Partida Rol por web

Yunly fue parada por el policía. Se mordió el labio antes de darse media vuelta y... suspiró.

-Yunly Amano. En el aula hay una chica que se ha torcido el pie -comentaba seria-. Deberíais ayudarle, agente... Posiblemente no pueda andar y tal y como están las calles estos días... No se puede dejar sola.

Sonrió agradablemente, se quería ir. Aquella situación le incomodaba mucho... Más por el hecho de que le volviesen al hospital, le pusieran anestesia en vena y le tacharan de 'loca', que por tener que hablar con aquel hombre mayor.

Las palabras de la muchacha le hicieron dudar unos instantes pero era un hombre curtido y si lo que pretendía era desviar la atención no iba a conseguirlo de aquella forma. Aún así, después comprobaría si sus palabras eran ciertas y ayudaría a la joven que estuviese con el pie dañado.

- Por supuesto, ahora iremos a ayudarla y la acompañaremos si lo necesita. Pero antes...por favor Amane, responde sin miedo. Ayer te encontramos en el río gravemente herida, balbuceando "asesino" y sin recordar nada de lo ocurrido... ¿Recuerdas algo ahora? ¿Quién te atacó o algo que sea relevante? De veras, tu ayuda podría ayudarnos mucho a atrapar a un sospechoso, sea lo que sea, aunque cueste de creer. ¿Puedes decirnos algo al respecto? Por favor...

En verdad no buscaba ningún mal para la muchacha y tampoco tenía la intención de volver a meterla en el hospital por la fuerza. Parecía sentirse mejor e incluso había asistido nuevamente a clases. Ya hablaría con el director para saber su dirección y contactar de ser necesario con sus padres.

Aquella palabra resonó como eco en la mente de la joven de dieciocho años. A - S -E S- I- N-O. Las volvió a pronunciar.

-O- Oka~san -su mirada se apagó y pequeñas lágrimas emanaron de sus cuencas. Aquel hombre le estaba preguntando por su familia-. Oto~san y... y...

Rápidamente se agarró a la camisa del hombre ahogando un grito de dolor.

-Los mató, los mató, los mató... Atrapadle... asesinó a mi familia... Encapuchado... Asesinato...

Martes 25 enero 13:00

Una mujer se halla por las calles sola dirección al hospital. No va armada... ¿Qué harás?

Mientras hablas o no con la chica nueva, tu teléfono suena. Es el secretario del alcalde.

-¿Kurusu?

La voz parece calmada y joven. Seguramente será un hombre que no pasa de los 29 años...

-Como sabrá le llamo desde el teléfono del ayuntamiento. Tengo un par de preguntas qué hacerles. Todo el gobierno municipal está al tanto de las noticias del asesino. Me gustaría recordarle que usted está en este puesto de trabajo con un sueldo, porque realmente le hace falta para... ¿Para qué le hacen falta? Bueno, da igual -carraspea-.

Esperemos que no estés  en ese accidente de tráfico, mientras un hombre campea por la ciudad asesinando a diestro y siniestro a mujeres... ¿Dónde se encuentra usted metido y qué coño hace que no lo detiene?  Espero que esto lo solucione lo antes posible, esto da mala imagen al cuerpo policial y al gobierno de esta justa ciudad. Último aviso, señor, Kurusu.

¡No entiendo qué hacen los policías a cambio de un periodo vacacional!

Aquel secretario parece realmente enfadado. Su repertorio de voz calmada se ha modificado a un tono más despectivo.

Arrebujó entre sus brazos y trató de consolar a la pobre muchacha. No sabía exactamente cómo podía ayudarla pero estaba dispuesto a protegerla del asesino que campaba a sus anchas por el distrito. Ya era algo personal meterlo entre rejas.

- Tranquilizate, todo estará bien, voy a protegerte. No sé qué le ha pasado a tu familia pero lo averiguaremos y pondremos entre rejas a ese asesino, ¿De acuerdo? Veo que estás empezando a recordar y eso es bueno. Te pediría que regresaras al hospital y que terminen de tratar tus heridas pero por tu mirada se que eso no es lo que deseas...¿Quieres acompañarnos en el coche mientras nos cuentas lo que recuerdas y te acercamos a tu casa? No creo que sea conveniente que estés sola.

En eso sonó el teléfono y habló el joven que parecía ser el secretario del alcalde. Sabía que tarde o temprano tendría que lidiar con él pero no esperaba que fuera tan pronto. La verdad es que le sorprendió que tuviese conocimiento de un accidente que acababa de ocurrir. ¿Cómo podía ser aquello? ¿Y no quería que interviniese? Al carajo, iba a presentarse de inmediato.

