Partida Rol por web

El sol sale, y uno por uno despertáis a un nuevo día en vuestras salas, adaptadas para vosotros. Atreyu se ha ocupado de llamar a vuestras puertas y preguntar si estáis bien.

Poco a poco llegáis a la Sala Común. Cuando ha pasado un rato, veis que una de las sillas permanece vacía.

Atreyu entra en la sala a través de la bien disimulada puerta, con cara de preocupación.

- He ido a despertar al hada, y no he recibido contestación. He osado abrir su puerta, y su habitación estaba vacía. Temo que sea víctima del primer ataque de los licántropos. Pero no todas las noticias son malas. Durante la noche ha llegado un nuevo emisario. Ya cumplió con su audición con La Hija de la Luna, y será uno más entre nosotros.

Había sido una noche larga para aquel esqueleto, no pudo dormir, aunque tampoco es que lo necesitara, pero encontrandose confinado en su cuarto tan solo podía pensar en los actos que el había realizado en la noche anterior, ciertamente había logrado dos de sus propósitos fundamentales, centrar la atención sobre uno de los presentes para que fuera la víctima dado la posesión de uno de los artilugios, mostrado delante de todos; así como el siguiente paso que era llamar la atención de forma negativa sobre su persona, para el pequeño juicio que se realizaría en el día siguiente, su peculiar sacrificio. 

-Extraño...

Habiendo escuchado las palabras del que actuaba cual mensajero, y viendo la situación en la que se encontraba en la mesa, su plan parecía teñirse de negro, negro traición, mientras no hacía más que pensar en que la Náyade, la víctima más clara de todo este retorcido juego de traición y mentiras, estaría ahí, vivita y coleando... ¿Por que? ¿Por que los traidores no fueron por alguien que tenía el poder de dañarlos? ¿Acaso no fueron a por la Náyade porque... ella era una traidora?. 

-Lo que es claro, es que ciertamente hay traidores entre nosotros, la desaparición de la Hada es una prueba contundente de que la supuesta seguridad de nuestros dormitorios no es más que una tapadera, siendo nuestros ataudes particulares. Ahora la cuestión, ¿Por que ella?. No resaltó por encima de nadie desde que llegó, y aún así los traidores la eligieron por encima de otras candidatas mucho más peligrosas para sus intereses... ¿No es así, Nayade, Kerasi?.

Antes de salir de su habitación, Fenrir, se colocó su más largo y bonito gorro verde Una buena primera impresión lo es todo y con una espiga enganchada en una cinta, salió de su habitación con una sonrisa de lado a lado.

Al entrar en la sala común, se coloca donde todos puedan verle y tras hacer una exagerada reverencia en la que la punta de su gorro verde casi toca el suelo

- Fenrir saluda a los presentes. La Hija de la Luna ha solicitado ayuda para encontrar a los traidores y Fenrir usará sus habilidades para ayudarla ¿Qué harán los presentes? ¿Ayudarán a Fenrir en su tarea?

Poco más tarde se retiraron todos a descansar.

A pesar de que La Dama le había garantizado la seguridad de sus aposentos, la amenaza del temible ser de la Nada parecía tremendamente real y cercana. Eso y las amenazas del esqueleto junto a su incesante repiquetear de dientes la mantuvieron en vela.

Finalmente, de un modo casi inesperado, amaneció.

Atreyu les fue a buscar uno por uno a sus habtaciones y, contra todo pronóstico eran el mismo número que el día anterior.

Pronto llegó la descorazonadora explicación. La Nada se había llevado por delante a uno de los fantasíos, pero un último defensor del mundo de fantasía se les había unido haciendo que fuesen el mismo número de seres que el día anterior.

Había caído el Hada, un pequeño ser muy próximo a su propia naturaleza que había permanecido silenciosa el día anterior.

No había llamado la atención de nadie ¿por qué los traidores se la llevarían a ella precisamente? ¿quizás por eso mismo? ¿Verían en su silenciosa observación una amenaza? No tiene sentido, ¿por qué arriesgarse a llevarse a alguien del que no se sabe nada antes que a alguien que se conoce tiene un don especial? ¿por qué sigo viva?

Como un lúgubre eco de sus propios pensamientos, llegó la repiqueteante voz del protagonista del cuento. Y con las acusaciones implícitas de su pregunta, las respuestas que Kerasi buscaba.

