Partida Rol por web

HLCN - Casa de Muñecas II: Ruinas

Noche 0: Arribo

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13/03/2015, 16:09
Geonwoo Roh

El viaje le hacía mucha ilusión. Lo que podían encontrar allí, más aún. Más incluso del beneficio que podría sacarle a esta excursión, aunque eso también le motivaba mucho. Lo único que le tiraba para atrás, pues no se había preparado específicamente para ello, era acampar. Ciertamente sería una experiencia única. No es que de pequeño no fuera a campamentos de verano, pero su familia nunca lo metió en sitios donde hacían acampadas. Lo más cercano a una acampada, fue un verano de fin de curso, con una fogata, al lado del mar...

Aunque esos recuerdos lo reconfortaban, estaba claro que no iba a rememorar esos tiempos en un lugar así. Y aunque lugares discretos y chicas asustadizas podían ser un buen cóctel, dudaba que allí realmente las hubiera. Salvo que estuvieran mal de la cabeza, ya iban preparadas sobre toda la parte truculenta que se rumoreaba al respecto. Y si estaban un poco loca... bueno, mientras no cruzara la linea, podía acabar teniendo una noche memorable. Geonwoo descartó esos pensamientos, más que nada porque eran un grupo demasiado grande. Al menos su cuello ya estaba más o menos bien, lo cual era un alivio.

Espero que por montar el campamento, sea más un tema de decidir ubicaciones que otra cosa. Que si tenemos que perder mucho tiempo y esfuerzo en montar las tiendas y demás, no sé cuan bien luciremos delante la cámara. - Entonces, como si hubiera entendido un chiste interno, se rió para mismo - Salvo que esa sea la idea, para darle un aire más tétrico a las grabaciones.

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13/03/2015, 17:05
Jessie Marley

-De nada my lady, un servidor está para servir y ayudar.-Hice una pequeña reverencia y sonreí.-Bueno, como usted vea, aunque solo sea construyendo su castillo, encantado estaré en ayudarla en estas tierras desconocidas-Entonces vi por la ventana las muñecas destrozadas esparcidas por ahí-y desoladas...-me quedé un tantorallado, pasmado con la vista puesta en el exterior-repletas de desconocidos misterios...-hablaba lentamente-,malvadas brujas y peligrosos dragones que con sus llamas-entonces pasamos por delante del monumento a los muertos del que había oído hablar- acaban con la vida de muchas personas-y llegamos finalmente ante la mansión-y queman sus hogares.

Esperé un poco al llegar, pero luego bajé de autobús, contemplando aquel lugar. "Guau." 

Cogí el castillo ambulante la tienda de campaña y el sagrado lecho saco de dormir y tras firmar aquella hoja que Wyatt nos dio, dejé mi cosas en el suelo apartadas y me dirigí junto a algunos que fueron a ver el monumento.

-Miaaau....-Dije, queriendo decire realmente: "Guaaaau".

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13/03/2015, 17:42
Camille Levau

Al ver el trato que la mayoría del equipaje recibía al ser guardado me alegré de llevar lo mas delicado en mi mochila, y tras asegurarme de que mi maleta estaba dentro del autobús subí al mismo sentándome ahí donde pude sin darle demasiada importancia.

El paisaje de la ciudad era precioso, y mientras el autobús seguía su camino puse toda la atención que pude en las conversaciones que se producían a mi alrededor, eran muchas al a vez, mas no quise participar de ninguna, por alguna razón me sentía más cómoda dando clases que siendo parte de una tertulia y sobre todo cuando no conocía a quienes me rodeaban, pero a pesar de todo, pude hacerme una idea de las personalidades de quienes se encontraban conmigo, no solo por lo que decían sino por lo que callaban.

En ello estaba cuando el joven que se presentó como Wyatt comentó lo de publicar las imágenes que se harían, a nivel personal no me importaba, pero a nivel profesional… todo lo que encontrase solo atraería a mas como yo y eso solo significaba más competencia. Aun así cuando el joven comentó lo de mirar la ciudad saqué mi cámara de fotos y me dediqué a inmortalizar la hermosa ciudad en la que me encontraba.

