Las palabras de Apolo le sonaron a Hebe raras. Según había dicho Perséfone, su gemela decía que tenía tres flechas que si daban en un conjurado lo enviaban al Tártaro y si era leal no pasaba nada; sin embargo, él afirmaba que tenía sólo una que si encontraba a un conjurado lo enviaba al Océano y si era un leal éste llegaba al Tártaro. Un mismo resultado era completamente lo opuesto en cada caso, y la diosa de la juventud llegó a  varias opciones con esa información, o Apolo tenía otro poder, o su hermana le había pasado la mano por la cara pues sus flechas eran mejores, o había mentiras en esas aseveraciones.

Estaba por decirlo cuando oyó a Afrodita y se cruzó de brazos.

-O Apolo miente y su flecha hace lo mismo que las de Artemis, con lo que un conjurado va al Tártaro y estaríamos errando totalmente. O Artemis, Hestia y vete a saber quién mas se quieren aprovechar y montar su propio chiringuito. O... ¿en realidad es tan importante que Asclepio le lleve esa diadema a Ares? Llévala tú misma Afrodita.

¿en realidad es tan importante que Asclepio le lleve esa diadema a Ares? Llévala tú misma Afrodita.

- Claro, no estabas aquí cuando sucedió.- Caraspeó la garganta mientras se acomodaba en su roca, recordando todo lo que había pasado desde su llegada.- Cuando llegamos al Hades los tres nos encontramos con Asclepio, fue el primer votado y enviado. Tras los saludos Himeneo, aparte de tratarle como “señor”, le espetó que podría enviarle al Olimpo pero que una vez allí no tendría la capacidad de salvarle de nuevo.- Señaló con un ligero golpe de cabeza a los susodichos, echando una larga mirada a su hijo.- Debo intuir que su habilidad consistirá en devolver a alguien al Olimpo, de ahí que pensara por su complicidad que estaban compinchados, sin embargo desde entonces Himeneo ha permanecido en el absoluto silencio*.- Sabía que estaba resentido por haberle votado pero no estaba una actitud tan infantil por su parte. Hizo bien en enviarle aquí, tal vez aprendiera la lección.- Aparte Asclepio temía ser votado arriba por su vuelta. Confié en él y le comenté que buscara el apoyo de Ares, quien todos sabemos es quien está liderando la batalla ahora mismo, por lo que le di mi diadema para que la reconociera y supiera que era fiable, pero tras la profecía de Hestia la cosa se torció un poco.- Esta vez miró a Hebe mientras acariciaba su diadema y los problemas que estaba trayendo detrás.- Si pudiera yo misma se la daría, pero no tengo forma de volver. Sólo puedo esperar que mis ruegos sean escuchados.

Hebe escuchó la explicación con interés y al finalizar le volvió a preguntar a la diosa del amor pues, en la oscuridad del Tártaro, era de las pocas que hablaba.

-Entonces la diadema en sí no hace nada, sólo es una prueba de tu confianza. ¿Para qué ha de volver Asclepio? Acaso su poder es importante o era por simplemente volver, y eso de que le llamase señor... Yo ya he dado mi opinión, si hay dudas sobre la lealtad a Zeus de cualquiera de nosotros mejor nos quedamos quietecitos y con lo que nos cuente Perséfone intentamos ayudar.

Mi llegada al Hades había sido contemplativa e inesperada. Mis acciones no buscaban un favor personal pero aún así aquí estaba.

- Habéis cometido varios errores estos días y uno de ellos es asumir tan fácilmente lo que dicen Artemis y Ares, ya que una simplemente sigue la corriente y el otro da razones muy erráticas.

Por fin Atenea hablaba, desde su llegada poco después del amanecer se había mantenido en silencio y Hebe había esperado que tuviese buenos argumentos para demostrar su lealtad al dios de dioses, pero no parecía ser el caso.

-¿Ya está hermana? Después de cuatro días de observaciones y meditación, eso es lo único que dices... Que a Ares le pierde la boca no es ningún secreto y parece que Artemis ha hecho algo mas que seguir la corriente, estás aquí porque no has hecho nada para ganarte la confianza de los de arriba. 

