Partida Rol por web

Largo tiempo en silencio, así es como había permanecido Abi, tras ver el macabro espectáculo de los amantes de eras pasadas asesinándose mutuamente para acabar con la vida de dos de ellos, ¿Cambien serian amantes? Ya era tarde para preguntar, por otra parte el resto hablaban y sacaban nuevas cosas, sobretodo algo que ya presuponía desde el regreso de Andrea. Una zona donde hablaban unos pocos entre ellos, seguramente a ese grupo es a lo que se refería Astrid mas adelante pero ahora mismo no lo sabia, de hecho estaba todavía en silencio mirando la estantería de muñecas, ahora casi vaciá porque muchos, como ella, habían escondido la suya, un hecho evidentemente inútil.

Solo cuando sintió el toque de aquel regresado, Phil se sobresalto ligeramente y atendió a sus palabras, busco con ahincó en su mirada para saber si mentía, porque no las entendía. Pero en vez de seguir preguntando lo dejo marchar. Poco después continuaron los ataques entre ellos, la votación cambiada, los grupos, los insultos y mas insultos... hasta que Phil volvió a hablar y su voz llego a ella una vez mas, fue entonces cuando se decidió a acercarse a él y como hiciera aquel hombre horas antes con ella, le toco levemente el hombro para llamar su atención.

-Pero si no estas vació como es posible. Yo te vi...-Negó con la cabeza.-Soñé que alguien, una forma femenina y delgada se reunía contigo en la noche, reclamaba un beso y te asesinaba mientras bebía tu sangre...-Tenia claro que las palabras de ella podían ser tildadas de locura como las de Aurel o Astrid, después de todo ella tampoco tenia un grupo de apoyo.-Pero luego a tu regreso, esperaba que dijeras algo que apoyara aquel sueño, en cambio acusaste a Mike.-Fue entonces cuando bajo el tono- ¿Estas también en la sala de te, con Paco, Andrea y otros?-Esperaba que la respondiera y calmara su curiosidad, pero sabia que seria un tanto difícil, a diferencia de otros, ese hombre apenas formulaba una o dos frases por día, como si tuviera miedo a hablar,
-Porque ese miedo, ¿Acaso le coaccionaban de algún modo?

 Chechu se quedó muy muy serio mientras observaba a Michael Dennis cuando le respondió, su cara reflejaba impotencia y una total indignación con cada palabra que salía de la boca de ese viejo. Cuando terminó, Chechu miró a Paco y se encogió de hombros. Tss... ¿Y este? -se escuchó decir en susurros.
 
 — ¿Es usted tonto o algo parecido? — preguntó sin cortarse ni un pelo. Parece mentira, con la edad que tiene ya podría comportarse con un poco más de talante. Será gilipollas... — susurró de nuevo girándose hacia el resto. 
 
 Asintió a las palabras de Aurél con el ceño fruncido y de nuevo quedó en el más absoluto silencio mientras el resto poco a poco iba despidiéndose de la noche.
 
 — Mañana podríamos llegar a un consenso sobre qué hacer al atardecer, sería lo mejor en lugar de estar peleándonos como animales.

Sophia no se había movido de su posición junto a Sam. Había permanecido en silencio, fulminando al húngaro con una mirada que dejaba más que claro lo que pensaba de él, hasta que la intervención de Janko la hizo soltar una carcajada breve y nerviosa, que si bien no consiguió que relajase su espalda, sí que deshizo parte de la tensión con que apretaba los puños. 

Miró al espiritista con una pequeña sonrisa, pero el momento duró poco, porque enseguida la situación continuó caldeándose otra vez y los ojos claros de Sophia paseaban de un lado a otro, escuchando a todos, sin intervenir. 

Contempló como algunos empezaban a retirarse a sus tiendas y ella misma miró a Sam, esperando que la acompañase a la que compartían. Sin embargo, algo que había dicho Abigael la había dejado incómoda. Con el ceño ligeramente fruncido empezó a darle vueltas, repasando lo que la mujer había dicho y lo sucedido desde ese ritual de vudú en el que Mike había caído. Y finalmente se dio cuenta de qué era lo que le descuadraba. Deshizo su intención de retirarse ya y miró hacia Abigael para dirigirse a ella con algo de timidez.

- Perdone. ¿Acaba de mencionar la sala de té? ¿Cómo sabe que ese lugar donde somos muñecas es una sala de té? Juraría que nadie lo ha dicho aquí en voz alta. - Sophia ladeó la cabeza con curiosidad al mirar a la mujer intrigada por su respuesta.

La mujer negra parpadeo incredula ante la pregunta de Sophia, realmente no esperaba que nadie mas se hubiera percatado de esa pregunta excepto Phil, pero al parecer su marido tenia razón, al decir que ella solo tenia dos tonos de voz: alto y muy alto.