No tardamos demasiado en llegar hasta una verja y una muchacha nativa del país, supongo, nos dio las indicaciones mas raras que había oído, aunque lo único que me hizo real ilusión de todo lo que dijo fue lo hacer una “acampada”, disfrutaba de esas cosas como una cría, pero lo de “la ciudad de Budapest no se hace responsable” sonaba poco alentador, aunque con todo lo que rodeaba a este lugar, no me sorprendía que esta mujer actuara de esta manera, ¿de verdad pensaba que aquello le infundía miedo a alguien?

Pasada la verja un escalofrío recorrió mi cuerpo Que tétrico – comenté más para mí que para los demás, lo que había quedado de las muñecas me mezclaban con el devastado entorno, el escenario perfecto para una peli de terror. Nos bajamos del autobús y comenzamos a caminar, poco tardamos en llegar al primer punto que sin duda, no auguraba nada bueno, un monumento a los caídos. La explicación de la joven rubia no era mas alentadora, y yo seguía disfrutando de la sensación de estar dentro de una peli de miedo.

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13/03/2015, 17:49
Goro Gaara

Goro sonreía grabando los exteriores, alguna toma del ambiente de buenrollismo general que imperaba dentro del autobús. Pero su gesto se fué torciendo poco a poco a medida que los arboles comenzaban a mostrar un aspecto más siniestro hasta convertirse en cadáveres de madera resecos y grises rodeados de ceniza, tiera negra como el carbón y miembros esparcidos de horrendas muñecas rotas. Goro sintió como si se hubiesen internado en un sueño febril nacido de la mente de un loco.
Guardó todos sus objetos y bajó del autobús, caminaba esquivando los trozos de muñecas de un forma que le hacía parecer al maniático protagonista de "Mejor imposible". Había escuchado con atención todo lo dicho por la guiá, así que esperó pacientemente a que le dieran el material y la comida.
Divertirse aquí va a ser todo un reto pensó para sí mismo ¡¡Me encantan los retos!!!

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13/03/2015, 19:13
Salvatore Darthe

Aunque jamás se lo admitiría a Andrea, mucho menos rodeado de curiosos impertinentes, Salvatore sabía se merecía aquel insulto. Tan pronto había despreciado al investigador se había dado cuenta de que eso no era lo único que hacía, y por eso, tras aquella mirada despectiva de la muchacha, prefirió abstenerse lo más posible de la conversación. Exceptuando eventos especiales que requerían su atención especial, por supuesto. 

No forzó su acercamiento, sabiendo que ella volvería cuando estuviese dispuesta a perdonarlo, y tomó su desafío como lo que era: Un infantil gesto de rebeldía causada por un enojo temporal. Y él, como buen hermano, estaba dispuesto a perdonarla por ello cuando esta acercó su mano suavemente a la de él, interrumpiendo la épica sonata que componía mentalmente. No importaba, podía crear otra con la misma facilidad que ahora le había causado el aburrimiento y la molestia, a diferencia de aquel tierno tacto irrepetible e irreproducible. 

Abrió los ojos y la observó con ternura, una mirada que solo osaba asomarse cuando la mujer estaba involucrada en la conversación, ya fuera como interlocutora o como tema de la misma. Acarició suavemente su mano con el dedo pulgar, para luego desviar su mirada hacia afuera, donde el paisaje era cuando menos curioso. La cantidad de muñecas rotas y dispuestas de manera siniestra en el camino que parecía encender un poco la curiosidad del joven pianista. Cuando el autobús se detuvo, dejó pasar a su hermana y salió tras ella, asegurándose de mantener la condición impuesta a Jessie al comienzo del viaje. Por supuesto, el chofer no se dignó a ofrecerle las manos a las damas para bajar, así que él asumió ese puesto aunque sin mucho agrado. Una vez todos se hubieron bajado, firmó todo lo que había que firmar, y recibió el saco de dormir y la tienda. Sabiendo que, nuevamente, su orgullosa hermana se negaría a dejarle lelvar su mochila, recibió su maleta y se dispuso a subir. Sin embargo, la torpe rubia parecía tener problemas manejando su maleta a ruedas, similar a la propia, y Salvatore no pudo evitar acercarse a ella para ofrecerle su ayuda. Se veía frustrada y cansada, y una dama jamás debía permanecer en ese estado habiendo un caballero presente para reconfortarla. 

