Partida Rol por web

Día 0: El primer amanecer

Los rayos del sol de la mañana os despiertan de un largo y profundo sueño. Estáis tumbadas en un suelo de piedra con todo el cuerpo magullado. Cuando se desentumecen vuestros músculos y se aclaran vuestras mentes empezáis a miraros entre vosotras.

Todas sois reclutas de la organización, vuestro cabello ha perdido su color natural a medida que recibíais pequeñas dosis del cuerpo y la sangre de los espectros pero ninguna ha recibido todavía el sello, lo que os convertirá definitivamente en claymores y os dará todos sus poderes.

Después de observar a vuestras compañeras las miradas se pierden en el extraño lugar donde habéis acabado. Estáis rodeadas por las ruinas de casas y otros edificios que a duras penas se mantienen en pie. La ciudad parece estar deshabitada desde hace mucho y haber sucumbido al paso del tiempo. Pero es difícil imaginar cómo una ciudad tan grande fue totalmente abandonada.

Cuando observáis un poco más os dais cuenta que unas grandes murallas rodean toda la ciudad y que unas enormes rejas de hierro cierran todas las puertas. Eso os deja atrapadas por completo en este sombrío lugar…

Un extraño eco se extendió por las ruinas y acto seguido la voz de un hombre inundó la maltrecha ciudad:

- ¡Hola a todas y bienvenidas a la ciudad antiguamente conocida como Laudrania! Mi nombre es Rubel soy uno de los hombres de la organización y vuestro guía en la misión que estáis a punto de afrontar.

- Me disculpo en nombre de la organización por las malas formas por las que habéis sido traídas aquí. Sin embargo, era necesario puesto que la localización de este lugar es secreta y debe seguir siéndolo.

- Pero vayamos a lo importante estáis aquí por una razón concreta y esa razón se oculta entre estas ruinas. Hace cincuenta años Laudrania, al igual que Rabona, era considerada una ciudad santa. Peregrinos de todo el mundo venían a visitar el santuario de las diosas gemelas Teresa y Claire. Pero el detalle más importante es que la presencia de las claymore estaba completamente prohibida, al considerarlas criaturas demoníacas. Por ese motivo la ciudad cayó...

Hubo unos segundos de silencio en el que hasta el viento que soplaba entre las ruinas amainó, como si le diera la razón a quien hablaba.

- Un grupo de espectros se infiltró en ella y disfrazados de los miembros más devotos de la comunidad fueron masacrando uno a uno a todos los habitantes de la ciudad hasta que no quedó nadie con vida.

- La organización no quiere que esto vuelva a suceder y ahí es donde entráis vosotras. Ninguna habéis recibido todavía el sello por lo que no sois capaces de percibir el poder demoníaco ni la presencia de espectros, al igual que sucedería si tomaseis la medicina supresora.

- En definitiva, la organización quiere probar vuestra capacidad para encontrar espectros en un terreno hostil, sin poder usar abiertamente vuestros poderes, solo valiéndoos de vuestra velocidad, fuerza y sobretodo de vuestra inteligencia.

El hombre de la organización hizo una pequeña pausa antes de continuar:

- Sin embargo, seguro que os estaréis preguntando “Si la ciudad está en ruinas y no hay habitantes ¿dónde están los espectros?” Y es que señoritas los espectros están entre vosotras...

Las caras de incredulidad se sucedieron mientras las compañeras se empezaron a mirar unas a otras incapaces de creer lo que acababan de oír.

- Varias de vuestras compañeras fueron convertidas en espectros. Aparentemente no son diferentes al resto de vosotras pero en su interior bullen unas criaturas que no dudarán ni un segundo en atacaros y… devoraros.

- Vuestra misión es por tanto encontrar y acabar con los espectros. Si lo conseguís, recibiréis el sello y os convertiréis en claymores. Si por el contrario os destruyen los espectros ellos se ganarán la libertad y podrán deambular por el mundo sembrando el caos y devorando entrañas, hasta que una claymore de verdad se cruce en su camino.

El hombre de negro tosió para aclararse la voz.

- Pero tranquilidad, si los espectros quieren ser liberados al final de esto deben cumplir dos condiciones:  atacar solo por la noche y asesinar a una claymore cada vez.

