Noche 6

Las risas cesan poco a poco, las miradas se cruzan, está claro: alguno de vosotros debe de caer, lo que nadie puede esperar es lo que el destino aguarda al cruzar el umbral de esta hora oscura.

Y es que antes de que nadie pueda reaccionar, Pharao asiente con la cabeza, asumiendo su muerte, símplemente se alza, aumenta su tamaño, como queriendo mostrar todo su poder, todo lo que él es antes de que la parca recoja su ser.

Antes de que ninguno de los que se ha pronunciado en su contra dé un solo paso, es el Guardián el que gruñe, cediéndole al ser que está ante vuestros ojos una muerte digna, lo abraza igual que lo haría con un niño pequeño, pues Pharao en todo su esplendor consige llegar hasta la cintura del Guardián, y lentamente Pharao comienza a deshacerse en los brazos de la criatura, sin un grito de dolor, con un gesto de orgullo y satisfacción que quizá sólo él pueda comprender...

Se va deshaciendo en un amasijo de arena, y en el interior del amasijo, una joya.

Es entonces Isar'i el que comprende, con una mano en el pecho, con una lágrima silenciosa por su mejilla, que ha llegado también su hora, es ineludible... Sus ojos se alzan al cielo, buscando algo que no encontrará, y es entender eso lo que provoca su dolor, y una segunda lágrima silenciosa.

Se pone en pie mientras su cuerpo lentamente comienza a transformarse en un humo negruzco, su sonrisa es tranquila ahora, aunque las lágrimas continúan resbalando por sus mejilla, sus ojos son una despedida hacia los presentes y, también, la promesa de que volverá.

Mientras el humo que compone el cuerpo de Isar'i va hacia el cielo en busca de las nubes, mientras las arenas de Pharao aún se derraman por el peso de la gravedad, es Corey el que mira sus manos, y estas comienzan a deshacerse, entonces es cuando vuelve a surgir su vanidad y, mientras se haya muriendo, corre a tomar entre sus manos la joya que ha dejado tras de sí Pharao, la alza para que los últimos rayos de sol reflejen su poder.

¡Maldita sea! ¡Estoy demasiado cerca! ¡Vamos, Ángel!

Dicho esto, la putrefacción se detiene, como devolviéndole a la vida de una muerte que seguro debería de haberlo arrastrado hasta el más profundo de los infiernos. Él sonríe.

¡Malditos dioses... ¡Terminaré con vosotros y vuestros lacayos!!

Pero la gema deja de brillar, la putrefacción vuelve... En un desesperado intento de sobrevivir al ver que la vida no ha llegado, que no ha podido controlarlo... Intenta sanarse a sí mismo, extiende sus manos, intentando crear vida, canalizar todo su poder, pero... La vida se seca en sus manos, la oscuridad lo engulle, muere en pié.

Mientras su cuerpo muere, a su lado, Kel-nar y Aldinessüe apoyan sus manos... Y el alma de Corey se avanza entre ellos. La elfa y el antaño tritón se miran con una sonrisa, y juntan sus labios en un suave beso.

Ha pasado demasiado tiempo... Demasiado dolor... Ahora estamos juntos, debemos de luchar.

El tiempo parece detenerse, una fina lluvia, unas llamas crecientes... Kel-nar asciende hasta el hombro derecho del Guardián. Aldinessüe hasta el izquierdo. Y Corey en sus pies. Entre los tres un poder increíble... La pureza del corazón de Kel-nar os paraliza, pero cuando veis cómo se va oscureciendo os horroriza. La belleza de Aldinessüe os maravilla, y ni siquiera cuando su belleza se torna peligrosa deja de hacerlo. En contra partida, Corey, de horrible aspecto desde el principio y alma de igual monstruosidad parece normal al lado de ellos, como uno más... Y entonces, el Guardián cae desmontándose por completo...

El tiempo se detiene, unos fragmentos de futuro.

El Guardián intenta alzarse, pero la red que los tres han tejido parece resistente, deseando volver a acabar con él pese a los esfuerzos de mantenerle con vida. Entonces se escucha un rugido que os hace estremecer.

Con el poder de la Luna, Naysha puede desplegar todo su poder. Un rápido movimiento y...

Mientras todos esperáis una lluvia de sangre, todo lo contrario, los cuerpos caen inertes al suelo, y es ella quien toma sus almas.

Si juntos queréis estar, juntos desapareceréis...

Dice Naysha, entonces engulle sus almas, y el silencio reina en el lugar.

... A un mundo perfecto.

Finalmente, Naysha vuelve a encogerse hasta ser el gatito pequeño que conocéis, bosteza sonoramente... Y desaparece entre las brumas de la muerte.