Déjame en paz. Ya te lo dije ayer. No acepté tus disculpas entonces y ahora veo que hice bien. Me preguntas por qué sigo viva cuando no tengo modo de saberlo. No sé qué se pasó por la mente de los traidores para dejarme con vida... Auqnue tus palabras me dan una pista.

Rápidamente regresó al agua, donde aquél ser no podía alcanzarla.

Quizás pensaron "Si matamos a la náyade mañana ellos señalarán al esqueleto, en quien nadie confía. ¿para qué malgastar su confusión dándoles un objetivo claro cuando tarde o temprano acabarán señalando a ese ser? Que mañana señalen a la náyade y sigan guardando rencor a ese esqueleto. Así en lugar de ver cómo señalan a un inocente, veremos como señalan a dos y nosotros permaneceremos a salvo". - bajó la voz hasta que apenas fue audible, más en un pensamiento propio - Todo eso, suponiendo que seas inocente.

Se sumergió y alivió sus pesares y su cansancio con aquél agua revitalizante. Cuando emergió prosiguió.

Sea como sea, se me ha brindado la oportunidad de usar mi don, y lo usaré. No por su utilidad, porque lo cierto es que usarlo ahora es malgastarlo, sino por intentar con ello comprar mi propia vida: los inocentes podrán tener más motivos para creer en mi, y los culpables menos motivos para llevarme a la Nada. Cuando llegue el atardecer y el Sol se oculte por el Oeste, lo que seguirá no sera la Luna alzándose y coronando el cielo, sino un nuevo Sol apareciendo por el Este. La Dama dice que ellos solo actúan de noche mientras que nosotros actuamos de día, puede que sea pronto para aprovechar al máximo este poder, pero al menos nos permitirá a todos nosotros usar nuestras capacidades dos veces mientras que ellos estarán atados y sin poder actuar. Espero con esto convenceros a todos de mi inocencia. Yo solo quiero ayudar para salir viva de aquí.

Malderín entró en la sala sonriendo y cantando en voz baja. Buenos días a todos, compañeros. ¿Como habeis dormido? En mi habitación había un lecho con hojas maravilloso y se oía el cantar de los pájaros, aunque no había pajaros. ¡Qué bien se está en esta torre! Se sentó contento tras saludar a los presentes.

Sin embargo, su rostro alegre se ensombreció tras las palabras de Atreyu. Ha desaparecido el Hada. ¡Qué pena! Era muy bonita con sus cabellos de cristal y su rostro pleateado. Y cuando llegó iba canturreando como la gente de fiar. Parece que esos tracto... que los traidores han empezado a hacer de las suyas. ¡Tenemos que hacer algo!

Señor Huesos, el rostro de Malderín se mostraba pensativo (¿era ese el nombre?), no sé porqué desconfía tanto de nuestra amiga Náyade. Además de ser una criatura preciosa, no creo que haya dicho o hecho algo sospechoso. O yo no lo he entendido así. Kerasi yo confío en ti, me parece que eres muy guapa... y que quieres ayudar. Espero que si usas tu poder nos ayudará a poder hacer más cosas bonitas. Porque las cosas bonitas se hacen de día, jeje. Y no creo que un lobo malote tuviera el poder para evitar la noche. ¡Eso!

Fenrir, bienvenido a nuestra "fiesta". Bonito gorro. ¿Quieres escuchar un poco cómo toco la flauta? Si quieres acabar con los traidores, yo te quiero ayudar. Juntos podemos con los traidores. El optimismo había vuelto al rostro del fauno, que correteaba bailando por la sala y volvía a tocar su flauta (para desgracia de los asistentes con oidos delicados).

Cuando Kshpir llegó a la sala y descubrió que el Hada había desaparecido, resopló una voluta de humo. Aquello era totalmente real, no cabía ninguna duda.

La verborrera del esqueleto, simplemente la ignoró. Sólo habló cuando Kerasi reveló la naturaleza del don que le había concedido la Emperatriz Infantil.

- Es un poder impresionante -dijo-. Y realmente hubiera sido muy útil para nosotros, de no haber mediado ese saco de huesos con sus tonterías. Imagino que sólo puedes utilizarlo una vez... Si es así, es verdad que hacerlo hoy es tu mejor defensa. Para los traidores será mucho más útil intentar eliminar a los que aún conserven poderes que a la única que lo haya gastado.