- ¿Que quieres hacer al final? ¿Vienes con nosotros? De verdad agradecería tu colaboración para atrapar al asesino pero si no te ves con fuerzas... Keigo se tomó una pausa y sacó una de sus tarjetas y ofreciéndosela a la muchacha comentó. Este es mi nombre y mi número de teléfono, siempre que lo necesites puedes llamarme. De verdad me gustaría que nos acompañaras y que estuvieses protegida pero lo dejo a tu elección. ¿Tienes a donde ir? Entonces, acariciando sus sedosos cabellos le pidió. Acompañanos, anda.

Martes 25 enero 13:00

Nishijima ha descubierto que el profesor Takao actúa últimamente muy raro frente a sus compañeros. Muchas de las mujeres afirman que les ha perseguido volviendo a casa.

Durante la conversación con el secretario solo asintió y pasó olímpicamente de las preguntas que le hacia. 

- Si, si, lo que usted diga. Atraparemos al asesino de inmediato pero déjeme hacer mi trabajo hasta entonces. Esta tarde pasaré por el ayuntamiento a hablar en persona con el alcalde. Déjele el aviso. Ya hablamos.

Entendí que aquel hombre quería seguir hablando y soltar sandeces pero aquello no iba con él. Sus respuestas fueron rápidas y colgó el teléfono.

- Masumi, nos movemos, hazle un hueco en la parte de atrás del coche de policía a la pequeña por si nos acompaña. La dejaremos de camino a su casa. Ahora pon rumbo a la M-30...hay problemas.

Esta última entrada es muy extraña...investigaré sobre ello.

Sí, me he dado cuenta tarde, pero Kurusu sólo puede ver lo que el diario le pone en un determinado entorno. La M-30 se entiende que está lejos (me estoy volviendo a ver la serie, para no meter la pata xD)

¡Lo siento!

En el lugar de la M-30 te he puesto esa entrada, puede que te sirva. Puedes editarlo o no, el secretario te ha otorgado información del accidente...

¿A casa? Mientras Kurusu mantenía una animada conversación por teléfono, Yunly aprovechó para objear su teléfono móvil. Con una sonrisa feliz, por lo que ahí estaba escrito, guardó el teléfono y decidió que ir a casa sería una mejor opción.

Sin embargo, se encontraba con un problema. Al parecer, por lo que ha averiguado en esta ciudad confusa, la orografría se encontraba cambiada. Nada es igual a como ella lo recorardaba.

-Iré con ustedes -respondió aliviada por el gesto de aquel hombre entrañable-.

- Pues decidido, la joven nos acompañará. Si no te importa, primero iremos a la M-30 que parece que allí ha habido un accidente y después te dejo donde prefieras...le dijó Keigo a la muchacha mientras emprendían el camino al parking. Una vez sacado al coche, y antes que su subordinado subiera le dijo desde la ventanilla. Déjele la receta en el cristal del coche al director. La próxima vez aparcará como toca, manda huevos. Después, mirando con una sonrisa cómplice a la chica le susurró. Pero tú no sabes nada de esto, la receta de la puso uno de mis hombres, no yo. Que después se enfadará conmigo, jaja.

- Entonces...¿Puedes hacer el esfuerzo de recordar todo lo que puedas de lo que ocurrió? ¿Cómo llegaste hasta el río? Habia muchas lagunas en todo aquello y salvo que habían atacado a la muchacha y su familia, y que el asesino aparentemente tenía una capucha. No tenía muchos datos.

Martes 25 enero 13:10

Un chico ha entrado en la comisaría, la cual estaba cerrada.

Nishijima sigue preguntando acerca de Takao a los demás compañeros.

Yunly no pudo evitar reírse ante el comentario de aquel policía. Parecía un buen hombre.

-No lo sé, en mi cabeza aún mantengo lagunas... ¿Podría dejarme antes en casa? Me gustaría descansar un poco...

Las palabras de despedida de sus alumnos pasan por mis oídos sin que sea capaz de articular una respuesta. ¡¿Policía...!? Congelado en mi sitio, miles de imágenes y pensamientos atraviesan mi mente. ¡¿Cómo me han encontrado!? Esas basuras... Es entonces que escucho la pregunta que le hace a Hitoshi, y una sonrisa altanera se dibuja en mi rostro. No tienen ni idea. Aún estoy a tiempo. Espero que salgan los últimos alumnos, despido también a Hitoshi, junto mis pertenencias, y me retiro del establecimiento. 

Ya mañana podré tal vez averiguar de qué se trataba todo eso con Yunly.

Vas a...

Antes de pasar por casa entonces (o después, si es que me da el tiempo), voy en dirección al hospital para ver de qué habla esa entrada de diario.