Los brazos de la joven se habían extendido al frente con las manos hacia arriba, en clara muestra de que si no tenían nada, nada podían hacer para cambiar de opinión.

La diosa lunar quedó en silencio todo el tiempo. No había hablado con Ganimedes durante el transcurso hasta el Inframundo ni lo hizo después. Había algo que no dejaba de darle vueltas y de lo que estaba casi segura de no equivocarse. Mientras miraba por el rabillo del ojo al muchacho, Selene no podía dejar de pensar que era el causante de su destino, no en vano fue el único que la había votado. Sin embargo, no había nada que pudiera hacer más que esperar.

Con un hondo suspiro de resignación, miró a los reunidos en aquel deprimente lugar y sonrió a la diosa el Inframundo y a la diosa del amor ante sus bienvenidas.

- Gracias, Persefone, Afrodita, aunque no es precisamente un placer estar aquí - un leve toque de sarcasmo impregnó sus palabras en un intento de aliviar la tensión. Después, permaneció en silencio.

Cuando la diosa pregunto sobre sus poderes, Selene no tardó en contestar.

- No creo que sea buena idea hacer eso, no al menos de momento. Aún aquí podríamos encontrarnos en peligro - siempre prudente, la diosa lunar negó con la cabeza ante la petición de Persefone - en cuanto a lo que has dicho sobre mi hermano, ¿quiere decir que lo han mandado de nuevo a los océanos? - desde luego, parecía que no podían dejar en paz a Helios - respecto a Eris y Pan, bueno, de Eris no puedo decir nada, pero puedo garantizar al cien por cien que el sátiro no es ningún conjurado - dijo algo alarmada cuando oyó que sospechaban de Pan.

La diosa de blanca piel se sentó como pudo en una roca que sobresalía y observó deprimida el lugar, no se veían las estrellas.

- Al menos, ahora sé porqué decidieron ir a por mi, por lo visto la tienen tomada con Helios - soltó con amargura - pero ¿acaso lo quieren especialmente en los océanos?

El siguiente en hablar fue el conjurado confirmado que confirmó las sospechas de Selene. La diosa no pudo evitar lanza a Ganimedes una mirada de pocos amigos.

- Mi querido Ganimedes, ¿no creerás en serio que los conjurados van a ganar, verdad? - le dedicó una sonrisa tranquila - cada día que pasa los conjurados estáis más cerca de ser expuestos y vencidos. Si los Titanes no pudieron vencer con todos sus aliados, ¿realmente crees que un grupo de rebeldes perdidos puedan hacer algo? Una vez que todo esto acabe, los leales seremos devueltos al Olimpo y los conjuradores acompañaréis a los traidores en el Tártaro en su eterno encarcelamiento. 

A pesar de que no estaba del todo segura de que fuera a ser así, Selene trató mostrar un porte sereno y sin un ápice de duda. Afrodita fue menos tranquila y le arreó un revés al chico. Con un silbido de sorpresa, la diosa lunar aplaudió a la delicada diosa.

Las palabras de Persefone sobre su inocencia dejaron a Selene sorprendida.

- ¿Cómo sabe Eris sobre mi inocencia? ¿Acaso tiene algún poder que puede ver si lo somos? - la curiosidad se asomó a sus ojos observando atentamente a la diosa del Inframundo.

Por último, respiró y se quedó durante unos segundos pensativa mientras todos hablaban de sus poderes. Miró a un punto fijo, como si quisiera ver algo que no había allí y volvió a suspirar.

- Sigo pensando que no es prudente revelar nuestros poderes, pero tal vez el mío pueda sernos de utilidad - se acarició el cabello algo nerviosa - yo puedo traer a donde estoy a alguien se encuentre en los Océanos o en el Inframundo, yo traje de vuelta a Helios cuando los conjurados lo arrojaron a los Océanos. Por desgracia, no puedo traer a nadie desde el Olimpo aquí, pero puedo traer a alguien que se encuentre en los Océanos, o revivir a los leales si vuelvo al Olimpo. Lo malo es que no puedo usarlo más que con una persona cada ciertos días. También... - dudó un poco a la hora de continuar - a pesar de que me cuesta decir esto, no deberíamos confiar ahora mismo en Helios ni en nadie que haya confirmado como leal. Si han convertido a alguien de los leales en uno de los suyos, probablemente hayan elegido a alguien que se haya sido confirmado como leal.

