Partida Rol por web

Mientras recorres los jardines te encuentras con Bane, quien está grabando runas protectoras en un monolito, usando un instrumento que parece un cuchillo, él se percata rápidamente de tu presencia.

Así que aquí estaba la oveja perdida, te perdiste una buena clase Greystoke, le dije a Katherin que te llevara, pero no te encontró.

En fin, Flamel y los otros son bastante hábiles, quizá no necesite entrenarte después de todo, te espero en mi despacho el martes después de clases junto a los otros. - dice Bane en tono amable.

¿Qué haces Bane?

Me pregunto cuando, en vez de encontrar a alguno de mis amigos, lo hallo inscribiendo runas en una piedra. Lógicamente recupero mi forma mientras avanzo con cierta suspicacia con el libro en mis manos.

- Si es de runas olvídelo. No tengo cabeza para esas cosas - le advierto imaginando que la forma en que lo había pillado tendría algo que ver - De todas formas le aseguro que no he estado perdiendo el tiempo. - añado enseñándole la cubierta del libro y golpeando con los nudillos - Creo que anda incompleto, pero me las apañaré.

Si hubiera tenido más confianza con él, hasta habría sonreído, pero sabía que no estaba aquí para hacer amigos y era incapaz de no tratarlo manteniendo las distancias.

- ¿No sabrá dónde paran?

Añado intentando dar luz a mis dudas sobre el paradero de los chicos.

Bueno tú te lo pierdes. Ellos deben estar en el comedor ahora. - dice mientras vuelve a lo suyo.

Por cierto si te interesa la Oclumancia, deberías leer: "Oclumancia, el arte de cerrar la mente" de Albus Dumbledore, es un gran libro para poder iniciarse en esa técnica. 

De seguro que le echaría un ojo, incluso podría pedírse al director un ejemplar firmado.

- Gracias, ¿pero qué le hace pensar que necesito una introducción y no ya clases prácticas? - pregunto esbozando, ahora si, una leve sonrisa - Si quiere ayudarme, lo que necesito son escenarios de combate... sin varita.

El apunte final era importante, dado que me sabía incapaz de desplegar grandes cantidades de magia.

- Nos vemos profesor.

Me despido de él para regresar al comedor en busca del resto, transformada en pantera, claro.

Aquella tarde me encontraba un tanto.más relajado, luego de haber puesto en su lugar a un bocazas de quinto año que se creía que podía irme tocando las narices, Falcor y yo dimos un paseo por el jardín, en el cual traté de enseñarle a Falcor un nuevo ataque, aunque no nos salía del todo bien.

Tranquilo amigo, ya lo lograrás, confía en mi. ¡Vamos que te lo has ganado! - digo mientras le ofrezco una galleta de lava a mi enfurruñado Fénix.

Poco después de las clases Kat fue a los jardines del castillo a pasar el rato, no iba sola ya que su Fénix Atori iba con ella.

Atoli iba contenta dando volteretas y giros por el aire, todo en base a las indicaciones que Kat le indicaba; satisfecha Atoli bajo al brazo de Kat mientras daba un dulce canturreo.

-Lo hiciste bien pequeña. Toma.-dijo al darle una galleta de lava.

Mientras comía su compañera Kat vio de reojo a Artemis que también estaba con su Fénix, sorprendida Kat le dijo:

-Oye Artemis.-se acerco a el contenta-¿Como has estado?

Hola Kat. - respondo con una sonrisa algo forzada. - He estado mejor, pero bueno todo pasa por algo, al menos ahora tengo un poco más de tiempo libre para entrenar por si nos topamos de nuevo con Samantha y compañía. - agrego con naturalidad.

En mi rostro se notaba cierto desazón y algo de resignación, pero por lo menos no me habí dejado vencer por la depresión.

Al ver semejante desgano en las expresiones de Artemis Kat perdió su alegría inicial, era casi como si su tristeza fuera contagiosa. Intentando mantener el animo dijo de manera ocurrente:

-Bueno, no creó que se asomen por un rato. No después de semejante paliza que les dimos.

Dijo esto con una sonrisa casi falsa, no quería admitir que aquel incidente había pesado mucho, no sólo para Artemis sino para todos, también para ella. Tratando de cambiar de tema le dijo:

-El otro día oí de unas chicas en el comedor que ya eres una leyenda en el club de duelos. Eh León Joven. ¿No crees que te estas exigiendo demasiado?.

Al contrario Kat, creo que no me estoy exigiendo lo suficiente, esos idiotas casi nos matan y no voy a permitir que eso suceda. - respondo con determinación.

Sabes Kat, no quiero ver a nadie más sufrir por mi culpa. - digo mientras un leve mareo me hace perder el paso forzandome a apoyarme en un árbol cercano.

-Oh no.-Kat sacó su varita-A ver, muestrame tu brazo.

