Partida Rol por web

Hogwarts Adventures - En busca del tiempo perdido

2038 - Dane Hills

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21/09/2014, 01:38
Maxwell Alden

—¡Coño que no! ¿Qué tiene de malo una tormenta?

La perspectiva de estar al aire bajo una tormenta no era halagüeña. Y menos junto a ese árbol solitario, que parecía destinado a atraer todos los rayos del mundo con sus ramas. Aunque lo cierto era que, de haber atraído alguno con anterioridad, no hubiese estado tan entero. Como mínimo, se habría chamuscado, y estaba casi seguro de que tendría que haberse prendido fuego hasta consumirse, o hasta que la lluvia lo apagara.

Tormenta o no, no le daba la gana entrar. Había algo raro en todo aquello. Raro, es decir, aparte de lo evidentemente raro. Como si un duendecillo dentro de su cabeza estuviera gritando que se metiera en la cueva mientras le tapaba la boca a todas las voces que decían lo contrario. O, en realidad, algo más sutil. Como ese desagradable tirón de conciencia cuando iba a quitarle los tebeos a un crío, o el picor en la garganta y las tripas que le impelía a darle un puñetazo a quien se metía con él. Pero no de dentro, sino de fuera. Le venían a la mente esos espectáculos donde un charlatán hacía pases de mano y la gente caía dormida y seguía todas sus instrucciones. Y no tenía intención de hacer caso a algo así.

—Primero dices que los que llegaron antes se fueron demasiado pronto, y luego que no se puede salir. Además, esto es una tontería. El mundo está lleno de cosas que no pueden arreglarse, incluso juguetes. Y nosotros no somos juguetes, y no estamos rotos, ¡joder!

Maxwell se masticó la lengua para sacarle el jugo. No se fiaba de la cría, pero no es que tuviera muchas opciones si se negaba a colaborar. Hubiera sido preferible que se convirtiera en un monstruo horrible, para dejar de dudar de una vez respecto al curso a seguir.

- Tiradas (1)

Motivo: Concentración

Dificultad: 13

Habilidad: 0+8

Tirada: 2 5 5

Total: 5 +8 = 13 Éxito

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21/09/2014, 21:12
Matthew Williams

Matt veía como Maxwell actuaba en contra de lo que decía la extraña niña. Él mismo tampoco se fiaba de ella, lo de entrar en la cueva le sonaba demasiado parecido a lo que ya le pasó a Asterope lo que, al menos para él, pasó momentos antes. Las cosas rotas podían romperse aún más y eso creía que le pasaría si entraba.

Por otro lado, la tormenta. ¿Y si la niña les estaba aconsejando bien? La duda estaba entre Guatemala y Guatapeor, así que no sabía muy bien qué hacer. 

Iba a hacer lo que Max cuando le pareció ver otro rayo. Pudo su instinto de supervivencia a su sentido común. Como si algo tirase de él salió corriendo hasta entrar en la cueva mientras balbuceaba algo a Max como que lo sentía. ¿Sería su fin? ¿O el principio de una nueva existencia como amigo de la que se hacía llamar Agnes? Preguntas para las que no tenía respuesta. Aún.

- Tiradas (1)

Motivo: Concentración

Dificultad: 13

Habilidad: 0+7

Tirada: 2 2 2

Total: 2 +7 = 9 Fracaso

Notas de juego

Sí, tiradas malas en momentos cruciales, qué sorpresa xD

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22/09/2014, 00:58
Erzsébet y Orsolya Padurearu

Orsolya tembló. Aquella tormenta extraña tenía muy mala pinta, pero por primera vez notaba que quizás Aggie no era lo que aparentaba. Aggie, me estás asustando, se sinceró con la pequeña. ¿Donde están los demás? ¿Por qué dices que se han ido?

Apretó con fuerza su varita, que no vibraba con la magia con la que siempre lo había hecho y se abrazó a si misma para tratar de retener el calor. Max, esto no me gusta, declaró. Miró al cielo y a la cara cambiante de Aggie.

No, creo que es mejor que nos quedemos aquí, dijo oponiendo resistencia. Mat, ¿qué haces? ¿Mat? ¡Mat! Vio sorprendida como el niño se internaba en la cueva.

