Partida Rol por web

IMPORTANTE: Leer este post después de Despair.

Hope

¿Dónde estáis? ¿Qué ha sucedido? ¿Sigue funcionando Alter Ego? Lo último que recordáis es el siniestro rostro de Monokuma, esbozando una macabra sonrisa mientras pulsaba con ímpetu el botón que iba a hacer desaparecer Alter Ego. Que os iba a hacer desaparecer a vosotros.

Y sin embargo, aquí estáis. ¿Pero qué es exactamente "aquí"? ¿Qué son esas sensaciones que sentís de repente? Alter Ego no funciona de esta manera, no habéis sentido sensaciones como estas antes. Y aunque así fuera, ¿no se supone que Alter Ego ha sido borrado? ¿Estaría mintiendo Monokuma? No, vosotros sentisteis la desconexión. Este lugar... cualquiera que sea, no es Alter Ego. Está todo oscuro...

De repente, y por estúpido que parezca, os dais cuenta de que la oscuridad se debe a que tenéis los ojos cerrados. En Alter Ego no necesitabais pensar en abrir los ojos para tenerlos abiertos. De hecho, ¿parpadeabais en Alter Ego? No es que eso importe ahora.

Poco a poco os dais cuenta de que, más allá de abrir los ojos, también os podéis mover. Podéis observar. Podéis... sentir. Os ponéis en pie, saliendo de una especie de cápsulas de aspecto futurístico en las que estáis metidos todos individualmente. Os miráis los unos a los otros, y no hace falta que nadie os explique qué está pasando. Por vuestro aspecto actual, todos lo entendéis. Ya visteis lo que le pasó a Atira, a Yuki y a Arisaka.

- Cyber Monokuma consiguió activar el comando de copia en el momento en que Alter Ego iba a ser apagado. - la voz de Monokuma, quien se encuentra a una lado de la sala, os sorprende. - Eso habría creado una especie de duplicado de Alter Ego, pero creo que probablemente prefiráis tener un cuerpo físico. Aunque sea robótico.

Monokuma niega con la cabeza, sin miraros a ninguno. Observáis a vuestro alrededor, esta sala parece ser una especie de laboratorio de robótica, y parece que hay cápsulas suficientes para todos los alumnos de vuestra clase. Las cápsulas vacías son las vuestras, la de Atira, la de Yuki y la de Arisaka... pero también observáis cuerpos robóticos aún encerrados en sus cápsulas para Miike, para Kazuki, para Yoru... para todos los que siguen con vida.

- ¿Sabéis qué? Fue Yumihiko Yugami el que construyó estos cuerpos robóticos para vosotros. - comenta Monokuma sin girarse. - Su talento era la robótica. Viendo lo completos que son... se diría que estaba cerca de ser un Alumno Definitivo. - dice el oso bicolor, y vuelve a negar con la cabeza. - Ahora que ya no está, solo hay una copia de cada cuerpo, así que... tratadlos bien, ¿vale?

Monokuma finalmente os mira a todos a los ojos, y al final asiente.

- Cruzando esta puerta - dice Monokuma, señalando una puerta marcada como "salida de emergencia". - podréis llegar al mundo exterior. Es una pocas de las salidas de la Academia, incluida la entrada principal. Ahora mismo vuestros compañeros estarán viendo cómo se abre la puerta. - explica.

- El mundo ahí afuera ha cambiado, ya no es el mismo. Vosotros tampoco sois ya los mismos. Pero aún así... - Monokuma asiente. - me alegro de que estéis aquí. Se que... conseguiréis superarlo.

Monokuma se coloca ante la puerta de salida, haciendo un gesto para daros paso.

- ¡Adelante, mis queridos alumnos! - os dice. - ¡Hacia la libertad!

Así que es es el fin... bueno, solo queda una cosa que hacer...

Me acerco a Chiyoko y le vuelvo a robar un beso romántico...

~Mmmmuuaaaa~

El beso de la muerte a regresado.

