Partida Rol por web

Sin dudarlo echas a andar para alejarte sola de donde se encuentran todos, pero, tan pronto como comienzas a andar por el pasillo, escuchas algo moviéndose sobre vosotros... y tan pronto que se mueve por encima, lo hace por debajo o por los lados... no es seguro... desde luego que no.

En cuanto escucho los ruidos por las paredes contengo la respiración y me giro para asegurarme de que el señor Vaugan viene también. Entonces, cojo aire y echo a correr para meterme en la sala más cercana que tenga una camilla o una butaca cómoda y un terminal.

Si viera que él se da la vuelta para retroceder, lo haría yo también.

Ligeramente indeciso echo a andar junto con Claude. Haber dejado la situación así, e irnos solos... bueno, es algo que ya está hecho. En cualquier caso el hombre de seguridad no parece atender a muchas razones, y sus razonamientos no tienen ningún sentido... ¿Será uno de los infiltrados? Desde luego tiene toda la pinta...

Me sabe mal haber dejado a Sam y a George, pero espero que estén bien hasta que vuelva. Al menos el crío parece haber hecho las paces con el cura...

Dejo que sea Claude quien nos guíe, al fin y al cabo, conoce la nave mejor que yo.

Avanzáis lo menos posible antes de entrar en una pequeña sala, no tenéis ni idea de para qué sirve, pero hay una mesa y algunos ordenadores.

Miro a mi alrededor, jadeando, intentando saber a qué lugar me ha traído. Bueno, hay ordenadores, que es lo que ha dicho que necesitaba, aunque no entiendo muy bien para qué.

- ¿Estás bien? - pregunto, apoyando las manos en mis propias rodillas - ¿Este lugar es adecuado?

Claude suelta el aire despacio en cuanto cierra la puerta de la sala y se apoya sobre ella. Entonces mira a su alrededor, evaluando el lugar y finalmente asiente con la cabeza. - Sí, estoy bien. Gracias. - Se esfuerza por esbozar una sonrisa calmada, para tranquilizar al que se acaba de convertir en su paciente. 

- Toma asiento, por favor, William. - Dice, perdiendo gran parte de su timidez ahora que se siente en su papel, mientras se dirige al terminal y se logea con su clave. - Puede que nos cueste un poco al principio, pero tenemos que conseguir que te relajes. Tengo en mi carpeta algunos sonidos que nos ayudarán a conseguirlo emitiendo frecuencias que atenuarán tu actividad mental para inducirte a un estado hipnótico. 

Unos segundos después, pulsa el enter con decisión y un sonido empieza a sonar en la sala. 

- Bien, ahora vamos a intentar una visualización básica. Yo te iré guiando, ¿de acuerdo? Si en algún momento deseas parar, di la palabra fábula y lo detendremos de inmediato. ¿Estás listo?

Me sorprendo un poco al ver el repentino cambio de la chica, pero decido no decir nada. Mejor, así parece que aprovecharemos el tiempo. Tampoco sabemos cuánto tendremos antes de que nos interrumpan o el alien mate a otro. De modo que me dejo guiar, sentándome en una de las sillas. Trato de dejar los músculos relajado y agacho un poco la cabeza, soltando aire.

Luego la miro, listo para seguir sus indicaciones, y la extraña música va penetrando por mis oídos. Asiento ante sus palabras, sin saber si debería o no cerrar los ojos, pero expectante para lo que venga y abierto a cualquier cosa que me pida. Durante un momento me planteo qué pasaría si fuera una de las infiltradas, pero la verdad es que poco hay que pueda hacer. Estando a solas, probablemente me mataría antes de que recordase nada, y no lo ha hecho.

Recuerdo entonces algo, y me llevo la mano al pantalón.

- Toma, por si acaso. - le digo tendiéndole la pistola - Supongo que yo no estaré muy alerta. - explico, para luego hablar con un tono más tranquilo - Perdona por cortar el rollo, sigue, hasta ahora lo he entendido. - dicho esto vuelvo a tratar de relajarme, aunque me cuesta saberme indefenso y en las manos de una desconocida.

