Partida Rol por web

- Creo que la forma de acusarme de Francis lo hace peligroso. A mis ojos lo hace sospechoso de pertenecer al grupo de forajidos. Además que no nos es conveniente que vayamos muriendo tan rápido - dijo entre cabilaciones.

- ¿Cómo organizaremos los votos? -.
 

- Tienes razón Lila, pero deja que la cosa tome un rumbo. Acusar de una manera tan rápida puede que le traiga consecuencias más pronto que tarde al bueno de Francis, y no necesariamente por nuestra mano.

Les dije a mis socias.

- Veamos cómo se encarrila el día y decidamos a la noche. ¿Os parece?

Lila mira a Red por un momento y trata de analizar sus palabras. Si bien aún había cosas que debía aprender sobre el lenguaje, no sabía si había comprendido todo.

- No me refiero a los votos para ver a quién matar, sino a los votos para antes del anochecer. La verdad es que el afán de Francis por acusar y la forma como se retiró me parecen sospechosas. Si realmente estuviera tan seguro, hubiera seguido luchando pero no dijo nada más y creo que él sí fue quien asesinó a ese hombre - dijo con despacio, tratando de ser clara. En ocasiones, se le dificultaba la pronunciación de algunas palabras.

- Por ahora, pienso votar por él, es de la competencia y sé que hay muchos inteligentes en este lugar -.

Asentí a las palabras de Lila. - ¡Que me aspen si esta pielroja no sabe de lo que habla! - Pensé, y algo parecido a media sonrisa cruzó por mi rostro.

Pero para Ella y para mí no estaba tan claro a quien votar como para Lila. Lila tenía un motivo público y una sospecha interna. Nosotros sólo la sospecha. Habría que ver cómo reacciona la gente.

No creo que debamos organizar los votos. No al menos en esta votación. Afirmó Ella, que se encontraba meditabunda. Yo voy a esperar a ver que nombres van saliendo antes de decidirme. De momento parece que la gente no sospecha de ninguno de nosotros, eso está bien. Y también estamos en buena posición para defender a Lila si llegase el caso.

Lo que está claro es que hay alguien más a parte de nosotros que quiere matar al personal y eso me preocupa mucho. Y se notaba. Tenemos dos frentes abiertos.

Lila suspira y dice - De acuerdo. Sería algo extraño que Red lo acusara después de haber intercedido por él, de cierta manera, así que está bien. En cambio, por parte de Ella no sería tan mal visto. Por mi parte, mi voto está claro - le dijo con tono tranquilo.

- Debo contarles algo. El Reverendo me citó a su oficina y me dijo que confiaba en que yo no era una asesina, pero también me dijo que lo atacaron por la noche, aunque dice no saber cómo sobrevivió - no parecía creerle del todo, pero al menos era la información que tenía.

- También me dijo que no sabía a quién votar y que era posible que no diera un nombre -.

Una corriente de aire templado llevó parte de la arena polvorienta hasta el interior de la Funeraria del viejo Jhonny Clava Clavo dónde os habías instalado, el viejo era el rostro del negocio, un hombre pálido, arrugado y encorvado, fúnebre en más de un sentido, y sin embargo, contaba con la simpatía del pueblo, y, lo más importante, vosotros contabais con la suya.

La falta de calor en el aire del exterior delataba que la noche estaba cerca, rozando las puertas del pueblo, aunque todavía alejada, pues tampoco había helor en esa corriente polvorienta. Por ello creíste que la puerta había cedido a mano de alguno de tus compañeras, sin embargo, el crujir de la madera bajo los pies del visitante no encajaban con los andares de ninguna de ellas, siquiera el peso parecía corresponderse con una dama o, en su defecto, el viejo Jhonny.

Al voltearte hacia la entrada pudiste ver a Rocky Roca recostado en el lindar de la puerta, mirándote de frente y con su escopeta de cañón largo en la mano. Te sonrío sin dejar de mascar, deformando por completo el baile de sus bigotes, tornándolos todavía más molestos a la vista.

- ¿Crees que lo has visto todo, niño? - enfatizó la última palabra aprovechando el tiro para resultar hiriente a la par que resaltar su mayor edad, y en consecuencia, experiencia.

Tensó su cuerpo para separarse del marco de la puerta en el que había apoyado el hombro derecho y parte del brazo, y dio un par de pasos hacia ti. - ¿Sabes lo que pasa cuando dejas a alguien sin agua ni provisiones adentrarse en el desierto? - siguió preguntando con altivez y alzó su arma en un ágil movimiento de muñeca para dejarla con una caricia apoyada en el mostrador detrás del cual solía dormir Clava Clavo.

Lila parecía alarmada, asombrada y un tanto asustada. Se acercó a Ella con urgencia y le dijo - ¡Ella, no votes a Giesie, por favor! - su rostro se mostraba realmente afligido.

- Si él muere, yo lo haré también. Por favor, no lo votes. Yo nunca traicionaría nuestro grupo y si trabajamos juntos, podremos tener más oportunidades. Por favor, Ella. He estado hablando con el Reverendo y parece enfocarse en Riley. Puedes cambiar tu voto hacia él, yo lo haré si el Reverendo lo vota - Red ya se había votado a sí mismo, así que no temía por su parte.