Dejo a Chiyoko y voy donde están todos.

Pero luego de eso, Monokuma habla de que no seremos borrados, sino que nos va a llevar a otros cuerpos.

Aun que nos odiemos y nos llevemos mal. hasta caigamos en la desesperanza, nunca dejamos de ser compañeros.

La esperanza también sigue en nosotros. Por eso creo que podemos irnos en paz, espero volverlos a ver en esta vida, o en el alter ego o mas allá ¡¡¡POR ESO VOY A ROCKEAR ANTES DE IRNOS!!!

Saco una guitarra de no se sabe donde, pero inicio a cantar y rockear.

Al inicio sale algo algo mal la guitarra pero luego de haber ajustado un poco la guitarra rockeo, aun que medio pena, no era para esas cosas, era último momento de hacer algo afrente de todos .

Ima watashi no negaigoto ga
kanau naraba tsubasa ga hoshii
kono senaka ni tori no you ni
shiroi tsubasa tsukete kudasai

kono oozora ni tsubasa wo hiroge
tonde yukitai yo
kanashimi no nai jiyuu na sora e
tsubasa hatamekase
yukitai

kodomo no toki yume mita koto
ima mo onaji yume ni miteiru

kono oozora ni tsubasa wo hiroge
tonde yukitai yo
kanashimi no nai jiyuu na sora e
tsubasa hatamekase

kono oozora ni tsubasa wo hiroge
tonde yukitai yo
kanashimi no nai jiyuu na sora e
tsubasa hatamekase
yukitai

Gracias por haberlos conocido.

termino de cantar algo cansado pero feliz al final, veo a los demás...

Gracias por haberlos conocido aun que muchos me quisieron matar y otros estén en la desesperanza pero aun así

Gracias.

Me preparo para salir ahora con mi nuevo cuerpo bot.

    Ohhhh vamos Monokuma tampoco es para tanto...

me conformaba con que Ni Yoru ni Bim estuvieran en lo correcto...

en parte sigue siendo una clase de victoria moral.

Mientras iba saliendo de mi capsula con una botella vacía y pintada por fuera de rojo... mirando con cierta molestia al chico gamer para luego ignorarlo.

Entonces... - dirigiéndome al resto - ¿ que planean hacer...?

Por mi parte me quedare un tiempo en las cercanía...

Alter y Mono se esforzaron mucho por nosotros...

dejar que caiga en malas manos como las del resto no es algo que me parezca lo mejor...

y quien sabe...

quizás seguir practicando...

esta nueva perspectiva puede ser hasta beneficiosas..

¿ que rima con cero..?. ¿ que rima con uno...?

hmmmm... voy a necesitar papel y lápiz...

Para hacer una leve reverencia a Monokuma y quedarme cerca de la entrada esperando a la resolución del resto.

Así que viviriamos con un cuerpo robotico por culpa de una gran tela de mentiras y traición.

Ahí estábamos los que habíamos muerto por diferentes causas - Mashiro - me acerco a la rubia pintora, era la única de los presentes con la que me interesaba hablar - Vamos - le tomo su mano con la mía, y veo a dirección de la salida - Si quieres vengarte y quemarlo todo... yo te ayudo - Azura sonrío malevolamente, algo dentro de ella se habían rompido y nunca volvería ser la misma.

Oscuridad...

Silencio, soledad... Desesperanza. 

Todo sucede demasiado rápido para lograr el tener una comprensión clara de mi situación, simplemente me abracé con fuerza en la oscuridad y en mi mente sólo un rostro permaneció presente. He llorado, quizás como nunca antes lo hice en mi vida y también me sentí tan sola que el vacío de esta nada me resulta en verdad inmenso. Pero de alguna manera todo cambia y allí cuando una pequeña llama se mantiene encendida, surge la esperanza y ese abanico de posibilidades que al fin de cuentas te dan vida. 

Una vida.