- ¿Me permitiría llevar su equipaje, señorita? - preguntó con una sonrisa encantadora. Si Katia aceptaba, llevaría una en cada mano, adelantando camino hasta llegar a un lado de su hermana pero con una velocidad que la adolescente pudiese alcanzar. 

No dijo nada sobre el lugar. Había escuchado historias, muchas historias. Quién sabía si alguna de ellas era real, o si todas o ninguna lo serían. Pero algo si estaba claro: En aquel sitio, no podía sino guardar un silencio respetuoso y digno de ultratumba. 
 

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13/03/2015, 19:17
Abigael Crownman

Al llegar al fin a lo que debería ser el campamento o al menos una zona próxima a el, la mujer estaba tan entusiasmada como sorprendida a ver aquel cementerio de muñecas. Fue de las primeras en bajar y buscar aquel lugar con mayor concentración de trozos de muñecas y saco su móvil para sacar un par de fotos, actos seguido saco un par de bolsas de plástico con guías y recogió un par de cabezas y extremidades, hasta medio torso de una de las muñecas.

-Con esto y la foto, sera el anuncio perfecto.-Comentaba mientras estaba agachada recogiendo trozos aparentemente inútiles para el resto. Cuando se dio por satisfecha, guardo en su gran bolso las bolsas con cuidado de tener a mano el dichoso móvil y se acerco al autobús a recoger su maleta con ruedas.

-Tenia que a ver traído el petate de mi marido...
-Comento un tanto incomoda, al empezar a arrastrar su maleta con el traqueteo de unas ruedas que no están preparadas para ese tipo de terreno. Con algo de trabajo consiguió llegar hasta el monumento y dejo su maleta a un lado, por desgracia callo de bruces al suelo con lo que mas tarde tardaría en levantarla, pero ahora mismo no le parecía importar demasiado, estaba de pie frente al monolito leyendo los nombres, con un tono un tanto melancólico a la vez que sacaba un par de fotos como buenamente podía, igual que a las ruinas.

-Estos zapatos no son para el campo.-Se quejo una vez guardo se móvil y abrió su maleta, aprovechando que estaba tirada para buscar ese calzado cómodo en el que llevaba pensando desde que supo de la acampada. Por suerte era mas ordenada de lo que se podría esperar de ella y no le costo encontrarlos, cambiarse haciendo equilibrios y guardar sus zapatos donde estaban las botas. Guardo, se ato los cordones y cerro su maleta, ya estaba lista para caminar sin problemas. Por lo que se hizo con parte de su equipo de acampada, previo firma de papeles, y como pudo se acerco hacia donde debían mostrar las tiendas.

-Espero que alguien pueda ayudarme, no soy buena montando estas cosas...-Se lamentaba mientras hacia malabares con su equipaje, el suyo y el extra.

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13/03/2015, 19:35
Ekaterina Kuztnetsova

Katia se sobresaltó al escuchar una voz a sus espaldas. Se volvió, con los ojos como platos y una exclamación a punto de desbordarse de sus labios. Entonces le vio y sus mejillas se sonrojaron violentamente. 

- ¡Oh! Gracias... - Le dijo y en un principio no atinó a decir nada más. Su corazón empezó a latir desenfrenadamente y su mirada azul brilló al cruzarse con la de Salvatore. Sujetó mejor la tienda y el saco de dormir y alargó una mano para coger los de su acompañante. - Deja que yo lleve eso - . Se ofreció, tras haber tragado saliva y cogido ánimos para hablarle. Qué vergüenza. Debe pensar que soy una niñata... Se mordió el labio por dentro, e irguió un poco la espalda, intentando aparentar más edad de la que en verdad tenía.