- Igualmente vosotras solo podréis ejecutar a una sospechosa cada día. En cuanto a la forma de elegir a la condenada, hemos decidido que hagáis una votación, durante el día hablaréis entre vosotras y decidiréis quién es la culpable. Después iréis al templo de Teresa y Claire, a los pies de la estatua encontraréis papel y una urna. Deberéis de poner el nombre de la culpable y quien la vota en uno de los papeles y después introducirlo en la urna. Cuando llegue el atardecer la urna se abrirá y la claymore que haya recibido más votos deberá ser ejecutada por aquellas que la hayan votado.

El eco recorrió otra vez la ciudad amenazando con romper vuestros tímpanos:

- BIEN, bien, bien, BIEN… También debo comunicaros que en este primer día no ejecutaréis a ninguna compañera. Sería injusto para la elegida puesto que al no haber ataque tampoco habría pistas que seguir y al elegir al azar seguramente mataríais a una inocente. Por ese motivo en esta primera votación a quién debéis elegir es a vuestra líder, será vuestra representante, aquella persona que os transmite más confianza y seguridad y lo más importante su voto valdrá por dos. Dicho esto, me despido de vosotras pero no me echéis de menos, estaré más cerca de lo que creéis...

Tras escuchar las palabras del enviado... que en silencio, mirando a mi alrededor al resto de mis compañeras... quien podria de eelas un espectro, a todas nos entrenaron por igual, cada una en sus tecnicas, pero la base es la misma... la ideologia la misma... ¿que ha podido pasar para que esto haya llegado a este extremo?....

Me retiro hacia un lado y sobre un trozo de roca procedente de las ruinas, me siento y contemplo com actuan mmis compañeras...

Me levanto, bastante magullada, puedo sentir cómo me duele casi cada músculo de mi cuerpo aunque, al menos, estoy viva. Es más de lo que muchas podrían decir. Una voz de hombre invade el lugar y rápidamente intento, sin demasiado éxito localizarla. Poco a poco nos cuenta la situación mientras observo el resto de cuerpos de compañeras que van recobrando el conocimiento. Abro la boca, para decir algo, pero me callo, pues la voz continúa hablando. Me percato, mientras, de la belleza de la ciudad y sonrío levemente. Entonces el hombre deja de hablar y una compañera se incopora aunque se retira levemente.

Al menos... Como ventaja respecto de los de Laudrania... Sabemos que hay espectros. Varios... Lo que significa que al menos dos de nosotras moriremos a sus manos...

Comento tímidamente, mientras me coloco el pelo. Rápidamente agacho la cabeza y me inclino.

Me... Me llamo Yuma. Es un placer, hermanas...

Desde mi posición las miro a todas. Cierro los ojos. Todas parecen tan fuertes...

Me quedo sorprendida ante las palabras de Rubel. No puedo creer que antes de que nos den el emblema tengamos que pasar una prueba así, además... ¿Espectros entre nosotras? Cómo podrá ser eso y, lo mas importante, cuales de entre todas lo serán...

Metida en mis pensamientos confusos me quedo paralizada en el sitio sin saber muy bien que hacer mirando a mis compañeras alternativamente.

Entonces Yuma empieza a hablar y se presenta. Dejo atrás mis pensamientos confusos y me acerco hacia ella. Cuando estoy a su lado hago el mismo gesto que ella. -Encantada. Yo me llamo Cynthia. digo lo más amable que puedo. -Y tienes razón, nosotras almenos sabemos que hay espectros entre nosotras. -añado volviendo a una expresión más seria.

 Yuma ha tenido una agradable iniciativa.

 Pero temo por las consecuencias. lo había hecho bien, una presentación uniría al grupo por completo y nos acercaría como guerreras, pero también integraría a los espectros entre nuestras filas. Era una buena estrategia, cuanto más cerca estuviesen, en todos los sentidos, más fácil sería encontrar un fallo en sus planes y desenmascararlos.

 Había algo que debían defender por encima de cualquier otra cosa. Debían permanecer siendo humanas, y para ello era necesario no atacarse entre ellas y no dar muerte a una verdadera hermana de armas. había que zanjar aquello en el menor tiempo posible.

 El semblante de Miria transmitía serenidad. Aunque compartiría la tensión de todas por las situación.

 - Puede que no todas aquí nos conozcamos.

 Yuma ha hecho bien. - le asintió comprensiva - Si estamos unidas y alerta, es posible que evitemos bajas.

 No aceptemos la muerte tan rápido. - replicó también a Yuma con voz cálida y tono cuidado - no debemos engañarnos con que la situación se solucionará sin más, pero no debemos aceptar ninguna baja mientras estemos en pie y podamos empuñar una espada.