Asintió con la cabeza y su cabello de llamas flameó.

Atento a la respuesta de la Nayade se percato de algo que quizás los otros habían dejado pasar por alto, ya que cuando esta mostró su artefacto reveló dos botellas, y si su poder es tal y como esta dice, es decir, poder "saltarse" la etapa de la noche, parece un poder poderoso, pero no se ve una relación directa con las dos botellas, ¿Podría ser que guardase un AS bajo la manga? ¿Podría ser que una botella permitiera saltarse la noche y la otra botella saltarse el día? ¿Con que finalidad usaría entonces la segunda botella? ¿Acaso esto era su plan desde el principio?. Por supuesto que lo era. O al menos, así sentía el esqueleto.

-Detengamos toda la majadería, cuando mostraste tu Don ante todos nosotros, se pudo observar que eran dos botellas, y si mal no recuerdo una llena de vegetación y la otra llena de arena de distintos colores. ¿Que relación tienen dos objetos de por sí separados con UN ÚNICO poder?. Sabemos que puedes "saltarte la noche" ¿Con ambas botellas o solo con una botella?. Si es el caso de que tan solo necesites una botella para "Saltarte la Noche", entonces... ¿Que hace la otra botella? Quizás... SALTARSE EL DÍA.

Dicho esto, el esqueleto se levantó de su asiento y golpeando la mesa con su puño, señaló a la Nayade a la cual, parecía cada vez más culpable, o al menos una insensatez de forma clara y fragante lo que estaba planteando. Quizás sus pesquisas eran más acertadas de lo que en un primer momento suponía.

-No eres más que una vulgar traidora, porque, recordemos las normas propuestas por Atreyu, en caso de ser de día, en ese instante, debemos de votar por uno de nosotros, haciendo pues que entre todos nosotros, traidores y leales, uno de los aquí presentes sea encarcelado. ¿Y que es más probable encarcelar, a un leal o a un traidor?.

-El hecho de querer hacer 2 votaciones, tan solo propiciará una mayor probabilidad de que nos equivoquemos en nuestro raciocinio. Y por tanto, dejaremos en ventaja a los traidores... ¿O acaso eso es lo que quieres?.

-O incluso, si la otra botella puede hacer de noche, quizás tu seas una traidora, y te guardes ese poder para más adelante, con el objetivo de que cuando más cerca esten los leales de pillar a un traidor, con ese poder, la Nada pueda actuar 2 veces y así hacer que toda esta macabra situación de a su fin, con la victoria de La Nada y los Traidores.

Calmándose y sentándose de nuevo en su asiento, con la mano cerrada sobre su pecho, el esqueleto volvió a hablar, esta vez mucho más relajado y usando la lógica que tanto había hecho alarde en estos últimos días.

-Si usamos ahora un poder que propicie la eliminación de uno de nosotros de la mesa, lo más probable es que erremos y castiguemos a un leal. Ya que somos 18, y los traidores son 3 como mucho. 3 Traidores entre 18 que somos en total, nos da una posibilidad de acertar del 16%, mas o menos. Es decir, hay un 84% de posibilidades de que fallemos y condenemos a un inocente en las votaciones de hoy.

-Y en las del nuevo mañana, 3 entre 17 que seremos, tenemos una posibilidad de acertar del 17%, es decir 83% de volver a fallar y por tanto, seguir condenando a otro inocente consecutivo. 

-¿Por qué usar este poder ahora si las posibilidades de que todas nuestras manos sean culpables de encerrar a, no uno, sino a dos inocentes son tan altas?. ¿Y que hay de la otra botella? ¿También tiene una habilidad?.

Dicho lo cual, esperó de nuevo las réplicas de aquellas criaturas que se habían puesto en contra de él y pareciera que su raciocinio había sido emponzoñado por la oscuridad o por simplemente por su propia estupidez, como parecía ser el caso del Fauno... aunque, pensando en el Fauno... El también había desvelado la posesión de un artefacto y tampoco había sido atacado por La Nada... ¿Por que?. ¿Acaso su estupidez o inocencia no supondría una amenaza o acaso es que bajo la fachada del hombrecillo risueño se ocultaba la Maldad inherente a La Nada? Preguntas que el esqueleto se hacía, pero no pondría sobre la mesa, al menos no de momento. Era primordial sonsacar la información de la segunda botella y de porqué la gente parecía estar contenta de condenar a 2 inocentes consecutivos.

