Partida Rol por web

Aún habiendo llegado a la enfermería, no parecía que fuera a despertar pronto.

Jackie le explica pacientemente lo sucedido a la enfermera. Que la profesora sinistra salió corriendo de nuestra clase, dejandonos con tres palmos de narices, y que mientras discutiamos que mosca le habia picado a ella, hablando acerca de lo que ocurrió en el instituto Warren de Jóvenes Dotados. Y que ella le pasó esto

"Señora Pomfrey, en clase estamos bastante asustados. Si la Sinistra quería esconder que ocurre algo realmente malo... ha conseguido LO CONTRARIO. Cada idea es peor que la anterior"

"Por favor, se lo ruego ¿Que es lo que está pasando?"

Señorita Voorhes, sinceramente no tengo ni idea de lo que me habla, pero si algo malo está pasando o por venir, le aseguro que el director Dumbledore se los dirá, siempre lo hace, sin importar lo que opine el Ministerio.

El profesor Dumbledore siempre ha ido muy a su aire. - dice mientras busca algunos compuestos para preparar una medicina para Hellen.

Tan pronto parece encontrar lo que buscaba, se pone a mezclar, para luego inyectar el potingue en el brazo de Hellen.

Con esto debería despertar para mañana a primera hora.

Jackie las contempla, a las dos

"Gracias, señora Pomfrey. Hellen es una buena amiga que nos estuvo ayudando mucho a los refugiados del Instituto Warren a integrarnos."

Antes de irse, Jackie le da un abrazo a la dormida compañera. Aunque no lo note

"Antes de salir... ¿Podría firmarme algun documento de que he estado aqui? Ya sabe, el señor Filch... como me pille ¡Me muele a collejas!"

Claro señorita Voorhes, aquí tiene, un pase de pasillo debidamente firmado y sellado, tiene 30 minitos para llegar a su sala común. - dice Madame Pomfrey, entregándole a Jackie un trozo de pergamino.

Martes (Mañana).

La luz de la mañan entró por la ventana sacándome de mi inconsciencia y provocando que mirara la enfermería extrañara. ¿Qué había pasado para acabar aquí? Francamente, lo único en lo que podía pensar era en cómo me dolía la cabeza, casi como si una bludger hubiera decidido que era una buena idea darme mil golpes seguidos en ella.

- ¿Señora Pomfrey?

Opté por llamarla a ver si podía echar algo de luz a mi oscuridad.

Buenos días señorita. ¿Cómo se siente? Espero que haya descansado lo suficiente. - dice la sabadora, mientras te observa y empieza a examinarte.

Me resultaba extraño que no supiera nada de lo que había ocurrido, pero tampoco podía hacer mucho más al respecto, salvo dejarme examinar.

- Con dolor de cabeza - respondo sincera su pregunta antes de formular la mía propia - ¿Cómo acabé aquí? No es que me moleste que me cuiden, pero no creo haber pasado cerca de la enfermería.

Señalo con bastantes lagunas sobre lo ocurrido.

¿No recuerdas nada? Eso sí que es inquietante, te trajo esa niña enmascarada, la del acento americano, Voorhes.

Algunos minutos después llegó la profesora Sinistra y dijo qie te habías desmayado, la verdad es que no me supo explicar la causa, me dejó tu varita y se rertiró a descansar.

No habrás estado practicando encantamientos mentales ¿Cierto? - pregunta la sanadora atando cabos.

- No exactamente. Se que la modificación de recuerdos está más allá de mi alcance, por lo que he centrado únicamente en las defensas...

Confieso sin llegar a admitir que todos los problemas los había tenido desde que había dejado a la pantera tomar el control.

- Reforzar la voluntad y situar capas de protección sobre recuerdos concretos mayoritariamente.

Eso es bueno, pero no te sobreesfuerces, mira lo tuyo es cansancio mental, toma este tónico tres veces al día durante una semana y deja los ejercicios mentales por dos días completos y estarás bien.

Ahora vaya a desayunar que luego me la dejan sin comer y va a terminar de vuelta aquí, usualmente prefiero que mis pacientes no regresen muy seguido, salvo que sea para traerme algún pequeño caramelo o un perfúme, de preferencia francés. - dice la sanadora guiñando un ojo y sonriendo con amabilidad.

Que tenga buen día señorita Greystoke.

Bueno, si sólo era cansancio, en verdad tenía una solución fácil, es por ello que recojo el tónico a pesar de que sabía que iba a resultarme difícil descansar, especialmente ahora que andaba enfrascada en el libro de ingredientes. Consciente de ello, me incorporé mientras examinaba el tónico con interés. Quizás necesitara reproducirlo y tomarlo regularmente, aunque no todos los días, sino más bien una vez a la semana o algo por el estilo para evitar desplomarme inconsciente, pero si pensaba fríamente, ¿no terminaría acostumbrándome a el?

- Igualmente señora Pomfrey, además no me conviene saltarme comidas. Y gracias.

Le agradezco incorporándome para recoger mi varita, en realidad la de Slytherin porque la mía seguro que tenía algo extraño, por lo que tendría que examinarla con cuidado antes de usarla. De todos modos, no tardo en dejar la enfermería directa al club de duelos, las obligaciones siempre iban primero.

Sin saber como, despiertas en la enfermería en una cama al lado de la de Artemis, el Gryffindor aún duerme y no parece tener intención alguna de levantarse pronto.

Lo primero es lo primero.

Ella xonprueba que lancareta siga en su sitio

Las palabras de la maldición de Mokub... o Bucon, resuenan en su mente como una amenaza cruel.
A toda velocidad, se lanza por la máscara y se la vuelve a poner, antes siquiera de asegurarse de que hubiese más gente, o de siquiera si se puede mover sin que le duela o le moleste.

Entonces, sólo entonces, suspira y se sienta pesadamente en la cama de la enfermería

"Por la gloria infinita del Gran Kaiser ¿Que es lo que ha sucedido?" piensa en voz alta.
Y si, al parecer, de un tiempo a esta parte jurar por el Káiser, por su furia, sus puños, su espada o su infinita gloria se ha puesto un tanto de moda.

Y entonces revisa si está sola, si hay mas gente mirando, o si siente algun dolor o pesadumbre que aun le moleste tras la aventura de ayer.

Madame Pomfrey no se encuentra en la sala, de momento, sólo están Artemis y tu en la sala.

Tras suspirar un tanto aliviada, la joven se asegura la careta, y se viste,
Despues se asegura la careta, y se calza las botas. Pues nunca está de más para completar el disfraz¹ el aparentar ser 14cm más alta

Luego se asegura la careta, y entonces busca su varita de Álamo rojo. La fiel compañera que le ha permitido salir de esta.

Entonces da una vuelta alrededor, buscando un informe de lo que les ha pasado, lo que les hayan hecho... ¡Y que dia es hoy!

Sólo entonces intenta despertar cuidadosamente a Artemis, tomandole la mano.

Según el informe de madame Pomfrey, Artemis y tu fueron hallados inconscientes en los terrenos del castillo casi al medio día del sábado.

El diagnóstico fue cansancio extremo y se les trato con pociones herbovitalizantes.

Por las manecillas del reloj, puedes deducir que son casi las 23:00 del mismo día.

Ella se sienta al lado de la cama de Artemis.

Esperando.

Simplemente esperará hasta que se despierte.