- Tiradas (1)

Motivo: O: Concentración

Dificultad: 13

Habilidad: 0+8

Tirada: 3 6 8

Total: 6 +8 = 14 Éxito

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22/09/2014, 01:25
Aggie

Se fueron demasiado pronto, sí, contestó Agnes con calma al enfado creciente de Maxwell. Estaban ya muy rotos, no aguantaron mucho, dijo sacando el labio inferior y bajando la mirad en actitud de abatimiento.

Abriendo la boca en una o y los ojos con sorpresa, parecía extrañada con estar asustando a la pequeña Orsolya. Podemos ser muy buenas amigas, viviremos juntas para siempre, prometió a la chiquilla.

Y a ti, se dirigió a Maxwell, puedo darte lo que siempre has querido. Si entras puedo crearte un mundo donde puedas dedicarte al pillaje, a leer y a golpear niños bravucones, le ofreció.

Cuando creía que también tendría que convencer a Matthew, vio que no haría falta. Su compulsión había sido suficiente. Su sonrisa era acerada, y sus ojos se pusieron momentáneamente negros. Cuando volvió a dirigirse a Maxwell y Orsolya, su rostro volvía a ser el de una niña primorosa y abandonada. Entrad cuando queráis, dijo levantando los hombros. Y acto seguido se internó en la cueva.

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22/09/2014, 01:39
[Narradoras] Pizpireta y Polvorilla

Antes solo estaban Maxwell y Orsolya y ahora también estaban Asterope, Erzsébet, Kelly, Gabriela y Willow. El tiempo no existía, los momentos continuos no lo eran, se solapaban y todo era un conjunto. Por eso resultaba difícil saber si las niñas llevaban ahí desde siempre o si realmente Maxwell y Orsolya habían estado solos.

Estaban en el exterior, pisando hierba mullida y el aroma era de ozono. En lo alto unas nubes semejantes a algodón de azúcar estaban oscuras y arremolinadas, con rayos negruzcos rompiendo la atmósfera y dibujando puntitos de luz en las retinas de los niños.

Unas colinas daban cobijo a una gruta, cuya entrada tenían justo enfrente, guardada por una alta encina. En el suelo había cuatro juguetes abandonados: un caballito de madera, un soldadito de plomo, un cascanueces y un osito rosa de peluche.

Las niñas estaban vestidas tal y como lo habían estado al desaparecer de sus respectivos lugares, con el camisón de Asterope y la ropa de Willow pegadas al cuerpo, mojadas, como si acabaran de ser sacadas del lago. Gabriela tenía una escoba en la mano, al igual que Kelly, mientras que Erzsébet cargaba con una atada a los lazos de su camisón y otra en la mano. Las varitas de Willow y Asterope estaban rotas, pero tampoco hubiera importado que estuviesen enteras, pues en aquel lugar, las varitas no funcionaban. Una de las manos de Asterope parecía enguantada en telas carmesíes.

De dentro de la gruta llegó un grito de angustia primero, de miedo después y evolucionó a uno de auténtico pavor, de esos que helaban la sangre. ¿Y Matthew, donde estaba Matthew?

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22/09/2014, 11:48
Asterope Blechtley

Asterope se había aferrado fuertemente a la mano de Willow y tenía los ojos cerrados, como si estuviera esperando el inminente final de su vida. Grande fue su sorpresa cuando, de repente, dejó de escuchar agua y sintió su cuerpo al aire libre. Abrió los ojos y se sintió perdida y confusa durante unos segundos. Hasta que reconoció el lugar: Colinas, cueva, encina y cuatro juguetes. Habían conseguido entrar en el mosaico del estanque.

Iba a decirle algo a Willow cuando sus ojos se posaron al fin en los otros niños que las acompañaban. No sabía si aliviarse por ver que estaban todos bien o asustarse porque, si estaban todos juntos, significaba que habían muerto. En cualquier caso se acercó a Orsolya y a Maxwell. Asterope tenía el rostro desencajado y temblaba todo su cuerpo, aunque no era por llevar la ropa mojada. Parecía una loca recién escapada del manicomio. Le agarró fuertemente a Orsi del brazo con su mano sana, como si estuviera comprobando que era sólida y no un fantasma-. ¿Estáis bien los dos? Os vimos morir. ¡Qué horror! Y encima fue nuestra culpa. Qué mal lo pasamos -Todo lo que no había hablado en una semana lo estaba compensando en unos segundos-. Bueno, o eso creíamos, que habíais muerto. Y Matt, también pensábamos que... ¿Dónde está Matt? –Giró la cabeza para todas partes, pero aparte de los dos “resucitados”, solo estaban las niñas-. ¿Y el niño de segundo... Perry? -A Matthew lo habían perdido en su grupo, pero Perry había entrado en la puerta XIII. O eso pensaba ella.

