Partida Rol por web

Los cuatro niños fueron llevados a empujones de forma muy poco cortés hacia los Calabozos y fueron metidos en la primera celda que se encontraba disponible, en este caso también coincidía con la primera celda que había en el lugar, es decir la celda "I"; no había mucho que exigir pues todas eran idénticas a simple vista.

Una vez dentro, aquellas esposas se abrieron solas y cayeron al suelo; pese a que los niños trataron de recogerlas y trastear con las mismas, estas no se bloqueaban cuando las cerraban, ni sobre las manos de los otros niños, ni sobre las propias manos, lo cual era algo extraño pero cumplía con lo que había dicho aquella otra niña.

- Oh, por todos los cielos, ¿acaso estamos encerrados en un experimento psicológico? ¿Porque nadie me hace caso y llamamos a la policía?

Edgard parecía consternado, algo alcoholizado, confundido y bastante cansado. Aun así, continuaba lanzando fotos a diestro y siniestro, registrando cada momento del encarcelamiento de los menores, especialmente.

- Pienso arruinar la reputación. Eso contando que tengan ustedes cualquier tipo de reputación que arruinar, claro esta. Me largo.

Y sube por las escaleras, saliendo de aquel recinto infecto.

¡Hey! ¿Por qué nos metéis aquí? - gritó la pequeña Micaela. - ¿¡ANTONIO!? - replicó el pequeño y poderoso exorcista. - Efectivamente, ahora están a merced de los espíritus. ¡Bueno mientras menos humanos queden mejor para nosotros! Y pensar que íbamos a usar nuestro boticario por su bien...

Miro a los niños con compasión a través de los barrotes. Lo siento niños, yo no os he votado, no es que sepa que sois inocentes, pero tampoco sé si sois culpables de lo de la cocina. De todos modos pensar que es mejor estar encerrados que muertos. Han envenenado a la rusa, pero se encuentra...bien. Y el Dr Freud parece que se ha llevado la peor parte, no ha muerto, pero no parece que esto tarde en suceder. Digo algo resignada. Si necesitáis algo yo estaré por aquí. Si recordáis algo importante de lo ocurrido en la cocina podría servir de ayuda para encontrar al o a los culpables y sacaros de aquí lo antes posible. Voy a echar un vistazo y volveré en un rato.

Me dirijo al pasillo de la puerta misteriosa para ver lo que se escondía tras ella.

Miro el pasillo por si hay algo destacable y después entro en el taller de madera.

Egon estaba mirando a los pobres chicos encarcelados... le recordaban a unos fantamas de unos niños malditos que capturaron en una antiguo sotano de la calle 42 con Madison.

Niños, a pesar de que dais repelus!!! me gustaría saber que opinais de todo esto y que podeis decirme para demostrar vuestra inocencia... 

Así intentaré que me hagan caso y podamos liberaros de alguna manera, si no, me temo que no dureis mucho, bueno ni vosotros ni nosotros... me temo!!!

Con que está envenenada ¿eh? Lástima que Fox A. Tsoukalos se haya llevado nuestro boticario, donde teníamos las medicinas para curar a gente envenenada... - rió la pequeña Micaela. - ¡Ahora pagaréis vuestra insolencia al encerrarnos pues no solo os mataran con venenos que solo nosotros podíamos curar, sino que los espíritus os matarán! - los niños empezaron a reír, pero Antonio rio de una forma especial. - ¡AN-TO-NIO-NIO-NIO-NIO!

Lankester Miro a los pobres niños dando un suspiro -Que desgracia condenar a unos pobres chicos sin evidencia- me quedé callado pensando lo realmente cruel que era lo que sucedió -Bueno pequeños ahora solo debemos encontrar las evidencias de su inocencia,así que les pedimos sean pacientes y si necesitan algo solo pidanlo estaremos cerca- El Padre siguió su camino sintiendo una gran desdicha.

-Me encuentro más que bien, señorita Clarisa, incluso diría que mejor que nunca. ¡Y bien decidida a llegar al fondo de este asunto! Niños Glowneye, yo no voté por vosotros sino por el hippy malhablado ese, pero si sabéis algo, ya lo estáis contando al resto si no queréis que os dé una buena azotaina. -dijo señalando a los chiquillos con un huesudo y enjoyado dedo por entre los barrotes. La paciencia nunca había sido una virtud de la señora Ivanovich Fyodorovich y el intento de asesinato no había hecho por mejorarla.

