Partida Rol por web

Te encuentras en casa, después de un largo día de trabajo. Tu compañero de trabajo ,Masumi, te ha mandado un mensaje diciendo que hay una alarma desde el hospital. Una paciente se ha escapado. ¡Tal y como están las calles esa cría que apenas horas has hallado en el río debe estar en su sitio!

Sin embargo, aquel aparato telefónico emite un sonido. Tras tu visión con Deus sabes de lo que va. El juego ha comenzado...

Martes 25 enero 02:10

El asesino de mujeres ha cometido un asesinato.

El asesino de mujeres cometerá otro asesinato a una joven niña.

El jefe de policía estaba tumbado en su sillón preferido intentando dormitar. Hacia dias que no conseguía conciliar el sueño y tras el agotador día, deseaba descansar en condiciones en la cama pero no sé veía con ánimo de ponerse el pijama. Lo que vendría después no le tomó por sorpresa, si el aeesino de mujeres ya había matado anteriormente, sabía que tarde o temprano lo volvería a hacer. En cuanto recibió la llamada de su compañero Máximo solo asintió y comentó que ya se ponía en camino. 

El muy cabrón ya vuelve a ponerse en marcha ¿Eh? ¿Esta vez es la joven niña que acaba de escapar del hospital? ¡No pienso permitir que lo hagas! 

Tomó su chaqueta, el arma reglamentaria que siempre tenía a punto, una Beretta 92 de 9 mm y se dispuso a salir de su casa. Comprobó que llevaba las llaves del coche y salió por la puerta. Cuando su móvil emitió su peculiar sonido al llegarle la nueva entrada, solo pudo mirarlo y asentir.

- De acuerdo, esta vez voy a cazarte. No permitiré que sigas matando, es mi deber detenerte, asesino de mujeres. - se dijo para si mismo. Keigo no tenía intención de ganar el juego propuesto por Deus pero no iba a permitir que se siguieran cometiendo asesinatos en su distrito. No lo permitiría.

Y aquel policía salió energéticamente al hospital...

Tras media hora de trayecto, debido a cómo se encontraba la vigilancia en la ciudad, el conductor y la copiloto, dormida, llegaron a la mansión burguesa del oficial.
 

Kurursu estuvo mirando constantemente las entradas de su móvil y las de la muchacha, quería saber que ocurriría en el hospital. Si el plan se desarrollaba sin inconvenientes y si conseguían deshacerse de uno de los usuarios, o en su defecto, descubrir las identidades de varios de ellos. La joven estaba agotada y se durmió en su regazo, la abrazó con cariño hasta llegar a su domicilio.

Olvidado por completo, madre mía... Ahora te muevo....
 

Hoy 20:20

La sexta entre las bolsas con la medicación.

Bolsa número uno entregada por el doctor al héroe.

La sexta entrega la bolsa número dos a la décima.

La sexta entrega la bolsa número tres a segunda.

Hoy 20:20

Los pacientes son tratados por la sexta y el doctor.

Yuki y Yuno se encuentran en sus respectivas casas.

¡He perdido la ocasión!

El cuarto y yo compartimos techo.

Las entradas del móvil tranquilizaron a Kurusu, parecía que la suerte les sonreía y que la décima recibiría la dosis letal de la bolsa número 2. Ya en el garaje de su casa, apagó el motor del vehículo y bajando del asiento fue hasta el asiento del copiloto donde la muchacha dormía plácidamente. Era comprensible que entre los medicamentos, la anestesia de la operación y el cansancio acumulado estuviese totalmente rendida.

Nuevamente la tengo a mi disposición y podría acabar con su vida...pero no pienso hacer algo así. Espero que en algün momento aprecie todo lo que hago por ella...

Desabrochó el cinturón que la mantenía sujeta y la recogió en volandas como si de una princesa de cuento se tratase. Cerró la puerta con el pié y a duras penas presionó el botón para el cierre centralizado.

