Partida Rol por web

Me levanto, somnolienta.. y noto que no estamos todos en la sala.

-Malcom.. pero.. ¿Dónde está? -pregunto al resto-. ¿Alguien sabe algo?

La alarma y los nervios se apoderan de mí. ¿Fuímos atacados? Me sentí muy vulnerable.

Bajo por las escaleras un tanto pálida,  se notaba en mi rostro que estaba preocupada. - Hola Marty. ¿Malcom?¿Ha desaparecido? - pregunto abriendo mis ojos como platos. No podía creer que estaba sucediendo aquí, en nuestra Sala Común también. 

Tomo asiento en uno de los sillones,  a diferencia de otras veces estaba callada y negando la cabeza abrazo mis piernas. Estaba muy triste, enojada y con ganas de hacer algo pero no sabía por donde comenzar mientras que en mi mente se repetía una frase. "Ayudalos"

Tyler negó con la cabeza ante la pregunta de la trenzas mientras mantenía fija la mirada en el fuego de la chimenea. Tal como la mañana anterior, Tyler hizo su recorrido para cerciorarse de que todos estaban sanos y salvos en la Sala de los Leones. Pero esa mañana, la ausencia de Malcom había crispado el ambiente. No había habido bromas por su parte aquella mañana, solo silencio.

–No está en su cama.- le explicó a Maren.

El americano no podía evitar pensar en lo peor, y por el rostro de las chicas sabía que ellas también lo estaban haciendo. Se acercó hasta Maren que resultaba extraña cuando permanecía en silencio mucho rato. Alzó su rostro suavemente por la mentón.

– Eh vamos, seguro que está bien.-Miró a todos los de la sala.- Solo tenemos que salir a buscarlo.- El optimismo del chico salió a relucir.

Miro aún por la sala, esperando que nuestro compañero entre en cualquier momento.

-Más le vale.. Lo último que le dije fue que confesase su don. No sé si éso afectaría.. -comenzaba a sentirme algo culpable.. ¿O quizás no debería? Una sombra de duda se paseó como un rayo por mi mente -Pero.. ¿Y Troy? Tampoco dijo nada. Ahora sí que sí, Troy. Si sabes algo, o puedes hacer algo, confiesa. ¡Ya no estoy para secretos!

Sentirme amenazada y vulnerable era más de lo que podía soportar. No estábamos a salvo, e ignorarlo no iba a mejorar las cosas.

A diferencia de la noche anterior, no había podido dormir en condiciones. Muchísimas preguntas sin respuesta acudían a su mente y con cada pequeño movimiento se revolvía en la cama en busca de la varita.

Acababa de bajar a la sala común, bostezando abiertamente, cuando dos comentarios llamaron su atención: el primero era que Malcom había desaparecido. ¿En serio? Ni siquiera se había fijado en que se había levantado de la cama. Probablemente le habría pillado en alguna cabezada. Y el otro era Marty mirándole mal y acusándole.

- Eh, eh. ¿A qué viene eso? Malcom también es mi amigo. ¿Qué pasa? ¿Dónde está eso de confiar entre nosotros?- estaba molesto. ¿De verdad Marty se atrevía a desconfiar de él solo porque no había dicho su don?- Es contraproducente ir diciendo el don por ahí. Hay oídos por todas partes, pero eso no quiere decir que yo sea el culpable de la desaparición de mi amigo.- intentó defenderse. Solo esperaba que los demás no siguieran los pasos de Marty.- Y tampoco tiene que haberle pasado nada malo. A lo mejor se ha ido y vuelve por su cuenta.

Alzo la mirada cuando Tyler busca que lo observe,  se notaba lo preocupada que estaba. Solo que al estar él conmigo apoyando ayudaba mucho. - Si. Espero que solo se haya ido a dar una vuelta, aunque todos sabemos que no es así. -respondo bastante seria. - Vamos a buscarlo. -apoyo a Tyler con la idea,  sonriendo apenas. 

