba y nuevos planes se estaban gestando en el otro lado. Katia pestañeó y miró a Salvatore. Temía por él, pero también tenía miedo de que, tal y como había dicho Jessie, fueran a por ella. 

- Esta noche tiende el manto de protección sobre ti. No quiero perderte... - No quería que pasara como la noche anterior, que él le había protegido y fueron a por Andy. Todavía se sentía un poquito culpable de no haberle dicho que la protegiera a ella.

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29/03/2015, 16:04
Salvatore Darthe

Un gesto que para él era tan natural como inocente, como lo era un tierno beso en los labios, tomó otro significado al ver la reacción de Katia. Viendo su rostro, no cabía mucha duda con respecto a lo poco casuales que eran para ella ese tipo de muestras de afecto, y aunque una leve sonrisa se dibujó clara en los labios del pianista, esa inocencia y dulzura infantil que sin embargo demostraban una coquetería encantadora solo pudieron recordarle a una persona. Por supuesto, no se lo diría. Pero en su mente, aquello era el mejor cumplido que le podía hacer.

La vio tocarse los labios con suavidad, como si quisiera reproducir aquel beso, y dudó sobre si concederle otro. Pero era muy pronto, y no quería que malinterpretara su devoción y ternura hacia ella  como enamoramiento. Si es que alguna vez sentía latir su corazón una vez más, no sería pronto.

Cuando sus miradas se separaron y el sonido rompió el hermoso silencio que se hubo creado en aquel momento de pura confusión para ella y de tremenda nostalgia para él, Salvatore solo asintió. Jessie podría ser inocente como no, y personalmente él no votaría por él, pero no porque le creyera falto de culpa, sino porque había alguien que se le había metido entre ceja y ceja durante el día.

Cansado de la violencia del campamento, de lo poco que parecía entender y de la constante hostilidad, se había refugiado aquí, en el silencio constante que se había vuelto a establecer. Katia había hecho justo lo contrario, dedicando su atención a escuchar lo que pasaba, volviendo al sofá. Deseo que hubiese un piano en aquel lugar, su refugio personal de toda cosa mala que le ocurriera. Pero no lo había, y ahora dudaba si volvería a siquiera ver su instrumento preferido antes de morir. Mientras ella estaba distraída, la miró desde lejos. Parecía preocupada por algo que el hombre no lograba descifrar, pero viéndola tan concentrada en aquel otro plano no quiso interrumpirla con preguntas impertinentes.

- Si así quieres, lo haré. – aseguró, acercándose y sentándose al lado de ella nuevamente – Aunque preferiría protegerte todos los días a ti si pudiera… - Enredó uno de sus dedos en aquel precioso cabello dorado, jugando con él a la vez que acariciaba con el dorso de su mano el rostro de la pequeña dama. En aquella afirmación no había influencia alguna por el hechizo sobre él, y aquello era fácil de distinguir. Más que a nadie, quería procurar que ella saliera viva de aquel infierno – Había pensado en proteger a Janko esta noche. Ha hablado demasiado y si tiene razón, pueden ir por él. Pero tampoco quiero arriesgarme a morir y dejarte sola…  - Después de todo, le había prometido que nada le pasaría. Por otra parte, ¿No le había prometido eso a Andrea también?

Notas de juego

Mierda, Katia, lo siento. Pensé que te había contestado y que de hecho eras tú quién no había respondido. ¡Perdón!

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30/03/2015, 17:51
Ekaterina Kuztnetsova

Los labios de Katia se torcieron en una pequeña mueca cuando Salvatore comentó que había pensado en proteger a Janko. Sí, posiblemente tenía razón, había hablado mucho y podía ser que fueran a por él. Pero no podía quitarse el miedo a que alguien quisiera hacerle daño a él. 

Le miró a los ojos y se mordió el labio mientras negaba suavemente con la cabeza.

- No, no quiero que te hagan más daño - . Dijo en un murmullo y un suave suspiro salió de sus labios. Sentía que se estaba portando de forma egoísta. Él podía proteger a mucha gente, pero el miedo que sentía hacía que actuara de esa manera.

