Partida Rol por web

Me sobresalto ante el abrazo inesperado de Vanille. Gracias -susurro y tengo que evitar las lagrimas.

Estoy vivo. Lulu y mi pequeño... pronto estaría de vuelta.

Fue una ardua batalla pero por fin había terminado. Abraza a Auron con alegría y ante la humildad de Wakka, comienza a llorar con fuerza. Corre hacia él y lo abraza.

- Me alegra que hayas vuelto, gran amigo. Sé que Lulu y Vidina te esperan - no puede dejar de llorar porque se siente muy feliz.

Por un momento se calma y viendo a los compañeros de los mundos que han caído les dice - Sé que no será lo mismo y sé que no es mejor, pero si alguien desea acompañarnos a Spira, les extiendo mi mano para que vengan con nosotros - mira a sus amigos y sonríe. Estaban juntos nuevamente y el equilibrio había sido restaurado.

Y así acababa todo, Caius y el resto de come-almas habían sido eliminados.

En la pared donde había chocado a causa de la explosión, Sephiroth se encontraba sentado sobre el suelo, apoyado contra la pared y con ambos brazos tendidos en el suelo como si acabase de revivir y aquello le hubiera dejado catatónico. Desde allí observó a la portavoz en el trono, se preguntó si de verdad aquello había terminado o todavía quedaba algo por hacer. Apoyó uno de sus brazos en el suelo y con la otra mano en su pecho donde había recibido el corte se levantó con la mirada clavada en el lugar donde el cuerpo de Caius había desaparecido. Algo se le estaba pasando por la mente a Sephiroth. “Ya no hay guardián del caos.”

Todos parecían felices ¿Felices porque? ¿Por haber derrotado a Caius? Sus mundos habían sido eliminados y a todo por Lightning, esto no habría pasado si se hubiese encargado ella misma del guardián. Así entonces, la portavoz explicó la posibilidad  de quedarse en el Valhalla o volver a uno de los mundos de las otras personas.

- No habrá más hogar que la tierra de Madre para mí. .- Lamentó en susurros.

Entonces observó el trono de la diosa de nuevo y rezó, deseó con todas sus fuerzas ocupar el lugar de Caius y algún día volver como hizo el guardián del caos para transformar el Valhalla en la tierra de los cetra.

Al fin se había terminado su pesadilla. Una mala elección, y condenó su alma y terminó condenando su propio mundo y a la Princesa Garnet. Sabía que sin que hubiera decido nada esto habría llegado a su inevitable fin, porque aquí había habido muchos grandes guerreros y guardianes, pero al final necesitó intentar buscar una redención por todo lo ocurrido.

Mientras con un brazo rodeaba a la Princesa Garnet intentando consolarla, miró al resto. - Ojalá hubiera podido ser un mejor guardián, alguien como Laguna o Auron. Pero no lo fui, y por ello no puedo ir ni a un sitio ni a otro. Mi lugar está aquí en el Valhalla, y ser un guardián de Etro. Creo que es la única forma de redención posible...

En algún momento perdí la noción del tiempo y del espacio... Incluso de mi propio cuerpo. No sé cuánto tiempo pasé en este estado, perdido dentro de mí mismo, sin ser capaz de ver, ni de oír nada de lo que sucedía a mi alrededor... Lo último que recuerdo es algo que se rompe en mi interior... El dolor... 

Poco a poco empiezo a recuperar mis sentidos, parpadeo lentamente... Una, dos, tres veces y empiezo a mirar a todos mis compañeros que celebran... ¿La victoria? No soy capaz de sentirme parte cuando me perdí a mí mismo sin remedio.

Es entonces cuando mis ojos se posan en Yuna y la vergüenza cubre mi rostro de granate al recordar. - ¿Cómo pude hacerle eso a Rinoa? - La busco con la mirada y me acerco lentamente a ella, con los ojos bajos. Al pasar junto a Yuna le aprieto levemente el hombro, con un gesto de camaradería que sólo ella entenderá, pero sin desviar mi camino hacia Rinoa.