-¿Así que tu también estas en ella querida?-Pregunto primero intrigada, pues se preguntaba cuentas personas estaban allí, para luego caer en que esperaba una respuesta.-Pues es lo que ha mencionado Andrea horas antes, mientras discutía con Paco, lo llamo casa de te. ¿Es importante?-Ahora al menos sabia de 3 personas.

Cuantas me faltan por conocer, cinco mas?

Sophia asintió con la cabeza. - Sí, yo también estoy allí. Pensé que había quedado claro cuando le pedí a Andrea que contase aquí lo que nos había dicho allí. Yo llegué esta mañana y por ahora somos seis si no me equivoco. - La joven se encogió de hombros y repasó mentalmente la tarde para terminar negando con la cabeza. - Pero juraría que ni Andrea ni ningún otro ha mencionado que sea una casa de te, o sala de te, ni nada parecido.

Estudió a la mujer con curiosidad un par de segundos antes de añadir algo más. - Así que si usted no está allí y nadie lo ha dicho aquí... ¿Cómo puede saber usted que es una sala de te? No sé si es importante, pero me ha parecido llamativo. 

-¿Así que son seis? Y todos muñecos, es lo mas raro...-Dudo por una fracción de segundo-No retiro lo dicho. Es otra cosa mas, dentro de esta propia locura.-A todo aquello quiso aclararlo una vez mas.-Pero cariño, te equivocas, si que lo menciono, has memoria, estoy segura que recordaras pronto.-Lo ultimo que le apetecía a Abigael era crear mas confusión.

Sophia asintió de nuevo. - Sí, por ahora somos seis. Y todos con forma de muñeca, como las de la estantería. Cuando llegué yo esta mañana también estaba Mike, pero después del ritual ese de vudú su muñeca sencillamente desapareció. Por lo que me dijeron los que ya estaban allí, suelen llegar de dos en dos, pero yo llegué sola esta mañana. - Explicó, encogiéndose de hombros.

Después se quedó pensativa y volvió a repasar mentalmente lo que todos habían dicho. Estaba siendo una tarde larga y complicada, con muchas discusiones. Finalmente suspiró y sacudió la cabeza. - Puede que tenga razón y lo mencionase Andrea. Discúlpeme, por favor, me temo que estoy un poco suspicaz con todo lo que está pasando. 

Sophia sintió como sus mejillas se encendían. Se sentía avergonzada por haber importunado a la pobre mujer para nada. Finalmente buscó de nuevo la mirada de Sam y suspiró. - ¿Vamos a nuestra tienda?

Sin moverse del lado de Phil, sonrió complacida al comprobar que Sophia al fin había recordado y quiso quitarle importancia.

-No te preocupes querida, todas estamos tensas, quien no este nervioso, paranoico o asustado es que miente o ha montado todo esto.-No tenia clara la presencia de esas personas en ese lugar, pero al menos aquella mujer; quien tenia la suerte de estar con quien quería, le aclaro en parte que Phil no estaba con ellos y aun asi, no comprendía entonces lo que ella creyó ver.

Michael sonrió ante los insultos de Chechu. -Bueno, si eres tú quien me va a dar lecciones de talante...mejor no tenerlo.- No entró en más discusiones. No era alguien dispuesto a discutir con gente que recurría al insulto fácil. Aunque desde luego, sí que resultaba alguien interesante para un personaje de sus novelas, si es que lograba salir de allí. No como protagonista, por supuesto. No vendería.

Se quedó con ganas de hablar con Sophia sobre aquella sala, pues como ya había manifestado, le resultaba imposible de encajar en todo aquello. Que Mike hubiese desaparecido estando allí, después del ritual, significaba (o eso le pareció) que fuese como fuese que llegasen ahí, debían de estar vivos. Lo comentado por Andrea sobre cómo llegó, le daba más peso a aquella sospecha. Pero no quiso interrumpirla.

Se dispuso a retirarse. Su cansancio era evidente.
 

Goro cuando vió que algunos empezaban a retirarse hacia sus tiendas de campaña los imitó. Le temblaban las manos y las rodillas, en parte por el cansancio y en parte por la tensión que se palpaba en el ambiente. Y sobretodo porque cada noche, cuando entraba en la tienda se sentía como si entrase en un quirófano para una operación complicada de la que podía no salir.

Oh, espera… que al final, Phil pasaría otra noche sin dormir. Gira su rostro para atender a Abigael, pero aquello que le dice… le deja mudo, mirando a la nada. En su cara podía denotarse una mezcla de incógnita, sorpresa… y un poco de canguelo. De inicio no suelta palabra alguna, tan solo traga saliva 2 o 3 veces pensando en memeces imposibles cuando Sophia interviene en referencia a aquella salita del té. En ese momento… el hombrecillo suelta el aire que estaba conteniendo. ¿Una mujer? ¿Delgada? ¿La suya? No, no podía ser.