Claude se sienta cerca de William, coge el arma y la deja sobre la mesa, con su mano sobre ella. Entonces empieza a hablar con una voz muy tranquila, acompañándola con su propia respiración calmada y acompasada, intentando que el hombre se relaje.

- Ahora, William, imagínate caminando por un sendero a través del bosque. El camino es suave debajo de tus zapatos, una mezcla de tierra, hojas secas y musgo hacen que la sensación al andar sea muy gratificante. Al caminar, tu cuerpo se relaja y tu mente se despeja, más y más con cada paso que das.

Haz una inspiración profunda y respira el aire fresco de la montaña, llenando tus pulmones completamente. Ahora exhala. Exhala y deja salir todo el aire. Disfruta la placentera sensación tan refrescante.

Toma otra respiración profunda... Revitaliza.... y exhala por completo, dejando que tu cuerpo se relaje aún más.

Continúa respirando lenta y profundamente mientras caminas por el bosque y continúa con la visualización, permite que tu imaginación cree el escenario de un bosque que te resulte completamente agradable, confortable y seguro.

El aire es fresco, pero gratificante. El sonido del aire se filtra entre los árboles, formando un sonido y un movimiento ante ti.

Escucha los sonidos del bosque... Los pájaros cantando... Una suave brisa que sopla. Las hojas de los árboles cambian y se mecen en el suave viento...

Tu cuerpo se relaja más y más a medida que camina. Cuenta tus pasos y respira al unísono con tu caminar.

Respirar y camina en 2, 3, 4... Mantén 2, 3 ... Exhala 2, 3, 4, 5.

Respira y camina en 2, 3, 4... Mantén 2, 3 ... Exhala 2, 3, 4, 5.

Respira y camina en 2, 3, 4... Mantén 2, 3 ... Exhala 2, 3, 4, 5.

Continúa respirando de esta manera, lenta y profundamente, a medida que profundizas más y más en tu relajación...

Al respirar y caminar comienzas a sentir tus músculos relajarse y aflojarse. A medida que tus brazos se balancean al ritmo de tu caminar, se aflojan, se distienden y se relajan...

Siente tu espalda relajarse, tu columna vertebral se afloja y se relajan los músculos. Percibe como la tensión abandona tu cuerpo mientras contemplas el paisaje que te rodea.

Tus piernas y la parte inferior del cuerpo se relajan, al sentirte libre y relajado...

A medida que continúas caminando a través del bosque, empiezas a subir por una pendiente suave. Es muy fácil recorrer el camino. Comienzas a sentirte uno con la naturaleza que te rodea...

El viento sigue soplando a través de las copas de los árboles, pero se abrigan en el camino, y el aire que te rodea está en calma...

Arbolitos pequeños crecen en los lados de tu camino...

A tu alrededor hay una inmensa gama de verdes. Algunas de las hojas de los árboles son de un verde delicado y ligero. Algunas hojas son verdes profundos, de color verde oscuro, es un hermoso bosque...

Imagínate la gran variedad de árboles a tu alrededor. Algunos tienen una corteza lisa y blanca. Otros son más oscuros, con corteza gruesa. Disfruta de los colores de la corteza de los árboles - blanca, beige, marrón, rojiza, negra... muchas combinaciones de color. Admira la corteza marrón de los árboles de pino y disfruta del olor a pino fresco...

Huele el bosque a tu alrededor. El aire es fresco y lleno de la fragancia de los árboles, el suelo y arroyos de montaña...

Continúa caminado por el bosque...

Ahora comienzas a escuchar el sonido del agua débilmente en la distancia. El sonido del suave burbujeo de un arroyo...

A medida que continuas caminando por el bosque, se escucha cada vez más cerca el sonido del arroyo...

Continua disfrutando del bosque a tu alrededor. Disfruta de paseo por la naturaleza...

Cuando te acercas a la cima de la montaña, se oye el río, muy cerca. El camino se curva hacia arriba por delante.

Ahora puedes ver la luz del sol en el camino...

A medida que giras en la curva, se oye el agua, y ves un claro entre los árboles más adelante. Una vista hermosa te está esperando en lo alto...

Comienzas a sentir el cansado del viaje. Tu cuerpo experimenta un agradable cansancio y pesadez...