Y allí estoy de pie saliendo de aquel estupor entre penumbras con un cuerpo que si bien es mío, se siente tan diferente. El alter ego se ha borrado, todo se derrumba en mi cuando sucede y en mi corazón algo se rompe por siempre. Pero no, Monokuma tenía algo más para nosotros y ahí es donde le doy la razón a Chiyoko, la única que tuvo siempre la esperanza en todo esto. Esa misma chica que yo había asesinado sin piedad siempre fue la que tuvo la clave, la verdad entre sus manos. 

Lo siento tanto.

Estoy viva, podría decirse que de alguna manera y cuando compruebo que ya no existe el calor de mi piel, ni la sensación de respirar, es cuando me doy cuenta de que soy un robot. Igual que Atira, Arisaka o Yuki y de alguna manera siento felicidad, alivio porque no me perderé en el olvido ni en el ingenio maquiavélico de una chica con problemas de falsa justicia. Soy esto, no importa, estoy viva. ¡Estoy viva! 

Y la sonrisa surge de repente mientras escucho a Kibou pero siento que es lejano, luego a Miguel y tras continuar con Azura niego con la cabeza. No aprende más. 

—Haz lo que quieras, pero te escuché decir que preferías desaparecer. ¿Ahora buscas venganza? Hazlo, no tengo problema pero como toques a Bim, te aseguro que no me importará llegar a las últimas consecuencias. Mata a cada oso, arruina sus vidas. Pero a él no...—asevero, determinante. 

Ya dejando claro aquello, simplemente salgo hacia el exterior con una sola intención: Encontrarlo. 

Él es mi esperanza...

Todo pareció acabar para nosotros cuando Monokuma pulsó el botón para borrar el programa y todo se fundió a negro a nuestro alrededor, igual que si hubiesen bajado el telón al finalizar una obra de teatro o si hubiesen saltado los plomos en una casa. Ni siquiera recuerdo si llegué a decir nada antes de que sucediera aquello. Simplemente pensé que todo había terminado y nunca más volvería a sentir nada. Quizá era lo mejor, después de todo. Hasta que... noté una sensación extraña en mi interior. ¿Y cómo era esto posible? Me envolvía la oscuridad, pero porque tenía los ojos cerrados, así que los abrí con lentitud. ¿Qué demonios estaba ocurriendo? A mi lado se encontraban unas extrañas cápsulas con los demás compañeros que estaban en Alter Ego. Pude comprobar que mi cuerpo tenía remaches y quizás estaba algo rígido, porque era una réplica robótica como la que tuvieron Yuki o Arisaka cuando volvieron al mundo real. ¿Nosotros también? ¿No era ningún sueño? Me parecía increíble.

Tras un rato asimilando dónde estamos, bajo la mirada hasta las palmas de mis manos, cerrando los dedos y chasqueándolos, observando con curiosidad en lo que me he convertido; en lo que nos hemos convertido todos en realidad. Nunca volveré a sentir el torrente sanguíneo fluir por mi cuerpo y tampoco sentiré la fatiga o los dedos agarrotados tras tantas horas sentado aporreando las teclas del piano con precisión felina. Las palabras de Monokuma llegan a mis oídos, pero soy incapaz de mostrar mis sentimientos en público. Había deseado que nos borraran para que el martirio de vivir eternamente en una pantalla desapareciera... y ahora estábamos ante una segunda oportunidad. Una nueva oportunidad de crecer. No volveríamos a nuestros antiguos cuerpos e identidades... aunque esto era mucho mejor que nada.  

Tras aproximarme a la puerta con cierta parsimonia, adaptándome todavía a los andares de mi nuevo cuerpo, vuelvo la vista a atrás.

-Suerte en lo que decidáis emprender con vuestras vidas. Espero que, si nos volvemos a encontrar, sea para celebrarlo y no para acabar enfrentados como terminamos por culpa de este juego -murmuro antes de cruzar el umbral de la puerta para salir hacia el exterior.

Próxima parada: el estudio de música. Solo me basta con imaginarme a mí mismo respirando profundamente ante el atril para tocar con galanura alguna partitura de Chopin o Mozart, alzando la vista al cielo en un momento dado... y sintiendo. Solo eso.  