Miró al grupo de niñas con escoba-. ¿Habéis llegado hasta aquí volando? -¡Qué suerte tenían! Willow y ella habían sudado sangre (casi literalmente) para buscar la forma de entrar en el mosaico. Y, al final, habían tenido que ahogarse para conseguirlo.

Justo entonces se escuchó un escalofriante grito procedente de la cueva. Un grito que empezó por ponerle la piel de gallina y que, cuando terminó, le paralizó cada átomo de su cuerpo. Eso devolvió a Asterope a la realidad. No era momento de pensar en medios de transporte. ¡Estaban en la casa de Agnes!– Tenemos que tener mucho cuidado y salir de aquí cuanto antes -Pero no podían dejar atrás a quien estuviera sufriendo la tortura de la bruja. ¿Y qué iban a hacer? Ni la Ravenclaw ni ella podían usar la magia y no le parecía atractiva la idea de ofrecerse como alimento para provocarle un empacho-. Agnes... –Señaló la entrada de la cueva-. ¡Agnes nos comerá el alma! Y no sabemos cómo acabar con ella.

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22/09/2014, 22:17
Maxwell Alden

Maxwell estaba furioso, cabreado. O mejor, encabronado. No estaba seguro de la razón, pero sospechaba que tenía que ver con que le hubieran levantado de la cama para hacerle participar en esta peripecia surrealista, donde había estado a punto de ser sepultado por insectos, había caído durante minutos y había desaparecido entre los montones de ropa. Y todo para encontrarse en el maldito mosaico, con la maldita cría que no podía ser una cría porque algo no encajaba,  y sus jodidas mentiras y sus trucos mentales de mierda.

Y ahora estaban todos allí otra vez. Kelly, Gabriela y Erzsébet, que habían quedado atrás, y Asterope y Willow, que iban con Orsolya y Matthew, y no era capaz de recordar cuándo habían llegado, o si en realidad estaban allí desde siempre. Y llevaban escobas, aunque no suficientes para todos, y desconocía si podrían volar.  Solo faltaba el chico de segundo. Y Matthew, que había entrado a la cueva con esa tal Aggie.

Y entonces Asterope se puso a preguntar y luego a exclamar que la niña, porque Agnes y Aggie eran lo mismo, les comería el alma. ¿De qué coño la conocían ellas? Matthew y Orsolya no sabían nada, y habían estado con ellas todo el tiempo, o casi todo.

Y los gritos comenzaron a sonar en la cueva. Podía ser Matthew, o podía ser la puta cría incitándoles para que entraran. Ya los había intentado engañar antes. Y si necesitaba el engaño, no podía ser tan fuerte, a menos que su poder no funcionara fuera de la cueva.

—Voy a sacar a Matthew —ladró, apretando los dientes hasta que le chirriaron las mandíbulas. Aunque fuera una trampa, no podía hacer otra cosa. Ni siquiera le caía especialmente bien Matthew; no lo conocía lo bastante, pero no estaba en su naturaleza largarse dejando a alguien atrás, a menos que fuera él mismo quien le había partido la cara.

Sin esperar respuesta de las niñas, desapareció por la boca de la caverna.

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22/09/2014, 23:42
Aggie

Matthew entró corriendo en la gruta y tras quedar ciego durante unos segundos, como si fuera una transición de películas muggle de principios del siglo pasado, ante él apareció algo maravilloso. Era el comedor de su casa, su padre estaba fregando los platos en la cocina, que se veía a través de la puerta, su madre leyendo el Profeta en la mesa mientras tomaba café y haciendo tiempo para irse a trabajar, y Timothy y Jessica desayunaban, mientras se reían por una ocurrencia del chico. Los dos hermanos se giraron al ver a Matthewy Timothy dijo: ¡ey, aquí está el pequeño tejón! Has hecho muy buen curso, te mereces un verano genial, mira lo que te ha preparado padre, indicó una copa de batido de vainilla sobre la mesa. Su madre levantó la vista del periódico y le sopló un beso a su hijo menor.

