Partida Rol por web

Por algún extraño motivo, Sam Diamond movía su pierna de un lado a otro, restregandola contra otros objetos, nadie comprendía muy bien el motivo de ello, pues no tenía absolutamente nada en al zapato, quizás fuera una especie de ritual o tuviera una lenteja en la suela.

Los niños habían dicho que una mujer estaba muerta en la cocina y se quedaban como si nada, ellos y casi todos los presentes. Pero como que muerta... Alguien la ha visto entrar en la cocina? Quién estaba con ella? Éramos muchos y yo no la había visto desde la entrada en la casa. Cerré los ojos y traté de mantener la calma, notaba como la temperatura descendía levemente. Notaba otra vez ese cosquilleo y una presión en mi garganta. Los niños parecían imvocar a los fantasmas. No deberíais hacer eso... Miro a mi alrededor, aunque todo parecía normal, mi instinto no decía lo mismo.

-¿Zacharías? - el hombre pájaro asintió. - ¡Qué nombre tan bonito! Ojalá yo me llamara así.- comentó Sairahcaz muy enamorado de semejante apodo, mirando con interés el tarro ese vacío que Antonio levantaba tan alegremente.

Al ver a los niños chulearse a Nadine le dio por llamarles la atención - בירה בבקשה. - Les increpó, poniendo los brazos en jarra en señal de que los niños viejóvenes aquellos no la amilanaban. 

Sorprendidos los cuatro al oír hablar a aquella mujer en ese idioma, pero sobretodo por lo que dijo, Calev nuevamente contestó. - בירה אין לנו, אבל במטבח לקחנו חתיכה גדולה של בשר נא. האחרים נראו מאושרים כשלקחנו אותה. אתה רוצה את זה? - a lo cual Antonio asintió fuertemente.

Micaela, por no separarse de los demás que no hablaban la lengua rey, decidió volver a la lengua que todos hablaban. - Si os sirve de algo la información, a la mujer la apuñalaron y escupió algo de sangre. Pero bueno lo más importante es que su alma descansa en paz, la bendecimos antes de que nadie la volviera malvada. Ya tenemos uno de los cinco espíritus que necesitamos y hemos encontrado un hombre iluso que a pesar de vivir la experiencia de un exorcismo, parece no creerla, por lo que lo seguiremos usando de cobaya sin poner en riesgo la vida de los demás. Aunque como ya dijimos, funciona mucho mejor con alguien que se ofrece voluntario, pero este hombre aparte de iluso parece afortunado. - dijo la joven con una sonrísa.

_HahahahahahahahahahahaHAHAHAHAGÑÑEEE

Sonó la risa histriónica y desquiciada mientras Schultz regresaba al comedor portando su celulóseo tesoro aferrado con fuerza contra el pecho.

Al llegar al comedor se detuvo y fue corriendo a la Urna donde empezó a depositar todos y cada uno de los papeles que había secuestrado uno por uno mientras contaba los papeles que metía

E

EE

EEE

EÑ

Ñ

ÑE

ÑEE

ÑEEE

EG

G

GE

GEE

GEEE

GEÑ

GÑ

GÑE

GÑEE

¡GÑEEE!

Mientras veía al suelo debido a la carga energética de los ojos punzante de los presentes, Johan entraba al salón. - Hola, ya sabrán del cuerpo de Madame Leurre en la cocina. - Sacó la pequeña libreta de bocetos y mostró la recreación a lápiz de de la escena, donde la mujer aparecía muerta sentada en el comedor con la boca abierta y un cuchillo en su pecho, se podía observar el pentagrama en el suelo.

- Sobre los bordes del bote de basura se encontraron gotas de sangre y dentro de este un trozo de carne de muy mal aspecto, los niños se lo han quedado, bueno, Antonio. - Señaló al niño.

- No pudimos dar con más pruebas y el asesino anda suelto, al parecer rinde culto al satanismo debido al pentagrama. - Cerró su libreta y la guardó dentro del bolsillo interno del saco.

