Partida Rol por web

Es verdad, está aquí. Lanza un escupitajo al suelo y apoya a Cloud. Cloud tiene toda la puta razón que alguien pueda tener. No hay ser más deleznable que Sephiroth, en nuestro mundo y en todos. 

No os preocupéis, Aldabert Steiner ya protegió con éxito a Gaia y aquí volverá a hacer lo mismo, seguramente volverá a ser el pesado de Kuja... - dijo Steiner mientras miraba a todos pero especialmente a la Princesa Garnet. Luego no vió a Yitan, ni a Freya, ni a Quina, ni siquiera a Eiko o Vivi... y aunque su rostro no lo mostró, se entristeció de no ver a sus amigos de aventuras.

Había caminado largo rato para llegar a la sala donde se encontraban y a cada paso que daba más asombrado quedaba, aquel lugar era magnífico. ¿Es posible que aquel lugar fuese la tierra a la que tanto quería llegar en un pasado? Cuando la mujer que se encontraba allí comenzó a hablar Sephiroth se puso de rodillas quedando apoyado sobre sus piernas, su expresión era calmada y serena. Le resultaba curioso todo aquello que explicó la portavoz de la diosa, si aquello era cierto la tierra prometida que le pertenecía también desaparecería y eso era algo que no podía permitir. Pero cuando la portavoz terminó las dudas inundarón su mente de nuevo ¿Desaparecer su mundo? ¿Comealmas? ¿Como había sobrevivido a la corriente vital? Dentro de ella se sentía en paz, pero allí, en aquel palacio que se encontraba podían volvían a surgir los viejos odios del pasado. Y así fue, Cloud y uno de sus amigos querían provocarle... "¿Cid se llamaba...?" También observó que Zack se encontraba allí. "No tiene sentido, Zack murió" - Yo quiero tanto como vosotros proteger el mundo de madre. .- comentó dirección a Cloud y su matón. - No teneis que temerme a mi, temed a los comealmas. Pues te guste o no SOLDADO, ahora somos aliados. .- Concluyó Sephiroth. Era extraño la calma que sentía dentro de él. La corriente vital le había cambiado.

Cuando Yuffie se pone a correr la mujer que se ha presentado como Lightning la mira calmadamente, luego os deja hablar antes de responder. 

Mira en primer lugar a Laguna - Si los que estáis aquí fracasáis, desaparecerán todos vuestros mundos. Quedaría tan solo el Valhalla, pero tan débil que ni siquiera yo podría defenderlo. A Caius no le costaría mucho destruirlo también.

Se dirije entonces a Cid - De verdad, tenéis que quedaros aquí. Pero consuélate, estás haciendo lo único que queda para salvar tu mundo. Si te frustras siempre puedes correr un rato como tu compañera.

Entonces mira a Zack - Cuando Etro me eligió tuve algunas visiones sobre Caius. Quiere destruir los mundos para destruir el Equilibrio y conseguir la Entropía. Dice que así podrá liberar su alma de la eternidad. Lo peor es que es un fanático, realmente cree que ese es el camino y nada podrá detenerlo.

Es en ese momento cuando se fija en Cloud que sujeta su cabeza en un gesto de dolor. El rostro de Lightning refleja gran extrañeza. Se acerca a él. - Permíteme. - Dice acercando sus manos a la frente del muchacho. En cuanto las posa en ella con suavidad, Cloud siente cómo lo embarga la misma cálida sensación que tuvo en el interior de la luz que lo trajo a este lugar. Todos los dolores y preocupaciones desaparecen, y cuando ella lo suelta, ya no queda ni un pequeño rastro de su dolor de cabeza. - Creo que por algún motivo tu alma no había llegado en perfectas condiciones, aún estaba demasiado ligada a tu cuerpo. Ahora te encontrarás mejor.*

Vuelve a su posición inicial delante del trono y se gira hacia vosotros de nuevo. Mira a Sephiroth, luego a Cloud y por último a Cid. - No sé lo que hizo en vuestro mundo. Pero si está aquí es porque su alma de alguna manera está ligada a él. Los Comealmas que pueda haber aquí se han convertido en ello una vez en el Valhalla, pues Etro no habría invocado a uno. Así que, podría ser uno de ellos. Pero no podéis asegurarlo por lo que hizo en vuestro mundo, la redención de las almas es posible y si está aquí es por que la diosa lo consideró digno para ello.

Después guarda silencio de nuevo y se queda contemplando cómo os reconocéis y presentáis, aguardando nuevas preguntas.

