Partida Rol por web

Nybras esboza una sonrisa francamente divertida cuando observa el movimiento de Mark. Con un movimiento delicado mueve su alfil, interponiéndolo entre el alfil blanco y su rey.

- Alfil a D7. - Dice, enarcando una ceja y buscando con sus ojos felinos los del hombre. - Cuántas opciones, ¿verdad?

Mira de reojo a la otra mujer, que parece haberse quedado ensimismada y se encoge de hombros. Ya le ha ofrecido un sillón y le ha dicho que si necesita algo se lo comunique. Hay poco más que pueda o quiera hacer por ella.

Entonces Nybras acerca el brazo a Nyx, para acariciar su cuello con suavidad. - No ha pasado nada nuevo. Parece que nos estamos quedando atascados. 

Realmente sí, demasiadas.

Comenta, también divertido. Al notar la mirada felina de ella, él la mantiene con severidad mientras, sin dejar de mirarla, extiende su mano como conocedor del tablero y efectúa un movimiento.

Alfil de Rey por Torre de Reina en A8.

Posa el whisky en un lado de la mesa y entonces vuelve a acomodarse.

Habrá que hacer algo para salir del punto muerto ¿no te parece?

Pregunta, más retórico que cualquier otra cosa. Entonces se fija en el tablero.

Está complicado.

La joven aparta la mirada del hombre un instante, para observar el tablero. - Alfil por alfil en D2. - Anuncia después, claramente divertida con la partida mientras realiza el movimiento.

Entonces vuelve a mirar a Mark a los ojos, manteniendo la misma sonrisa ladeada. - Sí. Alguien tendrá que mover alguna pieza. Me pregunto quién será. 

DOMINO dejo de escuchar lo que fuera que había estado prestando atención.
Mas para sí que para el resto de los presentes se encogió de hombros y arreglándose un poco la arrugada camisa blanca miro a Mark quien le había invitado a sentarse a su  lado.
Gracias, le dijo con una sonrisa, mientras marchaba el corto tramo que la separaba del hombre y se sentaba a su lado.

Mark medita lentamente las posibilidades, sin percatarse siquiera en la mirada clavada de la mujer pantera. Lleva el licor ofrendado a los labios para tomar un trago. Al sentir el calor, alza sus ojos para encontrarse con los de ella.

Está claro que tú no.

Dice, mientras desliza una figura por el tablero, su Rey.

Rey a E2. Dudé si enrocarme o no... Pero creo que esto será más divertido así ¿no te parece?

Entonces una sonrisa, lupina esta vez. Sus ojos brillan, y claramente en su mente algún tipo de plan.

Juegas mejor de lo que pensé.

Reconoce la obviedad dada la situación actual del tablero. Coloca con delicadeza el vaso y aguarda. Entonces repara en la presencia de Domino a su lado y desvía su mirada hacia ella. Sencillamente posa su mano en su hombro.

De nada. Ya te preguntó Nybras, pero también lo hago yo: ¿necesitas algo?

- No ha llegado aún mi momento. - Responde Nybras, manteniendo la mirada de Mark durante unos instantes. Después la baja al tablero y mueve una pieza.

- Caballo a H5. Desde luego es más divertido que escuchar las absurdas discusiones que tienen en el otro lado, eso seguro. - Añade, mientras le devuelve la sonrisa. Del animal que se encuentra junto a la joven empieza a escucharse un leve ronroneo satisfecho, que ensancha la sonrisa de Nybras.

Finalmente un pequeño asentimiento de cabeza, a modo de agradecimiento. - Gracias. Tú eres más cuidadoso de lo que esperaba.

Tan sólo dedica un vistazo de reojo a la otra mujer, sin prestarle mucha atención. De nuevo parece haber recobrado esa timidez parpadeante que va y viene.

Peón a G3. Y sí, lo que no me imaginé, y te lo reconozco, es que alguien de nuestro... linaje, gustaría de estos juegos menos primitivos y salvajes.

Reconoce, a modo de halago, ante Nybras. Mueve el peón del modo indicado.