Kshpir se limitó a mirar al esqueleto con gesto inexpresivo. No dijo nada.

Uso el poder porque tú me has obligado, no porque quiera. O lo uso, o muero. Y sí, puedo duplicar la noche y que maten a dos inocentes o duplicar el día y que tengamos doble oportunidad de usar poderes. ¿qué prefieres? Nadie me obliga a usar ambas botellas, no pensaba usar ninguna aún, de hecho. Ahora tendría dos opciones: duplicar la noche asegurando dos muertes inocentes y pudiendo perder la vida antes de usar el poder de tener dos días o usar el poder de tener dos días arriesgar a cazar a algún traidor con las habilidades de otro para votarle y perder la vida antes de usar la botella de dos noches. Tengo una tercera opción: no usar ninguna y morir perdiendo ambos podered. Esas tres opciones son las que tú me has dejado, dime, esqueleto ¿cuál de las tres es la que más beneficia a los inocentes?

La náyade empezaba a vibrar de rabia.

Ahora dime ¿tú qué haces? ¿en qué ayudas? ¿para qué sirves? Me acusas de traidora por mostrar mis artefactos cuando tu lógica hacía mucho más probable en todo caso mi inocencia por poseerlos, me acusas de culpable por mostrar dos artefactos cuando podía haber mostrado solo uno, me acusas de traidora por usar el artefacto más útil para los inocentes cuando usar el otro es fatal en estos momentos, me acusas de traidora por usar cualquier poder cuando tú me has puesto una guillotina al cuello. ¿Para que demonios sirves? si no eres traidor, ¿a qué juegas? ¿qué ganas con esa lógica truncada? ¿qué te he hecho yo?

y lo peor de todo es que no creo que seas traidor, solo que en ese cráneo hace años que se pudrió lo que pudiera haber de cerebro. Lo diré una vez más: déjame en paz. No quiero saber nada de ti no de tus números. Echas las culpas a todos de todo y aquí de momento el que más daño nos estás causando eres tú obligándonos a hacer cosas contra nuestra voluntad. Empezaste tu discurso hablando de vencer el egoísmo y remar por un bien común, pero tú hsce tiempo que remas en contra y ni siquiera te has dado cuenta. Dejame en paz. Última vez que te lo digo. De lo contrario, lo siguiente que haré será reunir votos contra ti, culpable o inocente. Y no creo que me falten.

Patética, eso era lo que le parecía la Nayade al esqueleto, quizás lo que dijera fuera cierto, aunque no podía estar del todo seguro, ¿Acaso es culpa suya que la Hada haya sido devorada por La Nada? No, por supuesto que no. Sus manos estarían manchadas si fuera la Nayade la atacada, no la Hada. Pero ahora esta criatura lo tenía entre las cuerdas, o eso parecía.

-Dices la verdad. Mi lógica me permite ver a través de las mentiras de las personas, y tu. Dices la verdad. Es por eso que no serás elegida en este día, y es por este motivo en el que por la noche tampoco serás elegida por los traidores. Porque eres débil. No una amenaza para nadie, ni leales ni traidores. Al menos no directa.

-Si duplicas el día, harás que inocentes sean condenados, si duplicas la noche, harás que inocentes sean condenados. Si no haces ni una cosa ni la otra, seguirás por estos lares, bien como una posible traidora muy velada, o bien como una inocente, rota. Quizás un objetivo en la recta final de la victoria de los traidores, porque sé que hay poderes mucho más poderosos que los tuyos entre nosotros que pueden poner en jaque a los traidores, ya que los afecta directamente. ¿Verdad?. 

Diciendo eso, apoyó sus huesos sobre la mesa y miró fijamente a Lothlorl. Su nuevo plan se había puesto en marcha, y esta vez con la información obtenida hasta el momento, y pese a no tener ningún artefacto que le diera esta información, pudo decir estas palabras, quizás no con total seguridad, pero sí con vigor y con su siempre encendida sonrisa.

-¿Por que un traidor iba a arriesgarse a acabar con alguien que le puede dar 2 ataques seguidos o a alguien que le diera 2 auto-ataques a los leales? Un traidor celebraría eso, pero por el contrario, el verdadero peligro residiría en los poderes que aún seguían ocultos. Esta es mi contribución, decir lo que nadie se atreve a decir.

