Partida Rol por web

Hogwarts Adventures - En busca del tiempo perdido

2038 - Dane Hills

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01/10/2014, 22:24
Maxwell Alden

Puede que fuera la desesperación en la voz de Aggie, que sonaba con una sinceridad que no había tenido en su anterior pantomima, o la visión de la mujer con los pechos en una bandeja, terrible de un modo mucho más cercano que la abominable presencia del monstruo. Puede que simplemente se hubiera desahogado tras despacharse a gusto, y fuera consciente por fin de que sin magia ni armas, enfrentarse a esa monstruosidad era un suicidio para un grupo de niños.

Sobre todo, se dio cuenta de lo que implicaban las palabras de la niña. Estaba atacando a su madre. Si permanecían allí, solo iban a conseguir que se rindiera o que una de las dos acabara matando a la otra. Él ya no quería a su madre, pero no hubiera sido capaz de hacerle daño, por muy mal que le hubiera tratado. No tenía intención de meterse en medio de esas dos.

Agarró por el codo a Erszébet y tiró de ella con firmeza, pero sin brusquedad, para girarla hacia sí.

 —El que lucha y huye, vive para luchar otro día —citó al héroe de El Prisionero de Zenda, una de esas viejísimas películas que ponían en la filmoteca, y solo veían viejos arrugados y, cuando no tenía nada mejor que hacer, él—. No quiero forzarla a pelear con su madre.

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02/10/2014, 01:40
Willow Brontë

Willow estaba realmente confusa. Por un lado, creía que quizás Aggie realmente no fuese Agnes, pero por otro... las palabras de Asterope tenían mucho sentido en su cabeza. Demasiado. Pero ¿qué hacer? No se le ocurría nada, salvo escapar, pero tampoco quería equivocarse, no quería caer en una trampa.

- Hay que hacer algo, y no creo que tengamos demasiado tiempo... -miró a los presentes- Lo del portal es cierto. Hay uno fuera, en el cielo, y supongo que podríamos llegar con las escobas pero... -miró a Asterope- realmente no sé si fiarme de ella -miró a la tal Aggie, señalándola con la cabeza- el portal podría llevar a cualquier sitio.

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02/10/2014, 19:46
Asterope Blechtley

La confusión navegaba por la mente tormentosa de Asterope. No sabía a quién creer ni en quién confiar. Orsolya parecía muy convencida de que la niña no era Agnes, a pesar de lo que la serpiente había leído sobre ella. ¡Y quería que la llevaran con ellos! Era cierto que la tal Aggie se estaba enfrentando al monstruo, que parecía ser su madre, para ayudarlos. Pero ¿y si era una trampa? ¿Cómo podía engendrar un bicho así a una niña como ella? Si eso era verdad, Asterope comprendía la lucha interna de la cría pues, salvando las grandes diferencias, ella también la sufría a veces.

Maxwell estaba decidido a salir de ahí. Y Willow confirmaba la existencia del portal, aunque con las mismas dudas que Asterope. ¿El portal los llevaría de vuelta al castillo? ¿O a un lugar peor? ¿Y si no tenían que huir y tenían que matar a Agnes? Al fin y al cabo, si se iban, dejaban las cosas tal y como estaban y eso no solucionaría el problema que habían venido a arreglar. ¿Tenía Agnes algo que ver con la congelación del tiempo?

Demasiadas preguntas, demasiado poco tiempo para reflexionar sobre ellas y demasiado dolor para concentrarse. Lo único seguro era que ese bicho quería matarlos. Y la respuesta para salvarse se la estaban dando: Salir con las escobas por el portal-. Pues... no sé... quizás lo mejor sea marcharse de aquí. Pero ¿deberíamos llevarnos a esa niña? –dijo haciendo referencia a la propuesta de Orsolya-. ¿Y si luego cabreamos más al monstruo y nos persigue? Yo tampoco sé si fiarme tanto de ella.

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03/10/2014, 21:08
Kelly Doherty

Kelly se debatía entre intentar luchar contra el monstruo o huir, por otro lado estaba la niña, que parecía su hija. Quizás se tratase de algún tipo de truco, pero no quería dejarla ahí - Yo también creo que deberíamos llevarla con nosotros - dijo de pronto. Todos sus amigos parecían recelosos y ella en cierto modo también se sentía así.

Pensó que si la dejaban allí todo se repetiría de nuevo y morirían más niños en épocas futuras.