Mientras caminaban para llegar al lado de la hermana del galán, Katia miraba hacia el suelo, procurando no pisar ninguna de las muñecas que se extendían por todo ese lugar. Miró de reojo a Salvatore y una sonrisa tímida se dibujó en sus labios. Pero rápidamente apartó la mirada y volvió a concentrarse en el terreno.

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13/03/2015, 19:56
Erika Stolness

Pestañeé varias veces ante aquello que los ojos me regalaban. El lugar podía ser totalmente tétrico, y podía llegar a dar escalofríos, pero a mí me encantaba. Los alrededores de Budapest, y, en general, todo el país era impresionante. Aquel lugar, con todo lo que le envolvía, aún me parecía más increíble que cualquier otro sitio en el que pudiera haber estado.

Salí de mi ensimismamiento cuando vi a una mujer negra que tenía problemas. Me acerqué a ella sonriendo, y me dispuse a ayudarla.

—No se preocupe— dije, sujetando parte de su equipaje—. Deje que le ayude— murmuré—. En cuanto a la tienda, puede ponerse conmigo. Yo la monto— aseguré, sonriendo. 

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13/03/2015, 20:44
Kim Rogers-Park

Kim se bajó del autobús de un salto, corriendo a rescatar su guitarra y su mochila de entre las pertenencias ajenas. Una vez estuvo todo bajo control, el joven se ajustó la gorra y miró alrededor soltando un silbido. Por un momento dejó de charlar con los demás y se alejó un poco mientras sacaba el iPhone. Tenía que inmortalizar todo aquello. Para el blog. Sus seguidores adorarían tener material de primera mano.

Ignorando completamente que tenía que coger una tienda de campaña, el chico se acercó al monolito y leyó los nombres en voz baja, tras lo cual... Clic. Una foto. Después examinó algunas de las muñecas rotas del suelo, notando un cosquilleo en su espalda. Estoy realmente aquí, ¡estoy realmente aquí! Clic. Después corrió a las ruinas con el entusiasmo de un niño el día de Navidad. Clic. Clic. Clic.

A sus espaldas la gente comenzaba a montar el campamento, así que con un suspiro, Kim volvió con los demás.

Este... dijo vacilante mientras se acercaba, sin dirigirse a nadie en concreto. ¿Hay que compartir las tiendas? ¿O son individuales?

Notó su iPhone vibrar en el bolsillo trasero del pantalón y sonrió. Sus amigos debían de estar alucinando al ver las fotos que acababa de enviarles.

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13/03/2015, 21:38
Chechu Cabezas

Chechu quedó impactado al admirar aquel tétrico paisaje. Ruinas y muñecas era justo lo que se esperaba, pero lo cierto es que daba algo de mal rollo estar en presencia de ambos. Tenía un aire a película de miedo muy grande. Entonces recuerdos de películas de terror vinieron a su mente y eso agravó un poco su estado de nerviosismo.

¡No! Sacudió el rostro y manos a la obra siguió las instrucciones de la guía. Cuando se hizo con su equipaje lo dejó caer sobre el suelo junto al campamento que estaban montando. —¡Puf! La cabeza me da vueltas. —enunció con los brazos arriba estirándose. Permanecer sentado durante tantas horas ha sido un verdadero agobio.

¡Pero ya había llegado! Se giró con entusiasmo hacia los organizadores y les brindó una sonrisa. —Tengo ganas de bajar al sótano y encontrarme con Chucky. —dijo con tono bromista.

Se hizo con un sleeping y una carpa, se puso junto a los organizadores comenzó a montar su pequeño refugio particular.

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13/03/2015, 22:21
Paco Culebras

Antes de llegar a su destino actual Paco escuchó a una muchacha que hablaba con unos hermanos de asuntos paranormales. No pudo evitar fijarse en la cantidad de estudios que dijo que había cursado. Una mueca se formó en su cara y se dirigió a la joven en cuestión desde la distancia. - ¿En serio has estudiado esas chorrocientas historias? - Pregunta con asombro a la tal Sasha, curvando una ceja. - ¡Ole tus huevos! ¡E-ru-di-ta! - Exclama con su natural y carismático acento andaluz, riendo, metido en movidas... Dejando la pose de dignidad hipster. 