Fueron llegando mas personas al tártaro, pero ya no importaba, debía ver como poder salir de este lugar y ayudar a Zeus, fueron llegando conjurados y no me aliviaba, pues perdíamos a mas leales que traidores. El tiempo pasó de forma insignificante, nos afecto tanto como una corriente de rio a una roca, ya no sabíamos como confiar en nosotros sin pruebas. Pero habló mi padre, y con el también la diosa de la pasión,

La idea era esplendida, si me lanzan con una flecha demostraré mi inocencia, y si llega a tener un efecto secundario que mejor que el dios de la medicina para experimentar. pero debía ser retocada, esta es nuestra oportunidad de ganar sin problemas, afrodita no se arrepentirá.

Dispárame papa, ¿quien mejor que el dios de la medicina y tu hijo para poder usar un arma que demuestra pureza? cuando demuestre mi inocencia encontraremos un modo de subir arriba y terminar con los conjurados, y prometo no fallar esta vez.

Al parecer los conjurados han usado diferentes habilidades en mi contra mandándome aquí e impidiendo que usará mi habilidad.

Afrodita o uno de los inocentes enviados aquí, quien perdió la oportunidad de usar sus habilidades y en qué consistían, puedo ayudar a que las activen aún.

De repente otra pareja llegó al Tártaro y Hebe suspiró, por no haber recibido respuesta y porque parecía que el Olimpo se despoblaba a marchas forzadas.

-Démeter, Hermes -saludó con un gesto de la cabeza a los recién llegados - Parece que no te han dejado demostrar tu lealtad hermano, o ha sido al revés... ¿Quién de los dos ha sido el votado y quien el arrastrado?

Hebe, trate de llevarte de regreso, lo curioso es que el mas votado fue thanatos y yo sali como el que deberia pagar, depues alguien mas pago por demeter y tambien lo subio el caronte.

Afrodita, que habilidades puedes usar en el olimpo que puedan ayudar a encontrar a los traidores ?

Demeter mira a todos los presentes -Me alegra veros a algunos -dice mirando fríamente a Ganímedes. -Maldito Thanatos nos engañó haciéndonos pensar que vendría él en lugar de Hermes y me envió a mi también usando su poder.

-Espero poder ayudar desde aquí a los leales aunque ahora lo tengo más difícil al no poder oir lo que dicen pero lo intentaré igualmente

Perséfone negó con la cabeza ante las palabras de Selene y le dijo – Helios sigue entre los olímpicos, pero no comprendemos la razón. Eris puede recibir indicios de algunos conjurados, pero no ha dicho certeramente por qué te considera inocente – al escuchar las palabras de Selene, Perséfone sonrió.

- Hestia ha dicho otra profecía… - se concentró para tratar de recordarla en su totalidad.

Oráculo del Olimpo, siempre preciso, siempre veraz. Escucharéis mis palabras, siempre y cuando me digáis.

El Dios que se disfrazó de mujer, devolverá al cazador de serpientes

¿Comprobada fue su lealtad? Hoy cerraré los ojos, yo lavaré mis manos. 

Si la luna es lo que afirma, ella trajo aquel que brilla

La consorte vale doble, el copero vale medio

¿Hice mal con mis acciones? Hoy cerraré los ojos, yo asumiré mis cargos

Al acabar la profecía, revelaré mi fechoría.

Y con ello, descansó mientras veía llegar a los nuevos pobladores. Su corazón se aceleró al ver a su madre e ignoró a los demás por un momento para abrazarle. Le daba gusto poder seguir hablándole, pero no le gustaba nada el verla allí.

