Partida Rol por web

Mi meta es acabar con la Locura y con el Kaos que ha sido liberado. Tu diosa te privó de tu visión y ha sido la Locurura la que te la ha devuelto. Pero tienes la opción de enmendarlo, comenzando un nuevo camino.

Soy luz y sombras a la vez. Soy Kaos. El secreto que te ofrezco es la luz del conocimiento que te resta. Los motivos no están en mí, están en tí.

Neheri buscó en su interior en busca de respuesta. Pensó en su diosa, siempre cálida y cerca de ella, en Dork el enano gruñón y cascarrabias dispuesto a dar su vida por ella, en Sorya su maestra, la artifice de que la leona que se encontraba dormida y ciega dentro de ella, despertara ayudandole a desechar las tinieblas de su alma y a vencer a Rakedus...

- Cell- lo miró tomando una decisión- seguiré del lado de la luz, entregaré mi alma y mi ser con tal de que la diosa y la luz se alcen con la victoria... pero lo haré siguiendo mi camino... Zyba, te seguiré... pero... ni se te ocurra engañarme...- lo miró de forma amenazadora- soy un paladín de la luz y lo seré hasta el final. Te he elegido porque en la sabiduría está el conocimiento necesario para erradicar la oscuridad, nada más.

¿Entonces prefieres seguir el camino en lugar de volver a comenzar?

Pregunta Cell con sus ojos clavados en tí.

Zyba... ¿Segura? Una vez tomada tu decisión final no habrá vuelta atrás.

Estaba claro que todo aquello le estaba resultando de lo más complicado a Neheri, ella seguía siendo Eladrín, quería seguir sirviendo a su diosa pero la experiencia vivida la había echo replantearse cosas que hasta aquel momento jamás lo hubiera hecho. 

Cell representaba lo que siempre había defendido, era el paladín del bien... o al menos eso era lo que parecía.

Zyba, representaba el Caos, era cierto que Eladrín buscaba el orden... pero acaso el origen del mundo no había sido el fruto del Caos, sus maestros le dijeron que el origen del Universo fue un inmenso maremagnum que terminó en una explosión a raíz de la cual la diosa comenzó a darle forma a todas las cosas... quizás el caos fuera la respuesta al inicio de un nuevo orden, más justo y reluciente que el anterior... pero... eso tampoco podía asegurarlo...

¿Que podía hacer? ¿Porqué no era capaz de estar segura? Si decía que si a Zyba una parte de ella le decía que se estaba traicionando pero si se entregaba a Cell, tampoco se sentía bien...

La cabeza le empezó a doler y se sostuvo la frente con las manos cerrando los ojos, para no verse reflejada en la inquisitiva mirada del Paladín... 

- He dedicado toda mi vida a defender a mi diosa... en la última batalla, conseguimos alzarnos con la victoria... con TU victoria sobre Rakedus... pero fue gracias al camino que seguí... ¿Qué de malo tiene ese camino para que tenga que andarlo desde el principio, Cell?- le preguntó clavándole ella su mirada cuando por fin se repuso de la duda que la estaba carcomiendo.

Cell cierra los ojos y asiente.

Tienes razón. Así que te ofreceré algo más... Digno. Te ofreceré la lealtad, una lealtad inquebrantable, hacia el Bien, hacia el Orden, hacia tu Diosa. Una lealtad que nadie más podrá arrebatarte.

Yo te ofrezco tu propia dignidad. Ya te lo dije, te daré un secreto, y el poder de continuar aquello que comenzaste, si caminas de nuestro lado.

Sonríe enigmático, como si esas últimas palabras fuesen más que suficiente.

Neheri miró a Cell y a Zyba sopesando con detenimiento todas sus palabras. Al cabo de unos segundos se decidió a hablar.

- Mi lealtad con mi diosa, con el bien y el orden es increbantable... no me ofreces nada que no posea ya, Cell- lo miró con el alma desgarrada- Durante los años que estuve como sacerdotisa de Eaendel aprendí que el origen de la vida fue el Caos y que tras esa explosión surgió un nuevo Orden, mucho más justo y luminoso que ninguno. Desde que el loco de Rakedus orginó la guerra, el Orden ha sido quebrantadao y tu le hiciste frente a su locura, por eso te seguí... sin embargo, cuando nos erigimos como los vencedores liberamos al Caos y ahora ha estallado una nueva guerra... Rakedus y tu estáis condenados a enfrentaros por todo la eternidad, lo que conducirá a una guerra sin fin. Yo quiero acabar con eso, quiero que el Orden impere sobre todas las cosas, no quiero estar ciega nunca más... y no lo digo por mis ojos. Me acostumbré a no ver de manera física, pero me niego a no ser capaz de ver más allá... y para ello necesito saber. El concocimiento será mi luz... si me lo hubieses ofrecido me habría ido contigo sin dudarlo... pero lo único que me ofreces es volver a estar ciega... Lo siento Cell... en verdad lo siento... defenderé el Orden a mi manera.

Eres susceptible al cambio, a los dones de los demás. No eres tan impertérrita como crees. La fortaleza que yo te ofrezco no la obtendrás del lado de Zyba.

Él te mira, observándote con detenimiento.

Zyba... ¿Seguro? Una vez decidido no habrá vuelta atrás. Estoy aquí para guiarte.

Neheri volvió a sopesar las palabras del Paladín.

- Entiendo lo que me dices Cell, en la batalla anterior hubo quienes abandonaron el camino del bien para caer en la telaraña de Rakedus... comprendo los riesgos y lo que me estás ofreciendo... Pero correré el riesgo...

Extiende su mano para que aparezca un portal.

Crúzalo, en el otro lado te aguardan. Suerte en tu empresa.

Espero, de corazón, que no te arrepientas.

A Neheri se le encoge el corazón ante las palabras de Cell, no estaba segura en absoluto de su decisión... pero al parecer ya no había marcha atrás. 

- Yo también lo espero...- le dijo a Cell y se dispuso a cruzar el Umbral...