Estaba apunto de hablar sobre la lista de compañeros, pero al parecer Mikhail se había molestado, tenía un punto que todos estaban haciendo mucho ruido innecesario pero era algo que tenía que pasar, era un viaje escolar. Por eso termine de hacer mis cuentas, que tenía pendiente y hable con la delegada, aun que Mikhail se moleste, es mi trabajo.
Con el dinero que sobro del festival cultura, podemos preparar 62 sandwiches + su comida. Le muestro a Karukuri las cuentas de la preparación de la comida. Voy hablar con Felicio, si entre los dos cooperamos con algunos yenes, podemos comprar algo de bebidas y algo de comida chatarra.
Nyu estaba mas en el mundo de los sueños que atendiendo en la propia clase, cuando sintió que algo o alguien la movía y una voz conocida se dirigía a ella, levanto ligeramente la cabeza y miro a Tania un tanto confundida. -¿? ¿Surtido? ¿Es hora de salir ya? Si... vamos juntasss... -Sonrío ligeramente antes de volver a cerrar lo ojos y volver al mundo onírico. Y para quien se preguntara cuando y de donde había sacado ese gorrito para dormir, no había una respuesta fácil.
Hidari se acercó emocionado a la conversación entre la delagada y el tesorero, arrastrando a su hermana en el camino. Todo lo que tenía que ver con comida volvía loco al muchacho. El chico comía por dos personas... quizá la razón por la cual su hermana comía tan poco.
- ¡Si! No escatimemos en comida... en las excursiones siempre pasamos hambre. Hay que comprar dulces, refrescos, ramen... ¡y esas papitas super picantes que venden a la salida de la escuela! Ohhh, ya me hace ruído la pancita de solo pensarlo... ¡anota todo eso, Aki-kun! ¡Anota!
La hermana escuchaba preocupada las propuestas de su hermano, mirando para otro lado ante el listado de comidas calóricas y poco nutritivas que luego sentiría en su interior.
Odio compartir un estómago contigo...
¿Sois siameses?
Miré con un suspiro la vacilada de Midori a Toko y la reacción de esta, pero no intervine. Todos se estaban poniendo muy ruidosos en clase, por lo que me recosté en el asiento tranquilamente con los ojos cerrados ignorando todo am i alrededor hasta que oí el comentario jocoso de Tina. Consiguió arrancar una pequeña sonrisa de mi. También me pareció oír mi nombre entre susurros, pero no entendí mucho más por lo que no le presté mucha atención y seguí descansando recostado en la silla.
¿Sois siameses?
Una de los dos gemelos se mostró anonadada por la pregunta, como si la misma se respondiera sola con un simple vistazo al cuerpo de los hermanos Sokumen. El otro hermano, sin embargo, no tomó ofensa por la pregunta y aprovechó la oportunidad para hablar un rato. Que hace rato que estaba sin conversar con nadie y ya se estaba aburriendo.
¡Pues si lo somos! Y no cualquier clase de siameses: estamos juntos desde nuestra concepción, ni más ni menos. Ni siquiera en el vientre hemos dejado el lado del otro.
Estaba en mi asiento con los pies sobre mi escritorio con un pequeño peine de color naranja que usaba para peinar los cabellos de la marioneta en mi mano izquierda-No es justo, cuando todos eligieron el lugar de destino nosotros tuvimos que quedaron en casa, Mr.Clown se enfermo y tuve que cuidarlo, me escupió la sopa de pollo en la cara un par de veces- Decepcionado levantaba mis hombros, cuando escuche las palabras de Karakuri -Compañeros de viaje, realmente será muy divertido, llevare emparedados de mermelada con mermelada, despues de clases debo comprar un frasco anoche termine el ultimo que tenia- Al escuchar lo que tenia que decir Mr.Clown sonreiría mirando a la marioneta asintiendo varias veces -Claro, comprare unas galletas para el viaje en autobús.
Todos hablaban sobre sus compañeros de asiento yo estaba pensando con quien podría sentarme algunos tenían ya un compañero -Sentarnos con Nyu,¿Qué piensas de eso Mr.Clown?- Al escuchar a Mr.Clown responderle a Tania reiría pero levantaria mi mano haciendo un ademan que le indicaba que podía quedarse con Nyu, no sabia con quien mas dialogar pero Aki había abierto la oportunidad para decir muchas mas cosas -Sándwiches de mermelada son mis favoritos, Mr.Clown prefiere las galletas con chispas de chocolate, para beber podríamos comprar agua el viaje será largo Escuche lo que decía Mr.Clown moviendo su manitas para llamar mi atención -Es verdad no como maní, por eso como emparedados de mermelada con mermelada.
Movería los bracitos mientras mi cabello era peinado por Arthur -Fue tu culpa por quedarte jugando bajo la lluvia, te dije que volviéramos a casa pero solo me hiciste caso cuando el maquillaje se te estaba cayendo- Me estaba moviendo de un lado a otro como si bailara moviendo los brazos sujetando una pequeña hacha -Galletas, hay que comprar también un cartón de leche, papa y mama trabajaran hasta tarde- Dejaría de bailar y el brazo de Arthur se levantaría mientras movía la cabeza mirando a los demás -Creo que esa niña quiere sentarse con Nyu casi me dan ganas de sentarnos con ella pero quiero estar junto a la ventana- El brazo de Arthur bajaría y me quedaría ahí a su lado mirando hacia el pizarrón moviendo la cabeza -Recuerda mencionar que no comes maní.