- Siento que estés aquí – miró a Hermes algo sorprendida.

- ¿Entonces no pudiste llevarla de vuelta por haber caído? – y luego se giró a Hebe.

- Todo sucedió así. Cuando se acusó a Thanatos de ser el conjurado convertido, él afirmó que podría enviar a un dios al Tártaro. Dieron algunos nombres, entre los cuales estaban Pan, Hefesto y mi madre como los más opcionados a ser el último conjurado. Ares lo retó a demostrar su poder con alguno de ellos y él escogió a mi madre… - su voz tembló por un segundo.

- Ahora bien, lo de Hermes tomando su lugar se dice que es parecido a lo sucedido con Ganímedes y que lo votaremos otra vez porque tal vez sobreviva un día, pero no dos – prosiguió.

Como siempre, prosiguió a preguntar – Por la petición de Ares, es mi deber preguntarles a todos y cada uno de los que llegan su poder. Y si hay alguien que quiera enviar algún mensaje al Olimpo, lo haré llegar -.

Hebe asintió a las palabras de los recién llegados, luego el gesto se le torció, otra profecía, con lo mal que se le daba desentrañar lo que querían decir.

-Gracias Perséfone, yo sólo tengo dos dudas por el momento. La primera es si ya se sabe por qué estoy aquí y no con Hera -esa había sido su única pregunta para los del Olimpo, le preocupaba que su madre estuviese sola sin saber qué le estaban haciendo -Y la segunda saber qué fechoría ha revelado Hestia.

Perséfone miró a Hebe y negó con la cabeza - Aún es desconocido, pero se cree que los conjurados tienen esa capacidad, mas es algo que no ha pasado de simples conjeturas. Y con respecto a la fechoría, aún estamos esperando a que Hestia se reponga de su trance, así que aún no ha dado una respuesta. Solo nos queda esperar un poco más -.

Caronte hizo aparición brevemente, lo justo para llevarse a Selene y a Asclepio ¿a dónde? sólo él lo sabía...

Hestia había escuchado todas sus conversaciones hasta la fecha, siempre había estado presente pero oculta a su vista. Pero entonces, habiendo decidido que era momento de revelarse ante los allí presentes...hizo crepitar la llama y se apareció.

- Hola a todos, la tía Hestia viene a saludaros. Supongo que tendréis bastantes preguntas y estoy aquí para intentar responderlas... 

Perséfone, gracias por haber mantenido en secreto mi identidad hasta ahora, te lo agradezco. Y bien, ¿Quién quiere empezar a preguntar? Supongo que tendréis dudas varias...

La diosa del hogar se alegraba de hablar con ellos pero deseaba que los leales que allí habían, pudiesen regresar pronto al Olimpo. Su mirada no fue tan amable con Ganímedes y Atenea...esperaba que nunca más saliesen de allí.

Hebe asintió a la respuesta que obtuvo y se mordió el labio inferior con impaciencia, a pesar de su inmortalidad sentía que se les estaba escapando un tiempo precioso. Y entonces apareció el barquero y se llevó a dos de ellos, a dos que creía que habían sido mentados en la profecía de Hestia.

-Apolo, ¿le disparaste la flecha a tu hijo? -no bien decía esas palabras una llama iluminó la estancia y la diosa del hogar y de las profecías hizo acto de presencia, el alivio se reflejó en la cara de la joven diosa al conocer que el viaje no era solo de ida al Tártaro -Tu llama ilumina mi corazón tía, ¿Selene y Asclepio han llegado al Olimpo? Caronte se los llevó pero no sabemos dónde. Perséfone nos ha dicho que Thánatos se libró de venir en el día de ayer y por eso vinieron dos leales, él seria el cuarto conjurado que tiene que llegar hoy, ¿tenéis al quinto? o todavía no. Y de mi madre se sabe algo, ¿a quién han enviado con ella esta noche? 

La diosa de la juventud estaba atosigando a su familiar con muchas preguntas y lo sabía, pero Hestia se había ofrecido y a ella le mataba estar allí abajo sin saber qué pasaba, sin poder hacer nada por sus seres queridos.