Se levantó y se alejó de él, quedándose a unos pocos metros, de espalda y abrazando su propio cuerpo. La niebla se arremolinaba a su alrededor, como si se tratara de un segundo vestido. - Lo siento... - Murmuró. Continuaba de espaldas a él. - Pero eres la única persona en la que puedo confiar... - 

Notas de juego

Tranqui, ya me imaginé que debía ser un despiste ^^

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30/03/2015, 18:58
Salvatore Darthe

Entiendo, preciosa - dijo con voz suave, inseguro de como debía acercarse. En general él prescindía de toda interacción social que a su juicio resultara innecesaria, pero la figura vulnerable y temerosa de la mujer con alma de niña le impedía mantenerse al margen de su sufrimiento. En consecuencia, como no podía permanecer indiferente, ni quería contribuir a su malestar, necesitaba hacerla sentir mejor. Pero sin música todo era más difícil. 

Dio un par de pasos hacia Ekaterina, pero se detuvo a medio camino. ¿Y que le iba a decir? Él era bueno haciendo la vida imposible y siendo encantador en eventos ocasionales, no para formar vínculos profundos. El único que había tenido en su vida había sido creado por temas circunstanciales y se había demorado meses, sino años, en ser una relación siquiera remotamente amistosa. Hizo una mueca de desagrado, aprovechando que la chica estaba volteada y no podía malinterpretarla. Lo que le daba asco era verse en esta posición, una que descubría su absoluta ineptitud en un campo de la sabiduría, la empatía. Pero por muy hijo de puta que pudiese ser en su vida diaria, en su pecho aún latía un corazón en perfecto estado, y la situación no solo le parecía incómoda, sino que ligeramente preocupante.

Se acercó a ella dejando que la niebla lo envolviera a él también, y cruzó sus brazos a la altura de las costillas de Katia, estrechándola fuerte entre sus brazos sin voltearla e intentando transmitirle el calor de su cuerpo como consuelo y refugio. - No tienes que disculparte, lo entiendo... - dijo con voz casi paternal - No me separaré de ti, ni de noche ni de día, y entonces con solo confiar en mí será suficiente. Yo me encargaré de protegerte del resto y tu podrás respirar tranquila. -se acercó un poco más a su oído y con ternura susurró a continuación - Solo prométeme que intentarás hacerlo...   
 

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31/03/2015, 21:10
Ekaterina Kuztnetsova

Katia dejó que Salvatore la abrazara por la espalda. Le gustaba sentir sus brazos rodeándola, y el calor que su cuerpo le transmitía. Ojalá estuviéramos en otro sitio, donde pudiéramos ser libres y vivir este amor... Un pequeño suspiro, contenido, salió de sus suaves labios. Y, a pesar de que en el fondo sabía que él la debía ver como a una niña, que fuera de allí nunca se habría fijado en ella, y si lo había hecho había sido movido por la lástima, se permitió fantasear; como la mujer que lee una novela rosa y se imagina ser la protagonista.

Pero en el campamento ya empezaba a ser de día, y aquella noche parecía no haber habido ningún asesinato. La joven arqueó ligeramente una ceja y se removió entre sus brazos, para darse la vuelta y poder mirarle a los ojos. 

- ¿Protegido? ¿Sabes si alguien más puede hacerlo? - Le preguntó, extrañada. Se quedó un momento en silencio. Sus pupilas se dilataron y sus labios se torcieron en una pequeña mueca. - ¡Ohhh! - Exclamó y se llevó una mano a la boca, cubriéndola, mientras volvía a entrelazar su mirada con la de Salvatore. - Sophia me acaba de dejar una nota en el bolsillo. Dice que sospecha que yo te devolví a la vida, pero que no me preocupe, que no dirá nada a nadie. También me pregunta por quién pensaré esta tarde, para unirse, tanto ella como Sam a mi voto, y que Mona no pueda anticiparse - . Alzó ambas cejas. - Yo... Yo pensaba en volver a elegir a Jessie. Es el único que ha confesado haber matado a alguien y, como dijo ayer Janko, no creo que tenga tanto poder como para sobrevivir a una segunda ejecución - . Se mordió el labio, con actitud tímida. - ¿Tú qué crees? -

