Aquí comienza tu historia...
 

Aldinesüe

Versa una vieja historia sobre una princesa elfa con el alma del agua en su interior, una princesa cuya voz arrullaba como la de un río, una princesa cuya belleza dejaba en ridículo cualquier otra leyenda sobre elfos e incluso haría enloquecer a más de un dios. Una princesa a la que quisieron poseer y entonces vieron cómo su alma moría como muere la primavera con la llegada del verano. Versa la historia sobre un joven humano que se adentró en los terrenos de los elfos persiguiendo su caza, un pequeño conejo, para alimentar a su familia, y también versa sobre cómo al verla, se enamoró de ella. Pero no dijo nada, no hizo nada, símplemente la observó. Ella, al verlo, al sentirse extrañada de cómo mantenía la distancia con ella, se acercó y hablaron. Ella le contó que debía de casarse, pero que debido a cómo su alma moría decidieron desterrarla en aquel bosque, maldita por su belleza para la eternidad. El joven humano, compungido, se ofreció a desposarla antes de su muerte. Ella le sonrió y versa la historia que aceptó. Llegó entonces el día de la boda y los elfos, prohibiendo la unión entre un humano y una elfa, quemaron la aldea con todos los habitantes muertos, y el cielo lloró sangre.

Lo que no versa la historia es que, apiadado por la historia, una entidad apareció ante ellos, una entidad de puro caos, una entidad que algunos conocen como Zyba, pero que prácticamente nadie puede pronunciar.

Les ofreció una salida: él renacería y sería eternamente desdichado, en un ciclo de dolor sin fin. A cambio, ella viviría, pero el dolor del fuego que consumiría a su amado tiznaría sus cabellos y su alma para siempre. Antes de que ella hablase él aceptó, Zyba sonrió y ella vivió, cambió de plano. Desde entonces ha vagado en busca de aquel ser, y ahora parece estar más cerca de él que nunca. ¿Desea destruirle? ¿Ayudarle? ¿Pedirle que deshaga lo que hizo? Eso no versa en la historia. Pero tú sabes la historia porque esa elfa... Eres tú.

Belleza eterna: Con cada amanecer, un personaje al azar no podrá usar su voto o capacidades en tu contra hasta el próximo amanecer.

Chamán: Puedes alzar a los espíritus de los caídos para que luchen de tu lado, serán una esencia neutral que se alimentará de tí y que te ayudarán a sobrevivir. Tienen algunas Capacidades bastante variables, pero sus Dones se CONGELARÁN mientras estén contigo para alimentarse de las almas más naturales. Puedes revivir a alguien una vez hayan caído 3, 7, 12, 18, 25 y 33 personajes respectivamente. No tienes ningún control sobre ellos. No puedenvotar. Si reciben tres votos, mueren automáticamente. En cualquier momento puedes mandar a descansar a tus espíritus, aunque no puedes alzar dos veces el mismo alma. En cualquier momento que un espíritu caiga o lo mandes a descansar, el contador de muertes necesarias de los demás descenderá en 2. Cada vez que alces un espíritu lanza 1d20 OCULTO para ver sus capacidades. Si tú mueres, todos los espíritus mueren. Si todos los espíritus mueren, perderás tus capacidades y tu voto hasta que alces a otro espíritu.

1-4: Sacrificado: Sufrirá en tu lugar cualquier ataque o capacidad, sea benigno o maligno, por el lado bueno, aún muerto, si ganas, ganará él.
5-8: Chillón: Puede votar como si fuese un personaje más.
9-12: Piadoso: Puede proteger a alguien de un único ataque individual, su habilidad se designa al comenzar el día y durará hasta el próximo día, puede usarse todos los días.
13-16: Vengativo: Cada vez que mueras tú o un espíritu, selecciona a un personaje, éste recibirá tantos votos adicionales como espíritus en el momento antes de la muerte durante la próxima votación. Puede usar esta habilidad incluso aunque muera.
17-20:Aprendiz: Al volver a la vida, seleccionará un personaje. Adquirirá una versión menor de su Don y la capacidad de comunicarse con él en su apartado personal.

Disfruta del puente, recuerda que tienes la sección de Avisos para poner ahí lo que necesites.

Espero que te guste el personaje y la historia.

Una luz invade tu ser.

Te sientes impresionada, rodeada. Varias siluetas se dibujan enfrente tuya, las identificas rápidamente como Cell, Rakedus y Zyba.

Una mano amistosa te hace girarte y entonces ves a Eir. Ella te sonríe y su sonrisa te calma.

Esto es el Juicio, tranquila. Estaré aquí para guiarte. Ellos pueden ofrecerte su apoyo si lo deseas, pero la elección final dependerá en exclusiva de tí. No dudes en preguntarme a mí o a ellos si tienes alguna duda, pero recuerda que aquí se pondrá en juego tu Alma, el Don único que te identifica con el resto de la existencia.

Dicho esto, Eir retrocede un paso.

¡Cuánto tiempo!

La voz te escama, le miras, es Zyba, ha pasado tanto tiempo ya que te cuesta recordarlo. Su eterno gesto sereno permanece pese a las visibles heridas que adornan su piel. Mira a los otros dos y se adelanta.

¿Ofrecerte más de lo que te he ofrecido? Tú ya has probado el Kaos, por eso estás aquí... ¿Acaso no lo sientes? Has aprendido una valiosa lección, pronto obtendrás los frutos.