Mientras que el señor Gñé los condenaba a todos a los calabozos, incluido sí mismo, al meter los nombres de todos en esa urna a diestro y siniestro, Janssen quitó las piernas de encima de la mesa y examinó con curiosidad el dibujo de la escena del crimen, a pesar de que la cocina solo quedaba a unos metros de distancia y podría verlo todo él mismo más tarde. - Interesante... un pentagrama y todo. Díganme, ¿han valorado la posibilidad de que la mujer dibujara eso ella misma? - el hombre pájaro miró a los presentes, y con un cabeceo señaló a al señor Gñé. - Porque con la cantidad de locos que parece haber en esta mansión, no me extrañaría nada, la verdad... - dijo, encogiéndose de hombros.

- אני טבעונית, אבל תודה, החייט שלי עשיר ואמא שלי במטבח.- Volvió a recriminar a los pequeños mocosos repelentes. Después de lo que le habían dicho no le extraño el comentario de aquel investigador que llegó hablando sobre el cadáver de la cocina...- אם אתם אוכלים בשר נא יהיה לך פין קטן.- Regañó más concretamente a Antonio, su hebreo estaba algo oxidado pero creía que se hacía entender.

-¡Oh, ya tenemos el primer cadáver, qué emocionante! No me miren así, que esto lo sabíamos todos que pasaría. Una fiesta no es una fiesta de verdad sin un muerto... o dos. Además, servidora se encontraba visitando los pintorescos calabozos, la señora tan simpática de las lentes oscuras se lo puede corroborar. - se excusó Madame Maslova. Ciertamente, la muerte de Madame Leurre le era conveniente, pues así pasaba a ser ella la única madame de aquella fiesta.

-Dr. Spengler, apúrese, saque su aparato de lectura ectoplásmica o como demonios se llame ese chisme infernal.

-Satán has dicho-  el experto en demonios se quedo pensando por un momento - ¿Seguro que hablas de Satán de la imagen del judaismo o del cristianismo? bastante interesante, seguro que no se ha usado para invocar a otro demonio como Balberith, Empusa, Belial, Baphomet, Mara o alguna otra entidad demoníaca -  con un aire de cierta tranquilidad escuché atento.

-Bueno, al menos han probado la carne de la muerta para saber que no estaba posesa o que no haya sido usada como un recipiente para depositar un alma- con los ojos entrecerrados  se mantuvo analizando - finalmente han averiguado si fue usada de sacrificio, fue voluntario o de verdad un asesinato, esas son mis preguntas gracias - dijo sacando una pipa de la maleta.

-Si me permiten  iré a verificar el cadáver- dije abandonando al resto de los invitados.

Sir Edgard se aproximó a Ethan haciendo tintinear a su paso los hielos de su vaso de brandy, con una sonrisa de satisfacción en los ojos, la misma que uno tendría al encontrar a un fan del Liverpool en el centro del estadio del Manchester United. Dejó el vaso sobre

- Mi querido señor, permítame que me presente. Mi nombre es Edgard, Sir Edgard Richstone. Creo que se le ha caido esto.

La cuchara que el mago había hecho desaparecer apareció en la mano de sir Edgard.

- Un placer encontrar a un colega de profesión. Y con una mente despejada de zarandajas y supersticiones.

Sir Edgard le tendió la mano.

Las noticias de la presencia de un cadáver en la cocina le interesaban mínimamente. Estaba seguro de que se trataba de un capitulo más en aquella pantomima.

Tras darse cuenta, a pesar del nubarrón etílico en que se encontraba, de que en aquella habitación había un cuadro idéntico a otro que había en el recibidor, ma Nadine le da por acercarse al mismo y tratar de moverlo a un lado para ver si hay algo singular bajo él.