- Si ese es su deseo... no lo entiendo.- Dice el chico de pelo oscuro.- ¿Porque la diosa no elige a otro guardián? Así Caius dejará de ser inmortal y otro ocuparía su puesto. Quizás sea la responsabilidad del cargo la que merma su razón.

Se cruza de brazos mientras escucha a Cloud y a Cid hablar mal de Sephiroth, de su héroe, no podía creer lo que estaba escuchando. ¿Acaso todo el mundo se había vuelto loco? No podían estar hablando del mismo Sephiroth que él conoció, y aún a pesar de las palabras de Lighting, sentía en su corazón, que su héroe seguía siendo alguien digno de mención.

- Tengáis lo que tengáis contra él, me sumo a sus palabras. Ahora todos estamos en esto hasta el fondo, colaboremos y cuando acabe todo esto ya solucionaremos las diferencias que hayan.

Sigo algo confusa mirando a la mujer de cabello rosado. No se de que va esto, pero poco a poco me hago una idea gracias a la explicación de la recientemente identificada como Lighting. Miro a mi alrededor, Yuna está allí, por lo que suelto un pequeño suspiro de alivio. Al menos estaré con conocidos... Me acerco a ella con pequeños pasos sin quitarle ojo a Lighting... ¿Cómo sabemos que ella no es una comealmas?

- Yuna, ¿qué opinas de todo esto...? - Pregunto, pues yo no se que creer.

Kimahri se levanta del suelo, se pone en pie con su lanza* y empieza a observa a los alli presentes. Escucha atentamente las palabras de Lighting y los demas, luego con pasos lentos se acerco hacia donde se encontraba Yuna-Kimahri estar aqui, Yuna estar aqui, kimahri proteger Yuna- Dice poniendose delante de ella

Garnet camina disimuladamente entre la gente, algo asustada. Un montón de desconocidos, unos comealmas, mundos en riesgo... Una auténtica locura. Entre la multitud es capaz de identificar a Steiner, al cual se acercó sigilosamente y se situó en su espalda, eso le proporcionaba una pequeña sensación de seguridad. Desde luego la persona que más llamaba allí la atención era la muchacha que se hacía llamar Lighting.

Si Steiner y nos quedamos sin alma... Tragó saliva, bastante acongojada.

Sephiroth permaneció sentado sobre sus piernas sin mover un solo músculo. "Estudia tu entorno, su gente y la energía que fluye en él" Al fin y al cabo, poco podría hacer con fuerza bruta para atrapar al supuesto comealmas. "Debe de ser alguien que permanezca callado, alejado del resto, vigilando nuestros movimientos para atacar en el momento oportuno." - Portavoz de la diosa .- Alzó la voz. - Si lo que dices es cierto, el comealmas ahora mismo estará esperando la menor mínima oportunidad para desenlazar almas. Deberíamos permanecer juntos todo el tiempo, de esa manera este no podrá atacar... y de hacerlo, quedará expuesto. Sephiroth suspiró rompiendo la serenidad que le invadía desde que llego al palacio. "Madre... Protege nuestro tierra prometida y algún día volveremos a reinar sobre ella." .- pensó mientras contemplaba el trono de cristal.

Después de oír lo que decían todos, estaba mas confuso que al principio. Si todo eso era cierto podría morir y no entraba en sus planes hacer tal cosa. Buscó a Rinoa y a Shiva sus únicas conocidas para hablar sobre este problema y saber que hacer. En silencio como de costumbre comenzó a caminar entre el gentío para encontrarlas.

Una nueva conjunción de lucilos crea una forma corpórea, mi concienca es depositada poco a poco en ella...

Jamás hubiese creído que podría salir del etéreo, pero allí me encuentro , en un mundo extraño, rodeado de gente extraña que amenazaba la paz que tanto le había costado traer a Spira.

A paso lento me voy acercando a Yuna espada al hombro, y cuando llego, simplemente me quedo en pie a su lado manteniendo un gesto intimidante, estudiando uno a uno a todos los presentes con una pétrea y profunda mirada.

-Toda historia debería tener un final - Digo dirigiéndome a Yuna - Pero detener a Sinh no fue el final de tu historia. - Dejo unos segundos de silencio - Ahora debes proteger el mundo de nuevo y demostrar a todos que pueden tener esperanza.