Pero a momento de ahora, tienes el control sobre el terreno.

Sus ojos se pierden en algún punto de la niebla, meditabundo.

No quedará demasiado para que caiga la noche. Espero que sobrevivas, tu compañía y retransmisión son realmente agradables.

Segundo halago en un momento, no obstante, con completa sinceridad. Ajusta calmadamente su corbata y aguarda los movimientos de ella.

- Alfil a G4. Jaque. - Anuncia la joven un instante antes de mover la pieza al escaque señalado. - Hay muchos tipos de animales. Algunos son primitivos o salvajes. Otros somos más... refinados. - Hace un suave ademán con la mano hacia el tablero. - Dirigir un ejército. Cazar un venado. La esencia de ambas es bastante similar. Y la forma de hacerlo dice mucho del jugador... O del cazador. 

Una sonrisa divertida mientras se echa hacia atrás en el diván, dejando su brazo sobre Nyx, que aprovecha el movimiento para recostarse sobre el regazo de ella. - Tener el control es fácil. Lo difícil es mantenerlo. 

El hombre recuerda la hora y Nybras deja vagar su mirada hacia las brumas. Habla mientras lo hace en esta ocasión, pero su voz se vuelve ligeramente átona. - Verona es muy evidente, terminará desvelándome, aunque sea sin querer. Es cuestión de tiempo. 

Parpadea un par de veces y su mirada felina se enfoca de nuevo en Mark. Su voz vuelve al tono grave y cálido de siempre. - Sí, falta poco. Yo también espero sobrevivir, aunque... Nunca se sabe, ¿no? Me pregunto qué pasará con este lugar si muero.

Alfil de Rey a F3.

Enuncia a la par que mueve la ficha. Entonces asiente lentamente ante sus palabras.

Sí, es difícil. Pero es importante saber reaccionar.

Entonces mira a la ausente Domino y retira despacio la mano de su hombro, no obstante, dejándole entender que, de necesitar algo, él estará ahí. Y volviendo a centrarse en el juego, divertido, pregunta a su oponente.

¿Y qué te dice de mí?

Entrelaza sus dedos.

Ah, lamento... Lo de Verona. Posiblemente sólo desee ayudar, pero tú deseas ser más discreta: como toda la niebla que nos rodea. ¿Y qué pasará? Creo que tendremos... Mucho tiempo para conocernos.

- Creo que aún más importante es saber cómo reaccionar. - Matiza la joven, con un ligero tono burlón. Hace una pausa entonces, capturando la mirada del hombre con la suya. - Tu juego dice muchas cosas. Quieres ser audaz, pero parecer conservador. Te importan las apariencias, demasiado como para liberar tu instinto. No atacas hasta el final, pero tampoco defiendes a muerte. Te quedas en medias tintas, indeciso entre lo que deseas ser y lo que quieres que otros vean en ti. Y por encima de todo, te pierde subestimar a tus rivales. Caballo a F4. Jaque. - Finaliza, estirando el brazo para mover la pieza con cuidado de no molestar a la pantera. Después, vuelve a echarse hacia atrás mientras acaricia al animal lentamente.

¿Eso crees?

Pregunta divertido, mientras con una sóla mano intercambia el peón por su caballo y coloca a éste en la zona de fichas eliminadas.

Peón por Caballo de Rey en F4.

Enuncia tranquilamente el movimiento ya efectuado.

Las apariencias son importantes, así como el pelaje negro de un cazador. ¿De veras deseas que libere... mi instinto aquí? No. El saber cuándo es importante.

Responde en una meditación en voz alta.

Domino había estado viendo sin ver realmente.
Ocupada en pensamientos internos y meditando al respecto de varios asuntos.
Ni siquiera se dio cuenta cuando el hombre que tenia al lado le miro buscando darle a entender algo con la mirada.
Pero ahora una nueva pregunta le nacía en los labios e imposibilitada de guardar las palabras las dejo nacer así sin pensar en modulaciones o formas de preguntar.