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03/10/2014, 22:37
Matthew Williams

Se había fiado de la niña antes y le había traicionado. Bueno, realmente él no quiso confiar en ella si no que fue una fuerza sobrenatural la que le hizo meterse en la cueva. De todas formas la niña ya había mentido antes, y no le sorprendería que lo volviera a hacer. Si la salida que se abría sobre sus cabezas era otra trampa eso no lo sabía.

-Yo me voy con o sin niña... que ya ha mentido antes.

Trampa mortal o salida se dirigió hacia el portal. Si hacía falta cogería una escoba. No aguantaba un segundo más allí.

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04/10/2014, 17:36
Gabriela Sánchez

Gabi estaba aún recuperándose de la sorpresa y el susto de ver semejante criatura monstruosa, justo después de despertar del mejor concierto de su vida. Ahogó los varios gritos que se empujaban por salir de su garganta y paseó la vista rápidamente por el lugar, advirtiendo que todos sus amigos estaban ahí menos Perry, que se había quedado en el reloj.

Entonces se alejó todo lo que pudo de los dos elementos desconocidos para ella (la niña rara y la criatura grotesca). En ese momento tres de sus compañeros se peleaban con ellas y los otros decidían si salir del lugar en las escobas y si dejar o no a la niña.

-¡Vamos ya!- Fue lo que alcanzó a decir, desesperada, antes de que la luz emitida por la fantasma niña/adulta Aggie los expulsara de la cueva.

Cayó de culo y se levantó sobándose y mirando nuevamente que todos estuvieran en el lugar, sin contar al chico de segundo.

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05/10/2014, 00:32
Erzsébet y Orsolya Padurearu

Erzsébet no quería irse. A las cosas tan desagradables había que matarlas, porque seguro que las pobres sufrían cada vez que se miraban al espejo. Trató de evadirse del agarre de Maxwell, pero el chico era más fuerte y debía tener bastante más experiencia que ella en reducir a niñas inocentes. Al escuchar lo de la madre, la pequeña claudicó y empezó a alejarse con él, reuniendo a los demás en su andanza a la salida.

Orsolya sin embargo no estaba dispuesta a dejar atrás a Aggie. Aquella figura como un ángel que parecía darle fuerza era suficiente razón para saber que la niña era buena. Porque no podía ser todo un engaño..., ¿verdad? Se alegró saber que Asterope también dudaba y que Kelly estaba dispuesta a ayudar. Pero poco podían hacer...

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05/10/2014, 00:39
Aggie

Algunos confiando menos, otros más, pero todos habían decidido creer en las palabras de la niña andrajosa con cara de ángel y sombra de santo. Fue esa creencia lo que hizo que el poder físico luminoso de Santa Ágata se impusiera a la pulsión psíquica oscura de Black Annis. Como si una pared curva avanzara, arrastró a todos los niños en su camino, sacándoles de la cueva y dejándoles a la intemperie, donde la lluvia de sangre caía en cellisca.

La entrada a la cueva empezó a desvanecerse, mientras se escuchaba el aullido de la criatura grotesca, que parecía gritar con el sonido de mil tonos discordantes, la súplica gutural de mil almas consumidas. Cuando la entrada hubo desaparecido, la tierra principió a temblar, como si lo ocurrido fuera algo que no debería haber ocurrido, algo que acababa de trastocar el equilibrio del lugar, de aquel pequeño paisaje que Aggie había llamado el país de los juguetes rotos.

Como Willow había dicho, en lo alto, entre las nubes, un portal luminoso creaba un efecto de ojo de huracán, donde la lluvia se detenía. Bajo la luz que irradiaba, las cuatro escobas estaban a un pie del suelo, dispuestas a llevarse a los niños cuando se montasen.

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05/10/2014, 00:57
[Narradoras] Pizpireta y Polvorilla

De dos en dos, los ocho niños eligieron escobas y estas subieron raudas hacia el portal. Al lado de cada par de niños un espíritu guiaba la ascensión, los antiguos dueños de las escobas, muertos hacía décadas.

Justo antes de traspasar la luminosidad, oyeron una voz, alegre, inocente, Aggie: gracias, gracias, gracias.

Fue cruzar y todo se volvió negro. Y la película comenzó, como las antiguas proyecciones muggle de cine, donde alguien gira la manivela y el cinematógrafo muestra imágenes en blanco y negro, sin sonido, pero con carteles.

Mostraba una niña admirándose en un lago, Aggie. A lo lejos un grupo de niños se reían tras los árboles, mientras la pequeña hablaba con el lago. Unos tentáculos salieron, aferrando a la niña y tirando de ella hasta hacerla desaparecer. Los niños contentos por lo ocurrido, se marcharon. La niña más inocente del pueblo fue retada a ir al lago y decir Black Annis tres veces.