Para cuando terminan su pequeña aclaración, Phil procede con la suya – No, Abigael. Em… verás, esa noche en cuestión me costó dormirme (como todas) escuché ruidos, salí de mi tienda, y vi a Mike en la de Katia, con un... con un cuchillo. Pero hasta ahí. Podría decirse que pisé unas ramitas (crick) y alguien me atravesó el cuello al darse cuenta de mi presencia, muy muuuy rápido… - gesticula con las manos, haciendo un croquis imaginario de los sucesos mientras mira a la mujercilla - …quedé inconsciente, o bueno… muerto. Y para entonces ya estaba en aquel lugar, con Luis y demás – recuerda, no había estado muy fino – Pero … no pasó nada mas – niega confuso. Al menos, que por él mismo supiera -No sabia nada de esto que me dices... - pero nada.

Algunos parecían empezar a retirarse - Y bueno... - se rasca la cabeza - Juraría que amanecí con el cuello abierto - Al menos, esa fue su ultima sensación, podría aclarar... algo.

Finalmente Phil volvió a hablar para dar detalles sobre lo que recordaba la noche anterior y para desgracia de la mujer, mantenía en sus trece lo sucedido durante su muerte, por lo que su sueño, seria solo eso, un sueño una mala pesadilla, lo que no entendía entonces, era porque soñar con personas que apenas conocía.

-Vale, gracias Phil, si, supongo que yo también iré a dormir.-Era lo único que diría, pues desear buenas noches a alguien en ese lugar entre el infierno y el limbo era cuanto menos cruel.

Niega con cansancio a Andrea. - No quiero más movidas y no sé como más decirlo. - Repite una vez más y suspira, mirando intermitentemente a ella y al resto de acusadores. - Creedme que yo también quiero salir de aquí, y no pienso ser un impedimento. Haré lo que pueda por ayudar, como he tratado hasta ahora. - Sonríe con cansancio y deja ya el tema. 

Ve como Aurél y Astrid se meten en un jardín muy chungo y no puede evitar levantar una ceja. - Por donde te puede llevar una mala lengua... - Dice para sí y mira a Chechu, que acaba de recibir una mala respuesta de uno de los mayores. - Relaja, eh... Carcamal. - No se puede contener en decir al tal Michael. - El tono es el tono, así que seamos señores. - Recomienda mostrando talante para mantener el clima. Al ver a Chechu pasar de él ya escucha lo que propone y asiente, sin más comentario.

ya todos empiezan a marcharse y hago lo mismo, ya en la distancia me giro a todos-he, ahí les dejo un recuerdo y de pronto así se animan a venir a por mi esta noche- acto seguido...

!!PASEN UNA FELIZ NOCHE!!...-vuelvo a subir mis pantalones y encamino a mi carpa.

Paco estaba tan tranquilo meditando, pero no puede evitar escuchar las erráticas palabras del húngaro del momento y se gira curioso. Cuando ve su culo sus ojos se abren como platos y sus labios se ensanchan en una sonrisa sardónica. - ¡Pero tú pieza! - Le grita levantando una mano. - ¡Indecente! - Espeta al húngaro loco.

Los minutos posteriores a su última intervención Andrea se los tomó para fumarse un porro tranquilamente. Estaba cansada de no tener tiempo para sí misma, para estar tranquila. Pero también sabía que en esa situación perderse cualquier detalle podía significar pasar por alto algo importante.

Con calma escuchó a Astrid hablar de nuevo, y cuando se dirigió directamente a Salvatore repitiendo aquella historia del incesto una pequeña sonrisa apareció en su rostro. Aún así, viendo el estado actual de su hermano, se interpuso entre ambos, impidiendo que la rubia se acercase demasiado. Sin amilanarse ni lo más mínimo liberó sus pulmones, echando el humo del porro en la cara de la chica.

- No vuelvas a acercarte a él. - Enunció con severidad. Una vez lo había perdido, y otras había estado a punto. No iba a consentir que una niñata como esa lo amenazase. - O te vas a enterar de lo que otras podemos hacer aún sin llegar a asesinar a nadie. - Dijo despacio. Y acto seguido, al escuchar a Kim, intercambió con él una mirada de agradecimiento.

Después de eso Andy se relajó un poco, y fue presenciando cómo los demás tomaban unas u otras posturas, y algunos terminaban por meterse en las tiendas e irse a dormir. Al escuchar la conversación entre Sophia y Abigael no contuvo una pequeña risa, asintiendo suavemente con la cabeza cuando la mujer dijo que había sido ella quien había hablado de la sala del té. Quizá había sido un error hacerlo, pero ahora ya era tarde para remediarlo.

