Partida Rol por web

Love Paradise (S01-Ep.01): Beso, Boda, o Tarta
_{^{[Empiezan los retos]}}

En el episodio anterior...

[Se ven las imágenes según las relata una voz en off.]

Los participantes llegan a la Isla Paradise. Paul muestra sus dotes artísticas a Tara, quien no para de comer en toda la noche, y a Liza. Diana lee el Tarot a algunos de los participantes, entre ellos a Kiki, a Donald, y a Erick. Stephanie se luce radiante ante las cámaras. Johnny disfruta de las instalaciones del lugar. Thomas y Ulrich beben en la barra, mientras William mira las estrellas.

[Aparece un footage de la isla de noche, y se ve el cielo empezando a clarear.]

La fiesta continua por varias horas, hasta que, unos más pronto, otros más tarde, todos van a descansar. ¿Estarán preparados para lo que les espera el nuevo día?

A la mañana siguiente, todos se reúnen alrededor del buffet de desayuno para comer. Laura se acerca a los participantes, va vestida con un bikini y un pareo semi-transparente a modo de falda. -Buenos días, ¿cómo pasaron la noche?- Se le ve muy animada y sonriente. -Los espero en dos horas junto a la piscina. ¡Buen provecho!-

A la hora indicada, los participantes se presentan en el sitio indicado. Allí, además de Laura, hay una mesa larga donde se ven doce anillos dorados, y doce pasteles de crema.

-A partir de este momento, están compitiendo por encontrar el amor, y el premio de los $10.000. Quedan abiertas las votaciones diarias para decidir quien no debe continuar en la isla. Para eso, en el transcurso del día podrán ir, de forma individual, hasta la choza tiki del muelle.- Señala hacia uno de los muelles, donde al final de una larga pasarela sobre el agua hay una pequeña choza. -Las votaciones son secretas, y el resultado se dará al atardecer.-

Una nueva pausa para ver si queda alguna duda, y luego continúa. -¡Empezamos los retos! El día de ayer tuvieron la oportunidad de conocer o al menos tener una primera impresión de los otros participantes. Guiados por esto, deberán decidir a quien besarían, con quien se casarían, y a quien le darían un tartazo. ¡Pero! Las acciones dicen más que mil palabras: besen a quien besarían, den un anillo a quién eligirían para casarse, y... bueno, imagino que ya saben para que son las tartas.- Se ríe. -¿Quien empieza?-

-Bueno, Laura, si no te importa- Thomas levantó la mano con un gesto elegante -me gustaría empezar yo mismo- Después de que Laura asintiera, Burke se acercó a la mesa y cogió una tarta, sopesando su peso y consistencia, y sacando un par de sonrisitas nerviosas de todos los presentes, a los que obsequió con una gran sonrisa antes de dejar de nuevo la tarta en la mesa, coger uno de los anillos y dejarlo en su bolsillo.

Después, se acercó hasta una de las chicas, Liza Jones. Ni que decir tiene que el contraste entre la pequeña Liza y el hombretón resultaba bastante chocante. -Anoche me di cuenta de que aunque Liza se está divirtiendo con nosotros, aún tiene que soltarse un poco y perder esa timidez que está jugando en su contra. Así que, para romper el hielo...- Thomas se inclinó sobre ella, le puso las manos en las mejillas y le plantó un sonoro beso en los morros. No fue un beso pasional, sino a labios cerrados. Y Burke después le sonrió a la chica, riéndose un poco y guiñándole un ojo antes de seguir realizando su ronda.

A continuación, se paró frente a Stephanie Roodepoort y sacó su anillo. -Ayer una de las compañeras me reveló que eres una gran escritora, y he de confesar que he hecho un par de preguntas aquí y allí- Aunque las personas de producción y los trabajadores del programa estaban siendo discretos y se mantenían alejados de ellos, Burke no era un mal investigador, y al final había logrado escuchar una conversación aquí, otra allí, y había descubierto muchas cosas sobre Stephanie. -Creo que, de todos nosotros, eres la más dispuesta a encontrar un amor romántico que dure por siempre. Así que sería un gran placer- puso el anillo en la mano de Stephanie. -hacerte entrega de este anillo como muestra de que yo también comparto tu idea del amor.

Finalmente, Thomas se acercó a la mesa de las tartas, escogio una bien llena de nata y se fue andando entre los concursantes. Se paró frente a Kiki, la miró... y sonriente le estampó la tarta en todo la cara al joven Macaronni, que estaba de pie junto a ella. -De todos los presentes, el único que anoche decidió disfrutar de las instalaciones de la isla en lugar de hablar con sus compañeros fue Johnny- Miró al compañero con seriedad -Sirva este tartazo como consejo para que mejore su actitud- y después le dio un amistoso golpe en el hombro, sonrió, y volvió a su lugar.

