Partida Rol por web

Camino lentamente dirigiéndome al Espectro, le agarro la mano mientras le acaricio con mis pequeños dedos su mano, y con mi mano izquierda intento acariciar su rostro de la cara que le oculta la capucha. Mientras le susurro.

Me recordabas quizás así de dulce...y cercana a ti...sigo siendo la misma, viejo conocido. Aún espero conseguir el darte a entender mis muestras de cercanía con las caricias. Aunque ya me has sorprendido tú antes...no esperaba una caricia tuya en mi rostro...

Me giro con la mirada al resto diciendo.

Estas muy atento Espectro, no pensé que fueras tan rápido como veloz para decirme que son cuatro los inocentes. Ya me olvidaba de Ñusta...aquella que le libra de ser inocente por poseer reliquia que iba en su contra...por eso es inocente, gracias a ella.

Justo como dices, si, tenemos cuatro inocentes confirmados. Pero lo que me preocupa es los culpables que siguen vivos moviendo los hilos desde aquí. Como también sé que será una noche muy movidita esta por parte de aquellos que tiene las ganas de acabar con otras victimas como nosotros.

Solo pocos conocen a los traidores...pero revelar sus identidades sin las suficientes pruebas...no son justas ni para ellos...

Faux escucha las palabras del Espectro y de Dulcina -Estos dos... ¿Por que confían tanto el uno en el otro? ¿De todos los fallecidos por que examinar al bárbaro? ¿No era acaso el mas obvio de ser inocente? Pero bueno, creo que el hada se lo había como favor- aun seguían siendo confusas las cosas, lo correcto parecía mejor esperar.

-Bien Espectro, creeré en ti, esperemos tener pronto el nombre de ese que es culpable- dice no plenamente convencida.

Sólo me falta indagar en el Kitsune, Centauro.

Responde la voz del Espectro mientras éste no se mueve en absoluto, a pesar de las atenciones de Dulcina.

Hasta que no caiga una nueva noche, no podré deciros más, pero seguiré luchando por la Justicia y la Venganza, como siempre. Y Dulcina, puedo actuar, pero aún no comprendo, caricias o gestos.

Entonces su voz parece comenzar a apagarse, con unas últimas palabras nuevamente en el viento.

Pero... aprendí algo... la última vez...

Río tímida ante las palabras de Espectro.

- Yo también creo que habría que hacer rápido el nuevo reparto de las reliquias. Ciertamente hay temas más importantes.

Miré a todos, tras su celeridad para el uso de mi reliqiia:
- No estamos hablando de juguetes- dije mirando a todos un poco contrariada- hay que sopesar cúal es el idóneo para ayudar al grupo y quién podría ser el.nuevo guardían que lo posea, escucharé sugerencias y decidiré, pero con exigencia y apremio no decidiré.

-Yo no quiero más reliquias. Ya tuve una y la desperdicié, no me gustaría que volviera a pasar... -dije, recordando la melodía del cuerno.

Tras unos segundos de silencio intentando asimilar lo sucedido, hablé - Supongo que el que pueda ver en nuestro interior sabrá quién de los tres era inocente, yo no puedo saberlo. Mi don es mi maldición, sólo se me dan tres nombres, no se me da ninguna pista sobre ello, sólo con tres nombres tenemos que deducir nosotros.

No me preocupa morir - respondí al espectro - Si muero sabré que ha sido intentando ayudar e intentando salvarnos. Mejor yo que alguien más útil, como aquel que puede proteger al resto o aquel que pueda ver en nuestro interior. Pero sí, es cierto, puede que esta noche, esté condenada a morir.

En cuanto a las reliquia - dije mirando a mi alrededor para abarcar a todos los presentes - Nos han traído más problemas que soluciones, por tanto, yo no quiero ninguna en mi poder.

Yo tampoco pido reliquia ni impero prisa, símplemente te las expongo a lo que consideres justo. ¿Quieres una sugerencia? Escucha en tu interior el lamento suplicante de la Justicia, así hallarás una respuesta de lo que debes de hacer.