Cuando llegan y tienen que bajar sus maletas se hace con la mochila y alcanza a su amigo, que ya está fantaseando. Relax, tío. - Le dice casual y acompaña las palabras de un codazo suave en su brazo. - ¿Sabes montar una tienda? - Pregunta a Chechu con curiosidad. - Más te vale, porque aquí hay unas tías que están como trenes y no te van a dejar pernoctar. - Advierte a su amigo, en típico tono de reto entre colegas. Él también se sabe fuera de sus posibilidades. - ¿Alguien nos puede echar un cable con la tienda? - Pregunta medio al aire a quien tenga cerca, con poca vergüenza.

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13/03/2015, 22:53
Goro Gaara

Goro pasaba cerca de los dos colegas y se detuvo junto a ellos; eran algo de color y alegría entre todo aquel montón de gente gris, seria y aburridísimamente aburrida, así que se acercó para "ayudarles" disimuladamente.
Así que les dijo, casi inaudible incluso para el par del bigote: ¿Necesitais realmente ayuda o lo decís para ver si os ayuda alguna chica?
Si fuera lo primero Goro empezaría a ayduarles encantado; si fuese lo segundo, les preguntaría la hora o cualquier cosa para "disimular" y seguiría adelante, no sin antes desearles suerte con su plan.

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13/03/2015, 23:11
Paco Culebras

Observa con curiosidad al tipo asiático que se acerca a ayudar, y cuando pregunta si hay intenciones con faldas por el medio, Paco niega con un gesto de mano. - No, no, es en serio. - Aclara con una sonrisa cordial a Goro. - Siempre me las ingenié para que otro se liara la manta a la cabeza y las montase. Ahora pretendo hacer lo mismo. - Tiende la mano al asiático. - Me llamo Paco, y este es Chechu. - Presenta a su amigo señalándolo con un gesto amplio con el brazo.

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13/03/2015, 23:30
Goro Gaara

Goro rió su propia desconfianza cuando encajó el choque de manos de Paco -Yo soy Goro- contestó a el tal Paco, luego saludó a su amigo Chechy que ya conocía de vista de la ola de la llegada. Es buena técnica, vaya que sí dijo mientras dejaba su fardo a un lado para empezar a ayudar a montar la tienda a aquel par. ¿Donde queréis montarla? preguntó observando el suelo, lleno de miembros cercenados de muñecas rotas y empezando a apartar algunos con el pié, no dándoles patadas sinó como si apartara un bicho peligroso, arrastrándolo con la punta del zapato. Que mal rollo dan estas cosas, huelen a mal Karma que flipas.

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14/03/2015, 03:35
Sasha Dixon

Mientras el autobús continuaba su camino, miré por la ventana impresionada por el espectáculo desolador. Me pregunté por qué las autoridades ni siquiera habían limpiado la zona, solía ser habitual en caso de incendio intentar repoblar la zona dañada.

Janko expresó su opinión sobre el programa, muchos parapsicólogos no estaban de acuerdo con este tipo de producciones, así que estaba acostumbrada a escucharlo.

-No digo que esté de acuerdo con la fiabilidad de los resultados que obtienen y de los aparatos que usan, pero le puedo asegurar que todo el equipo se lo toma muy en serio. La mayoría son personas que han tenido “encuentros” y sienten la necesidad de encontrar pruebas, que demuestren que lo que vieron existe. Es cierto que la productora se preocupa más de la audiencia pero, para los que hacen los encierros, es una forma de conseguir financiación ilimitada para sus investigaciones. Lo malo es que la televisión requiere una puesta en escena mínima para resultar atractiva y eso desvirtúa su trabajo. No obstante permítame hacerle una pregunta, ¿de qué sirve investigar todos esos lugares si no consigue ninguna prueba? Al fin y al cabo ese es el objetivo último de una investigación, conseguir demostrar lo que ha encontrado. Aunque probablemente sea tan crítica y escéptica como el que más, reconozco que trabajan muy duro y me gustaría que alguna vez consiguieran algo fiable. En ocasiones están tan bajos de moral, que me da lástima que trabajen con tanto empeño para nada.