A trompicones, Arya avanza hacia el cuerpo de Kel-nar, incluso golpea su pecho.

Necio, otra ves te dejas llevar por un impulso, nunca comprenderás...

Tras golpearle, suspira, sabiendo lo que viene. La oscuridad bajo sus pies crece y ella, resignada, espera su final con los ojos cerrados. La oscuridad se une a la pierna del Guardián y ella sonríe con tristeza, consciente de su destino y de su sacrificio.

Lentamente la oscuridad la traga, como si de unas arenas movedizas se trataran, y cada vez es mayor, impidiendo que nadie pueda acercarse sin caer en la misma trampa. Ella abre los ojos para observar su mano antes de un último adiós.

La temperatura desciende drásticamente mientras Delos alza el vuelo y se abalanza hacia Arya sin dudarlo, sus manos se cristalizan y la toma con las manos debajo de los hombros, metiendo la mano en la oscuridad mientras los cristales son consumidos en segundos.

Y Delos alza el vuelo para alejarse con ella, su vuelo es dificultoso, la oscuridad parece querer exigir un pago, devorarle, su vuelo pierde fuerza, pierde altura, demasiado cerca de la oscuridad, ésta arroja lenguas para lamer los cuerpos que pasan sobre ella, intentando atraparlos a ambos...

En los últimos metros, Delos arroja hacia delante a Arya, la cual rueda por el suelo, salvando su vida de la muerte, aunque Delos queda atrapado en el límite de la oscuridad, comenzando a ser engullido.

Sheph, decidido, le toma de la mano y lo saca, dejándolo caer al lado de Arya.

Tanto Delos como Arya tienen claros signos de desgaste en su cuerpo, pero... Están vivos, ambos.

Aunque cinco almas han caído, tres de ellas desaparecidas para siempre, al menos una vida ha podido ser salvada.

La lágrima del adiós para los que han marchado.

Y de alegría por los que han vuelto.

Y una lágrima por los que no saben lo que aún ha de venir.

El capricho de un instante nuevamente había clavado en su alma un puñal cuya herida hasta a ella le sorprendió que doliera tanto. Lo que Arya se negaba a sí misma nuevamente se desvanecía ante sus ojos, y eso la destrozaba, hundiéndola, y haciéndole desear el final, flaqueando lo que pudiera quedarle de fortaleza. Con ese espíritu se entregaba al Olvido. Y tras la caricia de la muerte, es Delos quien la arranca de la oscuridad. 

Abre los ojos entonces Arya, como si llevase largo rato dormida, ensimismada.

- Y de entre todos los presentes... - Murmura Arya mientras se sienta, mirando a Delos - Precisamente eres tu, aquel al que fallé en mi cometido, quien me salva de la oscuridad - Posa una mano temblorosa en su mejilla - No pensaba que el frío pudiese ser tan gentil. Gracias... me has devuelto la esperanza. - La siguiente sonrisa, profunda y sólida es para Sheph, de cuya mano cercana se ayuda para levantarse del suelo.*

Sonríe con seguridad una vez más a ambos - Gracias. 

Camina hasta pararse frente a Pluma y con la cabeza le toca suavemente el vientre.

Me alegra ver que estás bien. Yo... Ya soy libre. Pagué mi deuda y tengo calor suficiente para esperar a que todo termine.

En silencio miro la escena, no he podido intervenir, auqnue dudo que de poderlo haber hecho hubiese hecho realmente algo.

Ciertamente me conmueve haber visto desaparecer tanta gente frente a mi.

-La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente. - Suspiro y miro al suelo, Lianne se ha ido de nuevo, y con ella el posible hijo que descansase en su vientre. La vida es quien me ha arrevatado a Lianne. ¿La amaba? No, no como las historias dicen que es el amor. ¿La quería? Desde luego. ¿Me fue arrebatada por esta batalla? Sí.

-Un hijo es un acreedor dado por la naturaleza. - Murmuro.

Miro a mi alrededor confusa cuando todo sucede, pero al final mi rostro refleja una calma como nunca se había visto en él desde que llegué a este lugar.

- Por fin... Libre... - Musito suavemente, buscando con la mirada a Nuraus. Mis aguas se encuentran en paz después de mucho tiempo, y esto se refleja en la serenidad con la que me muevo.

Finalmente busco a Sheph y me acerco a él. - No estás en el Bosque... - Le digo confusa mientras cojo su mano. - ¿Por qué no estás allí? Hay tantas cosas que quería contarte...