Imagínate caminando hacia el claro y el arroyo. Las piedras del camino crean un paseo fácil por el arroyo, hacia el borde de la montaña. Caminas entre las piedras planas y grandes para cruzar fácilmente el pequeño arroyo poco profundo...

Más adelante hay una piedra grande y lisa... como una silla esperándote para descansar. La roca está perfectamente situada, en lo alto de este hermoso mirador...

Siéntate o acuéstese en la roca, si así lo deseas. Es muy cómoda. te siente muy cómodo y a gusto. El sol brilla y acaricia con sus rayos tu piel...

Mirando a tu alrededor, ves las montañas en la distancia. El cielo está despejado y azul...

El claro alrededor está formado por rocas, en el suelo, musgo y hierba. Las flores silvestres de muchos colores y montaña alrededor, sopla suavemente la brisa. Un ciervo en silencio emerge desde el bosque a pastar en el claro.

Cuando el ciervo levanta su cabeza para mira hacia a ti, tu puedes ver su nariz en movimiento para captar tu esencia. El ciervo se acerca con cautela a la corriente para beber antes de desaparecer de nuevo en el bosque...

Siente el sol que calienta tu cuerpo mientras te relajas en la roca. Disfruta del majestuoso paisaje que te rodea y siente tu cuerpo relajarse aún más...

Continúa respirando el aire limpio y fresco...

Te sientes muy relajado...

Calmado...

Sereno…

En paz...

Eres uno con la naturaleza que te rodea.

Disfruta de las vistas.... .... Los sonidos y olores del bosque a tu alrededor.

Siente el sol, calienta tu piel...

Siente la brisa suave a través de tus mejillas...

Escucha el canto de los pájaros…

Escucha la corriente que fluye... El crujir de las hojas en la brisa...

Observa las flores, los árboles, el valle y las montañas a tu alrededor.

Descansa sobre la roca cómoda, puedes mirar hacia arriba para ver el cielo azul. Pequeñas nubes blancas flotan suavemente por el cielo van como a la deriva. Cambian de forma constantemente...

Disfruta de este lugar maravilloso y tranquilo...

Llegados a este punto, Claude hace una pequeña pausa de varios segundos antes de continuar.

- Ahora, William, vas a contar muy despacio desde diez hasta cero, y vas a ir relajándote. Con cada número que pases quiero que pienses en tu respiración, en los sonidos del bosque... Cuando termines, estarás profundamente dormido...

Cuando quieras... Diez...  - La joven guarda silencio esperando que el hombre continúe contando. Lo normal sería que no llegase ni al cuatro antes de caer definitivamente en un estado hipnótico.

Comienzo a escuchar las palabras de Claude y trato de dejarme mecer por su tono y su cadencia. Lo cierto es que al principio me dan ganas de meterle prisa y pedirle que no se ande con rodeos, que coja un reloj o lo que sea y me hipnotice directamente, pero decido confiar en que sabe lo que hace.

Poco a poco trato de imaginar lo que me pide, y casi sin darme cuenta voy dejando de pensar que estamos en una nave. Voy acunándome en sus palabras despacio, y mis músculos van relajándose más de lo que creía posible.

Finalmente estoy completamente inmerso en lo que describe. La música de fondo y sus palabras me van guiando hacia ese claro, hacia ese ciervo... y de alguna manera siento que ahí no puedo ser dañado.

Cuando me lo pide, comienzo a contar hacia atrás, despacio.

- Diez...

- Nueve...

- Ocho...

Con cada número mi voz es más grave y pesada, y sigo sólo de manera automática, dejándome guiar por unos números que tengo tan interiorizados que no tengo que pararme a pensar para repetir.

- Siete...

- Seis...

Claude deja que pasen unos segundos para que el subconsciente de William se amolde a su nuevo estado. 

- Ahora, William, vamos a viajar unos días atrás en el tiempo. En cualquier momento puedes volver al claro del bosque sólo con desearlo, no lo olvides... Ahora, respira despacio y cuando cuente tres empezarás a sentirte en la Nostromo... Uno... Dos... Tres... Mira a tu alrededor... Estás en la Nostromo... Cuéntame qué sucede, William...