Dicho esto apuntó su varita hacia su brazo y conjuro:

-Iratze.

Así tallo un par de runas brillantes en su antebrazo. Le pareció que no era suficiente así que -viendo que no hubiera nadie a la vista- saco una daga misteriosa y con ella repitió el grabado en el reverso del brazo. Hecho esto guardó la daga y le dijo:

-Listo, no se si esto te ayudé pero cuando menos no sentirás las heridas.

Kat guardo su varita y mientras miraba a Atoli volar por el aire le comentó a Artemis:

-Esta bien ser fuerte, pero recuerda que no eres infalible. ¿Has pensando en descansar un poco?.

Aunque tus runas son perfectas, parecen no tener efecto en Artemis, justo en ese momento recuerdas las palabras de Bane y sientes como un escalofrío que recorre tu espalda mientras Artemis se deja caer al suelo, respirando con dificultad.

Kat no entendía por que Artemis seguía débil si las runas habían sido perfectas, mas eso no era lo peor. Repentinamente El León Joven se vino abajo frente a ella, esta dio un grito ahogado mientras se tapaba la boca con tal de no ser escuchada.

-¡¡¡Por el amor de Dios!!!, ¡¡¡Artemis, no otra vez!!!.

Sin pensarlo dos veces tomo a Artemis del brazo y le lo llevó acarreando hacia donde siempre: la enfermería.

Mientras nuestrsos compañeros se dirigían a la torre de astronomía, Freddy y yo nos colamos a los jardines burlando la vigilancia de los pasillos, una vez allí, no nos cuesta nada encontrar un lugar en el cual practicar.

Sin mayor dilación echo mano del libro de Blake y lo abro en alguna de sus muchas páginas y le muestro a Freddy un hechizo en cuya página se ve a un mago rodeado por tres círculos de colo azulino.

De acuerdo a esto, este conjuro crea una barrera de fuego sagrado que puede usarse para mantener alejados a los demonios o atraparlos dentro, impidiéndoles escapar.

Además, según el libro, el conjurador puede hacer explotar la barrera para dañar a todos los demonios que se encuentren en un radio de 10 metros del mago. El conjuro se llama Regnum Solaris y su ejecución es bastante compleja, pero creo que podemos dominarlo. - digo con cierta confianza.

Permíteme que te muestre el movimiento de la varita. - sentencio mientras levanto mi varita y trazo tres pequeños círculos sobre mi cabeza concentrándome en el hechizo.

¡Regnum Solaris! - digo en voz alta mientras creo tres císculo de fuego celeste que giran amenazadoramente a mi alrededor. - Genial, salió perfecto a la primera. - agrego con una sonrisa.

Freddy, animado, sonrió a su compañero mientras sacaba su varita nueva.

- No tuve tiempo de enseñártela antes-. Dijo alegre.- Complete la prueba de Gryffindor- susurró para que nadie escuchara antes de empezar a probar el hechizo que le enseñaba su compañero.

- Regnum Soaris!- pronunció sin darse cuenta de su error. La varita chispeó y nada más.

- Lo intentaré de nuevo, creo que ya sé donde me equivoqué. Regnum Solaris!-. En ese momento el hechizo funcionó y el circulo celeste también comenzó a girar a su alrededor.

Alegre el joven Townsend comenzó a girar con los círculos de fuego.

- ¿Hay algún otro hechizo?-. Preguntó

Varita nueva, ¡Que bien! - digo dándole una palmada en el hombro a Freddy. - Se ve algo antigua.

¿En serio llegaste a a completar la prueba? - pregunto bastante emocionado. - Eso quiere decir que obtuviste su llave, muéstramela  por favor. - lo insto a mi amigo mientras lo veo fallar su primer intento.

Ánimo que tu puedes. - digo mientras Freddy logra realizar el hechizo en su segundo intento. - Sabía que podías hhacerlo.

Si hay otros dos, pero mejor lo dejamos para otro día, pues la profesora Sinistra no tardará en enviar a alguien a buscarnos y si nos encuentran aquí nos meteremos en un líos de los gordos.

- En otro momento entonces,-dijo Freddy con una sonrisa-Sí, conseguí la llave, aunque tenemos que reunir las otras para poder encontrar el secreto que guarda el castillo.

Sabía que sería algo complicado de realizar pero iban por buen camino.

- Espero que Sinistra no use sus poderes para localizarnos... ¡Sería trampa!

Con los profesores nunca se sabe, mejor nos ponemos en marcha hacia el castillo. - respondo mientras una densa niebla se adueña del lugar.

De pronto, una oscuridad sobrenatural  los rodea y trata de asfixiarlos. 

Freddy se sorprendió con la oscuridad que les comenzaba a envolver. No dudo y sacó su varita.

- ¡Lumus Solem! - pronunció tratando de luchar contra las sombras que comenzaban a envolverles.

- ¿Qué demonios sucede?