Neheri respiró varias veces cuando aquella masacre terminó, nunca le había gustado Corey y ahora ya había quedado claro que su corazón estaba tan negro como el humo de su cigarro... con respecto a los otros lamentó la falta de coraje de Aldinesue, pero el final de Pharao se le antojó más una liberación que una ejecución. De manera que las plegarias que entonó en aquella ocasión fueron para la pequeña elfa y para el Djin.

Después miró a Rienott con gesto indescifrable, pero cuando los ojos de la hechicera se posaron sobre Nuraus, los ojos de Neheri se agrandaron y se puso al lado del humano mientras le dedicaba una mirada furibunda a Rienott.

Contemplo impasible el espectáculo de muertes, hasta que todo el lío afecta a Arya, Delos la saca de la oscuridad y este se pierde en ella estoy tentado en permitir que su existencia se acabe definitivamente....pero acabo sacándolo en el último momento.

Ayudo a levantarse  a Arya que por fin abre los ojos, de nada. Justo después me quedo frente a Rienott, el fuego me reclama....y esta claro que me alegro que por fin te sientas libre y la libertad tiene un precio para todos, ¿Crees que estas mejor ahora que antes?, desde luego ya te será imposible contarme todas esas porque nuestros caminos ya no coinciden en ningún punto, ya son paralelos del todo porque no se si son opuestos. 

Me encojo de hombros mientras una tenue frialdad se introduce en mí al escuchar a Sheph. Lo miro a los ojos y no veo en ellos la persona que esperaba. - Sí, la libertad tiene un precio: la sencillez auténtica y real. Mucho más real y sencilla de lo que algunos proclaman sobre sí mismos. Pero lo he pagado satisfecha por poder seguir mi propio camino. Mío y de nadie más. Sin grandes Dragones a los que seguir. - Suelto su mano lentamente mientras asiento antes de hablar, llena de fatalidad. - Ya veo lo que valen tus promesas.

Vuelvo a encogerme de hombros. - Si nuestros caminos no discurren unidos será porque no has querido tú. Y si no puedo contarte todas estas cosas, también es por tu decisión, pues sabes perfectamente que cuando nos ofrecieron poder hacerlo, yo estaba dispuesta a unirme a ti. Sin importarme tus lealtades. Supongo que me equivoqué contigo, pensaba que eras diferente. Creí que veías en mí más allá de Zyba y que entendías que no puedo fluir si me estanco.

Una breve pausa antes de añadir. - Supongo... Que incluso cuando estaba a tu lado, seguía estando sola. En fin, no te preocupes, estoy acostumbrada. Dejaré que sigas Su camino sin molestarte más.

No lo estabas y no lo estas, solo se que mi respuesta ya la dí y no depende de mi si se hace efectiva, ¿puedes hacerlo tu?, porque lo que dije es verdad y no si el responsable puede seguir cumpliendo con su parte y en cuanto la cumpla podremos hablar.... hasta entonces nuestros caminos continúan separados.

- No, yo no puedo hacerlo. Pero tampoco necesito que lo haga para decidir qué camino seguir. Si me acerqué a ti ahora fue porque te consideraba por encima de... - Un suave ademán que señala todo a nuestro alrededor. - ... todo esto. De todas formas, hablaré con él. Eso sí puedo hacerlo.

Un suspiro frustrado. - Si nuestros caminos ahora están separados, es únicamente porque tú quieres. Ya te lo he dicho otras veces. Mientras quieras que lo esté, voy a estar a tu lado, sigas a quien sigas, decidas lo que decidas, y hagas lo que hagas, esté de acuerdo con ello o no.

Me encojo de hombros de nuevo. - Ya sabes dónde estoy si cambias de opinión. - Empiezo a dirigirme despacio hacia la roca donde se solía sentar Ferriel. Por el camino, le dedico una sonrisa suave a Neheri.

No dejo que se marche y rodeo la cintura de Rienott con mis brazos y la beso, tras el beso. ¿Crees que se deja de sentir tan fácilmente?, pues no y continúo queriendo lo mismo que en el bosque, continúo queriendo que ses feliz. Quiero y tengo mucho que hablar contigo, pero no tengo por donde empezar. No me separo de ella, no quiero y todo se ha vuelto tan complicado....

El ser alado expira un suspiro largo y cansado, se tumba desgastado sobre el suelo mirando al cielo infinito y su risa es cristalina, como la de un niño, clara como el agua, transparente como el mismo hielo.

- Soy un caballero, no sería nada sino puedo proteger a los demás ¿Verdad?.- Una sonrisa afloró en su cansado rostro y cerró los ojos agradecido de seguir vivo.- Gracias Sheph y de nada Arya, el frío puede ser tan gentil y tan ardiente como el fuego, pues su roce es tal que ambos pueden causar una abrasión similar.

