Partida Rol por web

HLCN - Ciudad Bala Dorada.

Caseta del Sheriff

Cargando editor
22/01/2015, 21:13
Reverendo Adam Strong

- Yo sólo puedo esperar no habernos equivocado. - Dijo el reverendo buscando el suelo con los ojos. - De todas formas aguardemos a ver qué sucede. Quién sabe si está todo perdido para él o no.

Cargando editor
22/01/2015, 21:21
Francis Prescott

Me siguen votando Padre... me puede bendecir o algo? Ya sabe... algo para subir arriba...,pense que habia obrado usted un milagro y no moriria...

Notas de juego

Cargando editor
22/01/2015, 21:25
Reverendo Adam Strong

El reverendo se acercó a Francis e hizo sobre él la señal de la Santa Cruz. Echó de menos tener agua bendita encima, pero aún así recitó una breve oración antes de mirarle a los ojos.

- Cuenta los votos, Francis. - Le dijo. - Estás a salvo.

Cargando editor
22/01/2015, 21:22
Maybelle Canary

Maybelle salía pensativa de la torre del reloj cuando sus ojos se cruzaron con los del reverendo y al ver su gesto encaminó sus pasos hacia la caseta del Sheriff. 

La mujer parecía haberse recompuesto bastante desde la última conversación. Se tocó el ala del sombrero al entrar y se dirigió directamente hacia la misma silla que había ocupado horas antes. Se dejó caer en ella y sacó la bolsa de tabaco para dejarla sobre la mesa y empezar a liar un cigarro. 

- ¿Cómo le va, padre? - Preguntó mirando al hombre, dejando que una pequeña sonrisa asomase a sus labios al pronunciar la última palabra.

Cargando editor
22/01/2015, 21:27
Francis Prescott

Francis cuenta con los dedos,desiste y pone grupos de piedras
-Padre yo tengo 3, el 5, y el forjador tiene 1 y Red 1 eso son 10,creo,pero aun falta gente..miren quedan 5 piedras,creo...

Notas de juego

Cargando editor
22/01/2015, 21:32
Reverendo Adam Strong

- Yo cuento sólo cuatro faltas. - Dijo el reverendo intentando tranquilizar al muchacho. - Pero una es la mía, y otra está esperando al último momento para votar por Giesie. Tranquilo. - Insistió en un tono paternal.

Cargando editor
22/01/2015, 21:35
Reverendo Adam Strong

En esta ocasión Adam Strong se quedó de pie. Si ella se había recompuesto, a él le había pasado todo lo contrario. Se encontraba algo desaliñado y con la mirada cansada, reflejo de lo exhausta que se sentía su cabeza.

- Sigo vivo, hija. - Le dijo devolviendo de manera automática su broma, aunque sin mucho énfasis. - Que es más de lo que podrán decir muchos mañana.

- No pretendía llamarla tan pronto, - Empezó, sin dejar claro si era una disculpa por no dejarle el tiempo que ella necesitaba o un comentario casual. - pero he averiguado cosas. Puede que nos venga bien alguno de sus empujones. ¿Aún hay tiempo de eso?

Cargando editor
22/01/2015, 21:42
Maybelle Canary

Maybelle cambió de actitud al ver más detenidamente el aspecto del reverendo y contemplar su aspecto cansado. Negó con la cabeza, quitándole importancia a la llamada y al escuchar su pregunta arrugó levemente el ceño poniéndose más seria.

- Pues eso dependerá de cuál sea su sugerencia. - Respondió con un suspiro. - Ya he estado dando algunos de esos empujones y no podría deshacerlo. Pero todavía estaría a tiempo de impulsar algún nuevo encuentro si lo hago rápido. ¿De quién se trata?

Cargando editor
22/01/2015, 21:53
Reverendo Adam Strong

Antes de hablar el hombre miró alrededor, consciente de la prisa que la mujer decía tener. Había cosas que tendrían que quedar para después, entonces.

- Francis y Hardigan son también forajidos. - Le dijo. - Y según he entendido más valdría ver cómo librarnos de Thorton también. - Comentó, aunque se notaba que se dejaba cosas en el tintero. - Dese prisa entonces, ya hablaremos después.

Cargando editor
22/01/2015, 22:17
Red Hardigan

- Siento contradecirle, Padre, pero la paz no nos la da la vida, nos la da la muerte. Y, qué quiere que le diga, prefiero una vida turbulenta que la tranquilidad y sosiego de la tumba y los gusanos. A pesar que esta vida esté repleta de dolor, si duele es porque estoy vivo.

Continué caminando.

- Si me necesita llámeme. Si la suerte me sigue acompañando un día más.

Cargando editor
22/01/2015, 22:10
Maybelle Canary

Maybelle asintió despacio antes de hablar de nuevo. - Es curioso. - Dijo, enderezando la espalda y guardando el tabaco en la bolsa, sin llegar a liar el cigarro. - Precisamente el señor Thorton va a encontrarse esta noche con el señor Riley en la licorería. Y por otro lado, el señor Prescott va a verse con el coronel y con el señor Hardigan. Por separado. 