Notas de juego

Al postear, ponte solo a ti mismo como destinatario.
 

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24/09/2014, 00:11
Matthew Williams

Se sentía cálido, a gusto. Bien. Estaba en casa otra vez, las muertes de las mascotas ni siquiera pasaron por su mente. Estaba a salvo, con su familia.

Un gran batido y una sonrisa de su madre le invitaban a que fuera feliz. Sin duda quería serlo, pero sabía que algo no encajaba. Por supuesto, no era su madre, la relación con ella era muy estrecha, a él le gustaba estar con ella. No, no era eso. Tampoco eran sus hermanos, a pesar de que había cierta diferencia de edad con ellos también los quería. ¿Qué fallaba entonces? Debía de ser su padre. hablaba como si él hubiera pasado ya un año en howarts, pero cuando él fue a clase su padre no estaba con ellos. Ni él tenía ganas de que fuera así, había traicionado al ministerio de la Magia y a su propia familia,

-No- fue lo único que dijo antes de estrellar el vaso con el batido contra el suelo- no quiero nada que haya preparado él.

Estaba confuso, roto o no... consciente o soñando no quería vivir una mentira. Si tenía que estar fuera de la realidad toda su vida no sería abrazando una mentira. lucharía con ella hasta el final.

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24/09/2014, 00:19
Willow Brontë

Cuando Willow abrió los ojos después de un buen rato apretándolos tan fuerte como podía, fue consciente de todo lo que le rodeaba. El frío que sentía al tener la ropa húmeda pegada contra su cuerpo, la mano de Asterope apretando la suya propia, LA cueva, y... el resto de compañeros. Estaban allí. Moviéndose. Fuera de cuadros. Vivos.

Se quedó sin saber qué decir, aunque un par de silenciosas lágrimas cayeron por sus mejillas, y se limitó a afirmar con la cabeza ante todo lo dicho por Asterope.

Que Maxwell, tras escuchar un grito ensordecedor, se dirigiese al interior de la cueva sin ningún tipo de cuidado le pareció de locos.

- ¡E-Espera! -tanto ella como Asterope no tenían varita, así que dudaba que pudiesen hacer realmente algo, sobretodo ella misma. Aún así, creía que lo mínimo era trazar algún tipo de plan... Claro que si Agnes ya tenía a alguien como rehén, el tiempo era importante...

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24/09/2014, 15:03
Kelly Doherty

Kelly no sabria decir cuanto tiempo habia permanecido en aquel lugar, lo que si era seguro era que habia contemplado aquel paisaje antes. Recordaba todo lo que habia pasado pero er incapaz de saber el orden en que habia sucedido todo, el mar de insectos, la enorme bóveda con los montones de ropa, la forma en que habia desaparecido Max, la verja y cómo decididas habian entrado en aquel mausoleo y lo que habian encontrado a contnuación. No habia sentido el horror, no le habia dado tiempo, pero ahora si lo sentia al recordar las imágenes de muerte.

Pero alli estaban todos finamente, o casi todos, faltaban Matt y Perry, Kelly miró a su alrededor pero no les pudo encontrar y se temió lo peor.

Escuchó las palabras de Asterope, ellos tampoco lo habian tenido facil y también creyeron que sus compañeros habian muerto.  –¿Cuidado?¿Agnes?- no entendia nada, y de pronto miro a la entrada de la cueva y las piezas comenzaron a encajar, habia sido objeto de la manipulación de alguien de alguien que queria comerse su alma.

Escuchó el grito -Ya está bien- Aquello era la gota que colmaba el vaso, Kelly era una muchacha tranquila , risueña y con mucha paciencia, pero habia algo que la sacaba de sus casillas y era que jugaran con ella y la tomaron el pelo. Se arremangó las mangas del pijama y desenfundó su varita, caminando decidida a la entrada de la cueva –Voy contigo-dijo a Max que parecia más hosco que nunca – Esa tal Agnes se va a enterar- Estaba demasiado enfadada como para pensar con caridad y ni siquiea escuchó a Willow gritar que esperase, demasiadas cosas habian pasado durante aquella semana y aquello era la gota que colmaba el vaso.

