Partida Rol por web

Tan pronto los tres amigos combinan sus fuerzas, logran crear un grueso domo de energía de 5 metros de diámetro, el cuál parecía se capaz de protegerlos de casi cualquier cosa.

Aquel domo de energía plateada, parecía ser casi tangible y tener varios centímetros de espesor.

Al ver la energía que habían creado entre todos la pequeña Allison deja escapar un ruido de sorpresa y admiración ante la cúpula protectora que los envolvía.

- ¡Hala! ¡Qué bonito! - exclamó maravillada, sentía el impulso de atravesar la barrera con los dedos pero en su mente se imaginó como una burbuja de jabón explota cuando la tocas, y se contuvo, aunque posiblemente no funcionasen del mismo modo. - ¡Así podremos defendernos sí o sí! ¡Muchas gracias por enseñarnos Artemis! - concluyó con una enorme sonrisa mientras seguía admirando el Sanctorum Repellum combinado con fascinación.

En cuestión de algunos minutos, Merida y Allison llegaron a las cercanías del lago, cerca del árbol dónde el grupo solía reunirse. Por el camino conversaban sobre investigar los jardines en un futuro próximo, quizá no fuese una idea demasiado inteligente, pero conociendo la curiosidad de los jóvenes, era algo que ocurriría tarde o temprano.

Una vez allí, la pelirroja asintió sonriente a su compañera, dispuesta a enseñar lo que sabía, o intentarlo al menos. - Vale, a ver que haga memoria. No soy ninguna experta pero vamos a intentarlo. Lo primero que nos enseñó Artemis fue Sanctorum Repellum, un hechizo protector que incluso puede combinarse con varias varitas, ¡formando una super burbuja protectora! Pero hay que concentrarse mucho. - enunció recordando las prácticas anteriores.

Intentó emular los movimientos que usó el día anterior, intentó concentrarse todo lo que pudo. - ¡Sanctorum Repellum! - con un giro circular de su varita, una esfera de color plateada envolvió a Allison. - Uf, ¡así! Y ahora pasemos a probar dos hechizos ofensivos. Ese libro que tiene Artemis es una maravilla. - comentó mientras sacudía ligeramente su varita para deshacer la burbuja protectora y se rascaba la mejilla pensativa antes de seguir.

- Eldruin, lanza una descarga de escarcha que no hace daño a seres de corazón puro, pero puede de congelar a una criatura maligna. Sí, era algo así, este no logré dominarlo pero voy a intentar probar de nuevo... - dijo mientras apuntaba con la varita al tronco de un árbol cercano. - ¡Eldru- ah..! -  en eso que pronunciaba el hechizo, resbaló con un poco de tierra mojada, cayéndose de culo al suelo. - Ouch... Desde luego el hielo no es lo mío... - comentó quejándose mientras se incorporaba de nuevo, sacudiéndose la tierra de la túnica. - L-lo siento, creo que será mejor que Artemis te enseñe este él mismo. - añadió a modo de disculpa, avergonzada por la caída.

- Bueno, a ver si no hago un estropicio con el siguiente... Se llama Exordio, y Artemis dijo que era especialmente útil contra criaturas como los... Diablillos. ¡Ugh que repelús sólo de acordarme! - comentó mientras respiraba hondo y volvía apuntar contra el mismo árbol, preguntándose si quizás no tendría algún hechizo protector y por eso el desastre anterior... 

- ¡Exordio! - para su sorpresa unos proyectiles de energía sagrada, como si de pura luz se tratasen salieron disparados de la punta de su varita a toda velocidad, impactando contra la corteza del árbol. - Oh, ¡viiiiva! Venga Merida, prueba a ver que tal. - finalizó dejando sitio a su compañera para que practicase. 

Me siento en el suelo al lado de Allison mientras ella me explica sobre los hechizos y me fijo en como los practico uno tras de otro. Cuando cae al suelo después del Eldruin, me acerco a ella para ayudarla a levantarse.

- Bueno. Es mi turno.

Y, uno detrás de otro, intento los hechizos.

Y, uno detrás de otro, fallo en los intentos.

Miro la varita con los ojos entrecerrados. 

La burbuja vuelve a estallar como una pompa de jabón nada más crearse, y el Eldruin sólo crea un poco de escarcha en la punta de mi varita. Pero me niego a desistir.

- Exordio. - digo con voz clara y convencida.

Una tormenta de afilados proyectiles de luz sagrada se forman delante de mí y cruzan el aire como un vendaval, asaetando el árbol.

- Bueno, al menos éste no me ha salido del todo mal, ¿verdad? - digo a mi amiga con una sonrisa - Aunque creo que mejor dejarlo por hoy. Hoy me cuesta mucho concentrarme. Creo que con la llegada de la Nimbus no puedo parar de pensar en las pruebas del Quidditch y... ¿puedo contarte un secreto? - digo sentada otra vez y mirando a Allison - Sé que hablo muy segura acerca de pasar las pruebas y de conseguir el puesto de buscadora, pero... pero la verdad... es que tengo un poco de miedo de fallar. El pensamiento va y viene por mi mente y me impide concentrarme como debería.

Después de que la ayudase a levantarse, Allison observó con expectación como su amiga iba practicando los hechizos, casi los tenía dominados, cuando lanzó el último exordio los ojos de la pelirroja brillaron con emoción. - ¡Hala que potencia en ese último Exordio! Mañana los sacas fijo, ¡has estado a punto! - 

Cuando terminó se sentaron juntas para descansar después de lanzar tanto hechizo y escuchó atenta lo que Merida le contaba. Sorprendiéndose por sus palabras. - ¿Lo dices de verdad? - preguntó aún incrédula del temor de su amiga, la pelirroja le puso la mano en el hombro dándole un apretoncito amistoso. - No te preocupes Merida, estoy segura de que serás capaz de lograrlo. Además, el primer paso es mostrarse convencido de que puedes hacerlo, sólo tienes que creer en tí misma. Y yo creo en tí, desde que lo dijiste, no lo dudé ni por un instante.  Es más, es que ya te imaginaba sobre tu escoba con la snitch en la mano. - dijo con una sonrisa, convencida de sus palabras, soltando el hombro de su amiga y dejando escapar un suspiro mientras miraba hacia el cielo.

