El área común de este bunker abandonado es un espacio desolado y lúgubre, donde el paso del tiempo ha dejado su marca. El ambiente es oscuro y húmedo, con un olor a moho y abandono que impregna el aire. La decoración está desgastada y dañada, reflejando años de negligencia y falta de mantenimiento.
Los muebles que alguna vez fueron funcionales ahora están en ruinas, con tapizados raídos y desgarrados. Las camas están deshechas y cubiertas de polvo, como si hubieran sido abandonadas apresuradamente. Un reloj antiguo, una vez elegante, ahora está estropeado y su tic-tac ha cesado, convirtiéndose en un simple adorno sin vida.
En las paredes y en el suelo se aprecian manchas de sangre y manchas de fuego, lo que da la impresión de que el lugar ha sido testigo de eventos turbios y violentos en el pasado. Estas marcas perturban aún más la atmósfera ya sombría del bunker.
Las lámparas fluorescentes en el techo son la única fuente de luz, pero están en mal estado. Chisporrotean intermitentemente, arrojando destellos de luz intermitentes y emitiendo un sonido molesto constante. Su resplandor parpadeante crea una sensación inquietante y poco acogedora en el espacio.
Apartada en un rincón del área común, hay una pequeña cocina, pero su estado de deterioro es evidente. Los gabinetes están descascarados y desgastados, con puertas que se caen de sus bisagras. Los electrodomésticos están cubiertos de óxido y acumulación de suciedad, dejando en claro que hace mucho tiempo que no se usan.
La puerta del bunker, la única salida aparente, está completamente cerrada y sellada. Es pesada y robusta, como una barrera impenetrable que mantiene el mundo exterior alejado. Su aspecto descuidado y la ausencia de cualquier mecanismo de apertura sugieren que no ha sido abierta en mucho tiempo.
Echando un vistazo al exterior, esta parecía ser la primera persona en salir de las habitaciones; quizás los demás tuvieran miedo a abandonar la seguridad aparente que le daba el anonimato o quizás aún necesitaban un poco más de tiempo para adaptarse a lo que de ahora en adelante, sería su nueva vida.
De la (11.) Habitación λ apareció una nueva persona más, al parecer poco a poco la gente estaba empezando a salir de sus respectivos cuartos para conocerse, algo que era intrinsecamente mucho más positivo, aunque a su vez mucho más peligroso pues ahora sabían de dónde venían. ¿Qué pasaría ahora?. ¿Es amigo o enemigo?.
Echando un vistazo al exterior, esta parecía ser la segunda persona en salir de las habitaciones; quizás los demás tuvieran miedo a abandonar la seguridad aparente que le daba el anonimato o quizás aún necesitaban un poco más de tiempo para adaptarse a lo que de ahora en adelante, sería su nueva vida.
La persona que había salido con anterioridad parecía haber salido de la (07.) Habitación η, puesto que era la única habitación que se encontraba abierta y, ya de paso, esta persona se encontraba relativamente cerca de esta puerta, como si quisiera regresar a ella en caso de peligro para escudarse de cualquiera que tuviera malas intenciones. Pero la pregunta se mantenía. ¿Qué pasaría ahora?. ¿Es amigo o enemigo?.
Kaito estaría observando y examinando la puerta con movimientos lentos, como si ya sabía lo que se iba a encontrar pero aún así necesitaba hacer la inspección.
Ante la presencia ajena se voltearía lentamente, su cabello le caería un poco enmarcando su rostro y detrás de unos lentes una mirada aparentemente impasible se ensancharía por la sorpresa.
- Hola...- diría levantando las manos.
- Supondré te encuentras en la misma situación que yo...eres la primera. Veo que están todos temerosos de salir...también me lo plantee el hacerlo. Pero tarde o temprano tendremos que hacerlo de todos modos, mejor ahora, que tarde.-
- Mi nombre es Kaito...me temo que corremos seria probabilidad de muerte si no salen más...si es que hay más...aún proceso esta situación.-
El área común de este bunker abandonado es un espacio desolado y lúgubre, donde el paso del tiempo ha dejado su marca. El ambiente es oscuro y húmedo, con un olor a moho y abandono que impregna el aire. La decoración está desgastada y dañada, reflejando años de negligencia y falta de mantenimiento.
Los muebles que alguna vez fueron funcionales ahora están en ruinas, con tapizados raídos y desgarrados. Las camas están deshechas y cubiertas de polvo, como si hubieran sido abandonadas apresuradamente. Un reloj antiguo, una vez elegante, ahora está estropeado y su tic-tac ha cesado, convirtiéndose en un simple adorno sin vida.
En las paredes y en el suelo se aprecian manchas de sangre y manchas de fuego, lo que da la impresión de que el lugar ha sido testigo de eventos turbios y violentos en el pasado. Estas marcas perturban aún más la atmósfera ya sombría del bunker.
