Partida Rol por web

En la vida, el exceso de confianza había sido algo que te caracterizaba. Siempre segura, fiestera, animosa, pero había algo que tu corazón pedía a gritos, algo que ese lugar de soledad y encierro parecía amplificar. Sabías que algo sucedía, aunque no tenías claro de qué se trataba.

Miraste hacia atrás y pudiste ver a tu padre, el hombre que había inspirado mucha parte de tu vida y sentiste que echabas en falta su apoyo y guía. Inexplicablemente, tu corazón se llenó de sentimientos de melancolía y sentiste lágrimas brotar de tus ojos por esto. Entonces, encontraste un extraño objeto en tu mano, el cual parecía llenarte de cierta calidez, pero era demasiado grande y no podías cerrar tu mano. Lo miraste más detenidamente y te diste cuenta que tenía una abertura, por la cual podía abrirse y arrojar un lazo de un material muy resistente.

No sabías cómo, pero estabas segura de qué se trataba. Ese lazo te uniría a alguien que tomaría el lugar de tu padre y te guiaría por todo el proceso, ya que, sin este, podrías perder la cabeza y cometer lo imperdonable. Era el momento de buscar un mentor.

Eres el Niño Salvaje. Te explico el funcionamiento de tu rol:

- Eres alguien que necesita compañía y, por eso, debes escoger un personaje que será tu mentor.

- Si tu mentor muere, tu furia se desatará sobre todos los presentes.

- Tienes hasta el miércoles para escoger un mentor.

Si. El comentario numero 16 despues del narrador... (?) John Witaker

Entre todo el caos que se presentaba ante los asistentes y todas las incertidumbres, hubo una mirada que capturó la atención de John, la mirada de una chica que le recordaba al hermano que había perdido en el pasado y que, llegado a esto, habría hecho hasta lo imposible por volver a abrazar.

Una atmósfera se creó alrededor de John y la chica de cabello castaño, Sayuri Mizumoto, la cual parecía mirarlo con ojos de súplica. Este sentimiento arrugó su corazón e hizo que la siguiera hasta llegar a una pequeña cueva oculta de todas las miradas y oídos. Allí, Sayuri tomó la mano de John y un vínculo irrompible se formaría entre ambos.

Un juramento silencioso en donde ambos confiarían en el otro incondicionalmente, Sayuri había encontrado aquel mentor que le guiaría hasta el fin del mundo y John había encontrado esa hermana pequeña a quien proteger. A pesar de la soledad de aquel lugar, se tenían el uno al otro, ahora y para siempre.

A pesar de la muerte de John, podían seguir en contacto. El silencio era prolongado, pero el vínculo que los unía era lo suficientemente fuerte para sobrepasar la barrera de la muerte.

Sintió un tirón en el corazón al ver a Sayuri, como si algo tremendamente familiar y nostálgico le inundara de repente. Quizás un gesto o simplemente verla de diferente forma, pero la veía como a su hermanita, la cual dejó en su país para buscar a su otro hermano, perdido en esos parajes extranjeros. Ahora sabía bien el destino de él, por lo que no quería que Sayuri tuviera el mismo final. O al menos eso deseaba, pues el destino se burlaba de su impotencia, segando su vida cuando comenzaba a tener un camino claro que recorrer.

-Algo me ha matado- dijo sorprendido de que aun pudiera hablar con ella-. Ni siquiera pude empezar a averiguar algo- la idea de dejarla sola, a merced de quien sabe que, le encogía el corazón-. He muerto, pero no por eso te dejaré sola. Intentaré ser útil, incluso desde el mas allá.

Asustada, con un cachorro abandonado por sus padres, Sayuri se había movido en las sombras desde que había llegado, demasiado confundida para ayudar la voz de John la había atraído como el canto de una sirena atrae al marinero y el lazo había correspondido, breves momentos de felicidad y alivio solo para verse perdida segundos después. 

Las garras de la desesperación se aferraron a su corazón hundiéndose en su pecho como una venganza equivocada, soltó un gemido, con el grito de dolor atrapado en la garganta y los ojos se le abrieron de par en par deformando su rostro en una expresión de agonía al verlo muerto, las lagrimas se deslizaron por sus mejillas.

¡Pero! ¡Ventura!escucho su voz de vuelta, y allí estaba, sus esperanzas renacieron si acaso su lazo era más fuerte que cualquier otra cosa, se juro que lo hallaría de vuelta. 

-Estas aquí -susurro con alivio -estás aquí, Dios, pensé... pensé... Te han hecho algo horrible, lo siento tanto -susurró -te juro que no quedará impune -prometió sombría -los encontraremos y lo pagarán -por que pesar de su calma superficial, ella era una persona de emociones violentas y su alma rugía por venganza. 

-Creo que mi alma esta atrapada, en una especia de muñeca- la desesperación en la voz de la joven le hizo sentirse impotente, pues solo podia ayudarle con información o consuelo-. Solo nuestra union me permite hablarte- la idea de encontrar a los culpables y hacerles pagar le pareció muy atractiva-. Me vieron como una amenaza, lo que es verdad, pues había empezado a verificar a algunas personas- algo pareció acudir a su mente- ¿Hay alguien mas muerto?

Temblaba, temblaba. la voz de Sayuri temblaba un poco pero continuo hablando.