Al ver entrar al viejo encañonándome, me puse tenso unos instantes. Sabía que sería imposible alcanzar mi arma y disparar, cuando la suya ya estaba apuntándome y sólo tenía que apretar el gatillo. A menos que se acercase lo suficiente como para desviar el cañón con la mano, pero no creía que tuviera tanta suerte. Más sabe el diablo por viejo que por diablo, así que no creí que pudiera caer el sheriff Rocky en ese error de principiante.

Después del susto inicial, mantuve la compostura y saqué el cigarro de la boca con la mano izquierda. Siempre lo hago con la mano izquierda, para tener la derecha libre, por si las moscas. Sabía qué quería decir el viejo Rocky, pero no quise ponérselo fácil. No sería ese mi estilo.

- ¿Que se le aparece la virgen? - Le pregunté, con evidente sorna en la voz.

Ante la ocurrente respuesta de Red, el Sheriff Roca arqueó una ceja, procesando si reír o mosquearse. Sin embargo, no hizo ni una cosa, ni la otra -algo que resultaba común él-.

-Sí, la virgen y todo su séquito- vio y subió tu sorna, cerrando ese capítulo con una sonrisa cómplice fugaz- Qué más quisieran, chaval.

Dejó de mascar.

-Puedo asegurarle, señor Hardigan, que no quiere averiguar los horrores de la deshidratación y eso es solo el principio- abandonó el tuteo al mismo tiempo que su mirada se ensombrecía, tornándose perdida, inexpresiva - Esté atento, señor Hardigan.

Volvió a rumiar y empezó a cotillear la estancia en un giro de cabeza.

- No eres hombre de honor, chico.- concluyó fijando de nuevo su vista en ti - Pero podrías serlo. - señaló el arma que había abandonado en el mostrador con un ligero movimiento de cabeza al que enlazó tocarse el ala del sombrero con dos dedos.

-Las palabras no hacen al hombre, sus acciones sí. - se despidió con ello y te abandonó en el mismo sitio en el que te había encontrado.

Se aleja de Ella y dice - Bueno, ya no importa. Pero hay algo que debo decirles y espero que utilicen eso para vaciar de oro a este pueblo. Y una cosa más, les pediré un favor: lleven una parte de ese oro a mi padre y cuéntenle lo que ha pasado aquí. Él se encargará de lo demás - sonríe y toma aire profundamente para luego decir.

- Giesie sí es un forajido, pero al tener un vínculo especial conmigo, me reveló la verdad y la identidad de sus compañeros - dijo con todo tranquilo.

- Sus compañeros son Francis y Riley pero con un agravante. Francis está enamorado de Wyatt, así que ellos irán por todos para robar todo el oro. Asegúrense de que ellos no vayan por ustedes y tendrán el camino libre. Ellos no saben quiénes son ustedes, pero ustedes sí saben de ellos. Le he dicho al reverendo la verdad sobre Francis pero no de Riley, espero que confíe en mis palabras. Ahora, espero que utilicen esta información de la mejor manera y salgan vivos. Me lo deben porque yo moriré - esta última frase la dijo en un tono más serio.

Con asombro, abrí la boca hasta que se me cayó el cigarro de los labios.

- ¿Pero, cómo? ¿Giese, Lili? - Sacudía la cabeza de lado a lado. No porque fueran pareja, más bien por el hecho que el muchacho fuera un forajido. Un instante después, recobré la serenidad. - Siento mucho escuchar eso, Lili. Entiendo que te fijaras en el muchacho, parecía buena persona, algo cotilla, pero buena gente. No entiendo cómo ha podido caer tan bajo y, lo peor de todo, que te arrastre con él.

Luego escuché pacientemente las impresionantes revelaciones que tenía para nosotros.

- Descuida, que pondremos todo nuestro empeño en ello. - Era una verdad que caía de madura, pero así era y no por obvia debía dejarse de mencionar en un momento como aquél.

A Lila se le colorearon las mejillas cuando Red le habló y sonrió - No lo sé. Solo sucedió - el hombre era amable. Era una pena que tuviera que despedirse tan rápido de ellos.

- Bueno, todos tenemos nuestros motivos, pero les deseo... suerte - no sabía muy bien si era la palabra adecuada pero era lo único que podía desearles.

Ella miró a su compañera, visiblemente apenada. Ha sido un verdadero honor estar a tu lado, Lila. Dijo, con voz solemne. Sabía que era una despedida, no se podía hacer nada. Se quedó unos segundos mirando a la nativa, mientras escuchaba lo que tenía que decirles y, finalmente, asintió. 

Seguiremos con nuestro propósito. Aseguró. Y entregaré personalmente el tercio de los beneficios a tu tribu, tienes mi promesa. Me aseguraré de que tu padre sepa que luchaste hasta el final y que en todo momento velaste por los tuyos y por el bien de tu pueblo y de la tierra.

Miró a Red, seria. No podemos permitir que su muerte haya sido en vano. Debemos terminar lo que los tres empezamos. Se lo debemos.

Miré a ambas mujeres y asentí con la gravedad que el momento pedía.

- Tengo más información aun que la que ha traído la pobre Lili.

Le dije a Ella, sin intención de revelar nada más aun.

- En cuanto caiga la noche, nos vemos y hablamos de todo ello. ¿Te parece, Ella?

La visita de aquel auto-impuesto sheriff me dejó dos cosas: una sensación de pisar fango y una escopeta sobre la mesa.

Observé la escopeta. Abrí y comprobé el estado de los cañones, así como la carga. Me quedé en suspenso, intentando adivinar qué pretendía que hiciera con aquel arma. ¿Convertirme en un justiciero?