Partida Rol por web

Los científicos se te acercaron y te dieron la primera dosis. Esa dosis se clavó en tu cuello como ácido, era dolorosa, sin duda, pero eso no fue lo más extraño. Al recibirla, te sentiste mareado inmediatamente y pudiste sentir tu cuerpo calentarse a una velocidad abrumadora. La piel ardía tras su tránsito y eso hacía que gritaras de dolor. No sabías qué sucedía, pero todo tu cuerpo estaba a punto de prenderse en llamas.

Tu piel comenzó a derretirse y podías ver girones caer al suelo. El horror te invadió y trataste de pararte, pero el dolor era tan intenso que no podías. Entonces, una imagen vino a tu mente, se trataban del lince. Un bello y escaso animal que había encontrado su resurgir en Chernobyl. Extraño, pero así era. En ese momento, tu piel fue siendo reemplazada y podías sentir vello saliendo por todo tu rostro. Una vista más aguda y unas garras que parecían protruir donde antes estaban tus uñas. Esta dolorosa transformación parecía terminar mientras sentías el fuego salir de tus ojos, ojos que se ennegrecerían.

Al verte así, te diste cuenta de la verdad, la inyección te había convertido en un monstruo, el cual necesitaba y pedía más de esa inyección. Era casi como una adicción, si no tenías más, no sobrevivirías. Serías presa fácil si los demás descubrían lo que te había sucedido.

La adicción se fue convirtiendo en urgencia y esta, a su vez, en demencia. Ya no era solo que la necesitaras, sino que los demás no podían tenerla, debía ser solo tuya y por satisfacer tu urgencia, harías cualquier cosa, incluso dejar morir a los demás.

HOMBRES LOBO...

Les explicaré el funcionamiento de su rol:

- Cada cambio de turno, ustedes escogerán una víctima, la cual será asesinada por ustedes. Les robarán sus inyecciones y los atarán para dejarlos morir víctimas de la radiación.

- Está prohibido delatar a uno de sus compañeros o confesar en la escena general, a menos que sea de común acuerdo.

- Tienen hasta el jueves para decirme una víctima o si no, escogeré una al azar, donde están ustedes incluidos.

- Deben escoger una persona que será quien robará la inyección y otro que vigilará que nadie los esté siguiendo.

- Deben hacer una tirada oculta de 1D20 para ver la eficacia de su vigilancia. Si sacan por encima de 10, es posible que vean a alguien.

El dolor pasó, la mutación estaba completa y eran muy diferentes a quienes habían llegado allí, pero no podían permitir que los demás lo notaran, los matarían. Por esto, debían matarlos primero.

Fue una sorpresa que, bajo la luz de la luna, vieron que no estaban solos. Había más personas con su mismo problema y se reconocieron inmediatamente como aliados. Charles, Clive, Lydia, Mariano... Cuatro desconocidos que ahora habían formado su propia manada. Era el momento de conseguir más de esa dosis, debía ser solo para ustedes.

Charles comienza a salivar mientras observa a Camille Rodrigues , hace crujir sus nudillos y comenta:

- ¿Qué os parece si vamos primero a por Camille Rodrigues? Tenemos que ver hasta donde llegan nuestras fuerzas y qué somos capaces de hacer, y como conejillo de indias ella parece un candidato idóneo por su evidente fragilidad y vulnerabilidad.

¡Y además me presento voluntario para robarle la dosis yo mismo! ¡Inmediatamente!

Charles empieza a guiñar espasmódicamente el ojo izquierdo, en una especie de inquietante tic nervioso.

Uaaaaaaaaaaaaaaah - Mariano notaba como el cuerpo le ardía. - ¿Qué? ¿Qué es esto? ¿Esta sensación es normal? - preguntó discretamente a quien le suministró el pinchazo sin recibir respuesta. Todos parecían estar pasando por lo mismo. ¿Por lo mismo?

Malditas agujas.... ¿no conocen las pastillas en este país? - dijo mientras se recogía y comenzaba a montar la tienda de campaña que les habían entregado. 