Las lámparas fluorescentes en el techo son la única fuente de luz, pero están en mal estado. Chisporrotean intermitentemente, arrojando destellos de luz intermitentes y emitiendo un sonido molesto constante. Su resplandor parpadeante crea una sensación inquietante y poco acogedora en el espacio.
Apartada en un rincón del área común, hay una pequeña cocina, pero su estado de deterioro es evidente. Los gabinetes están descascarados y desgastados, con puertas que se caen de sus bisagras. Los electrodomésticos están cubiertos de óxido y acumulación de suciedad, dejando en claro que hace mucho tiempo que no se usan.
La puerta del bunker, la única salida aparente, está completamente cerrada y sellada. Es pesada y robusta, como una barrera impenetrable que mantiene el mundo exterior alejado. Su aspecto descuidado y la ausencia de cualquier mecanismo de apertura sugieren que no ha sido abierta en mucho tiempo.
Echando un vistazo al exterior, esta parecía ser la tercera persona en salir de las habitaciones; quizás los demás tuvieran miedo a abandonar la seguridad aparente que le daba el anonimato o quizás aún necesitaban un poco más de tiempo para adaptarse a lo que de ahora en adelante, sería su nueva vida.
Las personas que habían salido con anterioridad parecían haber salido de la (07.) Habitación η y de la (11.) Habitación λ, puesto que eran las únicas habitaciones que se encontraban abiertas y, ya de paso, estas personas se encontraban relativamente cerca de estas puertas, como si quisieran regresar a ellas en caso de peligro para escudarse de cualquiera que tuviera malas intenciones. Pero la pregunta se mantenía. ¿Qué pasaría ahora?. ¿Son amigos o enemigos?.
De la (01.) Habitación α apareció una nueva persona más, al parecer poco a poco la gente estaba empezando a salir de sus respectivos cuartos para conocerse, algo que era intrinsecamente mucho más positivo, aunque a su vez mucho más peligroso pues ahora sabían de dónde venían. ¿Qué pasaría ahora?. ¿Es amigo o enemigo?.
El área común de este bunker abandonado es un espacio desolado y lúgubre, donde el paso del tiempo ha dejado su marca. El ambiente es oscuro y húmedo, con un olor a moho y abandono que impregna el aire. La decoración está desgastada y dañada, reflejando años de negligencia y falta de mantenimiento.
Los muebles que alguna vez fueron funcionales ahora están en ruinas, con tapizados raídos y desgarrados. Las camas están deshechas y cubiertas de polvo, como si hubieran sido abandonadas apresuradamente. Un reloj antiguo, una vez elegante, ahora está estropeado y su tic-tac ha cesado, convirtiéndose en un simple adorno sin vida.
En las paredes y en el suelo se aprecian manchas de sangre y manchas de fuego, lo que da la impresión de que el lugar ha sido testigo de eventos turbios y violentos en el pasado. Estas marcas perturban aún más la atmósfera ya sombría del bunker.
Las lámparas fluorescentes en el techo son la única fuente de luz, pero están en mal estado. Chisporrotean intermitentemente, arrojando destellos de luz intermitentes y emitiendo un sonido molesto constante. Su resplandor parpadeante crea una sensación inquietante y poco acogedora en el espacio.
Apartada en un rincón del área común, hay una pequeña cocina, pero su estado de deterioro es evidente. Los gabinetes están descascarados y desgastados, con puertas que se caen de sus bisagras. Los electrodomésticos están cubiertos de óxido y acumulación de suciedad, dejando en claro que hace mucho tiempo que no se usan.
La puerta del bunker, la única salida aparente, está completamente cerrada y sellada. Es pesada y robusta, como una barrera impenetrable que mantiene el mundo exterior alejado. Su aspecto descuidado y la ausencia de cualquier mecanismo de apertura sugieren que no ha sido abierta en mucho tiempo.
Echando un vistazo al exterior, esta parecía ser la cuarta persona en salir de las habitaciones; quizás los demás tuvieran miedo a abandonar la seguridad aparente que le daba el anonimato o quizás aún necesitaban un poco más de tiempo para adaptarse a lo que de ahora en adelante, sería su nueva vida.
Las personas que habían salido con anterioridad parecían haber salido de la (07.) Habitación η, (11.) Habitación λ, y de la (01.) Habitación α, puesto que eran las únicas habitaciones que se encontraban abiertas y, ya de paso, estas personas se encontraban relativamente cerca de estas puertas, como si quisieran regresar a ellas en caso de peligro para escudarse de cualquiera que tuviera malas intenciones. Pero la pregunta se mantenía. ¿Qué pasaría ahora?. ¿Son amigos o enemigos?.
De la (05.) Habitación ε apareció una nueva persona más, al parecer poco a poco la gente estaba empezando a salir de sus respectivos cuartos para conocerse, algo que era intrinsecamente mucho más positivo, aunque a su vez mucho más peligroso pues ahora sabían de dónde venían. ¿Qué pasaría ahora?. ¿Es amigo o enemigo?.