Responde la voz aullante desde el Espectro. Mira entonces al Goblin.

Podría recuperar la que posees y, si no la deseas, entregársela a quien... Consideres. Gracias a tí, sabemos de la inocencia del Sátiro, es un buen paso.

Dicho esto, nuevamente el silencio desde el ser fantasmal, aunque se coloca con el sonido metálico tras la Zashiki.

-Por más que me gustaría, no quisiera molestar inútilmente de nuevo a la guardiana de la Atlántida. Desde luego, no seré yo quien lo impida: sentíos libres de hacerlo quien quiera. Pero es demasiada responsabilidad para un simple goblin cuya máxima aspiración en la vida es saquear cadáveres de los caminos y beber brebaje de setas.  

Observé a las criaturas que me rodeaban. Realmente no me sentía útil para el grupo, pues nada había aportado para la identificación del traidor o traidores. Tenía algún que otro presentimiento, pero habían sido erróneos hasta ahora. ¿Quizá fuese hora de revelar mi verdadera identidad, y mis habilidades? Desde luego no era una decisión a tomar a la ligera. Admiraba a la elfa (a pesar de mi odio racial para con los elfos) por su valentía a la hora de hacer público su poder y exponerse a ser la siguiente víctima, pero los goblins somos cobardes por naturaleza.

Rumiko ejecuto un prodigioso salto desde su posición mientras su esbelto cuerpo se transformaba en un zorro. Para caer cerca del cuerpo del mutilado Kitsune. Durante ese trayecto kimono, mascara y katana cayeron al suelo.

En silencio olfateo el pequeño cuerpo de su compañero mientras lamia sus heridas. Era consciente que este acto no le devolvería la vida pero era lo mínimo que podía hacer por él. Tan solo y esporádicamente ladeaba la cabeza incrédula por lo ocurrido.

¡Maldito Kurama! No sé cómo has podido sobrevivir tanto tiempo y alcanzar a poseer nueve colas. Pues solo los más sabios y listos lo logran. Aquel acto que hicisteis ha sido tu condena al acallar la voz de dos de tus acusadores. Aún así estabas sentenciado pasase lo que pasase. Pues si hubiese sido el Creeper quién hubiese muerto este habría utilizado su habilidad para llevarte por delante... Pues sería lo mas lógico y coherente. Aún así lamento tu muerte pues no quedamos muchos de nuestra estirpe. La vida continua y solo los sabios sobreviven. Seas inocente o seas un traidor te deseo suerte en el mas alla.

Giro sobre mi misma con una rapidez endiablada y salgo corriendo en dirección a la columna desde la cual había brincado. Y tras un salto prodigioso vuelvo a mi atalaya, observo a los presentes, me estiro y tras un bostezo me acomodo en el suelo para dormir. 

Mientras seguían hablando sobre el temas de las reliquias, me decidí a volar un poco por los alrededores. Así me podía seguir pensando en mis pensamientos sobre los presentes y las actitudes.

Tras estar volando por encima de ellos, observales y alejarme un poco de ellos para ver lo oculto del bosque dónde nos encontrábamos. Volví donde estaban todos charlando. Pero lo hice desde la rama de un árbol, ahí podría seguir indagando en mis pensamientos.

Me parecía que muchos eran o se hacían los ilusos e incluso estaban siendo ingenuos sobre el tema de quienes son inocentes y culpables...

Pero no sería yo quién les dijera nada, solo seguiría viendo al resto como la actuación continuaba y con qué criatura sería el protagonista de la próxima noche o día...

Una risa dibujada en mi rostro se podía apreciar mientras les miraba atentamente en especial a algunos de ellos...

Mientras todos hablaban, yo me quedaba callado, tras la muerte de Kurama. Él era el que más dudas me planteaba. ¿Sería inocente? ¿O culpable? Era un misterio. Deseaba que el fuego fatuo todavía estuviese vivo para decirnos.