Esperando la respuesta del cuatricornio o de cualquiera que deseara intervenir y habiendo visto hacia donde se dirigía la mirada furtiva del esqueleto pudiera añadir algo de valor, o por el contrario, distraer al macabro saco de huesos de su próxima victima acusatoria.

-Por cierto, remar con todos ustedes implicaría a remar junto a los traidores, así que marcarme mi propio rumbo es como evito ser engañado por los que se encuentran aquí, bajo falsas máscaras de inocencia. Así pues, eres tu la que decides, remar con todos pudiendo ser falsamente guiada por los traidores o fijar tu propio rumbo, como hice yo. Aquí no vengo a hacer amigos, ni siquiera vengo a sobrevivir a La Nada ni al Destierro... aquí vengo a salvar a la Emperatriz y al Mundo en el que estamos.Y mientras ustedes no comiencen a sospechar de los que estamos aquí sentados y parezcan seres de paz y harmonia, los traidores llevarán el timón.  Sea con mi vida o con mi condena, la Emperatriz y el Mundo prevalecerá.

Claro, pero para poder sobrevivir sin usar ningún poder, todos deben creer que mi poder es el que he descrito. ¿o eso no lo has pensado? ¿acaso sabías antes de que lo revelara cuál era mi poder? ¿acaso me crees? ¿por qué? ¿por que te crees más inteligente que el resto? No. No basta con decir que puedo hacer. Eso puede decirlo cualquiera. Para seguir viva debo demostrarlo. A eso me has obligado.

Se dirige al resto

Ni le escuchéis. Simplemente ignorarle. Con un poco de suerte se cansará

- ¿Sólo con un poco...? -gruñó Kshpir, mirando al techo. Y sonrió a Kerasi con aquella boca hecha de llamas.

Para él los discursos ya sobraban. Tenía muy claro lo que debía hacer ese día.

El huesudo esqueleto no pudo contener una leve risa que se le escapó entre los dientes. Al parecer la Nayade se había vuelto a entrometer en sus planes de descubrir la verdad de todos y cada uno de los seres que en la mesa se encontraban. Quizás por un simple odio hacia el esqueleto o quizás porque deseaba defender a un compañero... leal o traidor.

-¿Os acordáis cuando dije en la pasada noche que no tenía ningún artefacto? Pues no es del todo cierto. Mi poder consiste en saber que hacen cada uno de los artefactos de los que poseis, de hecho sé algo bastante obvio sobre los artefactos, también sé quien tiene o no un artefacto. ¿Quieres que lo pruebe?.

Dicho lo cual, señaló a 3 criaturas al azar que en la sala se encontraban. Señaló a Asgalot, a Bloop y a Shantee. Saltando una y otra vez con su huesudo dedo de uno a otro, sin siquiera detenerse, volviendo a acaparar el centro de atención de la escena. Esta vez, ampliando el rango de la gente que antes ligeramente le caía mal, a aquellos que por seguro, que se sentirían heridos o indefensos ante el conocimiento del esqueleto.

-Esos 3 al igual que tu, y al igual que Lothlorl tienen artefactos. ¿Podéis confirmarlo?. Así mientras termino con el debate que la Nayade ha propuesto.

Reclinándose un poco, volvio a mirar fijamente a la Nayade y habló, esta vez, con una voz mucho más relajada de lo habitual.

-Por desgracia, mi poder es demasiado pasivo, tan solo puedo saber que hace cada objeto que veo de forma directa, es por eso que insistía tanto en que alguien me mostrara su objeto, para saber si podría trabajar con el o ella para vencer. Tu fuiste un decepcionante descubrimiento.

-Pero sabiendo que mi poder tiene la capacidad de saber la naturaleza de los artefactos, pensé que quizás entre nosotros haya alguien con el poder de ver la naturaleza de los seres, y así que el pudiera descubrir al traidor. De momento no vi ningún objeto con tal poder, por desgracia.

-Y como último handicap, en caso de ver un objeto y saber su utilidad no puedo decirlo, por mucho que lo intenté ayer cuando vi tu objeto, de mi boca no salió sonido alguno. Ahora que tu misma lo has reconocido, sí soy capaz de confirmar lo dicho.