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25/09/2014, 01:47
Aggie

Al romperse la copa, la imagen se desvaneció, con un grito surgiendo de la figura del padre...

Pero volvió a formarse una nueva.

Estaban en el estadio de Quidditch del campeonato del 2048, la selección inglesa se enfrenta a la de escocia en la final, con un reñido marcador. Matthew es el buscador, el capitán de la selección, con sus colores rojos y azules, y su brazalete alrededor del brazo. La snitch surca los aires y el buscador de Escocia parece no haberlo visto, pero está justo ahí, Matthew la ve.

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25/09/2014, 01:51
Aggie

Maxwell entró corriendo en la gruta y tras quedar ciego durante unos segundos, como si fuera una transición de películas muggle de principios del siglo pasado, ante él apareció algo maravilloso.

Estaba por las calles del bajo Londres. Había acabado el curso de primero y Maxwell se había librado de pasar los meses con su abuelo. Oye un grito de auxilio proveniente de una de las callejuelas y al llegar encuentra a un niño quizás de su edad, algo raquítico y abrazado a un libro que está siendo pateado en el suelo por un grupo de tres chavales que no tienen ni media hostia.

Notas de juego

Al postear, ponte solo a ti mismo como destinatario.

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25/09/2014, 01:57
Aggie

Kelly entró corriendo en la gruta y tras quedar ciega durante unos segundos, como si fuera una transición de películas muggle de principios del siglo pasado, ante ella apareció algo maravilloso.

Había acabado el primer año en Hogwarts y sus padres la habían sorprendido con un mes de veraneo a las altas tierras de Hungría, para aprender a cuidar crías de Colacuerno Húngaro, los dragones más feroces del mundo mágico. Enfrente suya una pequeña criatura, recién salida del huevo, silba por la atención de una madre.

Notas de juego

Al postear, ponte solo a ti mismo como destinatario.

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25/09/2014, 02:02
Erzsébet y Orsolya Padurearu

Al verse fue amor a primera vista. No, amor a primera vista no, amor recuperado de hermanas. Erzsébet había llegado a creer que su hermana estaba muerta; la había visto en el mausoleo, sentada a la mesa de las delicias podridas, desnuda, cenicienta, demacrada, fría y muy muerta. Corrió a abrazarla y Orsolya se sorprendió ante el arranque espontáneo de la niña.

Escucharon primero a Asterope, pues Orsolya no había sido capaz de entrar con ella y Willow al capitolio. No hemos venido volando, nos ha traído lo mismo que se llevó a Maxwell, informó Erzsébet. Una especie de polvo mágico muy raro.

¿Agnes es mala?, preguntó sorprendida Orsolya. Es una niña algo rara, pero es muy maja y está muy solita. Nos ha invitado a entrar a comer, indicó la cueva. Mat ya ha entrado. A mi me ha dado miedo en el último momento.

Cuando Maxwell y Kelly decidieron meterse en la cueva, Erzsébet también se decidió al momento. Pero Orsolya tiró de ella, manteniéndola alejada de la entrada a duras penas. No desconfiaba de Aggie, pero tras las palabras de Asterope, quizás había algo más de lo que creía en un principio. Ella llamó este sitio el país de los juguetes rotos. Dijo que nosotras también lo estábamos y que podríamos jugar para siempre.

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25/09/2014, 02:25
[Narradoras] Pizpireta y Polvorilla

Maxwell primero y Kelly siguiéndole, entraron en la cueva y se desvanecieron. La gruta pareció menguar, quedándose el tamaño de la entrada a la mitad.

Al grito que habían escuchado antes se le unieron dos más, los dos también agudos, pero uno más que el otro.

Del cielo empezó a descargar una tromba de agua. No eran gotas como en el mundo real, éstas eran oscuras, lágrimas de tinta, oscuras. La bóveda celeste lloraba tras la marcha del sol y sus gotas de angustia olían a cobre.

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25/09/2014, 23:53
Asterope Blechtley

Asterope se sintió muy frustrada cuando, a pesar de su clara advertencia, Maxwell y Kelly decidieron entrar en la cueva de Agnes. ¿No la habían escuchado? ¡Comía almas!-. No... no... ¡¿Pero dónde vas?! –gritó cuando el tejón desapareció por la puerta. Si quería ayudar a Matthew tendrían que preparar antes un plan y escuchar todo lo que las niñas sabían de Agnes-. Kelly, ¡espe...! –Ni caso. La leona cruzó el umbral decidida a darle una paliza a la bruja. Asterope acabó de cuclillas en el suelo, con las manos agarrándose la cabeza de desesperación.