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01/04/2015, 00:27
Salvatore Darthe

Aunque aún estaba lejos de ser un acto romántico, dedicó toda su atención a aquel profundo abrazo, distrayéndose solo unos segundos en los que dejó de preocuparse de quererla y sus pensamientos se concentraron en algún otro lugar. Pero a pesar de que aquel otro evento pretendiera asustarle, el sentir el aroma a miel que exudaba la muchacha y la suave esencia a flores silvestres de su pelo dorado, más la experiencia reciente, le permitieron continuar en paz y tranquilidad, solo alejándose levemente al sentir a Katia removerse en sus brazos, dándole el espacio justo para que se volteara.  

Yo desconfío de Aurél tanto como de Jessie. No me consta que alguien más pueda proteger, pero yo anoche sentí crecer mi poder por obra de alguien más, y pude proteger a dos personas distintas – explicó con suavidad, pues no quería que se preocupara – A mí, como me pediste, y a Janko, como yo quería. Y efectivamente, como si hubieses leído la mente de quienes disfrutan del dolor ajeno, vinieron por mí. – tomó una pausa, dejando que Katia tuviera tiempo para pensar lo que aquello implicaba – No lo diré, no me parece buen momento. Nos dejaría vulnerables. Pero es probable que de todas maneras vengan por mí pronto…

Retiró una mano de por sobre las costillas de Ekaterina para acariciar su cabello dulcemente, ordenándolo hacia un lado y despejando el cuello de la chica. – Me gusta cómo te queda así – murmuró, distraído.

De cualquier manera, me parecería sabio votar por Jessie. El que no le quedaran cicatrices como las mías habla de un poder más grande, uno que desconocemos. Y aquel… hombre, si se le puede llamar así, tiene actitudes que no terminan de parecerme consecuentes o correctas. ¿Qué fue lo que lo ayudó y lo sanó tan bien? Tú, con tus dones, no pudiste más que recuperarme parcialmente… Si él está vulnerable durante esta votación, entonces coincido, en que es el momento adecuado. Pero nada nos asegura que esa demostración de poder no ocurrirá de nuevo.

Sus ojos se sumergieron con cariño en los de ella, y sonrió amable. Realmente le parecía un desperdicio el tener que hablar constantemente de la horrenda situación que vivían, en vez de haberse conocido en un café y poder compartir una charla más amena. Aunque, probablemente, si ese fuese el caso, Salvatore ni siquiera la habría mirado. En el mundo mortal seguía siendo una niña.

Si vienen por mí, recuerda apuntar a Aurél. No hay forma de que sean tantas las coincidencias, y nadie sería tan estúpido para hacerse notar de esa manera a menos que pudiese sacar provecho.

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01/04/2015, 17:22
Ekaterina Kuztnetsova

Al escuchar a Salvatore decir que habían ido a por él, el rostro de Katia palideció. Le había pedido de forma egoísta que se protegiera. Había temido no hacer bien, ya que evitaba de aquella manera que pudiera proteger a otro. Pero ahora que le escuchaba, su corazón se aceleró y sus ojos se llenaron de lágrimas. Menos mal que se lo pedí, si no... No quería ni imaginar lo que sería tener que estar en ese infierno sin él.

Se mordió el labio e intentó sonreír, pero más que una sonrisa, lo que sus labios formaron fue una pequeña mueca. 