Aclarándose la garganta, volvio hacia todos los presentes y por tanto, volvió a hablar. Esta vez, por última vez.

-Mi habilidad no me permite reconocer quien es el culpable ni quien es el inocente. Tampoco me permite atacar a los culpables de forma directa ni siquiera de defenderme de los culpables y devolverles sus ataques de forma contundente. Mi artefacto, es infinito, pero su poder es inutil, bueno, al menos es lo suficientemente poderoso para poder confirmar las palabras de la Nayade sin que condene a un leal a un juicio injusto o a una noche demasiado larga. Así que, por favor. No uses tu poder, harás más daño que bien.

Kshpir escuchó la última perorata de Bones con los ojos cada vez más abiertos. Después hizo un ruido extraño y se agitó, en lo que parecía ser a todas luces una carcajada.

- Si es como cuentas -dijo un momento después-, lo único que has demostrado por mucho que te las des de inteligente... es que eres bastante torpe, ya seas leal a la Emperatriz o un traidor.

Se irguió y miró a las cuencas vacías del esqueleto.

- En cualquiera de los dos casos, lo más inteligente hubiera sido mantener en secreto tu poder, en lugar de intentar sonsacarnos a la primera oportunidad. Si fueras leal, porque deberías haber supuesto que nadie te hubiera enseñado por las buenas su artefacto, ya que aún no sabemos unos de otros ni hemos tenido oportunidad de observar nada. Kerasi sólo lo ha hecho al verse forzada a ello. Y aún así, esta información es más útil para los traidores que para los leales, porque así sabrían a por quién tendrían que ir.

Expulsó una voluta de humo antes de continuar.

- Por otro lado, si eres un traidor... tampoco has demostrado mucha inteligencia -dijo-. Te has granjeado las sospechas de bastantes de los presentes, y no me sorprendería que muchos ya hayan decidido votar por ti en este primer turno. No has hecho más que acosarnos desde el principio para que revelásemos si teníamos artefactos, y ahora lo has hecho directamente utilizando ese poder que dices que tienes. Si es verdad, los traidores te estarán bastante agradecidos. Pero tu poder podría haber sido mucho más devastador en secreto, porque así los leales no hubieran sabido por qué motivo los traidores tienen información sobre ellos.

Volvió a apoyarse en la pared con cuidado de no chamuscar las cortinas y a cruzar las lenguas de fuego que tenía por brazos.

- En cualquiera de los dos casos, no es que tu poder sea determinante ahora que lo has revelado, no si los leales son prudentes en el uso de sus artefactos. Y además lo has utilizado a tu conveniencia y sin reflexión. Dices que defiendes a la Emperatriz, pero en realidad eres un peligro. Deberías ser el primero en desaparecer. Y apuesto a que no soy el único que lo piensa.

No dijo más. Se limitó a desafiar al esqueleto con su mirada flamígera.

El saco de huesos comenzó a aplaudir lentamente ante las palabras de aquel ser de fuego, ciertamente lo había convencido, al final de toda esta gran pantomima que era la batalla entre los leales y los traidores, al final había logrado ver más allá de las mascaras de coordialidad y defensa de los inocentes que el ser de fuego se había forjado. Había visto que su último motivo era acabar con el esqueleto, siendo este el primer leal muerto bajo el engaño de sus compañeros.

-Muy inteligente, por desgracia hay algo que no tienes en cuenta, y es que mi plan consistía en ser el primer leal condenado por sus iguales, desde el momento en que recibí este poder inútil y siendo leal a la Emperatriz. Comprendí que mi único propósito aquí era ser condenado, no por La Nada, sino por los leales engañados.

Quitando de su cinturón la espada, la puso sobre la mesa de la estancia. Siendo pues una muestra clara de su indefensión ante la situación que el mismo había provocado con sus planes, un sacrificio que quizás ni se tuviera lugar si en vez de acusar a todos de poseer artefactos o levantar su huesuda mano ante la Nayade, se hubiera quedado apoyado, en silencio y esperando a que otros movieran sus hilos. Pero a fin de cuentas, necesario si se quería que la Emperatriz y el Mundo sobreviviera a este ataque.