Y entonces escuchó a Orsolya-. ¿Mala? ¡Malísima! Se transforma en niña para atraer a otros niños haciéndose pasar por inocente y cándida. Luego los secuestra, les come el alma y juega con sus restos –Vio cómo Erzsébet quería seguir a los otros dos y ya estaba a punto de tirarse ella encima para detenerla cuando su hermana, que parecía tener algo más de cabeza, la paró. Asterope suspiró aliviada.

Miró a su alrededor. El país de los juguetes rotos. ¿Por qué tendría Agnes esos juguetes ahí tirados? ¿Sería para atraer a más niños? Por si acaso, no pensaba tocarlos-. No le hagáis caso nunca, ¿vale? Prometédmelo. Nunca –Y, tras el último “nunca”, se escucharon dos gritos más. Max y Kelly...

- Tenemos que hacer algo, se los estará comiendo ya –Tres almas de niño de una tacada. Eso bien podría provocarle el empacho que acabaría con su vida. Pero no podían permitir que tres niños murieran para destruir a Agnes. Tenía que haber otra forma.

Y empezó a llover. Poco le importó a Asterope al principio, pues ya estaba completamente calada. Pero cuando se fijó en las gotas de agua, se asustó-. ¿Qué es esto? ¿Qué cae? –No solo el color era diferente, también tenía un olor especial que no gustaba nada a la pequeña.

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26/09/2014, 00:40
Maxwell Alden

Hacía calor, pero no se podía ve el sol. Era raro. Había oído que años atrás, los días como aquel eran la norma, grises y sucios. En el pasado, la ciudad estaba cubierta en una densa cortina de smog. Hasta que todos los vehículos fueron eléctricos, y todas las fábricas cerraron para abrir de nuevo en China, Brasil, La India, Rusia o Sudáfrica. Los rascacielos más modernos tenían en sus cúspides enormes aparatos que absorbían la ya escasa polución ambiental y la reciclaban para alimentar las plantas de los parques verticales que discurrían por sus fachadas.

Pero nada de eso había donde él se encontraba. El East End parecía haberse quedado quieto en algún momento del siglo XIX, y seguía siendo una vergonzosa reserva de pobreza y atraso en la megalópolis. El ayuntamiento no se molestaba ya en invertir en planes para sacarlo de la miseria. Era más fácil incomunicarlo, cerrar estaciones de metro, eliminar líneas de autobús.

Maxwell vivía en la periferia, pero conocía bien el East End. Era allí donde a menudo le dirigían sus pasos, y se camuflaba tan bien entre la mugre que bien podía ser parte de ella. Al menos, antes. Ahora las cosas eran diferentes. No podía usar la magia, pero llevaba su varita colgando del cinturón, como si fuera un amuleto ridículo. Y la ropa que vestía no la había desgastado su hermano y el paso del tiempo, sino algún crío de Bangladesh que no llegaría a la edad adulta.

Un lloriqueo llamó su atención mientras callejeaba. ¿No era un grito? Provenían de una callejuela estrecha. Se asomó por la esquina y vio a un grupo de tres críos pateando a otro, que trataba de protegerse encogiéndose sobre sí mismo. Debería haber pasado de largo, no eran gran cosa, pero eran tres. Un despiste y te encontrabas con una navaja en el trasero o un golpe en la nuca.

Pero había algo extraño. Un grito resonaba dentro de su mente. Y unas palabras, en la voz melosa y odiosa de una cría: “Y a ti puedo darte lo que siempre has querido. Si entras puedo crearte un mundo donde puedas dedicarte al pillaje, a leer y a golpear niños bravucones”. ¿Quién coño le había dicho eso? ¿Era lo que quería de verdad? Él solo quería que le dejaran en paz, sin depender de los adultos que se suponía que tenían que protegerle y criarle, y le habían decepcionado una y otra vez. Tirar hacia delante, sin rumbo fijo, hasta encontrar algo que hacer.