Después es Troy quien aparece,  negándose a contarnos sobre su rol. Me incorporo,  ya con una actitud bastante poco común en mi. La lealtad y la confianza era todo, si eso se perdía las dudas como así también la desconfianza tomaría lugar en las relaciones,  rompiendo todo. 

- Troy...  Estoy con Marty...  Aquí somos amigos y confiamos,  tienes que contarnos sobre tu don porque no es justo para nosotros que tu los sepas ya que confiamos en tí al decirlo. Así que es tu momento de hablar, sino dejarás un margen de duda que dañará nuestra unión porque si nos arriesgamos, siempre es juntos. Somos una manada. - debería ser equitativo,  todos nos arriesgamos al contarlo. 

Suspiró, poniéndose en jarras. Malcom no decía nada de su don y desaparecía. Desde luego era algo sospechoso. Probablemente así evitaba tener que decirlo y además quedaba como víctima. Eso... o tenía una capa de invisibilidad y ahora mismo les estaba espiando. 

Me estoy volviendo demasiado paranoico...

Evitó las miradas de sus compañeros, aún callado. Se cruzó de brazos, pensativo. La verdad era que no quería decirlo, pero desde luego todos le miraban con expresión seria y nada amistosa. No soportaba estar en el punto de mira. ¡Él había apoyado a Maren! ¿Acaso no era señal de que era aliado y no enemigo?

Suspiró nuevamente. Qué vergüenza... a diferencia de muchas personas a él no le gustaba ser el centro de atención. Le incomodaban tantos ojos puestos en él. No le quedaba más que decirlo o sino sus propios amigos le convertirían en piedra y la verdad es que a Troy le gustaba moverse y colaborar.

Lo siento amigo.

Finalmente dijo, sin mirar a nadie en particular, notando cómo el rubor crecía en sus mejillas:

- _{Tengo un elfo doméstico.}

¡Unos leían mentes! ¡Otros realizaban protegos! ¡Otros eran capaces de relacionarse con los petrificados! ¡Otros de hacer muffliatos! ¡Otros eran capaces de hacer que alguien contara la verdad! ¡Y él no tenía un don en sí! ¡Él tenía a Pynn, su amigo elfo doméstico! Se sentía algo inútil, porque quien realizaba las cosas chulas no era él, era Pynn.

Al escuchar que Troy nos cuenta sobre su don, bueno en realidad no lo era aunque sumamente útil, me dirijo hacia él y le doy un abrazo. - ¡Gracias! ¡En serio! Para mi es muy importante esto. - si que lo era, confiaba ciegamente en mis amigos y dar un salto de fe no era fácil para nadie pero vital para todos. 

Luego de soltarlo, abro mis ojos sorprendida. -¡Un elfo doméstico! Ellos tienen poderes, puede ser muy útil Troy. -desde ya que era muy bueno, a su vez mi amigo estaría protegido por él. - Tenemos que planificar, buscar a Malcom y también debo confesarles algo más... -  voy comentando y en la última frase, le dedico una mirada a cada uno de mis compañeros mientras regreso al sofá para abrazar mis piernas. Era evidente que el miedo me inundaba. 

- Anoche... Vi el Patronus del caballo... También escuché una voz. Estoy segura de que es alguien que desea ayudar. -  confieso un tanto pensativa. - Tenemos que salir de noche, explorar. - sugiero, estaba claro el hecho de que no me quedaría quieta con ese tipo de cosas. 

Las chicas presionaron a Troy para que revelara su poder o habilidad. Tyler permaneció en silencio, no quería presentarlo más, pero estaba de acuerdo con ellas. Lo mejor era conocerse todo de sus hermanos de casa. Así podían alcanzar hacer un frente común contra los enemigos.

Era primordial encontrar a Malcom, y Maren se animaba a ir  buscarlo también. Tyler iba ya encaminado hacia la salida para buscar al orejón de la casa cuando Troy masculló su secreto.

-Tiooo, eres un esclavista.- exclamó Bellamy, pasmado del secreto de su amigo.