Mirando de costado a Mark le dijo entonces con tranquilidad.
¿Quién piensas que es el asesino?, y también dime, ¿Por qué crees que te mato primero?

Lo miro entonces  directamente a los ojos buscando la respuesta a sus preguntas.

- Sí. El cuándo es casi tan importante como el cómo. - Responde Nybras con tranquilidad. - En todo caso, yo no he dicho que desee que desates tus instintos. De hecho, creo que no quiero. Sólo he dicho que los ocultabas. ¿Cómo diría un abogado? ¿Enunciando un hecho?

Se estira para mover de nuevo una pieza. - Dama a E4. Jaque. - Anuncia la joven recuperando la sonrisa de medio lado. Sobre su regazo, la pantera empieza a ronronear con más intensidad mientras abre los ojos para mirar a Mark a los suyos.

- Por lo de Verona no te preocupes. Soy consciente de que lo más probable es que termine desvelando que tengo esta... habilidad. Simplemente me gustaría elegir el momento más apropiado. - Nybras escucha a Domino hablar, pero sus palabras no parecen tener mucho sentido y ni ella ni Nyx apartan la mirada de Mark.

También tú.

Comenta, más como una observación que otra cosa, hacia Nybras. Entonces observa el movimiento que ésta ejecuta, y no obstante alza la mano pidiendo un segundo. Se aclara la boca con un nuevo trago del licor ambarino ofrendado y acto seguido mira a Domino.

En verdad... Me mataron ellos. Nuestra anfitriona, para ser más concretos.

Alza el dedo índice.

Llevo demasiado tiempo aquí como para poder lanzar algún tipo de acusación. Pero sé que al menos el que acusa mi culpabilidad, y la tuya, es un mentiroso. Aunque no necesariamente un traidor. Sospecho de Valfar como colaborador, no obstante... Está enamorado. Eso quizá sea un arma de doble filo, ese tipo de amores no deberían de existir, sólo ponen en peligro todo lo demás.

Sus ojos se fijan en el interior de los de Domino.

Sospecho de Elizabeth y de Yannick, dividiendo sus votos ahora mismo para no levantar sospechas, al igual que la última vez. Suponiendo que ambos no lo sean, estoy bastante seguro de que al menos uno de ellos trama a espaldas de los demás.

Asiente y recoge su mano para acariciar la mejilla de ella.

¿Suficiente para tí o tienes alguna otra pregunta?

Dicho esto, casi sin prestar atención, extiende su mano para moverla por el tablero, tomando su Rey y moviéndolo.

Cuidado, tengo un Rey asesino. Rey por Alfil de Rey en D2.

Bromea, retirando dicha pieza del tablero. Entonces fija sus ojos en los felinos de Nybras y de la propia Nyx.

Si es necesario, pon cualquier palabra que pueda ayudarte en mis labios.

Entonces asiente con la cabeza.

Abogado... Digamos que soy un hombre de negocios de la gran ciudad. Supongo que eso ha dejado mella en mí.

- Oh, no te equivoques. Yo no escondo mis instintos. - Nybras coge el alfil y empieza a jugar con él entre los dedos mientras observa el tablero, como decidiendo dónde colocarlo. - Jugar hasta acorralar a un ratón forma parte de la diversión. Pero en el momento de la verdad, no lo dudes, disfrutaré del sabor de su sangre en mi garganta. - Con la misma mano en la que tiene el alfil, aparta el de Mark del tablero. - Alfil por alfil en F3.

Sin decir nada, la joven escucha la conversación entre los otros dos, preguntándose si ese paripé lo hacen simplemente por disimular delante de ella. 

Cuando terminan, de nuevo se dirige al hombre, con una sonrisa tranquila. - No necesito inventar palabras de otros para justificarme. Pero gracias, supongo. - Después hace una pausa antes de preguntar con una ligera curiosidad. - Cuando llegaste te presentaste como abogado, ¿era mentira? Porque ahí fuera están haciendo chistes de abogados por ello.