Escuchó lo que le dijo sobre Aurél y Jessie y una sombra de preocupación cruzó su mirada. - Puede que alguien protegiera a Jessie, e imagino que hoy puede que proteja a otro, quizás a Mona - . Se mordió el labio, mientras varias ideas cruzaban por su mente. - Sí, voy a responder la nota. Les pediré que voten a Jessie, y les insinuaré que no me fío mucho de Aurél, que creo que está intentando escurrir el bulto - . Le dijo, arrugando suavemente el ceño. - Las dos son majas, ¿crees que puedo fiarme de ellas? Creo que si nos ponemos de acuerdo, mañana podríamos encargarnos de Aurél y... - De repente se dio cuenta de las cosas que estaba diciendo. Estaba hablando de matar a gente, de forma fría, como si estuviera preparando una lista de la compra. Su rostro palideció y una exclamación salió de sus labios, mientras se cubría el rostro con ambas manos. - ¡Oh...! Nos estamos convirtiendo en monstruos... -

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04/04/2015, 04:50
Salvatore Darthe

Estrechó fuertemente a Katia entre sus brazos, intentando darle consuelo ante la afirmación que tanto la había alterado. Era lógico que pesara aquello cuando la conversación del día a día era como sobrevivir o matar, pero la verdad es que eso estaba muy lejos de ser una elección. Era una necesidad. Al menos para ellos, que en vez de ser asesinos  confesados eran personas forzadas a convivir con ellos. Incluso con sus propios homicidas, en el caso de él. Uno que esperaba nunca fuera el de ella.

No, no lo hacemos. – volvió a acariciar su cabello, jugando con los rizos rubios que caían sobre el pecho de la chica – Nos defendemos. Eso es todo. Tú no lo disfrutas, solo sobrevives, y planeas estrategias para hacerlo. – susurró, besando su frente – Y lo que tienes pensado me parece excelente. Ellas me parecen de fiar. He tenido bastante contacto con Samantha, así como ahora con Chechu y Paco, en un extraño sueño en el que estamos Andrea y yo. Una fiesta de té. – sonrió, divertido, sin separarse más de unos centímetros de la piel de la mujer – Un lugar bastante bonito, si he de admitir  – delicadamente, bajó por su rostro, rozando con los labios el camino hasta llegar a su pómulo. – Aunque me haces falta tú. – admitió, con dulzura, antes de darle un tierno beso en la mejilla.

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06/04/2015, 11:41
Ekaterina Kuztnetsova

Katia apoyó la cabeza en el pecho de Salvatore y un suspiro salió de sus labios. Le gustaba aquel pequeño refugio. Allí se sentía segura y protegida de cualquiera que quisiera hacerle daño.

Le escuchaba con una suave sonrisa en sus labios y con los ojos cerrados, dejándose llevar por el arrullo de su voz. Pero al escuchar que estaba en una especie de fiesta de té, su espalda se tensó y abrió de nuevo los ojos para poder mirarle. 

- ¿En una fiesta de té? Pero... - Se mordió el labio, mostrando un pequeño gesto de preocupación. Aunque su mirada había brillado al escuchar que él la añoraba allí. No sabía por qué, pero la idea de que él estuviera allí no le gustaba. Quizás había sido una pequeña punzada de celos al saber que estaba en lugares a los que ella no podía acceder. Pero, en el fondo, sabía que era absurdo, él no se fijaría en Sam, ella era... ¡lesbiana!

- No me gusta este sitio. Temo por ti... - Musitó y apoyó de nuevo la cabeza en su pecho. - ¿Sabes por qué Erika ha dicho eso? Ese rumor sobre ti, que puedes ponerte a su lado y matar... Está mintiendo, ¿verdad? -

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07/04/2015, 07:03
Salvatore Darthe

El sentirla refugiada en su pecho y acomodada con una familiaridad dolorosa casi hizo que quisiera apartarla, pero Ekaterina sacaba de Salvatore su lado más tierno y paternal, guiado por la diferencia de edades y una incomodidad sobre qué hacer con los obvios sentimientos de la chica. Ya todo el campamento sabía, y él no podía seguir intentando ignorarlo. Pero la idea de alejarse de ella para que la distancia la convenciera de dejar aquella atracción injustificada y puramente hormonal se veía poco probable. Después de todo, tanto no podría alejarse, y de todas maneras Katia había demostrado esa actitud desde el primer día. La distancia que pusiera entre los dos no tendría nada que ver.  