La noche acabó riendo con unos y con otros y bromeando sobre ángulos muertos. No es que Diana fuera demasiado pudorosa, y saber que sus padres podían estar mirando solo le daban ganas de hacerlo más, les odiaba, malditos viejos cortos de miras que solo sabían lo que era trabajar y desdeñaban las energías místicas que nos rodeaban. Si había un ángulo ciego iría a por él, que una podía ser medio hippie pero quien quisiera por una película para adultos que pagara por ella, y con 10 de los grandes no había ni para comenzar.

Desayunó ligero, porque Diana no era muy comedorera, un zumo de naranja, unos frutos secos y una pieza de kiwi e intercambió sonrisas con unos y con otros. Hoy iba a ser un gran día, el signo de tauro estaba en la casa XI, y eso era una buena señal, para el amor y el dinero, así que debía abrir bien su tercer ojo porque hoy el universo iba a conspirar para que encontrara el amor, alguien que la comprendiera, alguien que no se asustara si hablaba en una lengua muerta cuando se iba a dormir, y por el amor de Dios, alguien que supiera que el amor es demasiado grande como para circunscribirlo a dos personas únicamente.

La presentadora con aura de estercolero empezó a explicarles de que iba el primer desafío. Diana fue la primera voluntaria y gritó alegremente - YOOOO, YOOO, ¡POR FAVOR! - pero el hombre maduro se adelantó y le tocó esperar.

Aquel día vestía con un bikini de dos piezas algo escueto y colorido, que insinuaba sin mostrar nada, y un pareo anudado a la estrecha cintura. Se dirigió a la mesa y pasó la mano por encima de los elementos del reto. Tenía que armonizar a los elementos del reto con su energía reiki para que nadie se tomara a mal sus elecciones. Así que eligió la tarta en primera instancia y comenzó a caminar entre sus compañeros. Se detuvo ante Tara y miró la tarta, pero finalmente negó. Seguro que la modelo que se había comido a otra modelo estaba feliz con el tartazo, pero no tenía nada que ver con el amor, tenía que marcar a alguien como el que menos apetecible para un marathon de Sex On The Beach, así que se fue en dirección a Thomas, puso una pequeña sonrisa de disculpa y le dijo

- No es personal cariño, pero es que los hombres con bigote me dan un poco de repelús. No es por tu edad, ¿eh?, a mi me gustan maduros también, pero, estarías mucho mejor sin ese bigote. Lo siento mucho, de verdad. - y le estampó la tarta sin mayor preámbulo, y le pasó un dedo para coger algo de la nata y llevársela a la boca.

Después cogió el anillo y miró a los chicos buscando la mejor opción. Donald y Erick eran los chicos con los que más trato había tenido, pero no los veía como para casarse, ¿Para buscar ángulos muertos?, por supuesto, pero ¿casarse?, estaban demasiado verdes para pensar en ello, así que se dirigió hacia el dibujante y con una sonrisa le pidió que le diera la mano. Miró la linea del amor de su mano y sonrió abriendo muchos los ojos - Vaya sorpresa, yo te estaba dando el anillo por parecer el más equilibrado y en sintonía con el universo de todos, pero menuda línea del amor, que calladito te lo tenías, ¿eh?. Tu y yo nos vamos a conocer muy bien estas semanas, lo noto. - y con una sonrisa y una mirada de sus profundos ojos azules le deslizó el anillo en el dedo.

Finalmente se dirigió hacia Erick, le cogió por la barbilla y le depositó un beso suave en los labios. Retrocedió y le dijo - ¿Ves? Las cartas no mentían, una melena rubia iba a aparecer en tu destino. Y si quieres más, bueno, ya sabes donde encontrarme. - le guiñó el ojo y yendo a su sitio se acercó hacia Kiki para decirle en voz baja - Es una lástima no conocer tu orientación, porque estoy segura que eres la que mejor besa de toda esta isla. ¿Tal vez para la próxima prueba?

Y satisfecha por haber cumplido con la prueba y no tener que pensar más en ello Diana se sentó a esperar las elecciones de los demás.

William se puso automáticamente nervioso. Rayos, creo que la palmaré hoy. La poca impresión y manejo con las chicas podría hacer que su viaje terminará. Emm, etoo, ammm. Busco un pañuelo para limpiarse el sudor de la frente. Calma William no hay nada que temer. Palabras mentales de apoyo, era todo lo que podía maquinar el programador para no denotar nerviosismo. Volteo la vista hacía el mar.

Para sanarse la mente miró a las olas en la costa, un acto de relajación. Exhalando y Inhalación manteniéndose firme con la vista a la dirección del viento. Y después de estar cinco minutos así, soltó una sutil sonrisa indicando que ya estaba mejor. Mamá tiene razón, si calma. Agradecía que su madre fuera a clases de sanación y yoga. Terminó decidiendo que esperaría con calma a que todos los demás probaran.

Boring, boring, bo... eh, ¿Ya es de día? Kiki iba con la misma ropa de la noche anterior y la melena visiblemente despeinada. Se dirigió a Laura -Cari, he pasado mala noche porque no estoy acostumbrada a... dormir sola. Esto no es como me lo contaron. La verdad.