Viendo que Maren no le seguía para buscar al orejón, se volvió hacia el grupo de nuevo y se apoyó contra la pared, cruzándose de brazos. – ¿Y qué puede hacer el elfo?- preguntó con curiosidad.

Maren se tornó seria de nuevo y contó lo que había visto durante la noche. El Patronus del Caballo, de nuevo. Un Patronus era un hechizo protector. El americano fijó toda su atención en el Zanahorias.

-Creo que es hora de que todos mostremos nuestro Patronus- dijo sin apartar la vista del pelirrojo, invitándole a ser el primero en mostrar su animal, mientras sacaba su varita.

Tras el tenso momento de la desaparición de Malcom, y el modo un poco brusco de pedir yo a Troy su don, me dí cuenta de lo poco amable que habían sonado mis palabras.

-¡Un elfo! Eso sí que no me lo esperaba, jajaja.. -me sonrojé-. Gracias, Troy. Era importante saberlo, lamento si te he parecido brusca. Como Maren dice, los leones de Gryffindor ahora sí somos una manada.

Había conocido a elfo domésticos con algunos poderes interesantes, quizás el suyo pudiese ayudarnos. A él, que para eso era suyo, y Troy a nuestra causa. 

-Ya nos dirás qué puede hacer, como pidió Tyler.. Ahora.. a ver qué dicen los demás. *

El abrazo de Maren le pilló algo desprevenido y su sonrojo aumentó ligeramente. Por suerte no debió de notarse en demasía gracias al rojo previo. Sonrió ante los comentarios de los demás y se sintió bastante aliviado. Pero por desgracia no creía que la ayuda de Pynn fuera a poder ayudarles mucho...

- Pynn puede mandar mensajes por mí a cualquier persona y me responden. También puedo moverme de una sala común a otra junto a él, pero nunca lo he probado.- se encogió de hombros. - Y quizás lo que puede ser más útil, podría traerme a cualquier compañero. No sé, quizás esto último nos pueda ser bastante más de utilidad que lo demás. 

Realmente me sorprendieron los poderes del elfo. No me los esperaba, pensé que era más de andar por casa, pero podrían ser útiles realmente:

-Oye, ¡pues lo de colarse en otra sala común no está nada mal tampoco! Así a bote pronto se me ocurre que podríais colaros en alguna sala sin ser vistos y ver qué traman. Pero no sería ni muy honorable ni muy fácil de explicar, si os pillan. Mejor dejarlo para cuando tengamos sospechas de alguien concreto.. Lo de traer a un compañero.. Pues del mismo modo, si sabemos de alguien que pudiese ayudarnos, podríamos traerle aquí y que forme parte de nuestro grupo.

-Por otra parte, podría intentar la legeremancia en algún momento, id pensando en quién podría ser al que intente ver.

- Tal vez a Valeria o Adrien... Ellos podrían ayudarnos en la causa, confío plenamente y si de alguien tengo que sospechar... Es Aslan. - expreso claramente. Me resultaba de mucha utilidad las habilidades del elfo, podría ayudarnos a encontrar a los traidores. 

-Tenemos que trabajar en equipo y dividirnos las tareas acorde a nuestros dones o lo que tengamos. -sugiero para que la manada comience a moverse unida. Tenía mucha fe y confianza en mis amigos. 

-Chicos intentaré ver a Aslan con la legeremancia, ya que nadie más se pronunció*

- ¡Genial Marty! -  expreso inquieta sentada en el sillón, imaginaba que no debería ser un hechizo fácil de hacer. - Chicos... otra cosa... Tenemos que dejar un nombre en el cáliz. ¿A quien? - pregunto un poco pensativa. Lo mejor era actuar juntos para que las cosas salieran mejor.

Esta vez el hechizo no fue muy revelador, aunque me dio alguna idea. Regresé junto a mis compañeros:

-He podido ver que la mente de Aslan no es del todo clara.. Tiene pensamientos oscuros, con magia demasiado poderosa, pero no ví en él la esencia de quien ha atacado a alguien -me senté-. Tienes razón, Maren.. ¿Por quién votamos? ¿A quién consideráis sospechoso?