Chiyoko se había quedado paralizada, mirando con horror el "recuento" de los votos. Las lágrimas se acumularon en sus ojos virtuales pero no dio tiempo a que ninguna cayera antes de que el Monokuma malo pulsara el botón. ¿He fallado... otra vez? 

Con esa sensación de angustia, se dejó llevar al vacío, a un vacío que de alguna forma existía. Sólo tengo que abrir los ojos... El vacío se había vuelto físico y aunque no notaba todo lo que era "estar vivo", sabía de alguna forma que ese lugar existía y no era una simulación. Se quedó agarrada de los laterales de la cápsula, antes de salir del todo, observando cómo los demás, con cuerpos parecidos al suyo, se levantaban. 

Dio un respingo al ver a Monokuma de nuevo pero esta vez sonrió dulcemente, de una forma que, por mucho que la recordaran, ninguno había visto o había visto veces contadas. Se mantuvo observándole hasta que llegó a la puerta de emergencia. La salida... Mientras pensaba qué hacer, vio a Kibou acercándose a ella y ladeó la cabeza a tiempo para que su beso acabase sobre su mejilla con un chirrido metálico. 

- Oye, oye. Guárdatelos para Katsumi-chan, a ella le harán más falta. - le dijo, dándole unas palmaditas en la cabeza. El resto parecía estar haciendo planes sobre qué hacer y adónde ir después de todo y para ella la respuesta estaba clara - Vaya, vaya, pues ya que tenemos la puerta abierta, no veo por qué esperar más. Después de todo esto, no me voy a quedar con las ganas de ver el exterior, por muy horrible que sea. Es posible que todavía no vaya a visitar al otro grupo de la Desesperanza... - se quedó pensativa - ...aunque tengo muchísimas ganas de demostrarles que tenía razón, de algún modo. Pero supongo que esperaré a ver qué hay fuera. 

Los demás ya iban saliendo y Chiyoko iba a seguirles cuando se detuvo en la entrada. No puedo dejarlo así... Con pasos aún torpes, se giró hacia Monokuma y clavó una rodilla en tierra, bajando para estar a su altura. Seguía sonriéndole aunque su gesto se volvió algo más triste. 

- Siento lo de Cyber Monokuma-kun. Fue muy bueno y muy valiente... Y fue él quién se ofreció a devolvernos los recuerdos. Se nota a quién ha salido. - suspiró, sacudiendo la cabeza y volviendo a mirar al oso fijamente, hablando en un tono más suave - Sabía que nos ayudarías, Monokuma-san. Sabía que seguirías dándome Esperanza.

Aunque pareció dudar unos momentos, finalmente se lanzó hacia delante y estrechó a Monokuma entre sus brazos un largo rato. Al separarse, le dio un suave y rápido beso en el hocico y se levantó lo más rápidamente que pudo. Por un momento parecía que incluso el metal que formaba su cara se había puesto algo más incandescente, pero apenas fue un instante. Luego alargó la mano hacia él, aún sonriéndole.

- Monokuma-san, ven conmigo, por favor. Alter Ego ya no está... y nosotros tampoco estaremos. Y si Junko sabe de esto... Podría ser peligroso para ti. - Me da igual si es un robot o si es Mukuro-san la que nos ha ayudado a través de él. Ha sido tan o más humano que todos nosotros y no pienso dejarle aquí... Incluso si es su deber. Se quedó aún con la mano extendida, pensando que tal vez le estaba pidiendo un imposible, y finalmente su sonrisa cambió a la habitual, ladeando la cabeza - Claro que si quieres quedarte aquí... No te lo puedo impedir. Pero ten por seguro que volveré a buscarte, ¿vale, Monokuma-san? 