Finalmente la campana del fin de las clases sonó, liberando tanto a los alumnos como al Profesor que se levantó de un salto más enérgico que cualquier otro y girándose hacia todos los presentes exclamó. -Se terminó el ultimo día que os veo las caras como profesor... -Comentó aliviado de que terminara- Ahora os tendré que mirar por una semana como "Profesor Asignado para la Excursión"- Este comentario no fue para nada aliviado, sino algo molesto- Mañana os esperaré aquí a las 8:00 de la mañana en el autobús que yo mismo tengo que ir a buscar porque al parecer no hay fondos para un autobusero de verdad... Y como no, no me pagarán estas horas ni el madrugón... así que más vale que nadie llegue tarde. -Gruñó enfadado.
Mientras el profesor salía por la puerta más rápido que nadie, y el resto de la clase tenía que ocuparse en recoger sus cosas, desde sus mochilas, maletas, enseres personales y materiales escolares; uno de los alumnos simplemente se acercó a al ventana para ver el Parking donde los coches de todos los profesores estaban, y todos apurados, y con claras ganas de largarse de ahí se marchaban quemando rueda de las instalaciones.
El único que parecía estar algo más desanimado por largarse, y por tanto el último en llegar no fue otro que el propio Tutor de la Clase, probablemente debido a que este, a diferencia del resto, no era su último día de clase, sino que le tocaba aguantar a 30 adolescentes en una mansión abandonada en donde tenían que acampar en las afueras con sacos de dormir que, claramente, no iba a ser bueno para su espalda, así como la humedad del ambiente.
-Upupupupupupu... -Rió el muchacho mientras veía como el profesor entraba en su coche y lentamente conducía hacia la salida, abatido y resignado por lo que le esperaba en el día de mañana.
Finalmente las clases terminaron y aunque todos parecían estar contentos con ello, la que peor lo estaba pasando no era otra que Himawari Ame, la cual parecia estar algo apenada por todo ello, entristecida que sería la última vez que los vería. Y no, su tristeza no era en relación a sus compañeros, sino hacia las plantas, a fin de cuentas era la única miembro del Club de Jardinería, y ahora que ella se iba a ir... ¿Quién iba a encargarse de ellas?.
-Chicos, puede que esta sea la última semana que nos vamos a ver, pero tratemos que esta semana sea la mejor semana de nuestras vidas. ¡Pasémoslo bien!. -Comentó sonriendo al resto de sus compañeros de manera dulce y agradable- ¡Os prometo que intentaré hacerlo lo mejor que pueda para que siempre haya buen tiempo mientras estemos en la excursión para que podamos disfrutarla al máximo!.
Tras llamar de esa forma la atención de todos, la muchacha se acercó a Niji Tako y le comentó algo en privado. Al parecer quería tratar algo con este que el resto no pudo escuchar con claridad por parte de ella.
El muchacho se acercó a su compañera y con su entusiasmo habitual este habló a gritos permitiendo a todo el mundo que escuchara lo que la joven le estaba pidiendo.
-¡Claro!. -Gritó el muchacho- ¡Puedo hacer eso!. ¡Seguro que será un gran final!. ¡Nos vemos dentro de una hora en la cabaña de jardinería!.
Y con esto el muchacho salió corriendo del aula.
Sea lo que fuere, aquellos dos iban a tener una pequeña cita después de clase, el para qué, eso ya era algo que no se podía saber del todo bien.
Viendo por el único ojo que no tenía el parche como todos se estaban preparando para irse para que mañana todos pudieran estar al 100% y disfrutar del viaje y además animado por las palabras, el esfuerzo y la promesa que Himawari hacía a todos ellos, no podía ser menos.
-¡Yo también haré un esfuerzo! -Dije convencido de poder hacer algo- ¡Los del Club de Ocultismo hemos estado trabajando en algo para asegurar que en el viaje podamos ver fantasmas de verdad!. ¡Hoy daré el último retoque para hacer que la invocación sea un éxito absoluto así que deseadme suerte!.
Antes de marcharme hacia el aula abandonada donde el Club de Ocultismo se reunía, me giré hacia los otros integrantes del Club y les di mis órdenes. - ¡Vosotros id a casa y dormid bien!. ¡Mañana será un gran día para ver fantasmas!.
Y con esto dicho todos los demás alumnos se marcharon a sus respectivas casas en Sakurami City usando el autobús de la escuela que, a diferencia del profesor, este sí iba a tener vacaciones a partir del día de mañana que, una vez que los trajera a la escuela este se largaría a disfrutar de la playa, quizás de la montaña, o incluso a ver un espectáculo de televisión y salir con la tele con sus hijos, como fuera... él era libre.
Aquel paisaje iba a cambiar a partir de ahora, ya no iban a viajar más en ese autobús para regresar de la escuela hacia sus casas, este era el último viaje para todos y aunque este era un sabor agridulce para algunos, otros parecían estar disfrutándolo enormemente. Al menos por parte de Koguma que no para de reír mientras miraba por la ventana del lado derecho.
Los que se encontraban en el lado derecho del autobús, en particular la ventana del mismo, pudieron ver como, no solo la diversión de terminar con las clases era lo que le provocaba la risa, sino que también pudieron ver al profesor tratando de empujar su coche por la carretera de la montaña sin demasiado éxito. Era lo malo de no tener cobertura en esas montañas.
Aquel paisaje iba a cambiar a partir de ahora, ya no iban a viajar más en ese autobús para regresar de la escuela hacia sus casas, este era el último viaje para todos y aunque este era un sabor agridulce para algunos, otros parecían estar disfrutándolo enormemente. Al menos por parte de Koguma que no para de reír mientras miraba por la ventana del lado derecho.
Al parecer el muchacho se estaba divirtiendo más que nunca...