Cuando empezó a ver la actuación de Thomas. No si ya sabía yo que la niña esa... puta. Y siguió pendiente del anillo. Uf, que calor... ay dios a Roodepoort, que bonita pareja, ¿puedo ser vuestra amante? ¿de los dos? Y ahora venía lo más excitante... la tarta. Miró a los chicos excitada por ver dónde les caería y le entró un picorcillo en el estómago ¿Serán mariposas? cuando Thomas se plantó frente a ella ¡Y se la estampó a Macarroni... Ayayaya que se me escapa el pipi... que risa parfavorrrr. Le lanzó un besito y levantó la mano a continuación -yoyoyoyoy me toooca -en el fondo lo quería hacer pronto para irse a dormir al sol en una de las hamacas pero la muy put... de Diana se le adelantó -hummmm como me ha puesto...

-Bueno, bueno, bueno...yo voy a empezar con el anillo- tomó el anillo de la mesa -Ring, ring ¿quién es? soy tu maridito...- se acercó a Ulrich y se lo fue colocando en el dedo- Hasta que la muerte nos separe... o no -Y soltó una risita escandalosa. Mientras caminaba posando la vista coqueta en los presentes- y ahora kisskiss kisskiss ¿quién quiere un kisskiss?- Hasta llegar a Roodepoort -El destino, Stephi, nos ha colocado a ti y a mí aquí para te ayude a escribir tu mejor novela... yo soy tu Calíope aw -Y después de darle un beso largo le mordió el labio inferior y tiró de él- te I loviu -mientras hacía con sus brazos la forma de un corazoncito.

Tomó a continuación una de las tartas y metió la lengua en ella -Humm sweet sweet... ¿Quien quiere que le suba el azúcar?... no Tara cariño, te la daba a ti porque te veo con cara de hambre pero hay que repartir con los demás... todos se merecen comer un poquito de dulce-. Llenó un dedo de nata y fue poniendo un poquito en la naricita de cada un de los chicos y se frenó frente a Thomas que ya tenía la carita blanca Uf que morbo... -te iba a dar a ti para comerte todo ese bigote de nata pero... me debo a mi público... Diana cariño ven, no te quedes con las ganas.- Le manchó la boquita con la tarta y se fue a la costa, sabía que así las cámaras la grabarían durante más tiempo -Mira William, un platillo volante- y le plantó el tartazo a William en todo el morro. Luego volvió y le quitó toda la nata de la boca a Diana con la boca -Humm nadie dijo que no se pudiera repetir... yo puedo decirte cosas que las cartas ni saben, cari... Lauri me voy a la hamaca, si alguien quiere pedirme matrimonio aquí tiene mi dedo -y se fue haciendo una peineta.

Bueno, por lo menos ya se a quién no le gusto. William agarro un pañuelo rojo para limpiarse la crema de todo el cuerpo ya que el Plast, no fue tan suave. Ok, pero podías haberme pasado un pañuelo o avisar.  Después se puso a limpiar el cristal de sus lentes. Vaya persona tan animada. Aún con el Tortazo William no tenía ni una pizca de enojo. Y incluso después le metió una cucharada a la crema. Hum, hum Tiene Banana y Nueces, que delicia. Tenía un rostro de comensal deleitado por un platillo. Vaya quién sera el chef, para darle mis felicitaciones. Estaba preparado hasta para enterarse que era una tarta de producción industrial. ¿Será de que marca?.

Liza se había quedado roja como un pimiento, tomate, o lo que más rojo pueda imaginarse. Muy quieta, ni siquiera pareció que se daba cuenta de las demás acciones del hombretón con camisa de flores, y tampoco de las que luego dio Diana por el escenario que les rodeaba. Pero cuando Kiki, la mujer del pelo rosado, acabó y dejó de hablar su extraña cháchara, salió de su vergonzoso recogimiento y se adelantó.

Estaba fresca, se notaba que había dormido bien. Llevaba un vestidito de tirantes blanco que hacía resaltar su melena oscura, y un bikini debajo de color rosa pálido, que podía verse transparentado bajo la tela. Se había maquillado los labios de rosa, a juego con el bikini. Calzaba sandalias blancas de tiras entrecruzadas.

-Hola, buenos... días a todo el mundo. Yo, ehm, voy a darle el beso a este caballero que, aunque algo mayor, ya me ha besado primero, así que tampoco estoy haciendo algo muy atrevido...

Se acercó a Thomas y poniéndose de puntillas agarró su cara como él había hecho momentos antes y le plantó un beso fugaz y suave en los labios, casi como con disimulo. Si era posible, aún enrojeció más. Después recogió uno de los anillos, y se fue directa a Paul, ofreciéndoselo.