- Sinceramente, a veces me gustaría parecerme un poquito más a ti... - añadió arrugando la nariz. - Y sigo diciendo, estaré en las pruebas para animarte, y si en algún momento vuelves a preocuparte, me lo dices y te saco esas ideas bobas de la cabeza. - dijo finalmente con una sonrisa.

Miro a mi amiga mientras me habla y sonrio con afabilidad.

- Gracias, Allison. - me acerco para darle un abrazo - Estoy muy contenta de tener una amiga como tú. Y espero estar a la altura de tus expectativas. Prometo que me esforzaré al máximo. Lo mismo con los hechizos. Mañana volvemos a practicarlos. Y cada día si hace falta. Vamos a ser las mejores del club de duelo. Ya lo verás. 

Allison no podía sentirse más contenta, correspondiendo el abrazo asintió feliz ante las palabras de su amiga Merida.

- ¡Gracias a ti por aguantarme! - bromeó riendo, pero luego asintió con convicción. - ¡Sí! Y también tienes que estrenar tu escoba, ¡si hace falta nos hacemos un horario y todo! Vas a ser la mejor buscadora que ha visto Hufflepuff, ¡ya verán las otras casas! - finalizó con fuego en los ojos. 

Me alegra ver como los ánimos de las dos nos han aumentado rápidamente.

- A sus órdenes entrenadora. A parte de la escoba, me ha llegado también un snitch dorado para usarlo en las prácticas. Ahora ya es tarde, pero podemos empezar mañana, si te parece bien. Podemos practicar con la escoba por la mañana y hechizos por la tarde. 

- ¿Ah sí? Pues menos mal... Ya tenía pensado utilizar Avifors, para que intentases atrapar uno de mis intentos de pájaro fallidos, ¡pero si tienes una snitch real mejor que mejor! ¡Y mucho más seguro dónde va a parar! -comentó echándose a reír, y continuó. 

- Pues por mi estupendo, ojalá mañana esté abierta la biblioteca así por la mañana aprovecho y leo un poco mientras vuelas, ¡quizá haya algo sobre técnicas de vuelo o consejos de Quidditch! - dijo con ilusión, mientras empezaba a mirar a su alrededor. Después de tanta práctica, también se sentía algo cansada y si se quedaban quietas pillarían frío con el agua tan cerca. Allison se puso en pie y le ofreció la mano a su amiga para ayudarle a incorporarse. - Decidido, ¡mañana nos pondremos las pilas! Pero será mejor ir volviendo, pillaremos un resfriado o nos comerán los mosquitos, una de dos. - 

Tomo la mano de Allison para levantarme.

- ¡Gracias! Pues si parece un buen plan. - cuando menciona los mosquitos, me giro con la varita preparada - ¿Mosquitos? ¿Dónde? Odio a esas sanguijuelas, cuando te pican, te salen bultos. Todavía tendré la oportunidad de practicar mis hechizos de fuego. Pero si, será mejor que volvamos al castillo.

Mientras volvemos, de vez en cuando voy dándome la vuelta con la varita preparada por si alguno de esos despreciables chupópteros intenta perseguirnos.

Mientras van de regreso al castillo, Allison no puede evitar reír ante la actitud de su amiga contra los mosquitos, pero no podía culparla. Como te picasen era el horror luego, ¡el insoportable picor!  - Démonos prisa entonces ¡O somos capaces de incendiar algo! - dijo entre bromas mientras aligeraba el paso, y vigilaba de no oír el característico zumbido que precedía a esos malnacidos chupasangre.

Al finalizar la clase de Defensa contra las artes oscuras me dirijo a la orilla del lago y llamo a Falcor con un silbido. Una vez que mi amigo se encuentra a mi lado, me siento bajo un árbol para alimentarlo y consentirlo con sus galletas de lava para luego sacar dos pergaminos y un tintero, para continuar con mi investigación.

Acudía animada al encuentro, teorizando mil posibilidades sobre qué querría mostrarme Artemis junto al lago, dado que en verdad mantenía un nivel difícil de superar.

- A mi no me das galletas así. Voy a acabar celosa

Le saludé jocosa dejando claro que no iba en serio mientras me sentaba a su lado, quizás demasiado cerca.

- ¿Qué haces?

Pregunté intentando mirar el contenido del pergamino.

Jejeje, tengo algo mejor para ti. - respondo mientras abrazo a Hellen y extiendo dos pergaminos con extraños grabados, unos mejor trazados que otros.

Observa, estas son runas de poder, las del pergamino de la izquierda son las originales y las de la derecha las hice yo. Un trabajo bastante bueno si me permites decirlo. Jejeje. 

Sin embargo. Los dos grupos de runas no son más que tinta en un papel, pero ¿Qué dirías si te digo que conozco una forma de explotar su poder? ¿Te gustaría aprender? - pregunto sacando mi varita.

De pronto detengo mi marcha hacia el lago y me giro en redondo.

Hola Freddy. ¿Por qué me sigues? ¿Puedo ayudarte en algo?  - pregunto con naturalidad, mientras me acerco a mi amigo.

- Estaba preocupado por ti - dijo Freddy con sinceridad -, te vi coger algo en la clase de defensa contra las artes oscuras y quería ayudarte por si tenias algún problema.-