Se puso en pie y apoyó la mano en el respaldo de la silla. - La señorita Powell se encontrará con el fotógrafo. Así que... ¿Con eso servirá? 

Hizo una pausa y negó con la cabeza lentamente. - ¿Qué pasa en este pueblo? ¿Todos son forajidos? No me extraña que necesiten a la de Pinkerton.

Cargando editor
22/01/2015, 22:25
Reverendo Adam Strong

Adam Strong se sorprendió de lo certera que había sido la pistolera a la hora de dar sus empujones en esa ocasión. Sin embargo no llegó a decir nada: su humor había cambiado bastante desde la última vez que se habían visto, y sentía más bien pocas ganas de hablar.

- Supongo que bastará, sí. - Dijo antes de desviar la mirada hacia la ventana con la última pregunta de ella. - Pues esos no son todos. - Añadió después. - O mucho me equivoco o faltan al menos otros dos.

Cargando editor
22/01/2015, 22:37
Maybelle Canary

Viendo que ya no tendría que salir corriendo de la caseta Maybelle relajó su postura, apoyando el peso sobre el respaldo de la silla. 

Contempló al hombre lentamente con mirada escrutadora, no estaba segura de si el reverendo quería decirle algo más o prefería que se fuese. Finalmente dio su veredicto dejando de lado lo demás. - Tiene usted una pinta terrible. 

Cargando editor
22/01/2015, 23:01
Reverendo Adam Strong

Al ver que la mujer parecía dispuesta a quedarse un buen rato Strong caminó hacia detrás de la silla que había ocupado antes y apoyó ambas manos sobre el respaldo.

- Giesie es culpable. - Le informó. - Lo comprobaré de todas formas, pero es posible que yo esta noche me acerque a ver qué encuentro entre sus cosas. Quiero entender por qué lo hacía.

- Si después decidiera tomarme la justicia por mi mano - Comentó, hablando como si fuera sólo algo hipotético. - no sería distinto de ellos. Aunque tampoco es muy distinto a dar un nombre para que maten a alguien.

- Recuérdeme eso de que quiere estar en nuestro equipo. - Dijo al final. - ¿Aún así querría colaborar?

Cargando editor
22/01/2015, 23:12
Maybelle Canary

Maybelle fue girando su postura según el hombre se movía, hasta terminar mirándolo de frente. - ¿De veras cree que me importa la moralidad en todo esto? - Preguntó con voz grave, a juego con la expresión del reverendo. - Todos tenemos nuestros fantasmas y dudo mucho que en este pueblo alguien tenga las manos limpias.

- Se lo dije esta mañana. Dígame lo que necesitan usted y la señorita Watson y haré lo que pueda por ayudarles. Su amor es lo único que vale la pena en este lugar de mala muerte. - Su rostro se mostraba serio y su mirada parecía cargada de determinación. - Haga lo que tenga que hacer, no saldrá de mis labios.

Hizo una pequeña pausa y suspiró, bajando los ojos durante un instante. - Tiene una baza contra mí si necesita estar más seguro: es el único que sabe que no dije toda la verdad en el Saloon sobre mi propósito en Bala Dorada.

Cargando editor
22/01/2015, 23:30
Reverendo Adam Strong

Strong escuchó la respuesta de Maybelle, pero sus oídos fueron filtrando las palabras que respondían sólo a la pregunta que había hecho y no a la que había querido hacer.

- Ni necesito ni quiero esa baza. No quiero, de hecho, nada de lo que está pasando. - Respondió antes de detenerse un instante, sopesando si la mujer realmente entendía de qué iba el asunto. - Además, sería mi palabra contra la suya. Y ni siquiera temo por mí. - Dijo sin demasiado énfasis, como si aquello ni siquiera tuviera importancia.

- Sólo le cuento esto porque creo que dice la verdad cuando afirma que las cosas para Rosalind tienen arreglo. - Comenzó, adoptando un tono más firme. Llevaba un buen rato dándole vueltas al asunto y a estas alturas las palabras salían solas tal y como las había pensado.

- Ella es uno de ellos. - Afirmó, y luego se quedó esperando a ver su reacción. Sin embargo no tardó en corregirse. - Watson, quiero decir. Sus compañeros son Hardigan y la indígena. Lo cual es una buena noticia porque al menos un grupo de asesinos no irá a por nosotros, y una noticia terrible por lo que implica que tendremos que hacer para salir de aquí los tres con vida. - Explicó, y fue entonces cuando sus ojos mostraron verdadera derrota.

- Lo mejor sería abandonarla. - Dijo luego. - Susie es una buena persona, y Stolesouls también. - Continuó. - Y lo que Ella ha hecho... Lo que ella hace. - Se corrigió. - No tiene perdón. Sin embargo no me siento capaz de dejarla atrás. - Afirmó antes de mirar a la forastera directamente a los ojos. No había rencor en ellos, sino culpa.