Mostraba una figura encapuchada, dialogando con fantasmas, parecían estar acordando algo. Con un movimiento de cabeza, ambas partes dieron por concluido el acuerdo. Tras la censura, los sacrificios para Black Annis cesaron. Tuvo que buscar otra forma de agenciarse con cuerpos y por ello llegó a un acuerdo con los caballeros de Âlleberg.

Mostraba una ciudad subterránea, de altas torres. Apenas un par de habitantes recorren las calles, grises, etéreos, con gesto ansioso. La Ciudad fue creada bajo las montañas de Âlleberg, en Suecia, donde los fantasmas caballeros estaban encerrados. No buscaban una muerte gloriosa, buscaban envejecer y lograr así la liberación.

Mostraba en imágenes rápidas la llegada de grupos de niños. Niños que morían, niños que al dejar sus cuerpos atrás permitían que los caballeros envejeciesen un año cada vez, y cuyas almas servían de alimento para una Black Annis que empezaba a mutar. Los niños perdidos quedaban encerrados en La Ciudad, como entes etéreos, envejeciendo a su vez con la llegada de cada remesa de niños, ansiando su liberación.

Finalmente las imágenes cesaron, mostrando solamente los subtítulos, con fondo negro. Aggie fue el último sacrificio puro. Los niños que empezaron a acumularse en La Ciudad provenían de las distintas escuelas y eran elegidos por su inocencia, su vitalidad y su valía. Con trece escuelas de magia, por las que se rotaba la selección, resultaba fácil que ningún ministerio se diera cuenta, pues ¿qué colegio admitía que de un día para otro ocho niños desaparecían dentro de sus terrenos? El poder de Black Annis permitía que el tiempo se detuviese y que las almas de los pequeños así aguantasen ser arrancadas. Ocho niños como ofrenda, ocho niños que permitían que anualmente los entes etéreos de La Ciudad envejeciesen y que Black Annis se alimentase.

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05/10/2014, 01:24
[Narradoras] Pizpireta y Polvorilla

Cerrando los ojos, los pequeños volvieron a abrirlos. Estaban tumbados en un sitio que conocían demasiado bien, sus propias camas. La varillas de los relojes volvían a moverse y el triple gong de la torre del reloj dando las 3 de la mañana resonó por el castillo. ¿Habría sido todo un sueño?

En las mazmorras, Asterope aún guardaba un recuerdo de lo ocurrido. Su mano estaba embutida en un guante de color carmesí.

En la torre Gryffindor, Kelly y Gabriela  se dieron cuenta que ambas habían despertado a la vez. Un simple cruce de miradas valió para que ambas supieran que aquello no había sido ningún sueño.

En la torre Ravenclaw, Willow miró por la ventana al cielo estrellado y encontró una constelación que nunca había visto. Por alguna razón supo que aquel conjunto de estrellas representaba a Aggie.

En la tejonera, Matthew y Maxwell encontraron en sus respectivas mesillas de noche dos juguetes. Un soldado de plomo al que le faltaba una pierna y un cascanueces. Orsolya y Erzsébet se despertaron abrazadas y mirándose a los ojos. Erzsébet apretó con más fuerza aún a su hermana, sabiendo que no aguantaría perderla.

Y con esto acaba la aventura del tiempo detenido. Quien sabe si realmente Black Annis murió. ¿Desaparecerían ocho niños el año siguiente en otra escuela de magia? No somos quien para contestar, pues no lo sabemos.

Lo que estaba claro era que los ocho pequeños de Hogwarts habían sido capaces de sobrevivir y que ahora una estrella les vigilaba y les protegía. Además habían sido marcados con un antojo, los ocho por igual, en el mismo punto: un lunar con forma de estrella en el pecho, que solo ellos y los otros que tuvieran otro igual podrían ver.

Finis est

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05/10/2014, 02:06
Aggie

Final alternativo, ¿o real?

Los lunares eran bien reales, muy raros y a la vista de todos. No parecían nada más que una simple marca más en la piel, pero adentrémonos en el futuro si queréis...

A lo largo de los años los lunares fueron creciendo, conformándose en tumores, haciendo que tras una larga agonía los ocho niños, ya adultos, murieran a la vez, entre estertores, con una voz que en sus lechos de muerte sonaría en sus oídos. La voz de una niña que hacía años habían olvidado, la voz de la niña andrajosa con cara de ángel y sombra de santo, riéndose y diciendo: ¿ves mamá como mi idea era mejor?

Finis est (esta vez de verdad)