Al poco de terminar se sintió mareado. Definitivamente algo le ocurría. Calor y escalofríos al mismo tiempo. Fuerza y debilidad. Una extraña sensación de superioridad y de decadencia. - ¿Qué es esto? - pensaba aterrorizado mientras los segundos le parecían horas y las minutos meros instantes. 

La siguiente hora fue dura. Intentó mantenerse al margen del grupo mientras montaba su tienda. No quería relacionarse con nadie. Se sentía herido, mancillado, sucio. No quería compartir esa sensación que estaba sufriendo con nadie y se mantuvo en un discreto tercer plano lanzando discretas miradas al resto de sus compañeros. Empezaba a verlos diferentes. A olerlos diferentes.

Con la caída del sol empezó a remitir el efecto. Poco a poco se encontraba mejor. Mejor que nunca de hecho. Se notaba fuerte, vigoroso.... de algún modo renacido. 

¿Qué nos han inyectado? - pensó mirando un par de viales vacíos que bailaban al viento en el suelo. Por su cabeza empezaba a pasar la idea de volver a probarlo pero rápidamente la desechó llevándose la mano al cuello. En su lugar, se paseo entre el resto del grupo. Volvía a detectar ese olor. Ese olor. No en todos. Cierta gente lo desprendía. Él mismo lo desprendía. Y el forzudo que se presentó como Charles, y Clive el de las bebidas energéticas, y la chica esa que estaba tan en forma. ¿Lydia?. Sí, Lydia podía ser su nombre. 

Se fueron acercando como por instinto. Se reconocieron hermanos. Iguales. Comenzaron a compartir sensaciones y se aceptaron diferentes. Otros. Superiores. Discretamente miraban con lástima al resto de gente a la que, por alguna razón, la inyección no les causó el mismo efecto.

Qué desperdicio... - murmuró uno de ellos pensando en el resto de dosis personales que guardaban. Todos estaban de acuerdo. Aquellos seres no eran dignos de ese chute. No lo iban a aprovechar. Pero ¿acaso iban a aceptar dárselas a ellos? ¿O tendrían que quitárselas?

Sí. Estamos de acuerdo. Las queremos. Cueste lo que cueste - acordó la nueva hermandad. 

- ¿Qué os parece si vamos primero a por Camille Rodrigues?

Cualquiera me parece bien - contestó Mariano - Yo te ayudaré vigilando. 

Le costó morderse la lengua para no chillar delante de todos. Lo que le habían dado no era la cura contra la radiación, más bien lo contrario.

-¿Qué nos han dado?- dijo al mirar el vello que recorría su cuerpo- malditos científicos.

La habían convertido en algo distinto. ¿Monstruo? ¿Ser evolucionado? No lo sabía. Solo había una cosa en mente. Suero. necesitaban esa cosa para aguantar la agonía. Necesitarían eso para el resto de sus vidas o al menos por un largo tiempo hasta que sus cuerpos se hicieran a esa sensación. Si es que se hacían algún día. 

-No me importa vigilar si hace falta y queréis- tenía miedo de que la pillaran y casi le temblaba el cuerpo. pero nunca había sido una cobarde ni eludido ninguna responsabilidad. Aunque ya se habían presentado dos hombres para la cuasa se presentó voluntaria por si ellos preferían que fuera ella- ¿Quién creéis que debemos asesinar?- nombrar esa palabra con tal ligereza la hizo estremecerse de nuevo- Quizá no sea mala idea empezar por lo fñacil, alguien que no participe. nadie nos podrá relacionar con la causa y supongo que habrá menos riesgo de que nos descubra atacándole o robando la "cura".

Todo parecía mucho mejor, mas rápido y fugaz era el terreno que pisaba y solo dejo de fascinarle su alrededor cuando alguien una voz de hombre y de mujer a la vez preguntaron que les habían dado.