Finalmente Andy se desperezó, valorando seriamente el ir a dormir. Katia se había ido ya, y Andy no estaba segura de que estuviera bien. - Ve con ella, anda. - Le pidió a su hermano, en una petición que podía parecer totalmente generosa, pero que dejaría la tienda de Salvatore libre.

Sam escuchó a Soph y a Abigael, manteniéndose al margen al lado de su novia. Escuchó a Phill, con expresión pensativa, y llegó a la conclusión de que no había mucho más que añadir aquella noche. Ya habría que sacar conclusiones por la mañana, seguro. 

Suspiró, y justo cuando pensaba irse a la tienda de campaña que compartía con Soph, observó como Aurél finalmente entraba en pleno brote y les hacía un calvo, mostrando en un solo acto, toda su falta de masa gris y toda su ordinariez- Hay que ver, ¿quién iba a decirnos que tenía más pelo en el culo que en la cabeza? No nos iremos nunca a dormir sin saber algo nuevo- dijo, sin darle mayor importancia a aquel acto soez.

Observé el panorama bastante incrédula. Aurel y Astrid olvidaban que estábamos todos en las mismas condiciones.

-El miedo no te da derecho a tratar a la gente de esa forma, Astrid. Yo también estoy asustada, pero no me comporto de esa manera. – Miré a los demás antes de dar mi opinión sobre el enfrentamiento del que estaban siendo testigo.- Por mi parte no tengo ningún motivo para desconfiar de Salvatore o de Andrea. Toda la información que nos ha dado ha resultado muy útil. Sin embargo, y esto lo digo para todos, la situación ya es bastante complicada como para añadir insultos y amenazas de ningún tipo. Que estemos en esta situación no quiere decir que nos comportemos como animales, bastante están haciendo ya los asesinos. En cuento a Aurel, además de lo desagradable que me ha parecido su numerito, debo decir, si es que me está oyendo, que no creo que su ataque le descarte como posible asesino. De nuevo quiero dejar claro que solo me limito a exponer los hechos que he podido ver. Todos los que han sufrido ataques han resultado heridos, aunque hayan sobrevivido, han mostrado graves heridas de arma blanco o mordiscos. Sin embargo, su ataque fue un intento de asfixia que no encaja con los métodos utilizados. Incluso si fuera para que no gritara, han demostrado que disfrutan más degollando. Simplemente no me encaja, creo que llegados a este punto, no deberíamos callarnos nuestras dudas. Dicho esto creo que yo también me retiro a descansar, espero veros a todos por la mañana.

Antes de irme, miré a Paco, supuse que se daría cuenta de que, si al atardecer otro asesino sobrevivía, lo consideraríamos obra de él. Al menos su actitud era mejor que la de algunos otros, lo que era algo de agradecer.

Muchos se habían retirado a acostar pero Richard no podía callarse algo que había descubierto.

-Lo que voy a decir ahora es importante. La muñeca o lo que fuera nos dijo que buscáramos objetos. Yo encontré uno. Con ese objeto podía averiguar si entre tres personas había un traidor. Esas tres personas eran Andrea, Astrid y Paco. Evidentemente vi el mal en uno de ellos, por desgracia, no sé en cual, pero sí, la energía de uno de ellos es oscura, malvada, misteriosa. Nada buena.

Le creyeran o no, se veía obligado a contarlo. En ese sitio, nunca se sabía cuando se iba a morir.

-Sin duda uno de ellos es un traidor. Y nos toca a nosotros deducir cual es. Si lo cuento ahora es porque lo acabo de descubrir, y no me puedo esperar a mañana, ya que no sé si volveré aquí.

Solo alzó una ceja ante la torpe decisión de Astrid de responder, aún de buen humor por la puesta en lugar de Janko hacia Aurél. Lo de prepotente lo había escuchado, lo de imbécil un par de veces más, pero algo tan ridículo como decir que le “lanzaría una piedra a su peculiar cara” era tan único y absurdo que solo agrandó su sonrisa. Y ya que Kim y su “incestuosa hermana” dijeron suficiente, él solo mantuvo la calma, aun sonriendo, y les agradeció con un suave movimiento de cabeza.

Sus ojos se posaron en Katia, quién parecía haber cambiado drásticamente de mirarlo a él a mirar el suelo, y la observó mientras emprendía retirada hacia la tienda. No se sentía bien dejarla sola, no así, no muerta de miedo como estaba. Por eso cuando su hermana lo pronunció, él asintió y partió detrás de la adolescente, esperando que no le molestara dormir a su lado por esta noche, y que la presencia de alguien junto a ella la calmara tanto como esperaba.

Buenas noches, damas y caballeros – se despidió, aprovechando de no tener que hacer una categoría exclusiva ahora que se habían ido Astrid y Aurél.