-No debemos descartar a criaturas mas haya de nuestra compresión que no nos permiten comprendedla. Seres mas lejos que las propias estrellas que llegan aquí con oscuros propósitos o con intensiones de darnos lecciones que no llegamos a comprender del todo. Tal vez todo esto: la niña pequeña claramente un híbrido entre humanos y ajenos, la Baronesa abducida, esa perturbadora niebla obra de tecnología desconocida para nosotros, la extraña muerte y descoloramiento de la señora gorda... Todo nos lleva a un claro ejemplo de perturbación exterior. -Fox A.Tsoukalos salio de su meditación, solo para poder alertar a las gentes de un punto de vista mas lógico que fantasmas o posesiones.

-Es decir: ALIENÍGENAS.

- En efecto - Señaló a Zacharias en la parte del pecho sin mirarlo a la cara, - Pudo haber sido ella misma, y en cuanto nuestro asesino la descubrió... - Hizo un gesto violento con la mano como si clavara un cuchillo a la nada. - La eliminó, pero ¿por qué? ¿Con qué motivo? ¿Fanáticos religiosos tal vez? Pero ¿por qué tendrían que matar a alguien a sangre fría? Es el pecado extremo ante el juicio de Dios. - Sacó su libreta de bocetos y apuntes y anotó "asesino: posible fanático religioso".

Escuchó a Tsoukalos hablar de alienígenas - ¿Alie-nígenas? - Apuntó la palabra.

La cena pintaba mal entre el ambiente lugubre con tanta niebla y tanto loco con sus tonterias, y entonces vienen los niños repelentes hablando de un cadaver como si no fuera nada y de sacrificar a Sam así porque si

-a ver si nos dejamos de tonterías, yo por una vez estoy de acuerdo con el pajaro, esos niños me están dando dolor de cabeza-

Por suerte el tal Johan Berlin da alguna información mas, auqnue se nota que no ha recibido formación policial

-¿Y dejo que los niños alteraran las pruebas? pues vaya. Comprobo de alguna manera si esa carne de la basura era de Madam Leurre? en una cocina suele haber carne de muchos tipos. ¿Y donde estaba el pentagrama ese?¿suelo?¿pared?¿sobre la muerta?-

De mi chaqueta saco una petaca de licor y doy un trago, esperaba que en la cena sirvieran vino para reservarla, pero ni comida tnedremos

Ajam.... Una muerta sin vida y un asesino vil aficionado a la música que va escribiendo pentagramas.... Esto va cobrando interés por momentos... Entiendo que los hechos se van a precipitar a partir de ahora... 

Con un exacerbado interés por la finada, me acerco poniéndo las gafas sobre la punta de mi nariz y observo más detalles que pudieran dar pistas sobre qué ha ocurrido en la cocina.

Mientras el resto de la gente discute los pormenores de una escena del crimen que sólo conocen por un garabato dibujado por un dibujante y su descripción, que parece extraída de la Delicatessen de Jeunet y Caro, me deslizo otra vez al recibidor y me enfrento a los anillos con los círculos del zodiaco. Esto de los enigmas me ha hecho recordar años felices del pasado en que aunaba ludopatía y alcohol, cuando el dinero me llegaba a paladas y lo podía dilapidar alegremente. Al menos no tenía que gastar calderilla intentando mover los anillos... 

Nadine por un momento se desliza al Gran Recibidor para juguetear con los discos, por desgracia para ella eso es lo único que obtiene, pues no ha obtenido absolutamente nada, ni siquiera el placer de resolver ese puzzle, y mucho menos lo que dentro del cofre había.

Qué pérdida de tiempo... ¿Y alguien me explica por qué me llegaron noticias de un maldito cadáver en la cocina? Esto no tiene sentido... El que nos haya querido hacer la jugada desde luego no tiene nada de buen gusto. - comentó Jean, sin creerse un ápice de las historias que se contaban, ni de un supuesto asesinato. 

- Y esta urna, ¿se supone que es mágica y suelta esposas a diestro y siniestro? ¡Bah! Paparruchas. Maldita sea, si hace falta meteré mi propio nombre para que vean la estupidez de todos los que hay en esta sala. Y creía que se hacían llamar detectives...

Acto seguido, Jean mete un papel, aparentemente el suyo, en la urna.