Dicho eso me dedico esclusivamente a estudiar a los presentes, hay un tipo que destaca por ser probáblemente, junto conmigo, el mayor de todos, tienen pelo rubio y parece tener bastante mal humor. A su lado, otro chico rubio con unos ojos... siniestros, su mirada es fría, como si no tuviese ninguna emoción que mostrar, pero sí puede palparse la determinación que esconde.

Ambos acusan a un hombre de pelo largo y blanco, mis años de experiencia me dicen que ese hombre es peligroso, que es muy peligroso...

Cerca de ellos hay un chico de pelo negro, parece experto en combate, sin duda un duro adversario de tener que enfrentarse a él. Me llama la atención que tiene los mismos ojos que el rubio, y que ambos empuñan unas armas totalmente desproporcionadas, una mala opción.

Una joven se seconde detrás de un caballero de pesada armadura, su aspecto me resulta extraño, una armadura así relentiza mucho en batalla y no permite mantener la suficiente movilidad, al igual que numerosos enemigos podrían valerse de ello como herramienta para acabar contigo.

Una de las chicas, la que no deja de moverse, me recuerda a la alhbed de nuestro grupo, pero parece mucho más infantil, y por tanto, imprevisible.

Un chico de extraños ropajes junto a una joven de cabello rojizo me parecen como dos caras de una misma moneda, son totalmente opuestos, pero al mismo tiempo forman parte de un único elemento... parece extraño, pero así es.

Hay un tipo también con un largo abrigo rojo, tiene la tez bastante pálida, solo me hace falta mirarlo durante dos segundos para saber que ha sufrido probablemente el que más de todos los presentes, y lleva esa carga sobre sus hombros, odiándose a si mismo.

Una chica de ropa de cuero me llama también la atención, parece llena de determinación y fuerza en el corazón, pero me pregunto qué pretende conseguir sin ningún arma que empuñar.

Me resulta inevitable observar que uno de los presentes llevan las armas prohibidas de El Clero, y me pregunto si será algún héroe de épocas pasadas de Spira, o quizás de algún otro mundo... También parece de los mayores del grupo... Aunque finalmente una mirada de soslayo a un chico con una mezcla entre espada y arma prohibida me hace descartar la idea de que defienda el mismo mundo que nosotros. A su lado hay una mujer que me resulta difícil describir, como si tuviese más poder del que le gustase.

Y por último, dos criaturas, Shiva es un Eón de la sacardotisa de Macalania, pero el otro... un extraño guerrero me resulta extraño, no lo identifico como ningún Eón, pero sin duda también es fruto del sueño de un orador... mas con la destrucción de Sinh dejó de ser necesario que los oradores soñasen para dar esperanza a Spira, luego no deberían siquiera poder existir.

Suspiro y mi última mirada se posa en la mujer que se ha identificado como "Portavoz de la diosa", una diosa no va a dictaminar mi existencia, eso lo tengo seguro, pero eso no quiere decir que desoiga sus advertencias, si dice que debemos luchar, lo haremos.

OK era solo para saber si la tenia y rolear con ella, prometo dejar tranquila la lanza, palabra de ronso

Era curioso contemplar como el cuerpo no se deterioraba tras un largo periodo de estancia en ese lugar y de que no parecía necesitar un invocador para mantenerlo atado. Sin cansancio o necesidad de servir, era interesante y a la vez dudoso. A su alrededor había muchas caras conocidas, a muchos había servido y luchado contra otros, siempre con otro aspecto pero misma conciencia y entre ellos, junto al trono una mujer conocida, alguien que no hace mucho, a pesar que para el el tiempo no significara nada, había sido su compañera, su invocadora. -Lighting.-Conocía muy bien esa mujer.-Sin duda es cosa tuya invocarme aquí al Valhalla, de nuevo necesitas mis servicios, pero no comprendo como puedo ayudarte.-Se miro su mano enguantada y la cerro.-No entiendo que hago aquí, el libre albedrío me esta vetado es mi castigo, yo no pertenezco a ninguno de los mundos, pero a todos a la vez-Señalo a Shiva.-Y ella esta en igualdad de condiciones, no somos los héroes o villanos a los que una vez servimos, porque entonces nuestra llamada. Que clase de nueva broma ha creado la diosa-Odin era conocido por su poca paciencia y ahora que no parecía rendir cuentas a nadie, su paciencia era aun menor.