- Cómo pude olvidar lo bonita que es... Lo bien que me hacía sentir su sonrisa... ¿Cómo he podido hacerle daño? 

Cuando llego hasta ella alzo la mirada avergonzado y le cojo las dos manos antes de hablar. - Rinoa... Yo... Lo siento mucho. No sé lo que me pasó cuando llegamos aquí, pero... Creo que no he sido yo mismo hasta ahora. Sé que eso no es excusa para lo que te hice. Entenderé que no seas capaz de perdonarme... Pero quería pedirte disculpas. 

La miro serio, esperando alguna mala palabra por su parte, algún gesto de desprecio... Algo que demuestre que me odia tanto como me odio yo mismo en estos momentos.

Al parecer había vuelto a la vida. Pues vaya, se había hecho a la idea de estar muerto, aunque tampoco iba a quejarse. Levantó la mano tímidamente.

-¿A alguien le importa que me vaya a su mundo?- pocos eran los mundos que habían aguantado a los comealmas, pero el Valhala le daba malos recuerdos- por lo menos nos hemos cargado a esos comealmas.

Era lo más importante, y se sentía orgulloso de haber colaborado, aunque hubiera fallado alguna vez en sus teorías.

- Si deseas, puedes venir con nosotros - responde Yuna amablemente.

- Spira es un mundo muy diverso y puede que lo encuentres de tu agrado - le sonríe y le extiende la mano.

No sabía si Laguna le guardaría rencor por haberlo elegido como víctima si él moría, pero la amabilidad de Yuna pudo con él.

-Gracias, iré con vosotros- dijo tendiendo la mano de Yuna.

- A mí tampoco me importa que te vengas. Creo que te encantaría Winhill, por ejemplo. - responde Laguna - De todas formas... yo aún estoy pensando en qué hacer... - dijo rascándose el cogote.

Era cierto que tenía ganas de volver, pero él era, antes que cualquier otra cosa, un viajero. Ya había explorado todos los rincones de Tierra, desde el pueblo Shumi hasta las ruinas de Centra... Incluso había llegado a ser presidente de Esthar.

Sin embargo, cada detalle que conocía de Spira lo hacía más interesante y misterioso. Esas extrañas criaturas como Kimahri, esas personalidades llamadas "guardianes"... Seguro que él podía hacerlo bien allí, y estaba convencido de que tendría un montón de cosas que aprender sobre esas tierras y gentes...

Aunque por otro lado, quedarse en el Valhalla también sería interesante. La diosa había hecho mucho por ellos, y no estaría de más devolverle el favor.

En Tierra Laguna había perdido a mucha gente. Además, Kyros y Ward lo entenderían de sobra...

Era una decisión difícil, sin lugar a dudas.

Tras contemplar la batalla final contra Caius noto como poco a poco vuelvo a ser corporea, a vivir.

Sin embargo la sensación no es tan placentera como debería. Gaia ha sido destruida con todo lo que yo había amado, ¿y para que? para nada. La felicidad de los supervivientes parece un insulto a la memoria de los millones caidos.

Solo uno parece compartir lo que siento, Sephirot permanece en silencio y casi puedo sentir su furia, nuestro vínculo tal vez no este roto del todo

-yo permaneceré en Valhalla- decido sin pensarlo demasiado y me voy a buscar un sitio cómodo donde instalarme, ya tendré tiempo de hablar con Sephirot cuando deje de haber tanta gente.

El futuro, ¿quien sabe lo que puede deparar?

Feliz. Esta era la mejor palabra para definir como se sentía Rinoa después de tantos días de sufrimiento. Todo había vuelto por fin a la normalidad, Tierra la estaba esperando y Squall por fin había vuelto en si. Era momento de partir.