Le gustaba como ella parecía disfrutar de sus caricias y del tono de su voz, e incluso le parecía tentador el buscar los labios de la mujer, intentar descubrir por su cuenta si podía dejar de pensar en ella como una adolescente y sentir algo más que ganas de consentirla.  Un par de miradas dictaban que sí, pero luego de verla actuar con tanta inocencia a cada segundo sus pretensiones de actos más impuros se desvanecían automáticamente.

No tienes nada que temer. Es un lugar seguro. susurró, intentando calmarla.O lo será en cuanto Mike se vaya… pero no hay mucho que él pueda hacer en nuestra contra. Y no sabe de ti. y no pretendía contarle a nadie más que a Andrea. Entre menos gente supiera de su contacto, mucho menos probabilidades de que llegaran a conclusiones incorrectas o de que dañaran a Ekaterina.Con respecto a Erika, fue solo eso, un rumor. No me pondría de su lado así tuviese que suicidarme para evitarlo. Y tu sabrías antes, preciosa… no te ocultaría algo así. miró a la nigromante, sonriendo. Fuera el tiempo que habían pasado juntos, o quizás su última pelea con su hermana, en ese preciso momento se sentía relativamente cercano a ella, lo que era más de lo que su propia madre podía decir. Con suavidad, acarició el rostro de la muchacha, hasta bajar por la quijada y descender por el largo y níveo cuello, apenas rozándolo. Necesitaba una distracción, y hacer sentir bien a alguien más era una tan buena como romperle el cuello a su asesina, pero con muchas menos consecuencias.

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08/04/2015, 10:21
Ekaterina Kuztnetsova

Katia miraba con ojos brillantes a Salvatore. Sentía el deseo de besar sus labios, pero tenía miedo al rechazo. O peor todavía, a que él aceptara sus besos y resultara ser torpe y demasiado niña para eso. Seguro que estaba acostumbrado a estar con mujeres adultas, que debían tener mucha experiencia en esos temas. Seguro que se ríe, ¿y si se me cae la saliva? Se preguntó, y ante ese pensamiento sus mejillas se sonrojaron como pétalos de amapolas.

En ese momento, en el campamento, Salvatore se lanzaba sobre Jessie y le golpeaba con fuerza, tirándole al suelo. Las pupilas de Katia se encogieron y su rostro palideció. Le había visto leyendo una nota y no era difícil imaginar que el drogata le había comunicado algo que le había perturbado.

- ¿Qué... Qué ha pasado? - Le preguntó, rompiendo el silencio que les había estado acompañando durante los últimos minutos.

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09/04/2015, 07:11
Salvatore Darthe

La mirada de Katia provocó una sonrisa divertida en el rostro de Salvatore. La pobre chiquilla se veía tan nerviosa que casi podía sentirla tiritar en sus brazos, y podía apostar que, si él hubiese sido lo suficientemente cruel en aquel momento para acercarse a sus labios con intención de besarla, la pobre se le desmayaría allí mismo. Ni una sola duda tenía al respecto. La vio sonrojarse una vez más, de ese color rosado, casi rojo, que tan natural se le veía y tuvo que retener una risa. No de burla, sino de una curiosa mezcla entre alegría y ternura, misma razón por la que cerró la boca antes de darle una risa que pudiese malinterpretar.

Y quizás, eso fue lo mejor. Porque algo que pronto lo sacaba de quicio en el campamento causó una mala reacción en la muchacha, y un gesto serio en el hombre.

-Es Andrea. Me ha dicho que ese bastardo le estaba amenazando y haciéndole…comentarios… indecentes. – apretó la mandíbula, molesto - Se lo advertí miles de veces, no la va a tocar. – apartó la mirada un segundo, girando el rostro para ocultarlo de la vista de la mujer – Lo siento. No tiene que ver contigo. – volvió a mirarla, aún un poco tenso, pero mucho menos tras casi aplastarle el cráneo a Jessie. – No quería arruinar nuestro momento… - se disculpó, denotando sincera tristeza. Es que había impulsos que, si lo empujaban lo suficiente, no podía controlar.