-Querer acabar conmigo porque te caiga mal, o porque mis palabras sean molestas para ti, creo que es algo demasiado infantil, egoísta y oscuro, ya que siempre y cuando no sea un traidor, que no lo soy. El hecho de condenar a un leal siempre es perjudicial para la Emperatriz y para este mundo. De todas formas, votad por mi si así lo queréis, pero tened en cuenta, que si yo caigo ahora, seréis vosotros los que tengáis que decir las cosas feas que a nadie le gusta decir.

Dicho esto se fijó que uno de los papeles que había dejado en el suelo la noche anterior ahora estaba decorando la estancia con una sonrisa. 

-El que hizo eso también tiene un artefacto.

Qué sueño. Qué sueño. Qué sueño.

Las pequeñas huellas de Bloop iban dejando ese rastro - junto a dibujos de unos granos de café - mientras se acercaba al grupo restregándose los ojos. Había tardado en coger el sueño, puesto que al dormir había dado un par de vueltas y su rastro había ido dejando una nana. 

Duérmete Bloop. Duérmete ya. Qué viene la nada y te engullirá.

¿De verdad era aquello una nana? ¿Quién con dos dedos de frente podía coger el sueño con semejante letra?  Y sin embargo, finalmente lo hizo, aunque a la mañana siguiente no estaba como era habitual repleta de energías. Todo su sueño desapareció con las nuevas noticias. La pequeña squizz abrió la boca tanto que se un mosca la atravesó, quedando aún más negra de lo que era.

–¿QUÉ? ¡HELGA HA MUERTO!– gruesos lagrimones de tinta negra comenzaron a saltar a su alrededor. Las noticias le había dejado desolada hasta el punto de sentarse en el suelo llevando su mano a los ojos para quitarse las lágrimas mientras el resto seguía debatiendo estúpidamente quien era el traidor. Cuando por fin consiguió calmarse se levantó indignada. Era dificil indignar a un squizz, pero era peligroso hacerlo pues, siendo la pluma más poderosa que la espada, un ser de tinta era digno de ser tomado en serio.

–¡Eres un desgraciado! ¡Asqueroso depellejado!–dijo señalando a Bones.– Hablas mucho de traidores, desde antes incluso de que ocurriera nada. ¡Acusando desde el principio! ¿Quién acusa a un criminal antes de que este cometa el crimen? ¡Yo te lo diré! ¡Él que sabea con certeza que va a cometerse! ¡Tú! ¡Es más! Te diré que no creo que seas un traidor o un infiltrado, porque para eso hay que ser miembro del grupo al que se traiciona. Y tú ni siquiera lo has intentado. Pero eres un asesino, eso lo sabemos todos. ¡¡HAS MATADO A HELGA!! POR ESO NO QUIERES COLABORAR!! Ahora no das más que excusas y te lamentas de que no haya una noche más para poder matar a tus anchas, como ya has hecho. Además, ¿eliminar? TE TRAICIONAN TUS PALABRAS. NOSOTROS NO MATAMOS A NADIE, LO DESTERRAMOS. PERO TÚ YA QUIERES ELIMINAR. QUIERES MATAR.

Cuando la pequeña squizz de tinta se calmó, el ser de fuego negó con la cabeza sin dejar de sonreír.

- ¿El primer leal condenado por sus iguales? -repitió con sorna-. Pues para ser leal estás ayudando mucho a los traidores. ¿Por qué no les ayudaste en secreto, en lugar de alardear frente a sus enemigos? De no ser por ti, estos no sabrían quién tiene o no tiene artefacto, sólo podrían actuar a ciegas o tratar de averiguarlo por sus medios. Kerasi no estaría en peligro, y habría podido utilizar su poder cuando fuera mucho más útil... En fin, no te canses, dudo que nadie vaya a tragarse ya tus discursos. Has cumplido tu papel y todos saben lo que deben hacer. Dejemos que deliberen ellos también, ya hemos hablado demasiado...

Se volvió para mirar por una ventana. Empezaba a sentirse bastante encerrado allí, y ahora era muy consciente de que estaba rodeado de enemigos.

Sin inmutarse lo más mínimo vio la reacción de aquella criatura de tinta, ciertamente no le importaban las acusaciones que decía un ser que presumía de su habilidad de crear palabras en cualquier lugar, pero a fin de cuentas, vacías y carentes de significado, en definitiva, un -ahora- colérico individuo que probablemente vaya a votar contra el.

