Partida Rol por web

La oscuridad se abrió paso en su mente. Era algo extraño e incomprensible, pues era negro sobre negro, y aún así era perfecta e inconfundiblemente distinguible. Había ALGO ahí. Algo avanzando en los límites de su entendimiento, algo susurrándole mil acertijos en un millón de lenguas distintas, muchas de ellas indescifrables, inconsistentes, inconcebibles.

Brian Medawar sintió miedo. Terror incluso, pues la incomprensión de la realidad que se acercaba, penetrando por la brecha en la realidad que había causado el ritual que había dejado todo a oscuras, le causaba una ansiedad visceral que retorcía sus tripas y más aún su entendimiento, su cerebro. Su cordura misma. Pero el terror se vio, de algún modo aplacado.

Pues la entidad no le deseaba el mal. Notó los zarcillos neurales de su consciencia arremolinarse en torno a su fragil y delicada percepción de la realidad. Notó su densa mole de conocimiento secreto, incongruente, vacío y terriblemente inherente al núcleo mismo de la existencia, notó su sed inextinguible de sabiduría arcana, profética, una necesidad angustiosa de conocer un futuro que de ser sabido no podría jamás dar lugar a ocurrencia y por tanto, se quebraba en una paradoja básica y vital. Notó esto y otro sinnúmero de sensaciones fantásticas más allá del conocer humano, se notó insignificante en el seno del SER, pero no se notó amenazado. Solo se notó... estudiado. Requerido.

- COMENZÓ. TERMINARÁ HACE TIEMPO - anunció de súbito el ente pentacristalino. Pues su consciencia era, y ahora lo percibía, estructurada en blucles imposibles en dimensiones muy elevadas. - ÉL INTENTA ACCEDER. SIN MÍ. NO. - El miedo se acentuó de nuevo, pues si bien no dirigida hacie él, percibió una ira cósmica suficiente como para erradicar la vida en una galaxia capa a capa, destruyendo en una agonía eterna a todos sus habitantes. - NO DEBE PERMITIRSE. TÚ. DEBERÁS IMPEDIRLO. TÓMAME. VERÉ SU JUEGO. LO ROMPERÉ. - El anuncio causó una terrible nube de respeto visceral, casi rayando en la adoración mas abyecta y absoluta. No había posibilidad alguna a la negación, pero tampoco existía ni una pizca de deseo hacia la misma. La idea de albergar a la deidad, de ser la ventana que le permitiría atisbar el indigno mundo mortal, era placentera más allá de lo que cualquier concepción previa del placer hubiera cruzado la mente o el cuerpo de Brian hasta la fecha.

Y sin esperar respuesta ni confirmación alguna, la primigenia verdad que opacaba el tiempo y el espacio se derramó con violencia quirúrgica sobre la mente de Sir Medawar... y entonces fue devuelto a la vulgar Tierra, donde antes de que la luz volviese pudo escrutar a uno de los asistentes incluso...

Me gustaría escrutar la mente de la señorita Kathe Winmarkt para comenzar.

La visión de Sir Brian Medawar se abrió en la oscuridad, expandiéndose más allá del espectro normalmente apreciable por el ojo humano. Mientras la voz oscura y aberrante daba su discurso el científico centró la atención del Ojo sobre la periodista Kathe Winmarkt y vió la verdad...

Kathe era una Humana normal y corriente.

Mientras la noche caía y todos los asistentes eran forzosamente dormidos la visión de Sir Brian volvió a aumentar, a crecer más allá del plano terrenal, y notó a la amorfa deidad que habitaba su mente escrutar a través de sus ojos.

Al centrar su mirada en el padre Emmanuel Grandier pudo ver los restos rasgados de una capa amarilla que antes cubría sus hombros. Y lo supo: era el Protegido, aunque ya había perdido el favor del ser que le amparaba, quedando tan expuesto e indefenso como cualquier otro de los presentes.

El Ojo, como cada noche, aguardaba impaciente el momento de mayor discreción y poder arcano para abrirse y escrutar una mente más en busca de los vástagos de su enemigo. Sin embargo, esa noche vería sus intentos frustrados de nuevo...

Pues al centrar Sir Brian su mirada en Demetria Antoniette Laforêt puedo comprobar que no era más que una Humana normal y corriente.

Eso... ¡eso era! ¡Por fin!

Una loca felicidad invadió la mente de Sir Brian Medawar a la par que un creciente miedo. ¡Allí estaba!Cuando su visión se extendió y fijo su mirada sobre la tarotista, Marie Anne Lenormand, lo vio claro y horriblemente cierto...

Ya no era humana. Una horrible criatura se agazapaba bajo su piel, se revolvía en su repugante burla a la vida y lo cuerdo. ¡Era una de las horribles criaturas mandadas allí a matarles!

Que hacer con esa información era algo que el Sir debería meditar bien...

¡De nuevo! ¡Otro gran éxito! Sir Brian se regocijó feliz de complacer a la entidad interplanar que se asomaba tras sus ojos, pues Diana Maiers era... ¡otra semilla Mi-go! El Sir veía sus esfuerzos dar frutos por fin, era la segunda que encontraba. Satisfecho con el resultado cayó rendido... con la única esperanza de poder hacer uso de la información que estaba recopilando antes de que la muerte viniese a llamar a su puerta...

Camille Rossi era completa y absolutamente un simple HUMANO NORMAL Y CORRIENTE.