- Trato de no culparla a usted. Pero su empujón ha hecho que en lugar de tener fuerzas para hacer lo correcto las tenga para hacer lo que el cuerpo me pide. Y eso no me gusta nada.

Cargando editor
22/01/2015, 23:52
Maybelle Canary

Maybelle escuchó todo el discurso del hombre sin que su expresión variase lo más mínimo, como si una máscara de imperturbabilidad cubriese su rostro. Tan sólo una leve tensión en sus dedos sobre el respaldo de la silla mostraron que algo en las palabras del reverendo le había llegado. 

- No lo entiende, ¿verdad? - Dijo con voz grave tras varios segundos de silencio. - Esto ya no va de hacer lo correcto. Va de sobrevivir. Puede esconderse tras ese alzacuellos dictando lo que está bien o lo que está mal. Pero hay un motivo para que la señorita Watson y usted sean perfectos el uno para el otro. Ambos son unos supervivientes. 

Hizo una pausa y su ceño se frunció levemente. Cuando habló de nuevo su tono era más áspero. - Habría una salida diferente para usted y lo sabe. Usted podría ser Rosalind si yo empujase a la señorita Watson en otra dirección. - Sus ojos se entrecerraron, sin apartarse de los del reverendo. - Pero no creo que sea eso lo que usted quiere si deja a un lado todas esas monsergas sobre la moral y es sincero consigo mismo. - Sus labios se apretaron en una fina línea tensa antes de que añadiese algo más. - Y a pesar de que no le voy a cerrar esa puerta, tampoco es lo que yo quiero.

Poco a poco Maybelle aflojó la presión de sus dedos sobre la madera de la silla y enderezó su espalda. - Creo que debería intentar descansar, padre. Vamos a necesitar que esté en forma. - Con dos dedos rozó el ala de su sombrero, dispuesta para marcharse.

Cargando editor
23/01/2015, 00:22
Reverendo Adam Strong

Adam Strong escuchó la respuesta de la mujer, y sintió como si de repente le echaran por encima un cubo de agua mojada en estiércol. Su reprimenda fue aceptada con los ojos fijos en los de ella y la boca apretada. Incluso durante algún momento se sintió tentado de dejar de escuchar. Pero si algo había visto en el rato anterior es que la pistolera era parca en palabras: cada una de ellas era importante.

- Es usted quien no lo entiende. - Dijo ocultando su enfado tras una clara barrera. - Lo correcto sería dejarla atrás, pero si le pidiese que empujase a alguien, sería a mí. Rosalind sería ella. No puede ser de otra manera. - Aseguró. Y entonces su expresión corporal cambió lentamente, sin llegar a apartar la vista de Canary al llegar poco a poco a la comprensión. Amor puro, lo había llamado ella. - O más bien lo entiende mejor que yo. - Admitió entonces, dedicando a su interlocutora un gesto de aceptación. Luego rodeó la silla, sentándose, y le hizo una señal para que hiciera lo mismo.

- Deme esa petaca. - Le pidió. - Ahora soy yo el que está demasiado sobrio para esto.

Cargando editor
23/01/2015, 02:28
Maybelle Canary

Maybelle detuvo el movimiento que había iniciado cuando el reverendo comenzó a hablar y se giró hacia él con la misma expresión seria e inalterable. Sin embargo, su rostro se suavizó cuando él pareció comprender que estaba dispuesto a sacrificarse por Ella y no por el bien. 

Con un suspiro relajó los hombros, sacó la petaca y la bolsa de tabaco para dejarlas sobre la mesa, al alcance del sacerdote. Después se dejó caer en la silla que había frente a la de él y en silencio volvió a tomar tabaco para empezar a liar un cigarro con ese gesto automático.

No dijo nada hasta que lo tuvo entre los labios encendido y había llenado sus pulmones con la primera calada, larga y densa. Entonces, miró a los ojos al reverendo y su voz salió grave cuando habló, liberando el humo con cada palabra. 

- La señorita de Pinkerton fue a buscarme antes. - Dijo. Y a pesar de que su expresión no dejaba traslucir nada, algo en su voz tembló al terminar la frase, haciendo que la última palabra se desvaneciese en su garganta.

Cargando editor
23/01/2015, 02:37
Reverendo Adam Strong

Strong no estaba del todo seguro sobre si ella se quedaría en la caseta o se marcharía. Ver cómo tomaba asiento fue al a vez tranquilizador y un desasosiego. Si ahora venía una charla como la de antes, bueno... No estaba seguro de qué hombre acabaría siendo a ese paso.

Sin decir nada tomó la petaca y pegó un buen trago. Luego la volvió a dejar sobre la mesa, al alcance de la mujer.

- Esa mujer es la peor de todos los presentes. - Aseguró. - Cuando esto acabe buscaré la forma de saldar cuenta con ella sea de una manera o de otra. - Dijo antes de hacer una pausa.

- ¿Qué quería?