-A diferencia de todos los que a partir de ahora saltarán sobre mi huesudo cuello, apuesto a que en esta instancia habrá uno o dos, con la posibilidad de traer de vuelta a Helga de La Nada. Así como uno o dos, con la posibilidad de traer de vuelta a los que sean condenados. Si alguien con ese poder se encuentra entre nosotros y aún tiene la capacidad de raciocinio intacta, puede traerme de vuelta de la injusta condena que se me va a imponer bajo la mano de los verdaderos traidores y de sus manipulados leales o furiosos incoherentes.

Dicho lo cual el esqueleto, dejando su espada sobre la mesa, se levantó de su silla y se acercó al Bloop, brazos extendidos y mirando hacia el techo de la estancia, siguió caminando, sin mirar hacia aquel ser de tinta.

-¿Ya no quieres dar abrazos? ¿O quizás te has dado de cuenta al fin que quizás a uno de los que quieres o quisiste abrazar sea el culpable de la desaparición de Helga... y de los que vendrán? .

-Mis cartas las he jugado y las he expuesto cuando era necesario exponerlas, al igual que he expuesto las de los demás, al menos parcialmente. Pero aún quedan muchas cartas por exponer. Como por ejemplo, el secreto que sé y que los traidores también saben sobre los artefactos. Pero bueno, eso ya lo desvelaré una vez que alguien me traiga de la Condena... ¿Alguien quiere dedicarme unas últimas palabras antes del viaje?.

Bajando la cabeza, viendo hacia todos los presentes que aún se encontraban y con una amplia sonrisa; pues ya presentía que su destino era desaparecer, a manos de los leales a los que había importunado, y sobretodo, bajo el engaño que los traidores harían sobre su cabeza. Ya que al parecer, los únicos motivos por los cuales querían eliminar a Bones era porque no supo integrarse bien, no cantó canciones con la gente ni abrazo a todo ser que allí se encontraba. ¿Acaso era momento de estar de palique sobre el buen clima y sobre el buen olor de las flores si la Emperatriz los había invocado y La Nada estaba acechando?. No, por supuesto que no. Era el momento de desconfiar de todos y señalarse los unos a los otros, iniciar debates y pillar a los traidores que entre ellos se encontraban. Y eso era lo que había hecho. Su jugada estaba en marcha, y pese a que su condena a manos de los leales era algo que parecía inevitable,  era un precio al que él estaría bien dispuesto a pagar.

–Exacto. Uno de los que abracé es el culpable de la muerte de Helga. ¡TÚ!–La squizz lo señaló haciendo salpicar un montón de gotitas de tinta que al caer al suelo se convirtieron en pequeños huesos con la palabra "culpable"

Shantee llegó a la cámara y se sentó en el mismo sitio que ya había ocupado ayer, sus hojas estaban menos verdes que el día anterior y es que, a pesar de las comodidades de la Torre de Marfil, ella necesitaba del sol igual que del aire. Pensó que si ese encierro duraba demasiado acabaría mal, pero las noticias que les dio el pielverde hicieron que su salud quedase en un plano lejano. El hada había desaparecido de su habitación.

De inmediato comenzaron las acusaciones y los dardos verbales volaron por la estancia. La ent se mantuvo en silencio, escuchando argumentos y contraargumentos, y pensando en todas las posibilidades que no se estaban teniendo en cuenta. Al final intervino.

-Atreyu no ha confirmado que a Elga sse la llevasse la Nada, dado ssu ssilencio puede que haya tenido miedo y haya huido. La Emperatriz dijo que en lass habitacioness esstábamos a ssalvo, por lo que puede que los traidoress necessiten un tiempo para encontrar a quien quieren desscuidado, tal vez no ssean tan poderossoss. O ssimplemente quieran confundirnoss, no lo ssé. Lo único que tengo claro ess que dessde que Boness abrió la boca ha mentido, yo recordé que la Emperatriz no daba artefactoss ssino poderess y aún assí él sse incluyó entre loss que no habían recibido nada. -hubo un corto silencio en el que las ramas se movieron y se oyó al aire silvar ente las hojas -Y ahora exige que desspuéss de que sse vaya, quien tenga poder para ello, lo traiga de vuelta porque ssabe algo importante y no lo dirá hassta entoncess. Exigenciass, mentirass, chantajess... Ssi ssabe algo importante dígalo ahora o calle.