-Ya te han dado otro, pero la verdad es que eres el único al que conocí un poco anoche, hablando, y si he de elegir a alguien, pues me da la sensación de que de los chicos que están aquí eres el único con el que tengo un poco de confianza. Una boda es mucho más que eso, pero en fin...

Después, sin sonreir y cabizbaja se fue a buscar una de las tartas. 

-Yo... lo sieento...

Recorrió el trayecto hasta la hamaca, y ¡Plaf! la estampó en la cara de Kiki, que aún tenía el dedo levantado. Y entonces, por primera vez desde que la conocían, estalló en una carcajada alegre.

-¡Jajaja! Perdona, ¿eh? Es que eres lo opuesto a lo que yo seré nunca, me temo. Aún no sé si me das rabia o envidia...

La noche pasó volando, entre la cena y las conversaciones. Entre sueños y sábanas solitarias, que tampoco esperaba otra cosa. Aproveché y le di unos retoques al retrato de las dos chicas con el fondo de las palmeras. Me quedó bien y estaba contento.

Un nuevo día. Desayuno continental, tostadas, mantequilla, miel. Café, croassant. Y un zumo de naranja, venga, que a saber los retos del día. El primero no tardó en caer. Me rasqué la barbilla, “no conozco suficientemente a nadie como para eso”. Qué fuerte empezamos.

Pensativo observé a los y las concursantes más lanzados y decididos. Y no se cómo me encontré con Diana y su anillo en mi dedo. -¿Qué ves en mi línea del amor? Te aseguro que no tengo nada en especial. Eso creo. –Me miré la palma de la mano, perplejo. Quizás la chica veía “cosas” que yo no. Se dedicaba a eso. Claro que también podía ser una tunanta, mucha palabrería y ya está. En fin, como no costaba nada sonreír, pues eso es lo que hice.

-Gracias, Diana. Supongo. –Y por puro instinto le di un beso en la mejilla. Sí, ¿no? ¿Tenía que ser en los labios? Pregunté con la mirada a Laura, que pasó por completo de mí. Así que, indeciso, quise darle un piquito fugaz, pero la brujita ya estaba con Erik.

“Vale, pasmado”.

La verdad es que no supe a quién darle el anillo ni la tarta. La pelirosa me intimidaba, la pelirroja ya recibió uno, Liza un beso, quedaba Tara. ¡Claro, Tara!

-Toma –partí un trozo de pastel, se lo ofreció, sin lanzárselo a la cara. –Seguro que mejor en el estómago que no en la cara. –Observé de refilón a Kiki, y también a Liza. Tomé una decisión in extremis, acercándome a ella, deslizándome entre el hombretón aquel del bigote.

-¿Aceptas mi anillo, Liza? Es de broma, claro, para unas risas. – Sonreí, así, un poco, un mucho más bien, lelo.

Nuevo día en el paraíso.  Hoy y cada uno de los que vendrían un regalo que pensaba exprimir al máximo.  Ayer, algo cansada del largo viaje, apenas intercambié unas pocas palabras y alguna mirada llena de significado, pero... hoy sería diferente. 

Veterana de "realities", sabía con certeza que no nos dejarían relajarnos, si no que nos harían pelearnos unos contra otros. Al fin y al cabo, lo único que querían era carnaza y valoraban la audiencia por encima de todo. Quizá nos harían pelearnos en el barro, o alguna prueba igual de humillante o de morbosas intenciones.   

Pero hoy ya ni siquiera advertía a los cámaras dando vueltas incesantemente alrededor y me sentía más animada y mucho más alegre que ayer.  Podía enfrentarme a lo que fuera y elegí un vestido acorde a mi estado de ánimo.

Me siento a la mesa y me asombro, muestro gestos de extrañeza y de cierto horror al oír la prueba que debemos realizar.   ¡Lástima de vestido, arruinado por una tarta!.. Pero.. ¡Un beso! ¡Un anillo!  Bajo de la mesa, me retorcía las manos de pura inquietud.  

Thomas se adelanta. Besa a la joven, guapa y vergonzosa mujer llamada Liza, lo cual era de esperar.  Aunque no lo es tanto, ni de lejos, que se acerque a mí y me presente, galantemente, el anillo.  Le aguanto la mirada. No habla en serio, sólo se trata de una entretenida prueba y Thomas tenía que elegir a alguien a la fuerza.  Pero no consigo evitar una sonrisa de satisfacción y algo de rubor subiendo hacia mi rostro.

—Gracias, Thomas... Ha sido muy amable de su parte. Un gesto precioso.

Pero ese rubor se multiplica por cien cuando Kiki se aproxima y junta sus labios con los míos.  Podía haberse limitado a eso, pero la muy ladina juguetea y muerde, dejándome absolutamente desarmada, hasta el punto de tener que devolverle, fugazmente, casi al final y sin querer, el beso.  Cuando se aleja, estoy aún más ruborizada que Liza y tardo un buen rato en controlar el sofoco que me ha dado, aunque no aparto la vista ni me escondo o me escabullo.   Soy una mujer moderna y liberal, no una homófoba como J.K.Rowling.