Tras darle un gran abrazo a su fiel amigo Ángelo, mira detenidamente a sus compañeros, sus nuevos amigos. Se levanta y sin pensarselo dos veces salta encima de Laguna sin que a este le de tiempo a reaccionar. - Laguna, ¡lo hemos conseguido! - Grita con alegría mientras le da golpecitos de celebración en los hombros. No es hasta pasado un rato que se da cuenta de su peso y baja. Lo vuelve a abrazar, le da un beso en la mejilla y, pasando por Vanille, Auron y Wakka, va corriendo hasta Yuna. Se para frente suya e inclina la cabeza mostrando respeto hacia ella, pero antes de finalizar la mira sonriendo y le salta encima. Está eufórica. - Yuna, gracias por todo y, sobretodo, gracias por confiar en mi desde el principio. ¿Cómo sabías mi don? - Pregunta sorprendida. - La verdad es que me ha costado lo suyo guardarme el secreto... el último día no pude aguantar más y se lo conté a Auron. - Comenta un poco avergonzada. - Por suerte no me escuchó nadie... se lo dije muy flojito cuándo nadie miraba. - Dice finalmente acompañada de risas hasta que, detrás de ella, divisa a Squall y se hace el silencio en su cabeza. ¿Es él? Ha...¿Vuelto? Avanza despacio en dirección a Squall y cada vez lo ve más claro. ¡Es él! Aumenta el ritmo. Empieza a correr. Cuando lo tiene bien cerca se para en seco y, casi paralizada, deja que la tome de sus manos. No puede evitar llorar, pero esta vez con lágrimas como las de antaño, lágrimas llenas de vida. Llora y llora mientras Squall le dice lo mucho que la quiere y lo siente. No le escucha demasiado, sabe perfectamente qué le está diciendo con solo mirarle a los ojos. Así que cuando termina de hablar se le lanza al cuello con tanta fuerza que casi lo tira al suelo y, por fin, juntan sus labios.

Está tan contenta que por un momento se olvida donde está. No es hasta desprenderse de los labios de su amado que se suena la nariz con la mano, le coge de los brazos, le mira a los ojos y le dice. - No seas bobo. ¿Qué haría yo sin tí? - Le da otro beso. - Por fin estás aquí conmigo... y eso es lo que cuenta. - Y se queda sonriendo delante de él.

Era el momento de partir. Tenía que hablar con sus nuevos amigos e intentar dar hogar a algunos de ellos, pero eso ahora era lo de menos, Squall había vuelto y parecía que para siempre. Rinoa no podía ser más feliz.

Yo también permaneceré en Valhalla, no quiero separarme de ese culo!!!! Dice Cloud mirando a Tifa de reojo

El guardián se mantiene quieto mirando las dos puertas que se abren ante él, por un lado un mundo desconocido donde no tendría nada por lo que luchar, por otro quedarse y proteger todos los mundos al lado de la diosa... y por último, Spira, su hogar.

En ese momento, los lucilos provenientes de los distintos mundos que habían caído en manos de Caius se comenzaron a arremolinar frente a él, reaccionando a sus pensamientos y mostrando una imagen muy conocida.

-Braska... - Murmura cuando lo ve, pero no titubea, no duda, jamás cumplió la deuda que tenía con él, y jamás la cumplirá por mucho que proteja a su hija. Fue Jecht quien se sacrificó por él, ni siquiera era su mundo, no tenía por qué y aun así lo hizo...

Los lucilos abandonan la forma del antiguo invocador y esta vez toman la apariencia de su guardián.

-Jecht... - dice Auron con resignación - Lo hicimos. Hemos mantenido viva la llama de esperanza que tú encendiste.

Después de dedicar esas palabras, el guardián cierra durante un momento los ojos y cuando los abre, ambas figuras se han evaporado en una nube de lucilos.

-Spira... - Repite de nuevo - Esperadme.

Dicho eso se gira hacia los hérores que han combatido a su lado, los mira con un gesto serio y se decide a hablarlos.