Sin nada más que añadir, él retrocede un paso e inclina la cabeza cediendo el paso al siguiente.

¡JA! Tú has las condenado.

Las palabras de Cell resuenan con fuerza.

Has probado algo que te ha dolido, que te ha arrebatado lo que más deseabas. Te ofrezco el don de buscarlo, el don de encontrarlo allí donde more. Ya habéis sufrido mucho, demasiado. Te ofrezco que cuando le encuentres, puedas obtener la mortalidad de un humano para pasar tus últimos días con él.

Se gira, como si lo dicho fuese más que suficiente.

No tenéis ni idea.

Es la voz de Rakedus la que impera ahora mismo. Él se pone frente a tí y su mano acaricia tu rostro, es áspera, pero segura.

Venganza, lo veo en tu corazón. Eso es lo que anhelas. Vengarte de los Elfos que te expulsaron. De los Elfos que os liquidaron. De Zyba, quien te arrebató lo que más deseabas. Deseas vengarte, incluso, de aquel que te robó el corazón... Sí. Puedo verlo. Y sólo de mi lado obtendrás la venganza.

Miro a Eir y le sonrió -Gracias- susurro, pues la presencia de todos ellos la hacia sentir muy pequeña.

Miro a Zyba ya apretó los puños -¿Como olvidarlo? eres un dragón y como tal hermoso pero ¡¡no te puedes fiar de ellos nunca!!- lo miro, peor no era odio lo que despedía.

Miró al suelo triste, pues las palabras de Cell le hacían recordar y le dolían, pero es lo que más ansiaba, reencontrarse con él.

Luego miro a Rakedus, realmente su figura la hacia estremecer, y se aparto un poco cuando la acaricio -No, no hay venganza en mi, el odio es un sentimiento demasiado doloroso para el alma de un elfo, no deseo venganza, por Zyba siento pena, pues solo conoce el Kaos, y por los míos... no pudieron entenderme, pero no por ello los culpo-

Él ha sacrificado parte de sí por tí. ¿No te puedes fiar de mí? ¿Eso piensas en lo más profundo de tí? ¿Hubiese sido mejor dejaros morir? No, todo tiene un precio. Todo tiene un motivo. Pronto, muy pronto... Tu peregrinaje podría terminar.

Miro a los ojos a Zyba, aunque ciertamente la inquietaba bastante -Hablame claro, dejate de acertijos dragón ¿a que te refieres?, ¿murió por mi? ¿crees que fue una elección conjunta? ¡¡no quería que muriese por mi, sin él yo también estaba condenada!! lo amaba ¿puedes entender ese sentimiento? no lo creo- respiro hondo y se calmo un poco -Para nosotros los elfos la vida es algo sagrado, un regalo de los dioses, así que no digas que le quitaste la vida por mi, porque es del todo inconcebible, no quiero vivir sin él- agacho la mirada

Tendré que refrescarte la memoria... Él no murió. Él renació. Una y otra vez. A cambio de tu vida. ¿Entender? Creo que eres tú la que no quiere ver un paso más allá de lo que se muestra.

Cell se pone a tu lado y sientes calma.

No le arrastres más hacia las profundidades. No la condenes más. Ella se alzará.

Miraba a unos y otros, estaba realmente confundida, el dragón con sus acertijos y los demás que tampoco hablaban nada claro ¿que era aquello del alzamiento? ¿y como que ella se alzaría, de que, a donde?, por ahora solo confiaba en Eir, aunque este caballero, Cell, también le daba algo de tranquilidad.

Eir tose.

Las... Reglas...

Se cruza de brazos y observa a todos.

Dice que te alzarás de la Condena que obtuviste con el trato que hiciste conmigo. Yo te digo que has recorrido un camino largo, que has aprendido bastante. Te digo que pronto recogerás los frutos de tu experiencia.

Se aparta para ceder paso al resto.

La situación ha cambiado. Únete a mí, y podrás ocultarte de su ira, de los ojos indiscretos que indagan en tu alma, de los que indagan en la suya cuando lo encuentres.

Cell sonríe amigable.

No puedo ayudarte a encontrarlo, ya no, es tarde para ello, pero puedo ayudaros a que no os encuentren cuando estéis juntos. A que podáis vivir una vida tranquila.

Yo te propongo una solución, Loca, pero una solución. Cuando caiga, atrapa su alma y álzalo a tu lado. Ese es el poder que puedo ofrecer.

Se tapa la cara con las manos, era demasiada información de una sola vez. Alzar al espíritu de su amado y vivir juntos, no sabía como lo haría pero... vivirían de nuevo los dos juntos, claro que no sabia si los volverían a matar los suyos, por otro lado estaba morir y estar junto a él para siempre, pero... los elfos amaban la vida y rendirse a la muerte era pecado. Miro a Eir intentado buscar ayuda para decidir.

Si te sientes bloqueada, puedes preguntarme tus dudas. Si buscas una salida alternativa, puedes optar por no caminar del lado de ninguno de ellos. Todos los que estamos aquí somos facetas de tu alma, y tú debes de judgar hacia dónde decantar la balanza. Piensa en lo que necesites... En lo que te haga sentir más cómoda.

Miro a Eir. ¿Y tú? Te elijo a tí.

¿Yo? No tengo nada que ofrecerte. ¿Estás segura? Una vez que tomes una decisión no habrá vuelta atrás.