- Bueno, parece que estamos a salvo, preciosa. Necesitas que te cambie las vendas nuevamente y dejarte descansar... susurró muy flojito para no despertarla, más para si mismo que para ella.

Al llegar a la habitación de matrimonio, le retiró con sumo cuidado la ropa y le cambió las vendas aplicando los antibióticos pertinentes en la zona herida. Después la tapó con la sábana y tras desvestirse el también, se durmió dejando un espacio entre ellos. Dudó si dormir en el sofá, pero consideró que la cama era suficientemente amplia para ambos y que la joven no se molestaría, necesitaba descansar en condiciones y dormir acompañado era lo que necesitaba Kurusu.

Yunly, tras despertarse y bostezar, escuchó el ruido de su móvil y lo leyó en voz alta, medio somnolienta:

Hoy 20:20

Los pacientes son tratados por la sexta y el doctor.

Yuki y Yuno se encuentran en sus respectivas casas.

¡He perdido la ocasión!

El cuarto y yo compartimos techo.

 -Los pacientes... serán tratados. Yuki y Yuno se encuentran en sus respectivas casas -en ese momento se incorporó en la cama, tan nisiquiera se había percatado que estaba en lencería-, sigo pensando que me deberías haber dejado que la matase. Ella no juega. Te preguntarás el por qué lo sé.

La joven respiró profundamente. Sabía que podría sonar una estupidez, o que aquel hombre se pensase que de verdad tenía amnesia, sin embargo no lo eran. Lo miró nerviosa y espetó:

-No procedo de aquí. Por extraña razón me desperté en un río, con multitud de personas a mi alrededor. No... no son paranoias. Esa joven de catorce años es mi madre... Bueno, no y sí... -era consciente de que lo que estaba narrando era una locura-. Es mi madre de joven, al igual que Yuki... es Yukki de joven.

Como parecía que aquel hombre no le entendía, Yunly rebuscó en la galería de su móvil y, encontró, por suerte una foto de su padre de joven y de más mayor:

-De mi madre no tengo. Pero... siempre se ha mantenido igual. Cuando era pequeña, mi padre me hablaba sobre un juego de supervivencia. Él había sido el ganador y recuerdo que me dijo: ''no os deseo, ni a ti, ni a tu hermano, lo que yo he pasado''. Comentó que la ''Yuno'' que él conocía era de otro mundo, del segundo, que había matado a la del primero mundo, para poder jugar en el segundo, junto a mi padre. Pero... ella murió y, por extraña razón, sus recuerdos fueron transferidos a mi madre, quien sí estaba sana mentalmente.

Cogió aire.

Sé que esto es muy confuso, Kurusu, pero... ¡Vi cómo esta Yuno mataba a mis padres y a mi hermano! ¡Quién no te dice que la historia se está repitiendo! ¡No sé el por qué estoy yo aquí, ni con qué fin! Yo... sólo quiero acabar con ella. No quiero dañar al Yukki de este mundo.

Tras dejar de hablar y hacerse el silencio incómodo, se encontraba demasiado despierta. Le miró a los ojos, un leve rubor le apareció en el rostro.

-Prefiero que digas algo, esto es realmente incómodo. Me encuentro en paños menores, como quién dice.

Kurusu había logrado dormir y descansar, lo que se dice realmente bien, por primera vez en años. Podía sonar a locura, pero entendió al despertar, que lo que necesitaba era a alguien en su vida, y Yunly estaba empezando a ocupar ese vacío que tanto tiempo había tenido en su corazón. 