Varios besos y varios tartazos después, me he recobrado lo suficiente como para levantarme y jugar al juego propuesto.  Me acerco a Ulrich, el formal y atractivo joven de mirada penetrante y le doy un brevísimo beso en los labios.  Sintiéndome un poco rara, disimulando apenas el temblor en las manos e intentando quitar ceremonia al asunto, le doy el anillo a Thomas...y finalmente, tras un par de vueltas a la mesa, pensando a quien darle el tartazo... elijo finalmente golpear con la tarta a Paul Singleton, aunque de manera suave, casi a cámara lenta. - Perdóname, cariño.

Ulrich observaba todo con una amplia sonrisa. No había dormido tan bien en meses y cuando despertó aquella mañana envuelto en las suaves y frescas sábanas de algodón con el sol entrando desde la ventana y el cierlo azul zafiro en todo su esplendor supo que había tomado la decisión correcta al ir a aquel programa... Se sentía bien, renovado luego de tanto trabajo y con ganas de descubrir qué le amparaba ese nuevo día. Lo primero que hizo fue salir a correr, sin camisa para tostarse, por la costa para llenarse del aire matinal y del sonido del mar.

Luego se duchó y ya cambiado y perfumado caminó hacia el comedor en donde saludó a todos sus compañeros con un cortés -Buenos días-, comió frutas y cereales con café, luego directo a la prueba. Mientras observaba a los participantes sopesar sus elecciones disfrutaba de las expresiones de sorpresa con las tartas, besos y anillos, aunque con una ligera sonrisa, no le pidieran nada muy expresivo, eso no era lo suyo. Se sorprendió cuando Kiki le puso el anillo en la mano, le dedicó una sonrisa de lado y una mirada divertida que le decía mucho. Aceptó el beso de la escritora sin disimular su satisfacción, era una mujer bella, con chispa y se la notaba inteligente y conversadora, apretó un poco de más sus labios, solo un poco, contra los de ella para que supiera sin dudar que el beso le había gustado.

Por eso se pensó bien su siguiente movimiento y decidió salirse de la norma para retarse a sí mismo, luego de Stephanie fue decidido hacia la mesa, tomó el anillo, la tarta y sus ganas de jugar.

Lo primero que hizo fue pararse delante de Kiki con el pastel, que dejó a un lado para sacar un pañuelo del bolsillo de sus bermudas y se inclinó delante de ella -¿Puedo? -preguntó y le tomó el mentón con una mano, delicadamente, mientras acercaba su boca a la de ella, parecía que iba a besarla pero finalmente le limpió un poco de tarta*.

Luego plantó una rodilla en el suelo y le ofreció el anillo, deslizando el metal suavemente por el dedo anular mientras la miraba a los ojos -No te preocupes, no tenemos que ser un matrimonio convencional -le guiñó un ojo y se alejó dejándole su pañuelo lleno de su colonia amaderada por si quería terminar de limpiarse.

Se paró tomando la tarta y se plantó delante de Macarroni, -Me gusta tu estilo -afirmó y le dio un beso en los labios, rápido y sin mucho contacto por si al muchacho le daba repeluz.

Luego caminó hacia Tara y se ubicó frente a ella con la tarta, tomó envión para dar la impresión de dársela en el rostro pero al final la plantó Donald. -Sin rencores, es solo un juego -musitó.

Al llegar un nuevo día, el irlandés tomo un buen desayuno, unos huevos revueltos con tocino y unas tostadas, acompañadas de un plato de yogur con manzana picada y un vaso de jugo de naranja.

Luego fueron convocados para la siguiente prueba, vaya prueba, Donald pensó que era muy pronto para empezar con hostilidades directas y promesas de matrimonio, sin embargo era una buena forma de empezar una estrategia, darle un buen pastelazo a los rivales mas peligrosos o dejar una buena impresión a las chicas, iniciar era una mala opción, analizar como se desarrollaba la situación era lo que tenia en mente, un pastelazo a Johnny y anillo a Stephanie, un pastelazo a Thomas y anillo a Paul, ese pastel estuvo muy bien, pero ese Paul parece muy popular, Kiki anillo a Ulrich y pastelazo a William, mmm ese barco ya zarpo, no debo hacerme del rogar, Liza le dio un anillo a Paul y Pastelazo a Kiki, Paul no lanza ningún pastelazo y le correspondió el anillo a Liza, un anillo a Thomas y pastelazo a Paul, bien Paul ya necesitaba un pastelazo, piensa mientras una sonrisa discreta se dibuja en su rostro, Ulrich anillo a Kiki y un pastelazo para Ta...