Conforme las palabras de Claude entran en tus oídos, vas sintiendo cada vez más sueño hasta que finalmente cierras los ojos.

Estás tumbado en una camilla, un doctor de aspecto frío te está examinando con una máquina, y, en el momento en que el instrumental se pone a pitar, el doctor se queda mirándote.

-Tiene una larva de Alien alojada en el pecho - Informa, y empieza a preparar el instrumental que habría de permitirle acabar con tu vida y extraer el ser.

Te revuelves en la camilla, pero estás atados de pies y manos, es el fin.

En ese momento una rejilla de la ventilación sale volando por los aires y el Alien aparece posándose en medio de la enfermería

Ash, el oficial científico y médico se vuelve hacia el Alien y este salta sobre vosotros. El científico lo esquiva parcialmente, pero aun así le impacta en un brazo que casi parece arrancárselo, pero en vez de sangre, sale un líquido blanquecino.

En tu caso, la camilla donde estás se parte por la mitad, consiguiendo liberarte, por lo que sales corriendo de ahí tan rápido como puedes pese a estar herido en una pierna por el reciente golpe.

Estás de nuevo en los pasillos llenos de humo de la Nostromo, sigues sin recordar quién eres o qué haces ahí, pero sabes que tu vida corre peligro. Miras hacia atrás, acabas de salir de la enfermería y no piensas volver, escuchas un tremendo impacto y sigues corriendo cada vez con más prisa, ¿quién sabe a dónde?

Escuchas el grito del Alien y sabes que ha salido al pasillo, que corre tras de ti...

William cae dormido y empieza el proceso de la hipnosis.

-Estoy... en la enfermería... Ash me hace pruebas, tengo miedo... duele.

Parece más o menos tranquilo, pero de pronto se pone cada vez más nervioso.

-¡No! ¡Lo ha visto! ¡Y quiere matarme! ¡No! ¡Suélteme! ¡No! ¡El Alien no! ¡ARG!

Da un pequeño salto en su sitio  y empieza a mover la cabeza de izquierda a derecha como si corriese, su pulso se dispara y sabes que no va bien.

-¡Sal de ahí William! - Exiges, pero no parece que funcione.

No sé cuanto tiempo paso sumergido en el trance antes de comenzar a ver algo. La situación, los olores, las sensaciones... todo me desagrada, me asusta y me asquea.

- Estoy tumbado... hay mucha luz... tengo miedo... - empiezo en un susurro - La máquina pita... Me duele la muñeca, No... No puedo soltarme... - continúo - La... La máquina pita, y el hombre... el hombre... ¡No! ¡En el pecho no! - comienzo a gritar, tratando de revolverme, entre espasmos.

Entonces de repente me detengo, comenzando a sudar muerto de miedo. Y así paso unos segundos antes de retorcerme angustiado y dolorido - ¡El alien! ¡Ash! ¡A-Ash! - grito, cada vez más muerto de miedo, mientras de mi garganta empieza a salir gruñido ahogado con cada respiración - ¡Duele! ¡Duele! ¡Mi pierna!

Claude se alarma al ver las reacciones de William. Revisa las constantes del hombre y se da cuenta de que las cosas no van bien, así que decide cortarlo de inmediato. Cuando le habla su tono sigue siendo calmado, aunque firme, sin dar opción a ser desobedecida.

- Cuando cuente tres vas a volver al claro, William. Uno... Dos... Tres... Ahora. Vuelve al claro. Respira tranquilo. 

Miras a tu alrededor y echas a correr por los oscuros pasillos, el Alien te acecha y eres plenamente consciente de ello, pero por más que lo sabes, no te hace sentir miedo y sigues a la carrera.

Giras por una esquina y abres la puerta que sería más lógico que William y Claude hubiesen abierto, y efectívamente te los encuentras ahí, el amnésico tiene los ojos cerrados y se mueve muy nervioso, mientras que Claude parece tener la sartén por el mango.

- Cuando cuente tres vas a volver al claro, William. Uno... Dos... Tres... Ahora. Vuelve al claro. Respira tranquilo.  - Ordena con tono firme.

William abre los ojos de golpe con un gesto complétamente aterrado, justo a tiempo para ver como la puerta de la habitación se abre y Samantha entra.