La respuesta de Lightning es como un peso sobre los hombros de Laguna. Observa a la gente de alrededor, analizando cómo se la ha tomado cada uno. Es entonces cuando se da cuenta de que Squall parece no haberle visto. Desde donde está sentado le hace un gesto con la mano, tratando de llamar su atención. Mucha gente está hablando en corrillos, es de suponer que antiguos conocidos que ahora se han reencontrado, como en el caso de ellos. Es una pena que no estén aquí Kiros y Ward, piensa, seguro que están más oxidados que yo, pero no les vendría mal una nueva aventura.

Al ver que la gente va bastante a su rollo, Laguna los observa uno por uno. Cuando observa a Rinoa se detiene por un instante. Caramba, es igualita a su madre.

Al escuchar a Odín Laguna se queda de piedra. Él siempre había supuesto que los Guardianes de la Fuerza eran mucho más amables. Quizá hoscos y alguna vez agresivos, pero siempre era sólo una forma de probar a la gente. En cambio, el hablar de Odín es seco y tajante, y parece que no quiera estar allí. Tenía otra idea acerca de esa diosa, eso estaba claro. Laguna decide quedarse callado y escuchar, a la espera de recibir más información.

Mira alternativamente a Zack y Odin. - La diosa agoniza.  - Señala con la mano el trono donde el rayo de luz ilumina un hueco vacío. - No le queda fuerza ni para mostrarse con una forma física. Y con cada nueva alma que Caius y sus secuaces desenlazan, el Equilibrio que sustenta a la diosa se debilita aún más. Caius no quiere renunciar a su cargo, ya no. Su alma ahora sólo desea destruir.

Se detiene mirando a Odin con cierto aprecio. - No he sido yo quien te ha llamado esta vez, Odin, viejo amigo. Fue la misma Etro quien te trajo. Por algún motivo que desconozco, parece que tu alma inmortal está unida a uno de los mundos que están en peligro, al igual que la de tu compañera Shiva. 

Mira en último lugar a Sephiroth. - Sí, deberíais permanecer juntos. Sin embargo, os aviso que durante la noche vuestras almas necesitarán meditar para que vuestros dones sigan funcionando, la diosa está débil y de otra manera no podría mantenerlos. Debéis ser cuidadosos, ya que en esos momentos podéis ser vulnerables. Es probable que si alguien desea atacaros, lo haga entonces.

No entiendo nada, todo esto no puede estar pasando... ¿Estará aquí? Sin él no me veo con fuerzas para seguir adelante. 

Sin importarle mucho las conversaciones de sus nuevos "compañeros", empieza a mirar a su alrededor en busca de su querido Squall. Con tanta gente desconocida le es muy difícil encontrarlo pero, finalmente, tras quedarse boquiabierta al ver un gato azul gigante, le ve a lo lejos y sin pensárselo dos veces sale corriendo hacía él y le salta encima mostrándole todo su amor.

¡¡Squaaaaalliiii!!

Sephiroth esbozó una ligera sonrisa, casi tímida y nerviosa que quizás fuera provocada por la novedad de tener un nuevo enemigo. - ¿Estaremos indefensos mientras descansamos o para desenlazar mi alma tienen antes que derrotarme? -- Continuó hablando. - ¿Y... estos "sujetos" ademas de ser peligrosos son como siempre han sido o presentan alguna actitud distinguible en su conducta? Cuando terminó de hablar observo con disimulo las expresiones de sus nuevos compañeros por si alguno parecía alertado por su pregunta. Y poco a poco, Sephiroth cerró los ojos para meditar sobre el asunto. ¿Como podría combatir a su nuevo enemigo si ni siquiera sabía como identificarles? Madre dame fuerzas...

Después de sacrificar tu vida tratando de invocar la magia Sanctus para detener el meteorito, sentiste cómo tu cuerpo se elevaba y una inmensa luz te rodeó hasta llenarlo todo.

Durante un tiempo que no sabes precisar, podrían ser minutos o años, flotas en ese vacío blanco. Tu consciencia se encuentra en paz allí. Nada te duele, no hay recuerdos que te atormenten, ni tampoco recuerdos que te hagan sentir bien. No hay nada en absoluto. Sólo tú... Y el blanco.

De repente, algo te atrae hacia lo que podría ser abajo. Una enorme fuerza te absorbe y da igual lo que trates de luchar contra ella, finalmente ves una especie de agujero negro por el que se intuyen unas ruinas. Tu velocidad aumenta mientras el agujero te succiona y terminas cayendo y golpeando duramente contra el suelo.

Estás en una playa y el cielo está nublado. Junto a la arena empiezan lo que parecen las ruinas de una ciudad y al fondo se puede ver un edificio sobre el que cae una extraña luz celestial.