Por otro lado, los demás hablaban sobre las reliquias de los caidos. Miré a mi astrolabio, el cual todavía no había tenido ocasión de usar. Yo ya tenía una reliquia, no necesitaba ni quería otra, pero incluso si no fuese así, tampoco agarraría una de las que no tienen dueño. ¿Quién sabe lo que le puede pasar al que agarre esos objetos sin autorización? E incluso si las agarraban, había varias que te podían hacer objetivo de los ataques de los traidores.

Seguía atentamente a cada uno y escuchando con cada detalle de lo que decían… per seguíamos sin saber o se nos escapaba algo entre la manos de quienes podían ser los culpables o caso las reliquias eran que traían la maldición, y podrían estar corruptas y seguíamos sin saber nada de lo que ya sabíamos...

Tras escuchar y pensar meditamente me acerque hacia donde estaban cada uno... y les dice... –Tal vez lo que podríamos hacer es dejar la reliquias apartadas ya que nadie quiere el poder, que pueda tener o si están maldecidas, lo que también es que si alguien sabe o tiene el dicho poder de saber si la personas que fallecieron eran culpables está bien, pero a que tener en cuenta, que por ahora no nos ha dicho nada porque puede exponerse ante el peligro, y que los culpables vayan hacia él. Les miro y tomo el impulso y continúo.

Solo digo que yo no quiero ninguna reliquia pero si seguimos pensado a quien serán adjudicadas, le estamos dando tiempo a los culpables para que contraataquen lo antes posibles... Y si se tiene que elegir pues si puede ser que lo haga la guardiana, que elija ella, que sabrá quienes sabrán llevar esas reliquias.

-mmm... Aunque parezca desalentador, esas reliquias han traído mas problemas que beneficios, la única que realmente ha parecido útil, es la que usaron con el sátiro, si se puede volver a usar su poder por lo menos se puede ir descartando, no?- pregunta sabiendo que era algo obvio, pero no entendía por que mas de uno se negaba a usarla.

Yo preferiria no tener nada que ver con las reliquias... Todo gran poder conlleva una gran responsabilidad y no quiero ser autor de alguna muerte y que sea inocente...

   El Garoé asiente a las palabras de pegaso, aún sosteniendo entre sus ramas un tridente que nadie desearía como propio.

   Puedo entender el ánimo general de no desearlas...

-Como ya dije, yo ya utilicé una vez la reliquia. No me considero con derecho de volver a hacerlo.

Me senté en el suelo con las piernas estiradas. Estaba preocupado pues veía que la cosa no tenía pinta de avanzar mucho: nadie quería el poder de las reliquias y sin él iba a ser complicado dar con los traidores...

Yo me expongo a la voluntad de la Súcubo, es lo Justo, pues ella puede reformarlas, además de que dependemos de que la reliquia acepte al que la Súcubo designe. Ciertamente, la reliquia que ha demostrado más ánimo es la del Goblin, pero también la que portaba el Kitsune podría ser una buena defensa contra los traidores si fuesen hallados, o incluso la Garra. Si nadie desea nada, y si la Súcubo lo ve bien, yo mismo me enfrentaré al destino de portar una reliquia... Y que teman los que mancillan las aguas de este lugar.

La voz resuena con firmeza desde el interior.

Dese la rama del árbol donde me reía, escuche algo interesante que me hizo saltar y dije.

Si la Súcubo es lista, sabrá que al Espectro no debe de entregarle ninguna reliquia. Por ahora no puedo hablar...pero lo haré. Me niego a que posee una reliquia. Miré desde las alturas a este y le dije.

Lo siento Espectro, pero...es una opinión, sabes que te sigo apreciando. Dije mientras miraba de reojo.

- A mi tampoco me agradaría tener que portar una de las reliquias, pero si la Súcubo lo ve necesario, entonces no me quedaría otra que aceptarla, pues estaría en mi sino. -Luego me dirigí directamente a la Súcubo- Lo que está claro es que alguien tiene que tenerlas, así que si eres tú la que tiene que elegir a sus futuros propietarios, yo te diría que no tuvieses en cuenta ninguna de nuestras opiniones, porque entonces, visto lo visto, nadie aceptaría ninguna.