-Toda historia, ha de tener un final. - Se toma unos segundos - ¿Queréis conocer mi historia? Hay quien dice que soy un guardián legendario, pero yo solo fui un chico, un chico de la edad que muchos de vosotros tenéis ahora. Realmente quería cambiar el mundo... Pero no cambié nada, esa es mi única historia.

-Todos hemos luchado aquí defendiendo un sueño, defendiendo nuestros mundos, nuestros seres queridos - Mira a Yuna unos segundos y después al resto de sus guardianes - Pero ahora solo es eso, un sueño, el sueño debe terminar, hemos ganado.

-Ahora debemos regresar al lugar de donde vinimos. - Detiene su mirada esclusívamente en Yuna - Spira pertenece a los vivos, sois vosotros quienes debéis encargaros de hacerlo seguir girando en la espiral de vida que es.

Después, vuelve a girarse hacia la puerta.

-Braska, Jecht, esperadme, pronto nos volveremos a reunir, las terceras partes de las historias nunca fueron buenas, es hora de que este libro termine por fin.

Shiva se acerca a Yuna lentamente, dejando a su paso un rastro de polvo de hielo.

- Yuna, he cumplido mi labor contigo aquí. Ahora me iré junto con Odín al lugar donde descansamos las invocaciones cuando no somos necesarias. 

Le hace una pequeña reverencia y luego se dirige donde se encuentra Odín. Se coloca a su lado y espera a que Lightning los envíe a su lugar de origen.

Rikku comienza a dar saltos de alegría cerca de Yuna y el resto de personas de su mundo.

- ¡Sí~! Todo ha acabado... - Para un instante y mira a sus compañeros con una sonrisa de absoluta felicidad. - Creo que ya va siendo hora de volver... Estarán preocupados por nosotros, ¿no?

Desde su llegada de nuevo al Valhalla Cid permaneció callado, meditando. Si ya no está nuestro mundo... no hay lugar a donde ir, nada que hacer... Aquí no he podido servir tanto como me hubiera gustado, a lo mejor debería quedarme. Compañeros, yo me quedo aquí. No tengo a donde volver, ningún lugar volverá a ser un hogar... Amigos, familia... No queda nada a lo que agarrarse. Se queda callado unos instantes y mira a un antiguo enemigo, y parece que futuro compañero. Me quedo. 

Laguna, tras devolver los gestos de Rinoa con gesto de alegría, se queda escuchando las decisiones de todos.

- Yo... la verdad, no sé qué hacer. - entonces se dirige hacia Wakka, Yuna y Auron - ¿Creéis que habría un lugar en Spira para un soldado, viajero y presidente retirado?

Rinoa, tras unos instantes a solas con Squall, se dirige de nuevo hacia sus nuevos amigos. Al llegar junto a ellos, siente un nudo en el estómago al oír las palabras de Laguna. 

- Laguna... ¿en serio te vas? - Dice confundida sin soltar a Squall en ningún momento. - No quiero que te vayas, pero supongo que tienes tus motivos... ¡y si te vas con Yuna seguro que estarás muy bien! - Baja la cabeza intentando disimular las lágrimas pegadas en su rostro. - Antes de irte quiero que sepas que... - Baja aún más su cabeza. - ... tú, Laguna... - Suelta la mano de Squall y se coloca rigida frente a Laguna. - ...¡eres cómo un padre para mí! - Dice finalmente mientras le salta encima sin poder evitar llorar.

- Rinoa, yo... - comienza Laguna - creo que sí. Tengo la oportunidad para conocer todo un mundo nuevo, y no quiero perdérmela. ¿Vosotros estaréis bien sin mí, verdad? - pregunta, dirigiéndose a ella y a Squall - Además, quiero aprender a jugar a ese juego de Wakka.

Echo una mirada a Cloud cuando habla del trasero de Tifa y no dudo en acercarme a Zack y cogerle suavemente la mano. - Yo voy contigo. Donde tú decidas. Tenemos muchas cosas de las que hablar. - Le miro sonriente y me dispongo a atravesar el portal hacia Tierra con él y su amigo Vincent.