Justo al abrir los ojos, escuchó a la joven leyendo las entradas de su diario, realmente tenía una vitalidad y energía envidiables. Kurusu se desperezó y cuando vió a la muchacha ponerse de pie con su delicada y seductora lencería, no pudo evitar ruborizarse y notar crecer una erección. El hombre había decidido levantarse a preparar el desayuno, mientras la joven explicara lo que quisiese explicar, pero rechazó en su mente la idea. Le avergonzaba que se pudiese dar cuenta de lo que allí abajo sucedía y solo amontonó más sabana sobre sí, haciendo más sospechoso todo aquello. No obstante, escuchó a la hermosa joven y trató de asimilar lo que decía.

- Esto... Déjame procesar... Ya me resultó increíble darme cuenta de que mi móvil era capaz de predecir cosas del futuro que estaban por suceder, más sorprendente me resultó cuando vi por primera vez a Zeus, escuché de su juego y vi las siluetas del resto de usuarios...pero esto sobrepasa con creces todo lo ocurrido hasta ahora. A ver, para que me aclare...estás sugiriendo que hay realidades, mundos o planos alternativos, llamémoslo como quieras, en los que este macabro juego se repite y en el que los ganadores, que deciden como será la existencia, pueden volver a vivir e incluso eliminar a su "yo" de ese mundo?? o todo aquello le sobrecogía y no era capaz de asimilarlo o simplemente la sangre no estaba en esos momentos en su cerebro si no en otra parte...

​- Entonces, tu no perteneces a este mundo al igual que la joven que has intentado matar en el hospital, Yuno. Esa joven, vino a este mundo y mató a tus padres y a tu hermanito, por alguna extraña razón que desconocemos, y trataba de querer suplantar a tu madre, que sería idéntica a ella? ¿Por qué querría eso? ¿Me he expresado bien o se me ha ido por completo la olla?

A medida que hablaba y trataba de comprender, fue olvidándose de que también estaba en ropa interior, tan solo vestía unos boxers ajustados de color negro. Al levantarse de la cama, fue consciente de que la joven había bajado su mirada y ya no la dirigía a sus ojos. 

- Esto...tiene una explicación...yo...

-A ver, no, yo soy de otro mundo, de un terce...

Yunly se había levantado de la cama, para ir al servicio, aunque se detuvo un momento al observar por encima del hombro que aquel oficial se encontraba actuando de forma extraña. Se deshizo de sus dos coletas, pues se le había olvidado por completo quitárselas y su cabello empezaba a darle motivos suficientes para que se las quitase, dejándolo caer por el largo de sus hombros.

-¿Querás decir Deus? Zeus es un ser mitológico...

Aquel hombre no dejaba de amontonar sábanas a lo largo y ancho de su cintura, y para colmo, Yunly estaba buscando algo que ponerse, por lo que se agachó al suelo y se puso a buscar debajo de la cama.

¿Me he expresado bien o se me ha ido por completo la olla? -escuchó formular por parte de aquel hombre-.

En ese momento, la joven se puso de rodillas en el suelo, para decirle que aquello era más o menos lo que ella le estaba explicando y que, en parte, lo estaba entendiendo... Aunque no pudo hablar. Bajo el reflejo de la luna, Yunly se topó, al otro lado, con la silueta de aquel afrodisíaco oficial.

-...

Sin querer -o sí, quién sabe-, fue contemplándole lentamente. De abajo hacia arriba. Aquello no se lo esperaba. Era consciente que ella estaba en ropa interior, aquello no le molestaba, pues siempre se había tomado esta prenda como un bikini, pero... aquella situación...

Se mordió el labio nerviosa, sin desviar los ojos de él. Una leve corriente le recorrió de arriba hacia abajo, provocándole la piel de gallina.

El oficial no sabía donde mirar y era consciente de que aunque aún estuviese oscura la estancia, probablemente la joven le había visto al completo. Decidió que era mejor volver a colocarse al abrigo de las sábanas y solo logró susurrar tras aquel momento.

