Partida Rol por web

-Conmigo no te metas!...- le grito de vuelta a Samantha- Piensa en los pobres que han muerto por tus acciones... tus compañeros infiltrados deben estar muriéndose de la risa con lo que me has dicho, eres un ejemplo de guardar silencio... no lo crees?- le termino diciendo sin siquiera mirarla.

-Sí, por favor. Que vuelva el bar. Si tengo que ver a Romeo y Julieta diciéndose lo mucho que se quieren un minuto más voy a acabar vomitando. Esto es insoportable.

Junto mis dedos pulgar e indice formando un circulo y levanto los tres restantes. cerco el circulo a mi boca y dedico al pedante de Rodrik una sonora pedorreta.

Ese comportamiento infantil merece, como poco, una explicación -Señor Hayes ¿Quién ha dicho que fuesen mis compañeros? Que compartiese sala con ellos no quiere decir nada.

El único amigo que tenía en la nave era Jonsey, el gato de mi hijo.

Sin embrago coincidía con Viktor en que el bar era un lugar más cómodo para esperar que un cementerio en un nevado otoño. Y que no soportaba ver los arrumacos y sensiblerias varias de Will y Claude. Si sólo se hubiese quedado muerta...

Cuando el escenario cambia mi cara también lo hace, hacia un abatimiento todavía mayor. Busco con la mirada un sitio donde sentarme, y decido apoyar la espalda contra una de las lápidas. Me mantengo en silencio, pero entonces comienzan esos dos a soltar esas cursilerias de cuento de hadas.

En fin, segundo a nuestro querido jefe de seguridad. - digo, lentamente. Luego, miro hacia Meyer y Hayes, con media sonrisa en la cara. - Compartías las ganas de matar que todos teníamos, no te hagas la inocente. Te recuerdo que marcaste a Claude por voluntad propia, querida. Cada uno tenía sus motivos para asesinar, pero todos asesinábamos, incluido ese amago de científico que sigue sin asumir lo que es. - miro a Hayes, manteniendo la media sonrisa. - Ah, no, que soy un mentiroso, que usted no conocía la mesa ni nada de la empresa de Strayer, ¿verdad?

Escucho lo que me dice Harper y pienso: -No sé quien me da mas pena... la tonta que perderá a su hijo por ser mala espía o éste que cree que por haber confesado su estupidez al cura, cree que lo van a revivir para darle otra oportunidad... pero lo único que obtendrá son patadas en el culo.-

- Sabes Harper?...- hago una pausa y digo- Naaaa... ni eso vales la pena...- le termino diciendo y volviéndole la espalda

Claude se pierde en los labios de William, olvidando todo lo sucedido y sin prestar atención a todo lo que los rodea, durante esos momentos, solamente existe él. Un pensamiento irónico acude a su mente al darse cuenta de que han tenido que morir para poder repetirlo. 

Siente la mano de él sujetando su nuca y estira los brazos para pasarlos por detrás de su cuello y aferrarse a él. De fondo oye voces protestando, pero por lo que a ella respecta, se pueden ir al cuerno. No sabe cuánto tiempo le queda con él y no piensa desaprovechar ni un segundo. Después tendrá todo el tiempo del mundo para echarlo de menos.

Cuando se separan tras varios minutos, busca en silencio sus ojos de nuevo para bucear en lo más profundo de ellos. 

En los minutos que dura nuestros beso sólo puedo refugiarme en ella. El tacto de sus labios, de su piel, de su lengua... es como un pomada capaz de aliviarlo todo.

Las palabras de Yule me provocan un escalofrío, pero trato de no pensar en ellas. De no imaginar a Claude quitándose la vida. No sé si me quedan unos minutos o unos días, pero el tiempo que falte no quiero emplearlo en eso.

Con la otra mano, aún en su espalda tras el abrazo, la aprieto contra mí, intentando pegarnos tanto como sea posible.

Sin embargo, no es suficiente. Las palabras de la encargada del Valhalla siguen resonando en mi cabeza, y no puedo evitar sentirme culpable. Entonces las palabras de Claude al llegar aquí cobran un profundo sentido, y sólo puedo sujetarme a ella con más fuerza.