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09/04/2015, 18:51
Ekaterina Kuztnetsova

Una pequeña mueca se formó en los suaves labios de Katia. - Entonces se lo merecía - . Comentó y bajó la mirada, apartándola de los ojos de Salvatore. 

- ¿Sabes como ha conseguido Andy toda esa información? Pregúntale... Y... También intenta averiguar todo lo que sabe - . Se mordió el labio y volvió a levantar la mirada, entrelazándola nuevamente con la del músico. - Explícame todo lo que sepas y las cosas que habléis en ese salón de té. No soporto estar sin saber qué ocurre - . Le rogó con un tono de voz suplicante. - Por ejemplo, ¿por qué no ha elegido a Jessie? ¿Sabía lo que iba a ocurrir? Yo... Creía que esta vez no se salvaría, pero he visto que estaba equivocada y creo que debemos intentar ponernos de acuerdo para encontrar a esos asesinos - . Mientras en el otro lado Jessie exhalaba su último aliento, aquí la joven cogió las manos de Salvatore y las apretó con suavidad, sin apartar la mirada de la de él. - No sé qué ha pasado, pero ya no os molestará - . Le dijo con la emoción vibrando en su voz.

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12/04/2015, 13:00
Ekaterina Kuztnetsova

El tiempo estaba pasando y, aunque estuvieran encerrados en ese nuevo lugar, no tardaría en caer la noche y con ella volvería la muerte. Katia no podía quitárselo de la cabeza. Tenía miedo de haber atraído las miradas de aquellos asesinos que se levantaban por la noche y sembraban el terror. Todavía recordaba la advertencia de Jessie; si querían hacerle daño a Salvatore, podían hacerlo a través de la gente que le importaba. Y eso la asustaba mucho.

La joven apretó con fuerza los dientes y apartó la mirada del músico. Tenía miedo, sí, pero había hecho una promesa y sabía que era lo correcto. A mama no le gustaría que fuera por ahí mintiendo.

- Por cierto, esta noche quiero que protejas a Andy - . Dijo con un hilo de voz, interrumpiendo cualquier explicación que él pudiera darle. - Se ha expuesto demasiado al ir de cara contra esos monstruos... - Volvió a mirarle, con el corazón en un puño. 

Notas de juego

Esperaba tu respuesta a lo anterior para pedírtelo, pero casi me despisto y no te lo digo. Espero habértelo dicho a tiempo >.<

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12/04/2015, 21:40
Salvatore Darthe

La aprobación de la quinceañera resultó quizás más importante de lo que le hubiese gustado, significando una sonrisa del pasado tanto como un abrazo en el presente, un guiño a otras épocas que se repetían como todo en la historia lo hacía. Y cuando escuchó aquellas palabras de consuelo, supo que había hecho bien, sin importar lo brutal e impulsivo de su acción, características que le habían avergonzado en su momento.

Me comentó algo con respecto a cómo la obtuvo, sí. Pero si quieres le preguntaré de nuevo, por si quisiera añadir algo más – respondió serio. No quería contribuir a formar rumores o entregar información incompleta. – De todas maneras me ha pedido que te diga que no está enfadada contigo, qué sabía que intentabas hacer lo mejor. No te preocupes, preciosa - sonrió con la comisura de los labios, para luego volver a la gravedad con la que hablaba - En el salón estamos hablando de lo mismo, de encontrar a los culpables. Y queremos asegurar el lugar, para eso votar por Mike, de tal manera que solo quedemos inocentes dentro. Es por eso que Andrea no ha votado por Jessie. Actualmente Chechu ha preguntado respecto al responsable de la muerte definitiva del drogadicto, pero nadie ha respondido aún… y yo no sé nada con respecto a eso.  – acarició las manos de Katia, aferrándose a ellas con cariño apreciando el gesto que había demostrado con él al morir el rubio. Solo esperaba que aquella oración resultara cierta, y que aunque volviese a vivir, como todos parecían hacer, volviese puro y no corrupto como se había mostrado. Y que, por supuesto, no volviera a hablar de ponerle un dedo encima a su hermana o amenazar a la dulce niña en frente suyo, pues ambas eran cosas que destrozaban su lógica y en las circunstancias adecuadas podían invocar la violencia contenida que tanto reprimía desde su más temprana adolescencia.