Cuando bajamos del vehículo firmé el consentimiento, recogí mi macuto, la tienda de campaña, el saco de dormir y seguí a los guías. Las ruinas demostraban que el hotel debió de ser una maravilla, era una lástima que la desgracia hubiera destruido el proyecto antes incluso de que empezara. El homenaje a las victimas era hermoso pero me pareció insuficiente para sus familias, merecían saber lo que había ocurrido. Me pareció indignante que no hubieran profundizado en lo sucedido, las contradicciones, el cuerpo sin identificar, era una verdadera chapuza. Lo que no entendía era que los familiares de los fallecidos se hubieran conformado con una explicación tan vaga. Si fuera yo habría removido cielo y tierra para saber la verdad.

Escuché a algunos de los demás opinar sobre montar el campamento, solo había ido algunas veces de acampada siendo una niña y nunca había montado una tienda, solo esperaba que en la bolsa estuvieran las instrucciones. No podía ser tan difícil. Me giré al escuchar que me hablaban. Uno de los hombres con los que no había hablado y que me pareció escuchar que se llamaba Paco, preguntó por mis estudios.

-Sí, pero no soy una erudita. Solo es que me gusta continuar ampliando mis conocimientos.- Me encogí de hombros restándole importancia.- Los conocimientos que tengo no son especializados pero funcionan bastante bien juntos, siempre procuro que lo que aprendo se complemente.

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14/03/2015, 04:00
Andrea Barbara Roots

Mientras aún seguían en el autobús, Andrea escuchó cómo Sasha continuaba hablando más sobre sí misma. Pero cuando empezó a explicar los déficits de la investigación policial aquello fue demasiado: parecía saber más no sólo que la propia policía, sino también que los guías de la expedición. Eso, o ese programa que producía había hecho que cada frase que Sasha decía pareciera cargada de sensacionalismo. O quizá fuera al revés, y había acabado en ese programa por esa habilidad. En cualquier caso, a Andy no le convencía demasiado.

La chica dejó que sus ojos se perdieran en algún lugar indeterminado a través de la ventanilla, simplemente deseando llegar cuanto antes. Sin embargo, no reprimió una pequeña sonrisa al oír cómo alguien le preguntaba a la investigadora sobre qué era exactamente. Pero la explicación de ella llegó cuando ya estaban cerca de su destino, y para Andrea se perdió en el aire, pendiente como estaba de todo lo que captaban sus ojos.

Sólo había una palabra para describir aquel paisaje: desolador. Sin llegar a decir nada Andrea apretó un poco más los dedos de su hermano, queriendo buscarle en silencio. La visión no sólo de lo que el fuego había dejado, sino de todo lo que se había llevado heló su sangre y le produjo un malestar difícil de explicar. Aquel fue, desde que habían tomado el avión, el primer momento en que Andrea se planteó si realmente quería estar allí.

Si por ella hubiera sido habría sido la última en abandonar el autobús. Necesitaba un minuto de soledad, y lo necesitaba urgentemente. Y algo de lo que llevaba en la mochila tampoco estaría mal. Sin embargo su hermano seguía ahí, esperando para dejarla pasar, así que decidió no dejarse llevar: salir de aquel vehículo como si nada y fingir que aquel lugar y aquel paisaje eran lo más normal del mundo, como parecían estar haciendo casi todos.