-¿Una muñeca? ¿Puedes ver algo? Ojala pudiese encontrarla, pero aquí hay demasiadas muñecas... demasiados trozos de muñecas -contestó con tono miserable, había ojos de muñecas donde estaba, y otras cosas que habían estadoa  punto de hacerla gritar más de una vez - yo te vi y confié, ellos también te vieron... ¿Verificar? - cerró los ojos -n... no, no parece haber nadie más muerto, solo he visto tu ... cuerpo.

-Hay alguien que creo que puede verme o al menos hablar con mi espíritu- había oído de gente así, aunque en su mayoría no eran mas que farsantes. Su natural escepticismo se fue al garete cuando vio su nuevo cuerpo-. Donde estoy es parecido a cualquier lugar de esa casa, pero no tendrás acceso... NO quiero que tengas acceso. este lugar debe ser donde van los que muren y tu no vas a morir- creía que eso era peor que morir, pero no lo diría en voz alta-. Me imagino el revuelo que hubo cuando me encontraron... ¿Alguno lanzó alguna acusación?

-¿Uno de los vivos? ¿Puede hablar contigo? -repitió, confusa y luego unos segundos de silencio  ante el regaño de John, en su silencio podía adivinarse una mueca de disconformidad aunque no se quejo, años de costumbre de obedecer hablaron por encima de su corazón -lo siento... Yo, te encontró el señor Kazuo Tengas, parecía casi tan afectado como yo, el resto reacciono con sorpresa y miedo... Josh Canneti acuso a la muñeca... la porrista te robo el mechero -despojar a los muertos de sus propiedades era horrible y su voz indignada lo dejo claro -y pregunto si nadie había oído nada, pero no oímos nada, de verdad, yo no lo hice -la culpa se deslizo en su voz -el profesor Radjinovic se ha puesto a dirigirnos- de repente entre sus titubeos su voz tomo un tono más triunfal -AKire Taraka lanzo una especie de acusación, ella dijo.. espera... dijo...

quienes se esconden en el silencio son los más culpables, tal vez esperaban esto y buscan pasar desapercibidos, no me fiare de ellos incluso si hablan ahora, a menos que sepan compensar buscar estar entre sombras.

y Sam Mitchell nos señalo que serian los asesinos los que participaran mas pero aportarían muy poco.

-Alguien me trajo de vuelta- se nota la alegría en su voz, el siempre parco Witaker no puede ocultar su cariño por sus seres queridos. La vida fue dura con él, apenas tiene estudios y trabajó desde muy pequeño, todo por su familia-. Tengo mas posibilidades de ayudarte ahora. Por lo que veo, con solo abrir los ojos, ya noto la tension en el ambiente- evaluó lo que Sayuri le contó-. Sam Mitchell tiene un par de personas que dudan de sus palabras, aunque fue el primero en arrojar un nombre.

-Has vuelto, soy tan feliz... -la alegría también es evidente en la voz de Sayuri que se funde como un abrazo en las sombras que los mantienen alejados del resto, se quedo callada escuchando y susurro en contrario -no puedo evitar creerle, parece tan seguro y le tengo miedo por eso... si es capaz de vernos como somos en realidad... ¿Qué haré si me ve? siento una ira incontrolable contra los que te hicieron eso... incluso cuando sé que estas aquí de vuelta y hay alguien a quien debo agradecerle eso pero... desearía matarlos a todos ellos ¿no es absurdo? -se quedo en silencio como consciente de que había hablado de más ¿Pero como mentirle? no tenía valor para hacerlo. 

-¿Crees que Sam diga la verdad? -pregunto -si resulta que no y solo desea confundirnos, hace un excelente trabajo. 

-Es normal sentirse molesto- dijo con tono suave, mostrando una seguridad que estaba lejos de tener-. Hay gente que nos esta cazando, que nos esta matando sádicamente- ahora sus palabras destilaban rabia-. Pero ten cuidado, a veces las paredes escuchan y podríamos tener alguna sombra oyendo lo que decimos- la discusión entre Tengan y Mitchell era molesta, pero también ayudaba a liberar algo de tensión-. No pude verificar a Carol, pues intenté investigarla justo cuando fui asesinado, de otra forma podría corroborar lo que dijo Mitchell. Y si, el tipo sabe expresarse, aunque mientras mas insista pero la llevará. 

-tienes razón, tratare de cuidar lo que digo - pensó un poco -pero él dijo que le interesaba la supervivencia de dos personas en especifico... y que había soltado flechas.. o algo así... entonces ¿no sería raro que...? Bueno, que parece tener más de una habilidad... 

dejo las palabras en el aire.

-Creo que Mitchell se esta enterrando solo. Y no entiendo el porque no aporta los otros nombres, si muere, esos nombres se pierden. Y no me creo que lo haga por los votos, tampoco para protegerse, si los malos saben que tiene mas nombres, lo mataran sin dudarlo- pensó un rato-. Creo que su habilidad es bien diferente, pero quiere desviar la atención. 

-No confió en él -contestó Sayuri -su forma de hablar, la confusión de las palabras y el resto me provoca repeluz, de hecho se ha delatado la capacidad de haber enamorado a dos personas y después poder oír lo que dicen, si uno de sus enamorados es un asesino entonces sería posible saber todos los nombres que no es, pero si solo le interesa la superviviencia de esas dos personas entonces no podemos confiar en él... me da la impresión de que desea que lo maten hoy, por alguna razón.