Miró a los ojos a Ekaterina viendo el miedo traspasarlos, pero ni así podría cegarla el temor. Era tan fuerte como esperaba de ella. Asintió ante la petición de la chica, sin darle demasiada importancia pero dando a entender que seguiría su petición y luego acercó su rostro a un lado del de ella, apoyando su sien y pómulo a la altura de los de la rusa, solo separado por esa frondosa cortina de cabello suave de aroma frutal inclinándose hacia donde calculaba estaría su oreja - ¿No recuerdas lo que te dije al llegar? A mi lado nadie te va a tocar, mi Ekaterina. 

Notas de juego

Morfeo me llamó a sus brazos con tu post en un documento de word y umbría abierto en este tema x_x Lo siento, nuevamente. Pero con lo del nombre no te preocupes, que esperaba tus órdenes al respecto. 

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13/04/2015, 08:16
Narrador

Katia había perdido la vida por unos cuantos segundos, por lo cual Salvatore sintió un terrible infarto, el cual le ocasionaría la muerte. Sin aquella que le había dado la vida, su cuerpo no era más que ceniza que se llevaría el viento. Su piel comenzó a resquebrajarse como si fuera arcilla y sabía que pronto moriría pero algo detuvo su descomposición.

La llegada de una nueva ama, la cual era conocida para él, Andrea se paraba frente a él, como aquella que controlaba ese lugar. Él podía sentir la misma magia que había sentido al mirar a Katia la primera vez allí, el instinto de obediencia y sumisión. El brillo del tatuaje solo hizo que lo reconfirmara.

Entonces, Andrea se acercó al cuerpo inerte de la chica, la cual se cubría por niebla. Una niebla cálida y clara, la cual curaría las heridas de Katia, uniendo los trozos de piel inconexos entre sí, haciendo cicatrices visibles pero que ya no lastimarían a la chica. Su sangre se reabsorbía por los poros mientras su piel volvía a adquirir color, sus heridas se sanaron completamente mientras la niebla aún la sostenía en el aire.

Su cuerpo estaba curado, solo le faltaba un soplo de vida, algo que penetrara su cuerpo y lo llenara de vida una vez más. Andrea se acercó y tomó el rostro de la frágil joven entre sus manos para darle un dulce y cálido beso. Los ojos de Katia se abrieron al instante y la niebla que salía del cuerpo de Andrea comenzó a inundar su cuerpo, haciendo que todos sus órganos recuperaran su compás. Los pulmones lucharon por respirar, el corazón por latir, el cerebro lanzó una descarga tan fuerte que Katia convulsionó por un momento, para luego recuperar la normalidad. Además de eso, la niebla penetró aún más profundamente, hasta sus células, sanando aquellas defectuosas que le causaban su mortal enfermedad. Su cáncer había desaparecido y ahora podría llevar una vida normal. La chica sintió el alivio casi al instante.

Observó a Andrea y pudo ver su magnanimidad, sabiendo que era ella quien le había traído de vuelta, observando la piel quebradiza de Salvatore y sabiendo que le debía su vida, además que lo menos que podía darle a cambio era su obediencia. Ahora, Andrea tenía dos esclavos: Katia y Salvatore. No podría traer a nadie más a este lugar pero sus esclavos le serían siempre fieles.

En la mano de Katia apareció el mismo símbolo que antes en Salvatore, símbolo de su obediencia de ahora y para siempre.

La niebla de este lugar había perdido su forma, ya que Katia había muerto, dejando solo una gran cantidad de niebla flotando alrededor de ellos.