Creía que su vida no estaba tan mal. Era una mierda, pero cuál no, y al menos él era capaz de hacerla mejor. Él era de los que daban, no de los que recibían. Nadie le tocaba los cojones salvo su hermano, y los viejos pasaban de él, así que podía hacer lo que le viniera en gana. Pero ese era su modo de sobrellevar su existencia, no lo que deseaba. No sabía qué deseaba, porque solo conocía una forma de vivir. Al menos hasta que llegó a Hogwarts.

Hogwarts…

No recordaba qué había pasado. El baile de Halloween, la masacre de las mascotas. Y esa noche, unos días después, cuando se detuvo el tiempo… ¿lo había soñado? La recordaba como si hubiera ocurrido hace tan poco. Y todo lo demás, lo que veía después, sin embargo, era como una ensoñación.

Las niñas, Matthew, la otra niña, ¿cómo se llamaba? ¿Qué había pasado con Matthew? ¿Y con él, después de meterse en esa cueva?

Puta cría. Jodidaloquecoñoseas.

Mierda, joder. Dio un puñetazo a la pared de ladrillos, fuerte. El dolor en los nudillos despellejados fue muy real. Agnes, Aggie, ella lo había dicho. Y todo, todo era falso. Estaba jugando con él, con su puta cabeza.

Parpadeó una, dos veces. No más. No era necesario. Nada había cambiado.

Corrió por el callejón, hacia los matones. No les golpeó, eso era lo que quería la cría. Se metió en medio, agarró el libro de las manos del crío agazapado y empezó a arrancar las páginas, temblando de angustia por el sacrilegio que estaba cometiendo.

—No quiero esta mierda —gritó hacia el cielo—. No tienes ni puta idea. Y eres tan cobarde que ni siquiera te atreves con un crío.

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26/09/2014, 11:02
Kelly Doherty

Kelly entró decidida en la gruta, en su interior una vocecita muy lejana la gritaba que no lo hiciera, que era peligroso, que ella solo era una bruja inexperta y que la bruja-comealmas posiblemente fuese mucho más fuerte y poderosa que ella. Pero Kelly estaba tan enfadada que no escuchaba su voz interior.

Tenía una idea muy clara en su cabeza de lo que quería hacer pero no de cómo ejecutar esa idea, eso tampoco la importaba. Pero al cruzar el umbral de la puerta todo cambió, sintió una especie de flash en su cabeza y toda su furia desapareció. Ella ya no era quien creía ser ¿o sí? solo sabía que acababa de terminar su primer año en Hogwarts, se sentía feliz porque había acabado el año con buena nota y lo que era más importante para ella, había hecho buenas amistades en el colegio. Además sus padres tenían una sorpresa para ella a su vuelta a casa y era un viaje para ver las criaturas que más la fascinaban. Los dragones.

Estaba emocionada y feliz mientras observaba al pequeño cachorro de Colacuerno, se acercó un poco más para verlo más de cerca y si bien se sentía emocionada por poder cuidar de la criatura había algo muy dentro, muy muy dentro de ella que la decía que había algo que no estaba bien allí. Era la misma sensación que tendrías si entrases en una habitación que te es familiar, pero con los muebles descolocados.

Kelly obligó a la vocecita a callarse, tenía demasiadas ganas de acercarse a la criatura pero esta comenzó a silbar llamando a su madre. Kelly se dio la vuelta, buscando con la mirada a la madre.

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27/09/2014, 00:29
Willow Brontë

Willow miró con horror cómo tanto Maxwell como Kelly habían entrado en la cueva. Sus gritos no tardaron en oirse. Se llevó las manos a la cara, tapándose el rostro. Pensando. Desesperándose. No sabía qué hacer, ni tan siquiera tenía varita, y el tiempo apremiaba...

- ¿Sabéis volar bien? -señaló hacia las escobas que tenía Erzsébet- A lo mejor hay algo en la cueva que al robárselo... ¿la matamos? Si entramos volando, igual hay alguna oportunidad. Dos por escoba. ¿O tenéis alguna idea mejor?

La lluvia comenzó a caer, y un olor extraño comenzó a llenar el ambiente. Entonces, se fijó. Llovía negro. La pequeña comenzó a sentirse nerviosa. Realmente esperaba que no fuese nada peligroso, porque entonces no tendrían opción ni de pensar un triste plan, tendrían que refugiarse, y el único lugar que había era la guarida de Agnes.