Cuando Arya acarició su rostro no pudo evitar acariciar la mano de la hechicera y respirar aliviado, poco a poco fue incorporandose como pudo hasta quedarse sentado donde estaba pero sin moverse de su lado, su mirada se dirigió entonces a Ferriel.

- ¿Sabes? de entre todos el que menos me esperaba que me fallase eras tu, te he dado mi cobijo, te he abrigado bajo mis alas, y sin embargo soy el único que sigue en la fortaleza... todos me habeis abandonado.

Muerte... muerte... mas que nunca... El pesar de aquellas almas atormentadas abrumaba a Pluma... y entonces le vio.

¡Aryos! ¡Que alegría verte! - dijo con absoluta y sincera felicidad, ignorando completamente al resto.

-No fue decisión mía - Digo en respuesta a las palabras de Delos - De hecho, me sacrifiqué para dar una esfera azul porque pretendía llegar de nuevo a la fortaleza para seguir en el mismo barco. - Tomo aire - Pero parece ser que, de nevo, las reglas que rigen esta amalgama son diferentes a las que creía, supongo que debido a que lo que aquí reina es el caos y no el orden. - Cojo aire - Igualmente, lo siento, pero más traiciones se cometen por debilidad que por un propósito firme de hacer traición, y supongo que en cuanto a poderes, me llevo la palma.

Dicho eso, inclino la cabeza hacia el ser alado en una sincera disculpa.

- Y de nuevo observo curioso como de pronto dos individuos parece que estaban aliados cuando no habían dado muestras en este plano, supongo que de nuevo más secretos que poco a poco se desvelan. - Digo refiriéndome a Rienott y a Sheph.

Ante la exaltación de Pluma, el propio Ayros se anima más y la temperatura sube un par de grados a su alrededor.

¡Ahora podré seguirte donde quiera que vayas!

Dicho esto restriega su rostro contra el de ella cálidamente y luego se pone a su lado.

Cuántas almas más se están dejando perder en esta batalla...

Comenta casi nostálgico.

Parece que al fin todos estáis reunidos con vuestros patrones... Me alegro. La batalla más dura se presenta ahora. Ya habréis llegado a los Corazones... Con los patrones de la mayoría en cada caso. El dominio de los Corazones es vital para dominar la amalgama, así que custodiadlos con sabiduría.

.....esto es todo demasiado caotico.... no se aun si estamos vivos o muertos, o quienes han muerto, o ha vivido.....

...ni entiendo quienes luchan ni aun menos para que, para proteger la amalgama... de quien?, de quien la esconde pasa si, o de quien la busca para usarla... y porque estamos en medio de algo que realmente no le importa a nadie mas que a quienes como marionetas nos dirigen a su voluntad....

Cuando Sheph me coge por la cintura y me obliga a girarme la frialdad que había empezado a colarse en mi cuerpo se desvanece y recupero la serenidad con la que me levanté después de ese extraño momento atemporal. Rodeo su cuello con mis brazos mientras me besa, sintiendo por fin que lo reconozco.

Después me suelta y acaricio su mejilla con la punta de mis dedos. - Por un momento pensé... Que te había perdido. - Una sonrisa infantil se dibuja en mi cara. - Me alegra ver que sigues siendo tú. Haré todo lo que pueda por conseguirnos ese lugar. Tengo que contarte mucho... - Me pongo de puntillas para volver a besarlo y después, me quedo a su lado, ya me siento demasiado separada de él en otros lugares. 

Escucho a lo lejos con sorpresa las palabras de Ferriel y le respondo dubitativa. - Creo que Sheph y yo no hemos escondido precisamente que nuestras aguas estaban unidas. Pero aunque lo hubiéramos hecho, no creo que sea necesario airear los sentimientos delante de todos. Relájate, anciano, no dejes que la paranoia nuble tu afilada visión.

Miro a Rienott y sonrío, después miro a Ferriel. Ferriel igual en el pasado fuimos demasiado sutiles aunque lo dudo, pero....cuando te quejabas tanto en el momento que estamos todos frente la amalgama y que bese a Rienott tras el incidente con M......¿ enserio no te sugirió nada eso?, si eso es esconderse no se que mas necesitas.

Miro a Rienott y a Seph.
- No, no creo sea buena idea airear sentimientos, nos ponen en peligro de quienes se aprovechan de todo eso para jugar a su favor. - Respiro de forma calmada - Y espero que encontréis en el amor las fuerzas para sobrevivir a esta batalla lejos de avatares que nos obligan a luchar entre nosotros. Yo estoy luchando por ver cómo puedo devolver a ese hijo que Lianne niega, y no descansaré hasta conseguirlo.