Partida Rol por web

Gérard tenía claro lo que quería hacer. Vertió el aceite necesario, añadió buena cosa de troncos de madera e inició la el funcionamiento de la caldera hasta asegurarse que repitiese la misma acción que anteriormente. Una vez a toda máquina se apresuró a ir hasta el taller oculto y desde la chimenea escuchar a escondidas las reacciones de los que hubiesen en el gran salón sin ser visto.

Poco a poco el calor comienza a subir, mientras las calderas comenzaban a funcionar, la cantidad de palos y carbón que ahí fue lanzada era la suficiente como para mantenerla encendida por unas cuantas horas ya. Antes de salir de la estancia, Gerard se gira y ve como una nube comienza a salir de la caldera, y aunque no siente que sea vapor caliente, aún así nubla la estancia.

Por suerte Gerard sale antes de que esa neblina blanca lo consuma todo, y cerrando tras de sí, se dirige al nuevo lugar.

Gustavo, Luis y Jorge llegaron a la estancia, por suerte para ellos no se encontraron a nadie.

Director: No hay enchufes aquí dentro.

De camino a este lugar, tras pasar por la puerta hacia el Calabozo, cayó del cielo un bote de pintura; al parecer era una trampa colocada por alguien. Por suerte, no le dió a nadie, e incluso Luis Montoya fue capaz de atraparlo en el aire y guardarlo en su maletín de cuero. Siguiendo el camino, con máximo cuidado, notasteis que había pintura derramada en el suelo, otra trampa, sin lugar a dudas, por suerte se superó sin problemas.

Viendo el bote de pintura, Maynard ya sabía qué tenía que hacer. Cogiendo algo de serrín del suelo que quedaba de otras veces y la pintura, procedió a hacer chispas con astillas. Una vez encendido, colocó la plata encima del cubo de pintura para derretirlo esperando que se fundiera antes la plata que la hojalata y esperando poder formar la cruz de plata que necesitaban con el molde.

Se escucha el sonido de una sierra proveniente del Taller de Madera.

Una vez que la caldera se encendió y tras poner el molde y los trozos de plata, esta se fundió y se derritió sobre el molde, el cual al enfriarse se consiguió obtener una cruz, bastante rudimentaria de plata. La cual, ahora posee Jorge.

Poniendo el dedo índice sobre mis labios indico a Jorge que se quede en silencio y callado, separándome de Gustavo y de Jorge, me acerco sigilosamente hacia la puerta, con pistola en mano, y abriéndola lentamente intento ver si hay alguien en aquel pasillo, o si hay huellas en el suelo debido a la pintura. El objetivo es tratar de encontrar a quien sea que ha encendido la sierra, por si fuera Gerard Mercier.

Un enorme chispazo saltó del pomo de la puerta, la electricidad recorrió por todo el cuerpo de Luis Montoya, haciendo que este expulsara espuma por la boca a la par que un intenso olor a carne quemada y humo salía de su cuerpo. Pegado a la manilla y al suelo, este muerto cayó de espaldas, desconectando el cable que estaba atado al pomo de la puerta por el otro lado, y abriendo así la puerta.

Impactado por el shock, se quedó quieto. El pobre Montoya, que tanto había hecho por salvar a todos, se encontraba ahora hecho un pescadito frito. Pensó en ir corriendo a ayudarle, pero prefirió esperar, tapándole la boca a Gustavo para que no hablara por si el asesino venía a rematarle o ver cómo estaba. Tras asegurarse que el asesino no aparecía, decidió registrar el cuerpo del policía con los ojos algo empañados. y tras echarle un traguito a la botella para pasar el mal rato.

Pistola de Policía = 1E/1P (+1 de Daño de Ataque si está cargada) (Descargada)

Cuchilla Oculta = 1E/1P (+0,5 Daño de Ataque)

Chaleco Anti-Balas = Inmune a Balazos con una tirada inferior a 80 y +0,8 de Defensa (Si es apuñalado/disparado pierde esta propiedad y baja a 0,2).

Escuchais los pasos de alguien corriendo hacia vosotros desde el Pasillo, chapoteando sobre la pintura, parecía que habían iniciado en una estancia cercana. Es decir, desde el Taller de Madera. Sin lugar a dudas, en vuestras mentes, pasó la idea de que esos mismos pasos fueran los que tendieron la trampa a Luis Montoya, esos pasos eran de Gerard Mercier.

Para más inri, la Caldera usó sus últimos momentos de vida para expulsar un vapor denso que cubrió la estancia en la que os encontrabáis, ni siquiera se podía ver más allá de vuestras narices. Al parecer esta no era la primera vez que la caldera tenía este tipo de comportamiento.

¿Conque te gusta poner trampitas e hijo de puta? Tras coger lo del cuerpo de Luis, Maynard cogió determinación y salió corriendo en dirección contraria a los pasos. Antes de salir de la sala de calderas, ato rápidamente las bridas que llevaba entre dos calderas y se intentó esconder haciendo el menor ruido posible. Su intención era que Gerard pensase que había huido, le siguiera y tropezara con las bridas. Tras oirle tropezar saltaria de su escondite para apuñalarle con el nuevo y mortifero juguetito que había encontrado. Esperaba que funcionase.

Una intensa nube de gas cubre toda la estancia, se escuchan unos pasos correr en dirección hacia la puerta del Almacén de Trastos y luego un silencio sepulcral. Acto seguido se escucha como la puerta hacia el pasillo se abre y el sonido de algo siendo arrastrado fuera, todo para cerrar nuevamente la puerta tras de sí.

Mientras aquella neblina continuaba, se logró escuchar con total claridad la sierra del taller nuevamente, y posteriormente se pudo escuchar unos pasos acercarse a la puerta, volver al taller y por último irse en dirección al Calabozo. 

Cuando la niebla se disipó se pudo ver que la puerta se encontraba cerrada nuevamente, pero el cuerpo chamuscado de Luis Montoya ya no se encontraba ahí. 

Estaba claro que aquella persona, probablemente Gerárd, estaba realizando cosas raras sobre los cuerpos que iba matando... Tras abrocharse el kevlar de Luis y ajustarse la hoja oculta y comprender mejor su funcionamiento, cogió a Gustavo y se dirigió hacia la capilla tomando precauciones visto lo visto.

Las puertas las abría siempre pegado a la pared, sin tocar el tirador nunca directamente sino con su pañuelo de algodón del smokin a modo de aislante. Las puertas, una vez abiertas las empujaba dejando que se abriesen del todo, pasando primero un brazo a través del marco por si se activaba algún mecanismo. A su vez, iba vigilando el suelo por si había algún hilo o lo que fuera.

Así fue dirigiéndose a la capilla.