-Y... -una duda se formó en su bello rostro -¿cuál fue tu fechoría?

Eso no era lo más importante en ese momento, pero Hebe no podía si no sentir una tremenda curiosidad por lo que había hecho.

Hestia no pudo evitar darle un abrazo tierno a su querida sobrina Hebe y pidiéndole un momento de calma con sus manos, se dispuso a responder las preguntas que con tantas ansias y curiosidad le formulaba.

- Anda, siéntate en mi regazo, voy a responderte una a una. A la pregunta de Apolo, lo mejor es que responda él, pero entiendo que no. De haberle disparado...si fuese conjurado estaría en las profundidades, cosa que puedo afirmar que no es así, y de ser leal a Padre, hoy permanecería aquí por su disparo. Eso me hace pensar que no la usó.

Ahora te responderé las preguntas que me has hecho a mí...

¿Selene y Asclepio están en el Olimpo? Así es, ambos llegaron con Caronte esta misma mañana. Y si soy sincera, me siento verdaderamente apenada por el regreso de Asclepio, ahora explicaré por qué.

¿Se libró Thanatos de ser enviado al inframundo? Así es también. Aunque recibió la inmensa mayoría de votaciones, Thanatos votó a Hefesto y ha sido el herrero el que ha acompañado a tu madre. Al menos puedo decirte que ambos están bien allá abajo y que es curioso, pero están empezando a confraternizar. Nunca los he visto en toda mi existencia llevarse mejor...Hefesto sigue riendo y provocando a Hera, y esta no se deja amilanar...creo que tendré que volver en breves a  visitarles.

Y creo que eso responde a tu última pregunta, está es mi fechoría...no tengo el don de la profecía realmente, tengo el don de la omnipresencia como varias veces ya dijo Perséfone aquí sin revelar mi identidad. Se que podréis estar dolidas conmigo por no haber sido sincera de inicio pero quería enmascarar mi habilidad para que no sospecharan los conjurados a la vez que iba dándole información a los leales. En los océanos, al estar solo Helios y Hera, siempre me mostré ante ellos. Aquí no lo hice porque de mostrarme, los conjurados sabrían mi verdadero poder. No sé si hice bien...pero fue la estrategia que seguí, a mutuo acuerdo con Helios y Hera. Perdonadme.

Ahora viene lo que es mi apreciación personal, que responde a tu pregunta restante...¿Hemos dado con algún otro conjurado? ¿Ya solo queda uno? Me parece que no...y que lo que hemos hecho ha sido devolver a uno de ellos. Asclepio.

Voy a deciros lo que escuché desde el primer día, Perséfone puede reafirmar si es verdad o no.

Asclepio dijo poseer la habilidad de proteger a un leal de ser enviado a los océanos. Hoy mismo, al llegar al Olimpo, ha afirmado ante todos que alguien lo ayudó a salir de aquí y que él ha usado su habilidad para traer de vuelta a Selene. ¿Otra habilidad distinta? Está mintiendo. Ha pedido que traigan de vuelta a Apolo...no a ti Hebe, o a Afrodita o a Hermes...no, directamente a Apolo.

Algunos ya lo sabéis, pero cuando Himeneo llegó aquí, sin si quiera conocer la habilidad que poseía Asclepio, lo primero que hizo fue decirle que lo devolvería al Olimpo y le dio trato de señor. Vi como intentó acaramelarte Afrodita y gustoso quiso llevarse tu diadema para demostrar lealtad. Siempre he desconfiado de él y en mis profecías, traté de impedir que regresara haciéndoos dudar. ¿Hice mal? Puede, pero siendo un leal, si no regresa es un mal menor, siendo que su lealtad no está confirmada. Pero de ser conjurado...tenemos un grave problema.

¿Más preguntas? Ya que me he mostrado, no tengo nada que ocultar y si os sirve de ayuda, siempre os daré mi opinión cuando me la solicitéis. No puedo afirmar que Asclepio sea de los conjurados, pero mis sospechas van en esa dirección y he explicado por qué.