De modo que pasó delante de Salvatore y caminó por el pasillo, abandonando finalmente el autobús. No tardó en recoger el saco y lo demás, guardándose el formulario en el bolsillo para leerlo luego con calma. Al ver como aquella niña, Katia, parecía perderse en su propio equipaje Andy se quedó mirando cómo su hermano iba a ayudarla. Probablemente no había sido más que una forma de llamar la atención de él. Después de todo estaba claro que le había gustado desde el aeropuerto, y sólo eran diez metros: nada impedía a la chica hacer dos viajes. A punto estaba de acercarse con una sonrisa a decirle que él era gay, sólo por ver su reacción, cuando la explicación de Krysta sobre el monolito captó su atención. Sin prisa se acercó a él, observándolo, para finalmente detenerse a su lado e inclinarse a leer la inscripción.

- No lo entiendo. - Dijo en voz alta, incorporándose. - ¿De qué incongruencia pudieron darse cuenta al registrar los nombres? Eran públicos, ¿no? - Preguntó, dirigiéndose a la guía. - Y lo del cuerpo sin identificar... ¿No puede ser simplemente alguien que estaba merodeando, o alguno de los trabajadores del hotel? - Insistió antes de hacer un gesto de disculpa, intentando dejar claro que hablaba desde la ignorancia. - No quiero meterme donde no me llaman, ni mucho menos, pero puede que la rumorología haya hecho una montaña de algo que fue simplemente una desgracia.

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14/03/2015, 07:38
Mike Straton

Mike miró a aquella chica joven y atractiva. Sus palabras le habían sacado de su "trance" delante del monolito.

La miró detenidamente durante unos segundos. Sin duda era una mujer realmente atractiva y su juventud le recordaba a Mike aquella época en la que él también había sido joven.... Sonrió, como sonríe un padre ante los comentarios de sus hijos.

No creo que fuese solamente una desgracia sino este lugar habría perdido rápidamente el encanto y no se hubiese generado esa rumorologia que le persigue y se ha instalado en él. Algo... lo que quiera que fuese pasó aquí pero está claro que pasó, sino la ciudad de Budapest no se habría tomado la molestia de no hacerse responsable de nosotros y, mucho menos, habría mantenido así el lugar.... como un recordatorio de algo que no se debe hacer, como un aviso para navegantes...

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14/03/2015, 11:19
Aurél Pataki

Entre tanto que el autobús se detiene, la tierra ennegrecida y los restos inmóviles de figuras que representan una inocencia calcinada, voy saliendo de mi silla con un poco de desgano. Escucho las instrucciones y firmo el contrato de wyatt.

Mientras nuestra guía expone la historia del lugar, me quedo un momento; algo nervioso al lado del tributo levantado en honor a las víctimas, tal vez mirándola demasiado tiempo, tal vez buscando algo perdido en el olvido de los que nunca supieron... Creo que debemos organizarnos por grupos y hacer una fogata por sección, digo al grupo que se encuentra, en términos generales, bastante animado, mientras se encamina a montar las tiendas de camping. 

 

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14/03/2015, 13:42
Samantha Lowell

Buah, ¡qué fuerte!- exclamó Sam, cuando comenzaron a vislumbrar por el camino fragmentos de muñecas- Hay trozos de muñecas por todas partes. Como si fuera una peli de miedo- dijo, ajustándose los cascos al cuello de manera inconsciente, antes de que Soph se inclinase sobre ella para mirar.

Le dedicó a su compañera una sonrisa, y se deslizó por debajo de sus piernas para dejarle sitio- Mira, mira.- señaló, inclinándose ella sobre la ventanilla entonces.

Entretenida como estaba, a penas se percató de que el autobús había llegado al final del trayecto, y cuando se detuvo, miró alrededor, comprobando que todos empezaban a bajar. Esperó con Soph para coger sus cosas y salir, plantándolas junto a las que su compañera ya había amontonado en la cima de la colina. Entonces la escuchó llamarla, y vio el monumento, abriendo los ojos, sorprendida. 

Se acercó, para observarlo en proximidad- Tiene grabados todos los nombres de los que murieron aquí hace diez años. Casi...-dijo, acercando la mano, como si quisiera tocarlo, pero sin llegar a atreverse- Casi puedo sentir escalofríos. 

