Partida Rol por web

[HLDCN] Danganronpa - A Game of Despair

Día 4 - One Death after Another

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11/06/2020, 19:38
Kibou Kobayashi Kat

Veo que por fin sale Kenji de su cueva. 

Mucho bla bla bla

¡¡AH EJECUTARLO!!

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11/06/2020, 19:54
Hitoshi Kurosawa

Hitoshi parecia un muerto andante, nunca había podido dormir fuera de su casa, y menos cuando había peligro de morir en cualquier momento. Aún estaba medio dormido cuando escucho la voz de Monokuma en las pantallas una piscina? Creo que debería volver a mí habitación mientras pueda. Antes de que pudiera salir de la sala, Monokuma aparecio con el regalo que había mencionado.

 

– Entonces... Si habían dos neutrales, sería demasiado fácil si todos los de la esperanza tuvieran una MonoTool pasiva, y aunque la tuvieran siempre habría alguno que no, supongo que alguien transformó a alguien en un oso, lo más probable es que sea un oso o neutral –.

 

Creo que votaré al más sospechoso.

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11/06/2020, 20:00
Monokuma

- ¡Bueno, pues eso ha sido todo! - concluye Monokuma. - Kenji Miyaichi, el Pianista No Definitivo... ¡no lo has hecho nada mal! ¡Te recordaremos! Probablemente.

¡Beep!

Monokuma pulsa su botón rojo sacado de alguna parte, y al instante el techo se abre para dejar paso a la pinza mecánica que ayer se llevó por delante a Yuki Ishida, y que en esta ocasión agarra por la cintura a Kenji Miyaichi. Monokuma se despide con la mano mientras Kenji es arrastrado a toda velocidad hacia el techo, y una vez la pinza lo ha metido dentro de éste la trampilla por la que había salido se cierra completamente, impidiendo que nadie pueda seguirla. Los gritos de Kenji se escuchan a continuación por el techo, moviéndose probablemente por los mismos conductos que llevaron a Yuki al lugar de su ejecución...

Los monitores de la Academia se activan, y en esta ocasión muestran lo que parece ser una especie de teatro, o puede que una sala de conciertos, porque sobre el escenario hay únicamente un piano. Kenji cae de repente del techo y, aunque tarda unos segundos en recobrarse de la caída, cuando mira a su alrededor y ve el piano no puede hacer otra cosa que sentarse frente a éste. Nota que ya hay una partitura colocada sobre el piano, así que decide comenzar a tocar.

Es una melodía hermosa, y Kenji la toca con maestría. El sonido de esta melodía se transmite por toda la Academia gracias a los monitores repartidos por todas las salas, y es tan bonita que incluso Monokuma, que de repente parece ser el único público que Kenji tiene en la sala de conciertos, se seca las lágrimas con un pañuelo. Kenji está cada vez más metido en la melodía, sus dedos se mueven con gran habilidad sobre el teclado, y la melodía se hace cada vez más intensa y más maravillosa, todo un regalo para los oídos.

Hasta que deja de serlo. En cierto momento, Kenji toca un par de teclas que hacen que todos los oyentes de la melodía tengan que llevarse las manos a los oídos. Una elección totalmente desacertada de notas, estridente y horrible. Monokuma deja caer su pañuelo, y Kenji observa la partitura desconcertado. Él ha tocado bien. Traga saliva, pues ve venir los abucheos. Decide seguir tocando.

Cada vez es peor. La melodía, aunque el piano está correctamente afinado y Kenji está tocando exactamente como debe, es cada vez peor. Es una horrible cacofonía que daña la audición de cualquiera que la escuche, e incluso a Kenji le está doliendo tocarla, pero no puede dejarla sin concluir. De repente tomates, zapatos, lechugas, huevos, botas... todo tipo de objetos son lanzados en dirección a Kenji entre abucheos que vienen de alguna parte, aunque el chico los esquiva todos. Tiene que terminar la melodía. Monokuma, por su parte, se tapa las orejas.

El estruendo es horrible, esto no es música, ni siquiera ruido. Es una tortura auditiva, pero Kenji está decidido a llegar hasta el final. Los objetos que le lanzan son cada vez más variopintos: piedras, sillas, un iPad, una televisión antigua, una estatua de El Pensador en miniatura. Algunos le aciertan, pero él no se detiene. La melodía acelera cada vez más. Y cada vez es más horrible. Monokuma abre mucho los ojos.

Hasta que concluye. Kenji toca las últimas notas y echa la cabeza hacia atrás, sudando por el esfuerzo de haber llevado a cabo tal hazaña. Ha concluido la melodía. Y en ese momento... uno de los objetos lanzados le acierta en la cabeza, y Kenji cae al suelo.

Un golpe seco, un único golpe que ha acertado en el lugar menos adecuado. Un charco de sangre surge bajo la cabeza de Kenji, cuya vida escapa de él. La partitura que estaba tocando resbala del piano y se esparce junto al cuerpo. El título de la melodía, al parecer, es "Réquiem por Kenji Miyaichi".