Monokuma observa cómo uno a uno vais despertando y compartiendo en voz alta vuestra opinión sobre qué pensáis hacer con vuestro recién recuperado futuro, aunque no sea exactamente de la forma en que pensabais que sería. Junto a la puerta de salida del laboratorio de robótica, Monokuma os va dando paso al exterior sin impedir a nadie que salga, y sin intervenir en los pensamientos de ninguno... hasta que Chiyoko se le acerca, y el oso bicolor escucha sus palabras con atención.

- Cyber Monokuma... - comenta el oso al escuchar ese nombre. Niega con la cabeza. - Solo era un programa de inteligencia artificial limitada, un asistente virtual para los habitantes de Alter Ego. Y aún así, de alguna forma, al final tomó una decisión propia. Creo que se contagió de vuestras emociones. De vuestra desesperación, y también de vuestra esperanza.

Monokuma escucha el resto de cosas que Chiyoko tiene que decirle, y se mantiene quieto mientras recibe su abrazo y su beso en el hocico. Al final, con Chiyoko de pie frente a él, ofreciéndole su mano para salir de la Academia, el oso se la queda mirando en silencio durante varios segundos.

Hasta que niega con la cabeza.

- En este laboratorio... no hay cámaras. Los cuerpos robóticos se transportaban directamente a las habitaciones antes de despertarlos, por eso aquí no debería haber nadie, nunca. Así que... Junko no puede vernos, no debería saber que estoy aquí. - explica el oso, y alza la mirada hacia los ojos de Chiyoko. - Aún hay algo que debo hacer en esta Academia, Chiyoko-chan. Debo quedarme, al menos por un tiempo. Después... - el oso baja la mirada y, tras pensarlo, decide no terminar la frase. Alza la cabeza de nuevo y, sobre la mano que Chiyoko tiene extendida, pone su mano. - En cambio, vosotros debéis marcharos cuanto antes. Pero también hay algo que me gustaría que hicierais antes de iros.

Monokuma retira su mano, y deja sobre la mano de Chiyoko un objeto.

- Ellos aún no saben que habéis vuelto. En varios de ellos, la esperanza ha desaparecido. No sé si esto arreglará las cosas, y todavía no entiendo muy bien lo que es esa esperanza vuestra, pero... - Monokuma niega con la cabeza. - Creo que merece la pena intentarlo.

Y tras unos segundos de silencio, habiéndole dejado la pajarita sobre la mano extendida, Monokuma da de repente un salto y deja un beso sobre la frente de Chiyoko. A continuación, da una voltereta y abre la puerta para todos vosotros.

- ¡¿Y bien, a qué estáis esperando?! ¡¡El mundo exterior os espera, marchaos antes de que me arrepienta!! ¡Upupupupu... ah, ja ja ja ja...!

Atravesáis la puerta del laboratorio tal y como Monokuma os indica, pensando que tal vez pueda ser algún tipo de trampa... pero resulta que no lo es. En absoluto.

Os tenéis que tapar los ojos, pues lleváis demasiado tiempo en un edificio interior y el sol de la mañana, pues aparentemente aún es de día ahí fuera, casi os ciega. Pero algo en vuestro pecho, aunque ahora sea un pecho robótico, se llena de alegría y algo de esperanza. De alguna forma volver a ver el cielo azul, moteado por nubes blancas, con los brillantes rayos del sol ardiente iluminándolo todo... os reconforta. Aunque no sabéis qué hay más allá de los terrenos de la escuela, al menos os reconforta saber que una parte de lo que conocíais sigue ahí.

Y ahora es el momento de que afrontéis vuestro propio camino. Algunos de vuestros compañeros se desvían, quieren recibir a los supervivientes del Juego de la Desesperación. Vosotros preferís no hacerlo. Ya sea porque vuestro objetivo es la venganza, o porque simplemente necesitáis algunos momentos de soledad, de estar con vuestros propios pensamientos, de valorar lo que haréis de ahora en adelante.

Sea lo que sea lo que esté pasando fuera de este lugar, a partir de ahora vosotros decidís vuestro propio futuro.

¿Será eso lo que llaman esperanza?