El pastelazo lo saco de sus pensamientos, limpiándose los ojos camino directo a la mesa por un pastel para voltear a ver directamente a quien lo había llenado de crema, sin rencores ¿cierto? camino hacía el con pastel en mano, pero la molestia se le paso antes de alcanzarlo y solo le dio unas palmadas en el hombro, entonces volteo buscando otra víctima, y con un movimiento suave presiono lentamente el pastel que llevaba en el rostro de Erick, extendiendo el momento, no quisiera dejarte fuera de la diversión amigo.

Regreso a la mesa para tomar un anillo, se detuvo para observar a su alrededor, y entonces camino recto y con calma hacia Liza, guardo su anillo en el bolsillo y poso su mano derecha en su mejilla mirándola fijamente un momento antes de empezar a hablar, con voz suave le dice, aunque anoche no tratamos mucho, he podido ver que eres una mujer centrada e inteligente, se que es pronto, pero acepta mi anillo como muestra de mi interés de conocernos mejor y mi deseo de llegar a tu dulce corazón, tomando su mano le coloca suavemente el anillo que había guardado, le da una sonrisa y se voltea, observando con una picara mirada la expresión de todos, termina su búsqueda con una vuelta completa, para abrazar y dar un largo beso a Liza, empezando suavemente, pero terminando con un mordisco a su labio inferior, pienso que un beso es una buena forma de empezar a conocernos, le susurro al oído antes de soltarla, solo para reír un poco, lo lamento, olvide que tenia crema en la cara, tomo una servilleta para tratar de limpiar le el rostro a la tímida dama.

El mejor momento del día de Tara era el desayuno, sin lugar a dudas, después de comer tres huevos fritos, seis tiras de bacon, cereales, bollitos dulces, café y un zumo de frutas, para mantener el tipo, se dirigió  a la piscina donde Laura congregaba a los participantes para una de las pruebas.

- Eso de ahí...¿son tartas?.... - dijo como si estuviera en ayunas, abriendo mucho los ojos, casi con placer al pensar como sería paladear toda aquella crema -...¡Oh ya lo creo que lo son, las huelo desde aquí!.... - y eso que se mantenía a metros de distancia.

Tras haber recibido indicaciones sobre lo que debían hacer en la prueba, la modelo XXL que mostraba un apretado bikini con transparencias y cuya imagen no será expuesta a riesgo de ser baneada de la partida, Umbría y casi del planeta tierra, cogió una de las tartas y sonrió a la cámara para sonreír posteriormente -... Lo más bonito de un cuerpo es que sea natural y la belleza puede ser en forma tridimensional... - guiño el ojo con picardía dando un chupetón a la crema, y es que no deseaba perder la oportunidad de degustarla, era como si tuviera un cartel que le dijera "cómeme"

Muchos de sus compañeros se levantaron y comenzaron la prueba, había un par de mujeres que desde luego estaban teniendo mucho éxito, denotando públicamente que gustaban de verdad a los participantes, ella miró su cuerpo y sonrió, estaba claro que ocurría como en las pasarelas, las más guapas eran las elegidas, mientras que las distintas no tenían tanto tirón, pero ella era una luchadora y eso no provocaría que se viniera abajo, ni siquiera cuando recibió un trozo de tarta de Paul Singleton, el cual fue muy amable y no se lo estampó contra la cara.

- ¡Gracias!... - a pesar del simbolismo que el dulce tenía, pues claramente indicaba que no era su tipo, la naturalidad de la entrega y las formas provocaron en la obesa modelo la mejor de sus sonrisas -... Creo que es recíproco... - Tara le dio la tarta suya a Paul, de la misma forma encantadora con que él la había tratado, denotando que en el fondo, había mucho más por descubrir en cuanto a su carácter -... Eres simpático y atractivo, pero nos falta feeling..., ahora, espero que esto no sea porque manché tus hojas de pintar...

Le quedaba el beso y el anillo y tuvo claro a quien le daría lo primero, fijándose en William Redman, el hombre que había recibido un tartazo, y aunque se había limpiado le quedaban restos por todas partes. Así que la fémina, caminando de manera segura (e imponente) hacia el hombre, le dio un beso en los labios, dándole un chupetón absorbente, si todas las cosas las hacía con el mismo ímpetu seguro que no era una pretendiente como para dejar de lado, sus satisfacciones daría. A continuación le miró a los ojos y le sonrió -...Sabes muy bien, y puedo jurar que no es por el pastel... - un guiño de ojo, quizás Tara fuera obesa, pero tenía un rostro bonito, algo importante para ser modelo XXL

Por último le quedaba el anillo y miró en una dirección concreta, donde un varón rubio estaba, un hombre que podía quitar el sentido a cualquiera, ella suspiró pues debía tomar determinaciones. Tras pensarlo durante un instante se acercó a Erick, al cual Donald le había puesto perdido de pastel y le tomó de la mano cuando el joven se limpió lo suficiente -...Sé que te gusta la cocina, y esa es una cualidad que valoro mucho, eres un chico tranquilo, amable y tímido, nada que ver con el resto de los participantes, me gustaría casarme con alguien así en el futuro, así que por ahora, me gustaría que tuvieras el anillo... - y se lo puso dando un par de pasos hacia atrás, quizás esperando reacciones mientras su mirada se perdía en el mar y en su bonito color azul.