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14/03/2015, 14:01
Mona Hopkins

Cuando a Mona le llegó la aceptación a la expedición, no pudo hacer otra cosa más que avisar a sus superiores de su ausencia por un tiempo del laboratorio donde pasaba el 90% de su vida. Su superior inmediato nunca puso traba alguna a sus investigadores pudieran hacer sus investigaciones como ellos quisieran; pero si le puso la condición de que sin importar que, tenía que mantenerlo informado de todo lo que acontecía a diario; y Mona accedió.

En el aeropuerto la cosa se puso un poco tensa, pues la maleta de mano con sus accesorios para bioanalisis portatil excedía por unos 4cm el tamaño permitido para ser considerado "equipaje de mano". Así que todo el vuelo, se fue maldiciendo las políticas aeronauticas; pero ya nada de eso importaba, solo le quedaba rezar para que sus cosas llegaran intactas, claro, como si rezar funcionara de algo para alguien como Mona.

Cuando el vuelo arribó, no hizo otra cosa más que coger sus maletas de la cinta transportadora e irse a revisar que todo estuviera en orden; pero su maquina estaba arruinada, miles de dólares de su compañía estaban invertidos en ese pequeño aparato, y no pudo hacer más que esperar ser atendida por agentes aduaneros y de seguridad. Al final de un largo procedimiento, la única opción que le dejaron, fue dejar el aparato en el aeropuerto y llamar a su supervisor, ya un abogado de la compañía se encargará de hacer la demanda; no podía permitirse perder más tiempo.

Cuando salió, seguía hablando con su superior; vio como había un montón de gente aglomerada a la salida, y una chica sujetaba un cartrel, Mona no dejó de hablar por teléfono, simplemente le hizo señas a la chica para avisar que había llegado, y siguió hablando por teléfono en voz baja, manteniendo su distancia del bullicio que hacían los demás.

Siguió el grupo hasta un autobús, donde no le importó como trataran su equipaje, igual ya nada más podría romperse. El viaje en bus fue bastante tranquilo, hasta que le comenzó a vibrar el teléfono sin cesar en el bolsillo del pantalón, su jefe otra vez -Alo? Si, lo tuve que dejar en el aeropuerto, o no hubiera podido participar de la expedición... No tengo tiempo! Que se encarguen los abogados del...- Hizo una pausa para no mencionar el nombre de la compañía donde trabajaba, tenía que mantener un perfil bajo respecto a eso, de hecho, por eso no le habían permitido el uso del jet, y tendría que viajar como cualquier otro mortal, -Ya se, ya se... Pero estoy demasiado molesta! Hablamos despues George!- Su voz era suave, como de alguien muy calmado, pero realmente estaba molesta.

Cuando llegaron a la entrada de la montaña, se fascinó por comprobar en piel propia la superstición de los locales con respecto al lugar -definitivamente hay algo extraño- murmuró para si misma con una sonrisa en su rostro.

Apartada de todos los "grupos" que se habían formado entre tantas personas, decidió bajar de última y seguirles; no estaba ahí para entablar amistades, sino para reunir especímenes y analizarlos cuando regrese a su laboratorio. No podía evitar desviar la mirada al suelo y tampoco podía esperar a montar su carpa y comenzar a reunir muestras de suelo de aquel lugar. Pero decidió esperar y montar su tienda como todos los demás, ya tendría tiempo de sobra hasta para elegir de donde recoger muestras.

Entre conversaciones escuchó a una chica que al parecer, se escuchaba profesional, y se le acercó un poco; Mona decidió romper el silencio, quizás una que otra relación le podría resultar provechosa.

-Disculpa, no pude evitar escuchar lo que decías. Soy Mona, Mona Hopkins. También estoy aquí para reunir pruebas. Qué tipo de pruebas han logrado encontrar?- Diciendo con la misma voz dulce que tenía cuando discutía con su superior por teléfono; al parecer, era su voz, y ningún cambio en su temperamento la modificaba.

Notas de juego

Lo último lo digo dirigiendome a Sasha Dixon.