Golfa, eres mala gente, con lo que te he querido. ¡Y ahora te dedicas a matar a gente! Si es que te tendría que haber echado a la calle. ¡Golfa, que eres una golfa!
El calvo no entendió demasiado bien las palabras de Bea, pero algo en ellas les gustó.
-¿Dices que si la Vicenta cae los fantasmas también la espichan? Más vale que sea ciertoporque sigosin fiarme deellos un pelo. Unacosa esque alguien hablecon los fantasmas, peroque se aparezcan yconvivan con nosotros almismo tiempo como fantoches es, comoya he dicho, algoque me mosquea.
El hombre calvo temía que alguien quería que los fantasmas dominaran al resto de vivos, y seguía pensando que o Paloma o alguien estaba detrás.
Valentín mió suspicazmente al extraño ombre calvo.
Parece que siendo ajeno a la comunida tienes mucho que decir
-Que los fantasmas siempre mehan dadomiedo, y mássi creo quequieren acabar con los vivos. Aunque creo que una vez acabemos con el que los manipula no nos molestarán.
Le dijo al perro, sin estar muy seguro de lo que Valentín quería decir.
Vamos...que pretendes volver a matarnos ahora que se nos ha dado la oportunidad de seguir vivos
-¿lo que me ha querido?- respondo a doña Concha -lo que me ha querido sangrar dirá, usurera, que ni un alquiler me ha dejado pasar, ni cuando estaba en el paro, usted si que da todo el cuadro de una asesina, vamos, a saber si ese tal Mariano se fugo o fue algo peor, a mi ya no me extraña nada-
Joder con la tia, que no se entera de nada.
¡Qué Mariano es Mariano! ¡Si al final lo que va a pasar es que se ha hecho asesina porque no le llega la sangre al cerebro!
Es lo que tiene esta juventud, que no sabe moderar. - digo mientras me enciendo dos cigarrillos a la vez.
-Nunca hedicho nada deatacar a los fantasmas, Valentín, a excepción dePaloma. Cúlpame si tengo miedode ser reemplazado por unaversión fantasmay que éstos dominnen al resto yde creerque hay alguien conobjetivos ocultos que os utiliza alos fantasmas.
Si es que la chica es tonta. Y yo que pensaba que ella era la lista y Alicia la guapa... Ahora se ve que Alicia lo era todo
Las acusaciones de Belén, Vicenta, Lucía, Álex y el Fantasma de Valentín hacen que Marisa se empiece a poner muy nerviosa. Tanto que abre un nuevo paquete de cigarros y comienza a fumar como una cosaca. Uno tras otro, uno tras otro y cada vez más rápido.
Hasta que entonces...
... Marisa comienza a sufrir un infarto, ya no aguanta la presión que ejerce practicamente todo el vecindario sobre ella. Como la gritan y la acusan a ella de asesina. Hasta que se le cae el vaso de chinchón (que había sido cambiado por gaseosa) al suelo. Se lleva las manos al pecho, cae de rodillas al suelo y finalmente muere ante todos vosotros.
Segundos después el fantasma de la Hierbas.
Ploof.
Se desvaneció.
Randall me ha dicho que abandona la partida. Así que esta muerte no tiene nada que ver con la partida. Su poder será heredado aleatoriamente por uno de vosotros. Sea cuál sea.
Bea se lleva las manos a la boca y con los ojos llorosos se arrodilla ante el cadáver de Marisa. Luego, llena de ira empieza a levantarse lentamente mientras lanza una mirada funesta al resto de los presentes.
Condenados! Malditos engreídos con cerebro de nuez, nos habéis condenado a todos!
Y tras esto, intentando reprimir las lágrimas, se cierra en su piso con un sonoro portazo que retumba por todo el edificio.
-Entonces, ¿suponemos que los que han acusado a Marisa son sospechosos? Aunque a Vicenta, de la que todos parecían sospechar finalmente no ha sido casi acusada.
Así que o bien al final nadie había creído a la pobre Bea o no decía la verdad. Él seguía pensando en que Paloma ocultaba algo, pero no dejaba de creer en la lesbiana... de momento al menos.
-Y mientras tanto la Paloma rondando por ahi todavia, si es que no donde no hay...
Asiente ante las palabras del clavo.-Eso creo yo.
¡Gentuza! ¡Sois gentuza! Marisa sólo quería ayudar y la habéis matado.
¡Esto, en mis tiempos, no pasaba!
-Ay, Marisa.. El chinchón y yo te echaremos de menos.. ¿Ves lo que pasa por beber? Dices cosas raras y la gente se vuelve (más) loca..-dije, apenada ante el cadáver de mi hermana.
Valentin se acerca a consolar a Vicenta.La muerte de Marisa tambien le afectaba. Si Marisa no estaba por casa ya no quedaría chichon en el suelo que lamer ni el delicioso olor de la nicotina
Vicenta, ¡me das vergüenza! ¡Eres una de las asesinas, y has dejado que tu hermana muera!
-¿yooo? ¿Pero qué hice yo? El tiempo puso a cada uno en su sitio. Marisa era mi hermana, yo la quería. La recogí en mi casa cuando Manolo la abandonó, y estábamos muy unidas. Pero el exceso de chinchón es muy malo.. Me acusó falsamente, y por eso deseé (/voté en las generales) que le pasase algo malo, ¡pero no morirse! Que ella era la que mangaba las latas del súper, que son las difíciles.
Vicenta.. ¡que te he calado! ¡Sé que eres una asesina! Resentida, como estás sola, tienes que dedicarte a matar a la gente