Ahora la Muerte parecía abrazar aquella que guardaba sus secretos. Acunando su alma como hizo con muchas otras antes de su llegada.

Ahora por primera vez notaba la muerte en su ser, aquella sombra que siempre había observado pero nunca había vivido en su propia piel.

Pero no vendría sola, pues el muchacho de la hoz llegaría tambien entre nieblas a este apartado lugar, donde encontraría algunas respuestas que quizas deconocía... Encontrando al menos, el lugar donde se recuerda la muerte como el principio de algo nuevo... no como un mero final.

Bienvenido seas Yannick... Bienvenida seas ahora tu tambien... Nybras.

Domino sonríe a Mark al escuchar la respuesta de este, asiente con la cabeza en señal de aprobación antes de hablar.
En verdad intente abrirles los ojos, dice sin mirar a nadie en especial, pero no fue suficiente…

Las brumas se empiezan a mover con velocidad, congregándose en gran número alrededor de la joven morena, densificándose sobre ella, dando forma a una forma que ya existía.

Nybras cierra los ojos de repente, aferrando con fuerza la piel de Nyx con la mano que tenía sobre su cuello, sintiendo un dolor peor que cualquiera que hubiera sentido jamás, mordiéndose los labios para no expresarlo en un aullido.

Cuando por fin termina, la joven, jadeante por el esfuerzo y con las pupilas totalmente dilatadas, se mira las manos con horror. Mira a la pantera después, que también respira con pesadez y sus miradas se cruzan intensamente, como si pudieran realmente comunicarse sólo con eso. 

Mientras recupera el aliento, observa a su alrededor, sin llegar a escuchar las palabras de Domino y posa sus ojos sobre Mark durante un instante, con recelo. Finalmente, descubre allí a Yannick, tomando forma entre las brumas, a un par de metros del lugar donde se encuentran. Pero esta vez no se levanta del elegante diván de cuero negro con remates en rojo sobre el que se encuentran recostadas ella y Nyx. Sólo observa al joven, intentando asimilar lo sucedido y apartar el dolor sentido de su mente.

Finalmente, carraspea y se dirige al recién llegado con voz ronca, con la garganta también dolorida. - Acércate, Yannick... Parece que íbamos en la dirección correcta. 

Frente al diván, un sofá a juego con el anterior, sobre el que están sentados Mark y Domino. Entre ambos muebles, una pequeña mesa de madera oscura, con un tablero de ajedrez sobre ella, con ambos ejércitos extendidos. Las piezas, de mármol blanco y negro, también con remates en rojo. A uno de los laterales, orientado hacia la mesa, un pequeño sillón, a juego con el resto de muebles.

Aparte de eso, las brumas cubren la superficie del lugar, arremolinándose y moviéndose, quizá más de lo acostumbrado.

Domino miro al nuevo integrante de aquel “exclusivo” grupo del cual ahora formaba parte.
Sonrió ampliamente al notar que las sombras daban paso a Yannick.
Bueno, dijo feliz, parece que las cosas no están tan mal después de todo…

Yannick observó su propio cuerpo tomar forma, sorprendido y al mismo tiempo asustado.

Luego miró alrededor, conmocionado, hasta que vio quiénes se encontraban allí, y una sonrisa se formó en sus labios.

- ¿Nybras? - preguntó, aún dubitativo - Entonces... ¿tú eres nuestra intermediaria? ¿Dónde estamos? - dice, mientras se va acercando al diván donde está sentada la mujer.

Dirige una mirada a la pantera, valorando qué hacer.

- Qué diablos... ya estoy muerto, ¿no? - piensa en voz alta, antes de acercar un poco la mano para que ella la olfatee.

Su respiración se altera ante la proximidad del felino, y se mezcla con la emoción de lo que dice a continuación, intranquilo al recordarlo.

- Lo he visto, Nybras... He visto cómo lo hacen, más o menos... Al menos he visto algo. Y he visto a uno de ellos. Supongo que no querrás desvelarte... ¿pero puedes decírselo a los demás, por favor?