Al separarnos la miro a los ojos, mientras voy recobrando poco a poco la respiración.

- No te equivoques. - Le digo serio, sintiendo un enorme desasosiego al ver sus pupilas. Puedo notar el olor que han dejado sus labios en mi boca con cada inspiración, y si la situación no fuera tan crítica creo que podría derretirme sólo con eso. - Nunca te perdonaré lo que has hecho. - aseguro, para luego hablar con un tono menos duro. - Pero no sabes cómo te lo agradezco.

Yule pasea la mirada por los que piden volver al bar, pero finalmente se encoge de hombros con cara de circunstancias y, sin decir nada, la deja vagar por las hojas que se mueven con el aire frío.

Claude frunce el ceño cuando William empieza la frase, pero su expresión se suaviza cuando la termina. Después aparta su mirada de los ojos del hombre para echar un vistazo alrededor, buscando un lugar donde poder sentarse con él. 

Suelta su cuello y lo coge de la mano para llevarlo a una de las lápidas y allí se sienta*, esperando que él se siente a su lado, intentando resguardarse un poco del frío y a la vez conseguir algo de la intimidad que lleva intentando conseguir desde que volvió a la vida.

- No tienes nada que agradecerme. Tú habrías hecho lo mismo por mí. - Responde en voz baja, ignorando la otra parte de su frase y acariciando el dorso de la mano de William suavemente con la punta de los dedos. 

Cuando Claude me suelta durante un instante temo que se haya tomado a mal mis palabras, pero al instante me demuestra que estoy equivocado. Lo cual es una suerte, porque no iba a retractarme de ninguna manera.

Camino con ella, y me siento como si fuese la primera vez que andamos en lugar de correr. Como si llevásemos toda la vida huyendo.

Al sentarme con ella a pesar de ver que me deja un sitio a su lado me coloco a su espalda, abrazándola por detrás.

- Es cierto. - Admito, mirando durante un instante al infinito, y luego buscando sus ojos - Pero tú tampoco me habrías perdonado por ello. - Luego, con un suspiro, la aprieto levemente contra mí, pasando la mirada por la gente que se encuentra en el lugar, y no puedo evitar sentir cierta envidia al pensar en lo rápido que se reparará Julian. De los que están aquí son pocos a los que echaré en falta. Katarina. Y ya.

- La última vez que estuve aquí... - digo, recordando en voz baja - Le dije a Fran que no importaba que al terminar yo tuviera un cuerpo artificial. Que era alguien sin pasado ni futuro. - continúo, pero decido dejarlo ahí. A pesar de que no paro de darle vueltas, no quiero comenzar a lamentarme.

- Dime una cosa... - pido luego, cambiando de tema drásticamente para dejar de pensar en eso - ¿Tienes familia? ¿Amigos? - pregunto en un tono menos reflexivo - ¿Novio? - añado al final, tratando de bromear y haciendo que nos balanceemos durante un instante suavemente hacia los lados.

Claude deja que él la abrace y entrelaza sus manos con las de él, por delante de sí misma y apoya la cabeza en su hombro, sintiéndose de alguna manera en paz y dispuesta a no dejar que nada estropee el tiempo que les quede. Suspira cuando él habla de la última vez que visitó el Valhalla e intenta apartar sus pensamientos de ello, centrándose en sus preguntas. 

- Sí, tengo familia. - Empieza a responder, acomodándose contra el pecho de él y hablando con voz suave. - Están mis padres y mis hermanos... Tengo cuatro, todos mayores que yo. También tengo varios sobrinos. El más mayor, Adrien, tiene diecisiete años y la más pequeña se llama Lorraine y tiene dos y medio. También tengo uno de trece, David, que se parece mucho a George, es el más listo de su clase y siempre está corriendo de un lado a otro, descubriendo cosas... Amigos no tengo muchos, la verdad es que nunca he sido muy sociable. - Se encoge de hombros, como si fuese algo que tiene más que asumido. - Y tuve un novio una vez, se llamaba Raoul, pero la cosa no funcionaba demasiado bien. - A pesar de haber respondido ya todas sus preguntas, sigue hablando, intentando entretenerlo y que no piense en lo que terminará pasando en algún momento. - Vivía en Nantes, la casa de mis padres está cerca del museo de Julio Verne, ¿recuerdas quién es? Es el museo más importante sobre él que hay en Francia. La casa es amarilla y tiene un porche de madera blanca, es bastante bonita, aunque desde hace un par de años vivo sola en un piso. Al principio no sabía si sería mejor buscar alguna compañera o algo así, pero creo que fue mejor así... - Llegados a este punto, Claude hace una pausa, para buscar los ojos de William, sin saber si no estará aburriéndolo con sus historias.