Ya hemos dicho lo que sabíamos, teníamos un boticario para quitar el veneno, si alguien se ha agenciado el mérito de quitarte el veneno... Es que tiene otro poder que no quiere que sepáis. -  contestó Micaela mientras Antonio asentía fuertemente.

Mmmmm ... Le habíais dicho a alguien que teníais ese boticario? Que hayan envenenado a alguien y que vosotros seais los que están aquí atrapados siendo los únicos capaces de neutralizar un veneno, es demasiada coincidencia. Alguien sabe mucho más que el resto de nosotros. 

- Pues por aquí tampoco veo al tipo con apellido de yogurt griego para preguntarle por el botiquín... Puede que esté usando el antídoto para darse friegas o sacar lustre al ciruelo...- Comentó Nadine encogiéndose de hombros mientras paseaba de un lado para otro con su tablero de ouija y su vaso para ser usado por los espíritus, ella era más de beber de la botella.

Desconfíamos de Fox A. pues nos ha robado el boticario y tambien del tipo que se hace llamar Daimond o algo así, pues aún habiendo sido parte de un exorcismo, sigue sin creer en los peligros de los fantasmas. - Antonio también pronunció unas palabras con cierta preocupación en el rostro. - Antonio A Antonio. - Micaela asintió - Antonio dice que sus espíritus familiarrs de otras vidas le hacen desconfiar también del que se hace llamar Amonet y del que se hace llamar Gavin.

No creo que los 5 malos estuvieran en la cocina, pero si decís que Fox os ha robado el boticario, eso quiere decir que él podría tener el antídoto que envenenó a la rusa y al Doctor no? Como sabéis que fue él el que os robó en la cocina? Ese dato era muy importante y miro a los niños con gran interés esperando a que me respondan.

El doctor pensaba que los niños decían la verdad, puesto que 5 votos de 5 personas malas, era una coincidencia muy coincidente.

Si salierais de aquí podríais recuperar vuestros antídotos? Teníais también veneno? O algo que pudiera usarse contra los poseídos, espectros, fantasmas o seres del mal? Si no tenéis opción de recuperar, casi que mejor os quedéis ahí no?

Y en referencia al cura sobre los unicornios... creo tanto en ellos como en que la estupidez humana es finita. 

Egon pone los ojos en blanco, y produce una risita para dejar ver que su chiste sarcástico le encantaba.

El Cuervo Blanco abrió el pico y parecía que iba a graznar, pero no lo hizo, dio un pequeño garbeo volando por la estancia antes de volver a posarse en uno de los hombros de Zacharías, rascando sus patas en la túnica del disfrazado, mientras miraba sin rumbo hacia algún lugar. Hasta que de pronto su vista se posó sobre el Padre Lankester:

*CAW*

Hummm, Don Zacharías... ¿se trata de una cuestión de bestialismo o es simplemente su mascota? ¿Qué le ha comentado su amigo alado referente al pater? - comentó Valerov guiñándole un ojo.

-Sairahcaz.- corrigió levantando su cetro de Asclepio como un profesor haría con su varita. - ¿Bestialismo? Cielo santo, ¡qué indecente! - exclamó jocosamente el hombre pollo llevándose una mano al pico gesticulando sorpresa. - No, no. Claro que no. Ni una cosa ni la otra, realmente. - explicó el doctor, sentándose sobre un taburete frente a la jaula de los niños, y aparentemente mirándolos directamente a ellos todo el rato, o al menos, que su máscara diera a entender.

- Estos Cuervos son un... regalo de un amigo reciente, un tipo de lo más peculiar. Lo curioso es... que estos cuervos normalmente no graznan. No graznan en absoluto. La primera y hasta ahora única vez que oí a esos dos Cuervos graznar... fue cuando yo fui a ver a mi amigo, el antiguo dueño de estos... - Zachary, digooo Yrahcaz, o Sairahcaz, o como quiera que se llamara el hombre pájaro, bajó la cabeza entonces con tristeza. - Al día siguiente de que el cuervo blanco graznara, mi amigo... mi pobre amigo... apareció muerto. -