 Asentí convencida y me permití una sonrisa sincera de orgullo al verlas a todas allí reunidas.

La dama quedó perpleja. Sus cabellos se movían levemente con las pocas brizas cálidas del lugar, a diferencia de todo su cuerpo inmóvil , paralizado frente a lo que acababa de oír. 
Entonces...deberemos acabar con una de nosotras hasta encontrar a cada uno de los espectros... Se llevó las manos a la cara y se dejó caer en rodillas al suelo. No podemos permitir bajas...no podemos dejar que mueran inocentes...debe de haber alguna forma de evitarlo... 
Llevó su vista a todas las presentes. Se puso de pie erguida con los ojos algo lagrimosos y musitó con la voz algo quebrada. 
Soy Jean...

Lo... Lo siento.

Digo, mirando a Miria mientras agacho levemente la cabeza.

Supongo que tienes razón... No debemos de aceptar la muerte, sólo que pensé que siendo varios espectros y atacando todas las noches pues... No, no importa.

Alzo la cabeza ahora.

Lo de los grupos puede ser una buena idea pero... Yo... Esto... ¿Con quién voy?

Pregunto, un tanto indecisa. Miro de reojo a Jean y le sonrio, ella también estaba encontra de la idea de aceptar las muertes casi seguras.

Encantada, Jean.

Galatea no podía ver el Sol ni las caras de sus compañeras. Sus ojos, fijos en el cielo, revelaban la mirada perdida de una ciega. Pero había oído lo que aquel hombre les había ralatado y su expresión transmitía contrariedad. Yo me llamo Galatea. Y pienso, hermanas, que antes de lanzarnos a jugar a este juego macabro deberíamos estar seguras de que ese hombre nos ha dicho la verdad. Galatea se levantó para desentumecer sus piernas y el resto de las aspirantes a Claymore pudieron comprobar su vigorosa complexión. Esto de traernos drogadas y encerrarnos en una ciudad maldita es más propio de un yoma que de un instructor. Por mi parte no voy a dejarme llevar por la locura y me niego a votar por la ejecución de nadie hasta que haya comprobado que todo este asunto de los yomas camuflados entre nosotras es cierto.

Eso... Creo que lo sabremos esta noche, por desgracia. Creo... Creo que por eso dijeron hacer grupos de cinco.

Respondo a Galatea. La miro, parece realmente confiada. Aunque en algo tenía razón: hay algo en todo esto que no me gusta nada, pero... Ni siquiera soy una Claymore. ¿Qué puedo hacer?

En silencio esta mujer escuchaba todo, sus pensamientos eran tan profundos que dentro de la confusión de la situación, simplemente dijo, Mi nombre es Hilda. Murmuró para sí, como sí sus pensamientos se resvalaran por un costado y pensara bien sus palabras. La muerte no me importa, hay cosas peores, pero no me enfrentaré a ella sin luchar. Dijo ella mirando un punto fijo.

Eso es estúpido pensó, la gloria de los cobardes...

No se como estableceremos los grupos, que tipo de lider necesitamos, alguien que piense, o alguien que golpee?... interesantes preguntas, pensó

¡Yo no!

Me apresuro a decir ante Hilda, momento en el cual agacho la cabeza.

Quiero decir... Todas aquí parecéis más fuerte y capaces. Espero poder ayudar al grupo que me asignéis...

Mi voz es poco más que un hilillo que casi se convierte en un susurro.

Flora no podía creer lo que estaba pasando a su alrededor. Compañeras convertidas en espectros, no era posible, la hermandad no haría eso, debía tratarse de otra cosa...

- Compañeras, no creo que haya espectros entre nosotras. Seguramente es una especie de prueba, han sembrado la duda para ver como reaccionamos, si nos volvemos las unas contra las otras o somos capaces de ponernos de acuerdo para luchar contra el enemigo. Por tanto deberíamos organizarnos en grupos y prepararnos para el posible combate. Estoy segura de que si actuamos correctamente mañana nos dirán que es todo un simulacro y si no, al menos estaremos preparadas.

Eso de elegir a una líder sin apenas conocernos no tiene sentido. Un líder ha de ser una persona en la que todos confiemos, pero la propia naturaleza de esta selección invita a que desconfianza. Además, si elegimos por error a un yoma como líder podría volver las votaciones en contra nuestra.

Galatea hizo una pausa mientras pensaba.