Johnny recibió el tartazo con una sonrisa en el rostro. En cualquier otra situación o escenario eso hubiera iniciado sin duda una pelea la mar de interesante... quizá incluso con algo de música de fondo, pero allí. Había que saber llevarlo primero, y dar algo de juego después. Rápidamente se sacudió el pelo, pasándose la mano por el mismo tratando de quitarse los restos que habían saltado, antes que limpiarse la cara, para finalmente pasarse el peine y dejarlo lo más digno posible.

Fue viendo uno a uno como iban eligiendo tartazos, besos y compromisos sin compromiso; hasta que le llegó el turno a él.

Miró a Thomas y sonrío; le apuntó con los dedos como si fuera una pistola y "accionó" el dedo gordo a la par que guiñaba un ojo. Se acercó y sin mediar palabra plantó sus labios debajo de aquel frondoso bigote. Aprovechó un descuido del hombre incluso para meterle la lengua, y finalizó acariciando su mentón a la par que se retiraba llevándose un pedazo de tarta que tenía todavía.

— No se si eres así de dulce siempre... o es por estas deliciosas tartas —

Se giró entonces mirando al resto, analizando uno a uno y se detuvo finalmente en Stephanie. Sonrío y agarró anillo y tarta. 

— Sin duda la más hermosa de las presentes. — Y sin pensarlo le plasmó la tarta en la cara. Cuando la mujer se hubo recuperado se encontró a un Johnny con una rodilla en el suelo.

— Si antes tenía ganas de comerte no te puedes imaginar ahora... ¿Aceptarás este anillo como disculpa? —

-Oh! Oh!..ooOh! - protesto horrorizada por la viscosa sensación de la tarta, a la vez que rebaño dos puñados de nata de donde deberían estar mis ojos.  No me lo esperaba, ni siquiera teniendo a Johnny delante, ni cuando empezó a mover la tarta hacia mi cara.  Le miro, su cara era de todo menos hostil, más bien era encantadora y dulce. Me río a carcajadas, apoyando mi mano en su antebrazo.    

-Jajaja..Acepto el anillo, ¡gracias!  -Mi sorprendida y halagada sonrisa queda oculta tras trozos de tierna base de bizcocho. Ahora soy un monstruito de azúcar y solo pensar en el aspecto ridículo que debo tener hace que me ría aún más fuerte.

Con la ayuda de una toalla, me quito los restos de tarta de cara, orejas y lo que puedo del pelo.  Aún sonrío, me duele la cara de haberme reído tanto. -Johnny, Johnny, Johnny...- le miro divertida, el chico era un terremoto, inesperado en casi todo.  ¿,Cuántas más sorpresas albergaría?

-¿Queda alguien por elegir? - Pregunto, pues me había dispersado un poco entre los anillos y el beso. Miro a Erick y a William, me pareció que faltaban ellos dos ¿A quien elegirán? Me muero de ganas de saberlo

En mi cabeza mis compañeros de programa eran como los personajes de alguna novela romántica.  Estaban los chicos buenos, bellos protagonistas tentados una y otra vez por los más diversos personajes: La divertida e increíblemente pasional vidente, la carismática joven entre cuyas carnes se halla un corazón de oro, el duro y rudo galán viudo y algo oxidado, la stripper con una trágica y enternecedora historia detrás.  

- Es que siento que empieza a hacer calor por aquí...¿Alguien se viene después a la piscina?- pregunto sin mirar a nadie en particular.

Y estaba yo ahí tan ensimismado con el anillo y la mano y los dedos de Liza, cuando recibí un tartazo de mami Stephanie. No me lo esperaba, francamente, de manera que me quedé ahí pasmado, parpadeando, sin mirar a ninguna de las cámaras, porque es sabido que si tú no miras tampoco te ven. Quietecito pasaría desapercibido, la sombra de una sombra.

-Perdonada. Si estamos todos de broma, jajaja -Atiné a responder a la mujer pelirroja. ¿Y qué le habré hecho yo? Seguramente es que no tenía a nadie más a mano- Oyeee, si quieres a la tarde te hago un retrato. ¿Vale? 

Después me dediqué a limpiarme con una toalla, con mil ojos vigilantes, que no quería comerme otro pastelazo. Aunque fue peor lo de Thomas. Eso me pareció a mí y me acerqué a él. Pero antes me disculpé con Tara -Oh, no,no. No era esa mi intención. No se la iba a tirar a nadie, y pensé en dártela a ti, que seguro apreciarías el gesto. Nada que ver con lo de ayer, qué va. Si no tuvo importancia. Ni me acordaba, jajaja. Ah, gracias por tu pastel. Tenemos días por delante para lo del feeling. 