-Que importa, ¡ESTO ES GENIAL! Ni todo el Zoom del mundo me haría sentirme así. -Dicho esto cogió una de sus latas y bebió hasta exprimirla de un solo trago. -¡UFFF! Incluso ahora sabe mejor que antes, esto sera una publicidad genial. -Se giro entonces hacia sus nuevos compañeros. -Estoy de acuerdo con la chica, vayamos a por uno de los mas tímidos, nadie le echara en falta, voto por Morris Childs, ¿Alguien lo conoce?. -Tenia en sus manos una lista de todos los presentes, quien sabe como la hubiera conseguido.

- Estoy de acuerdo. Bien pensado es mejor atacar a alguien tranquilo y sopesar en las próximas horas a quién de los activos podemos manipular para que no nos descubran. ¿Quién es ese Morris? 

Mariano buscó entre el grupo para localizarle 

-Tengo nombre- dijo tímidamente a Clive- Y sí, para mí vale cualquiera que o no haya hablado mucho o no haya dicho nada.

-Lo siento... -Miro su lista. -Lydia. Respecto a la victima es un tipo de la lista de integrantes de la expedición, un tipo con cara afable, pero no le he visto por aquí, si alguien reconoce... creo que es una primera victima perfecta, nadie se acordara de él y nosotros tendremos sus dosis. -Dicho lo cual enseño su lista y señalo la foto del susodicho:

 " Buen día señor conductor! (...) " ¿Acaso eres bióloga o algo parecido?  (...)nunca me han inyectado allí y (...)yo me llamo Camille (...) tesis de posgrado (...) me llamo Camille Rodrígues (...) ¿Cuál es  (..) Cual es  (...) ¿Como hacemos  (...) ¿Que medidas  (...) ¿Cuanto tiempo (....) y les pido por favor... (....)

Aaaaaaargh. ¿Es que no va a callar nunca? - Mariano no podía aguantar más. ¿Era el mono? ¿O realmente le sacaba tanto de sus casillas esa mujer?

Hermanos, os he de decir que Camille me está empezando a dar tal dolor de cabeza que casi preferiría empezar con ella... pero no, mantengámonos en el plan. 

Mariano se sorprendía a sí mismo. Él nunca había sido tan cruel con nadie. ¿Hasta qué punto le había cambiado la droga?

tengo un mal presentimiento de todo esto, no se como explicarlo bien

- ¡Ja!, no hace falta que lo jures niña....  - terminó por añadir para sus adentros Mariano. 

Bueno llego el momento de decidir, y creo que nadie esta en contra de eliminar a este hombre, por lo que Morris Childs, debe ser el elegido. Mariano Valuo, vigilara y Charles Salvador, hará lo que haga falta para conseguir sus dosis, podemos turnarnos en los próximos días si queréis. -Empezaba a hincharsele la vena fruto del mono.

Charles salió detrás de Morris y cuando este se vio atacado, trató de forcejear, pero Charles era simplemente demasiado fuerte para él. Él hombre extendió sus manos para tomar algo pero no pudieron verlo con detalle. Lo ataron de manos y pies y lo dejaron allí para que muriera víctima de la radiación. Entonces, entraron Lydia y Charles a su tienda para tomar su inyección y tras inyectarse las de cada uno, añadieron un poco de la dosis de Morris a la de cada uno de ustedes, lo cual los llenaba de energía y excitación, dejándolos listos para otra cacería.

-Quizá os parecerá que estoy loca por lo que voy a decir, pero me parece que quien ata y vigila deberían de ser los mismos siempre, mientras sea posible para ellos, claro. No lo digo por no comerme el marrón, y sé lo arriesgadísimo que es para esas personas el salir todas las noches, si queréis a partir de ahora me encargo yo de una de las cosas. Lo digo por si alguien está ojo avizor o ve a alguien durante la noche. Si siempre son los mismos al menos los otros dos están a salvo de que los pillen matando, aunque bueno, al final también actúan los dos restantes para robar la inyección. 

No obstante, le seguía pareciendo buena idea para salvaguardar la identidad de los que no mataban al objetivo. Para esa persona, sería arriesgado, pero era mejor que arriesgarse a que algún mirón les pillara y se callara hasta que los hubiera pillado a todos.