- Si, me refería a Deus, no Zeus... No estoy muy despierto aún. En realidad todavía quedan horas de noche...sus palabras sonaban algo entrecortadas y se le notaba el nerviosismo en el tono de voz. A duras penas logró susurrar. ¿Me dejas volver a mirarte la herida? Cuando te retiré la ropa para curarte te apliqué la crema antibiótica pero debería volver a ponerte un poco...

Pareces patético Kurusu... ¿Por qué va a volver querer entrar a la cama y dejarse poner la crema? ¡Por supuesto que estará avergonzada y querrá hacerlo ella misma! Aunque la desees...no significa que ella sienta lo mismo por ti...aunque...¿Se ha mordido el labio y me ha recorrido con la vista de arriba a abajo? ¿Significa eso que le atraigo?

Traté de mostrarme con una actitud normal pese a la tensión del momento y esperé a ver si la joven regresaría a la cama o no.

-¿Heri...?

Se había olvidado por completo de la herida al ver al hombre en paños menores con el reflejo de la luna. Se incorporó en la cama y se sentó de rodillas.

-¿Crema? Pensaba que era quitar estas vendas -se señaló con completa normalidad el muslo-.

A pesar de intentar actuar con normalidad, algo en ella se lo impedía. Había sentido lo mismo en el parque: electricidad recorriéndole el cuerpo. Y es que, Yunly se mordía el labio insconcientemente cuando deseaba algo, como aquella vez se hizo sangre en el labio al ver su plato de comida favorita.

El oficial estaba esperando a que ella se echara, para ayudarle a retirarle las vendas. Así pues, se reclinó en la cama y lo miró decisiva sin dejar de morderse el labio inferior.

Desde lejos las curvas de la muchacha ya dejaban entre ver que su cuerpo era francamente atractivo pero cuando se reclinó y se posó en la cama con sensualidad, Kurusu volvió a sentir un hormigueo por todo su cuerpo y sus pulsaciones se aceleraron. Con torpeza recogió el bote de crema de la mesilla de noche y se acercó hasta estar frente a frente con la muchacha. Hacía unas horas ya había tratado con la herida y sabía de su ubicación sugerente en el cuerpo de la joven, pero anteriormente había estado dormida, prácticamente inconsciente. La cosa era muy distinta ahora...

- Ejem, voy a retirarte las vendas y aplicar la crema. No creo que sea necesario volver a vendar la zona...al aire libre terminará de cicatrizar mejor. su voz era un hilo y apenas inaudible, estaba comenzando a estar cada vez más nervioso y sentir su cuerpo cercano al suyo todavía lo excitaba más. Voy a ello.

Entonces le fue quitando con una inusual delicadeza las vendas ante la atenta mirada de la muchacha que no dejaba de mirarle fijamente y morderse el labio. Después untó sus dedos y empezó a trazar círculos concéntricos en la herida del muslo izquierdo, aquello era sumamente erótico y Kurusu, que habia permanecido arrodillado hasta ese momento, se tumbó lateralmente al igual que ella, quedando sus rostros frente a frente, separados entre sí a escasos milimetros. Dejó de recorrer con sus dedos la herida del muslo y empezó a subir la mano hacia su cintura, y después, a trazar dibujos con sus dedos en la espalda. Su mirada ya no escondía lo evidente, deseaba besarla...

No podía dejarle de mirarlo, se encontraba hipnótica ante él. Su boca se había entreabierto, esperando con exasperación que ambos labios se juntasen, por lo que tomó la iniciativa y ... le besó.

Él le acariciaba lentamente la zona del muslo con su dedo impregnado en crema. Esta se encontraba fría y al percibirla en su cuerpo, el cual sentía que ardía, le producía pequeños gemidos. Al darse cuenta, abrió los ojos y se calló.

-...

Sin embargo, no podía. Sentía arder y aquel hombre era dinamita explosiva encima de ella. A la paz que él le acariciaba la espalda, Yunly hundió sus dedos en el cabello sedoso del hombre.
 