Podríamos echarlo a suertes. Así no tendríamos que desconfiar de la ambición de nadie. Pero si queréis votar, mi voto va para Yuma porque pienso que un líder honrado no debería aspirar a serlo.

La organización requiere de un líder, o grupo de líderes...

Comento en voz baja a la chica que no se ha presentado*, pero entonces Galatea habla y rápidamente niego con la cabeza mientras mis ojos se abren como platos.

No, no... Es decir, yo puedo ayudar en un grupo, pero no puedo tener esa responsabilidad... Sería más equitativo hacerlo al azar o coger a la más capacitada... ¿No?

Entonces miro a Miria.

Ella dió la idea de hacer tres grupos de cinco... Creo que no es mala idea...

Comento, más como una sugerencia que otra cosa. No voy a dejar a mis hermanas, tengo que esforzarme al máximo.

- En realidad, no tenemos elección.

 Era la ilusión del control y la ingenuidad de esperar que no iba a ocurrir nada o que si ocurría no podrían evitar que sucediera, aquella resignación crispaba los principios de miria pero no su caracter.

 Bajó el mentón reflexiva. No estaba deacuerdo con Yuma respecto a su capacidad de aportar algo a aquel grupo.

 - No podemos confiar en que sea un ardid del hombre de negro.

 Actuar es la única opción.

 dividirnos en grupos nominales ayudará a que todas tengamos un control de cada miembro del grupo y podamos denunciarlo ante las demás. Acotaremos las posibilidades, aunque no será suficiente.

 Adelanté, optimista pero para nada ingenua.

 - Secundo que no hagamos daño a nadie. Nada sería más digno de lamentar que acabar con una inocente.

 Los yoma pueden estar o no entre nosotros, pero lo más aceptable y beneficioso para todas es que tomemos la advertencia como cierta y estemos preparadas.

 Asintió llegando a una conclusión.

 - Debemos seguir el dictado de nuestro instinto a la hora de encontrar una líder que nos represente.

 Pero la lider también tendrá que estar bajo la atención de alguien, no sólo de su grupo, si los formamos, sino de todas cuantas estamos hoy aquí y ahora.

 expuso con determinación.

Bu-bueno... Podría estar vigilada por un líder de cada grupo también... Así la organización sería más sencilla. Creo... Yo, bueno, y creo que alguien más, está de acuerdo en eso de hacer grupos y... Lo del líder, bueno, a suertes o por votación... Yo cre-creo que habría que buscar a quien esté más capacitada... Pero... Tienes razón. Hay que estar preparada para lo peor.

Dicho esto guardo silencio esperando el dictámen de todas, el silencio me había puesto algo nerviosa, como la situación, y quizás estaba hablando más de la cuenta. Miro a mis hermanas, algunas parecen algo aturdidas aún.

No entiendo por qué queréis que nos separemos. Quince cabezas piensan mejor que cinco y treinta ojos ven mejor que diez. Bueno... veintiocho. Los míos no cuentan. Sobre la elección de nuestra líder, yo ya he tomado una decisión, ahora os toca a vosotras. Galatea se apartó un poco del grupo y se fue a palpar las piedras de los muros de la ciudad.

No, no no no...

Niego rápidamente con las manos y con la cabeza, quizá de un modo un tanto exagerado.

Lo que creo que ha intentado decir es que es más fácil conocer y vigilar a un pequeño grupo que a todas, pero no, no separarnos. Estamos... Juntas... ¿No?

Veo cómo se marcha, he roto mi silencio por no pensar. Maldita sea, no seas tan impulsiva Yuma. ¿Qué van a pensar de tí? Todas ellas parecen tener las ideas más claras. Cállate.

Después de oir a sus compañeras hablar sobre los grupos y los lideres y de reflexionar sobre todo el asunto en general rompo mi silencio.

-Yo también creo que sería una buena opción. -digo mirando a mis hermanas. -En pequeños grupos será mas facil estar alerta y para vigilar a las líderes... Creo que sería trabajo de las otras líderes de grupo.

Durante unos segundos me quedo callada con una mano en el mento, pensatiba. -Aunque no podemos afirmar que sus palabras sean ciertas. Como bien habeis dicho puede ser una prueba para ver como reaccionariamos... No puedo creer que entre nosotras haya algún Yoma así que, hasta que no estemos seguras de ello hay que pensar en la mejor de las opciones. -digo, finalmente, mientras bajo el brazo e intento sonreir un poco.