Me pongo los dedos indice corazón de la mano derecha en la sien. Y hago el gesto de pegarme un tiro.

Caigo tras una lápida y me quedo allí tumbada. No había mucho más que hacer...

Escucho las palabras de Claude sin soltarla, arropándome en ella mientras la rodeo con mis brazos y con mis piernas. Mientras tanto, veo el gesto de Sam, pero lo ignoro por completo. Qué malos son los celos. Continúo pendiente de la voz de Claude, asintiendo con la cabeza cuando habla de Julio Verne e intentando imaginar cada detalle, en el momento en que finalmente se detiene la miro expectante, esperando que siga.

- ¿Por qué no funcionaba demasiado bien? - pregunto, volviendo al tema de su ex pareja. Mientras tanto, echo la cabeza hacia adelante y me apoyo en su hombro, comenzando a jugar al mismo tiempo con nuestros dedos entrelazados.

Manfreed solo soltó un resoplido de molestia. Y miro con mirada penetrante a Yule.

Isa se habia alejado de la pareja cuando empezaron a besarse, no porque le molestara como parecia hacerle al resto. Si no porque queria darles privacidad para hacerlo. Se acosto en el suelo sobre la nieve falsa y empezo a formar un angel de forma involuntaria, ella se encontraba en su mundo en un recuerdo de su infancia con sus padres que tanto queria.

Que pasara con nosotros? pregunto a nadie en especial pero para consentrar a las personas en otra cosa que no sea la pareja. Le empezaban a dar verguenza los comportamientos del resto.

Tras mucho tiempo en silencio, levanto al cabeza para responder a Isabella.

Te diré lo que pasará: llegaremos a la Tierra, donde, si tenemos suerte, los dictadores de la nave decidirán devolvernos a la vida. De ser así, tendremos un juicio, donde nuestros asesinos testificarán en nuestra contra por asesinato. Luego seremos declarados culpables y encerrados en la cárcel o a condena a muerte, por lo que volveremos a morir. - digo, dejando claro el tono de ironía de cada una de las palabras.

Pero, si tenemos todavía más suerte, nos dejarán aquí y así, el parásito que tengo en la cabeza no me comerá el cerebro. - vuelvo la vista hacia el falso cielo. - Esas son nuestras dos opciones, aunque luego está la tercera, la menos probable, que es que todos mueran y nos quedemos en el limbo este que se llama Valhalla. Esa puede ser la peor de todas. Como tengamos que convivir aquí más de veinte personas hasta que el ordenador que nos almacena decida apagarse y perdernos, puede ser una auténtica tortura.

Yule mantiene la mirada de Manfred con seriedad, esperando por si tiene algo que decirle, pero al ver que el hombre guarda silencio, se vuelve hacia Isabela y John.

- Sí, básicamente esas son las opciones. También podría intentar desconectaros si lo deseáis, aunque no estoy segura de poder hacerlo. Y teniendo en cuenta que algo ha golpeado la nave... Quizá la energía se acabe antes de lo esperado.

Después se vuelve hacia Viktor, con ojos interrogantes. - Tengo una duda, Viktor Hasarov. ¿Por qué no creíste a Claude cuando te dijo que ella controlaba este lugar?

Isa escucho atenta a John mientras seguia tirada en la nieve. No era como si no hubiera pensado que esas podrian ser las opciones finales, pero preferia escucharlo de otras personas para estar segura.

Que desgracia...comento aunque luego se consentro en las palabras de Yule. Como que algo golpeo a la nave? pregunto interesada. Aun podemos volver a la tierra?