Me llevé mi tarta y mi torta, hasta el Bigotes- Hola, Thomas. Lo siento. Supongo. ¿Quieres una cerveza? Invito. -propuse, sonriendo amistoso. Me giré hacia la pelirroja al escuchar su comentario- ¿Y a la playa? ¿No prefieres la playa?

Iugh, solo había tenido tanta nata en mi cara in my life aquella noche en Las Vegas. Pero aquello era consentido sin embargo ahora... Le pegó el tartazo tan de sorpresa que sintió que le saldría alguna caries de un momento a otro. No sabía si era el sueño o la impresión pero no movió ni las manos para quitarse un poco del mejunje maldito y se olvidó de la competición, de la isla y del amor verdadero hasta que unos pasos se acercaron a ella. Cucu, ¿Quién eres? ¿Vienes a rescatar a la princesa? Mario Bros no es porque ya ha jugado. Ayayaya que emoción. Sintió como le quitaban un poquito de dulzor de la boca, joder el pañuelo huele mejor que mi... Kisskiss ¿Me vas a dar un... ¿Ring? Ay, madre.

Levantó un instante la cabeza y tras el velo pudo comprobar a su jinete teutón. ¿Pero con olor a pino? ah claro ya lo pillé uy y se emocionó muchísimo cuando clavó rodilla en tierra. ¿Que eso no lo ha hecho nadie, eh? Que esto va en... uy. -Cariño, pero que boniiiiito... tranquilo, yo me llevaré el secreto a la tumba -y se quedó mirando su ring ring y viéndo al teutón marchar... Ein ¿Le ha dado un beso al Macarroni?

Uf que pereza. Allí se quedó tumbada, hasta que escuchó la voz de Roodepoort preguntando si alguien iba a bañarse con ella y Kiki levantó automáticamente la mano -my darling... yo voy contigo, que ya me hierve el pajarito...

El tartazo le pilló por sorpresa pero lo aceptó con buen humor. En su opinión, era algo inmerecido porque, ¿qué tenía de bajo su bigote? Estos jóvenes... se limpió un poco la cara con una toalla que le pasaron desde producción, y hasta probó algo de la tarta. En realidad, estaba bastante buena.

La joven Liza le devolvió el beso y la hermosa Stephanie, el anillo. De hecho, estaba esperando que Johnny le devolviese el tartazo... y en lugar de eso el tipo le dio un beso. Aunque Thomas trató de tomarse bien la broma, cuando el joven le lamió los labios, no pudo evitar echarse para atrás y fruncir el ceño, aunque se repuso pronto. O eso pensó él. El caso es que se quedó un poco serio. Con toda probabilidad habría chistes sobre eso entre los espectadores. Estúpido Johnny...

Cuando Paul le dijo lo de la cerveza, Thomas se animó un poco. -Es buena idea, sí- Logró incluso sonreír un poco por debajo de su bigote (aún un poco manchado de nata). -Gracias- El dibujante parecía un buen tipo, y un buen compañero.

Erick se levanto temprano, se dio una ducha, tomo algunos ingredientes y se preparo unos waffles, pico fruta, la puso en una copa con yogur, y lo acompaño con sumo recién exprimido, luego fue a la playa donde se les informo de que consistía la prueba, le sorprendió demasiado, ya que para el era algo pronto para entregar anillos.

Estaba distraído en sus pensamientos, hasta que un beso lo llamo de regreso a la realidad, un suave beso de Diana, luego le llego una tarta a la cara cortesía de Donald, el rubio tomo una toalla para limpiarse el merengue del rostro y finalmente Tara le entrego un anillo a lo que el joven de ojos azules le dijo sera un honor aceptar el anillo que me entrega una hermosa mujer.

Después de que otros anillos, besos y pasteles fueron entregados el cocinero supo quién le entregaría las cosas de la mesa, se dirigió a la mesa a tomar un anillo y camino tranquilo entre todas las concursantes hasta detenerse enfrente de Tara para decirle con una tierna sonrisa yo creo que nadie esta destinado a la soledad y que la persona indicada te esta esperando, con delicadeza puso su mano en una de las mejillas de la chica de grandes curvas y continuo acepta este beso como si fuera de esa persona y con eso le dio un casto beso.

luego fue hacia Diana y le dijo con una sonrisa de lado my laidy se que es muy pronto para una propuesta, pero una hermosa dama que me leyó las cartas me revelo que en mi futuro había una melena rubia y siguiendo el consejo de las cartas, el rubio se arodillo y continuo su dialogo te pido que aceptes mi anillo,  poniéndolo con cuidado en la mano le la chica.

Finalmente fue a tomar un pastel, el jamás se lo estamparía a una mujer, su madre lo había educado para ser un caballero, además ya sabia a quien iba dirigido y parándose frente a Donald le entrego una toalla, luego le dijo, gracias por incluirme en el juego, acto seguido se lo embarro en la cara, ¿que tal si vamos por unas piñas coladas al bar? amigo