Aunque lo deseaba desde hacía ya un buen rato, no esperaba que la hermosa pelirosa de delicadas curvas llevase la iniciativa. Sentir su beso apasionado fue pura adrenalina, sus gemiditos le excitaron a más no poder y cuando sintió que acariciaban su cabello...solo pudo dejarse llevar. 

Le correspondió con el beso, apasionado y sensual, que al separarse continuó dando un leve tironcito en el labio inferior y sonriéndole con complicidad. Sabía que ella también deseaba aquello y la complacería con orgullo. Mientras acariciaba su espalda de forma sensual con su mano derecha trató de desabrochar su sostén mientras que su mano izquierda se deslizaba hasta llegar a sus pechos y trataba de jugar con ellos de forma sensual. Sus labios habían vuelto a juntarse, un roce, un entre abrir sus bocas y dejar que sus lenguas volviesen a encontrarse. Esta vez sí, mucho más apasionadas, con más deseo, con más ganas. Kurusu se sentía totalmente vivo y tardó en darse cuenta de que inconscientemente estaba frotándose contra la joven para sentirla al completo. Deseaba más y más.

- Eres increíble...mmm...si, bésame más...

Lasciva e inquita, la joven se situaba mejor en aquella amplia cama de matrimonio. Por como aquel oficial empezaba a llevar la situación, Yunly sobreentendía que ambos, personas adultas, deseaban lo mismo.

Aquel frote entre ambos genitales le excitaba, por lo que, rodeándole con sus piernas, le invitó a que siguiera, sintiendo como poco a poco, cada vez, se encontraba más húmeda. Por mero instinto, le agarró fuertemente del cabello. Kurusu había decidido jugar sucio al desabrocharle el sujetador torpemente. Sin dejar que este prosiguiera, Yunly se deshizo de aquella prenda y volvió a atraerlo hacia sí. Con mucha más intensidad que la de antes, le recorría su ancha espalda.

-L-Lo…s-siento…

Comentó, traviesa, al ser consciente que le había arañado con fuerza. Suspiró con ferocidad, dejándose llevar por los besos entre ambos, mientras sus lenguas mantenían una guerra. Sentía que él era Aquiles y ella, Héctor. Con suavidad y sensualidad, Yunly empezó a recorrerle el cuello con la lengua.

Si Kurusu ya estaba fuera de control al sentir los húmedos y fragantes besos de la joven Yunly, el roce de sus sexos que iba aumentando en cadencia y que la muchacha le rodease acercándole su miembro hacia ella, le llenaron de intenso placer. No le molestó en absoluto el arañazo, al contrario, respondió dándole un mordisqueo cariñoso en su oreja y susurrándole con voz lasciva.

- Te lo mereces, encanto...

Entre jadeos y excitación, sintió la lengua recorriendo su cuello y tomándola por la cintura, depositó a la muchacha de forma bastante brusca en el centro de la cama, boca arriba, y colocándose sobre ella, fue llevando la iniciativa. La muchacha seguía rodeándole con sus piernas y el hombre realizaba continuas embestidas, en las que cada vez notaba más la humedad de la joven y sentía que su líquido preseminal empapaba sus boxers. Se les estaba yendo de las manos pero es lo que deseaba.Lo que ambos deseaban.

Después de besarla nuevamente con una pasión irrefrenable, empezó a descender dando cálidos besos por su cuello y volvió a ascender hasta su oreja donde le susurró sus más profundos deseos.

- Voy a hacerte mía está noche, pero primero voy a hacerte gozar...solo déjame preguntarte algo. ¿Es seguro si tenemos relaciones? ¿Tomas la píldora? En el segundo cajón tengo un paquete de condones si no fuera el caso... Uhmmm...

El oficial se moría de placer y a cada embestida sentía que acabarían rompiendo sus prendas íntimas. Con sus manos asió sus senos y empezó a besarlos mientras la joven le tiraba con rudeza del pelo. Menos mal que era fuerte...