Partida Rol por web

¡Y el día menos esperado por todo alumno de Hogwarts había llegado! ¡Ya no había escapatoria para los EXTASIS! Las clases de los demás cursos se habían suspendido y se les había congregado en el Gran Comedor para mostrar apoyo a esos compañeros que se estaban jugando el futuro. Les irían recibiendo según acabaran con todos los exámenes prácticos. 

Cada estudiante se examinaría en una sala privada con dos de los examinadores, para no sentir la presión de los demás compañeros y poder concentrarse perfectamente. ¡Era un día importante!

Emily se presentó puntual en el aula que le tocaba. Sus dos examinadores, dos mujeres de mediana edad con semblante tranquilo y aparentemente amable, la saludaron y le explicaron en qué consistiría su examen de DCAO, el primero de todos. 

Examinadora:- Primero realizarás un expelliarmus a la señora Van Damn- y señaló a su compañera, que ya estaba en una zona de la sala, de pie, frente a Emily, varita en mano- A continuación tendrá que realizar un protego y finalmente, un patronus corpóreo. ¿Comprendido, señorita Van Dyck? 

Examinadora 2:- Y relájese. ¿De acuerdo? Está un poco pálida. ¿Quiere esperar unos minutos a comenzar el examen?

Hablaban con voz conciliadora y amable.

Anwen se presentó puntual en el aula  del segundo piso que le tocaba. Sus dos examinadores, dos hombres de mediana edad con semblante neutro la saludaron por su apellido y le explicaron en qué consistiría su examen de DCAO, el primero de todos. 

Examinador:- Primero realizarás un expelliarmus a mi compañero- y señaló a su compañero, que ya estaba en una zona de la sala, de pie, frente a Anwen, varita en mano con sus dos metros de altura preparados para examinar- A continuación tendrá que realizar un protego y finalmente, un patronus corpóreo. ¿Comprendido, señorita Rhys? 

Examinadora 2:- Cuando usted quiera puede comenzar

Eileen se presentó puntual en el aula  del tercer piso que le tocaba. Sus dos examinadores, un hombre bastante mayor y una señora de mediana edad  y pelo platino la saludaron amablemente por su apellido y le explicaron en qué consistiría su examen de DCAO, el primero de todos. 

Examinador:- Primero realizarás un expelliarmus a mi compañera- y señaló a su compañera, que ya estaba en una zona de la sala, de pie, frente a Eileen, varita en mano. Le dedicó un saludo amigable con intención de no parecer excesivamente distante- A continuación tendrá que realizar un protego y finalmente, un patronus corpóreo. ¿Comprendido, señorita Morgan? 

Examinadora 2:- Y no se preocupe. Nosotros también tuvimos que pasar por su situación. Lo hará bien.

Kegan se presentó puntual en el aula del primer piso que le tocaba. Sus dos examinadores, un hombre de apariencia muy joven y una señora de mediana edad bastante regordeta le saludaron amablemente por su apellido y le explicaron en qué consistiría su examen de DCAO, el primero de todos. 

Examinadora:- Primero realizarás un expelliarmus a mi compañero- y señaló a su compañero, que ya estaba en una zona de la sala, de pie, frente a Kegan, varita en mano. De pie resultaba menos imponente ya que Kegan le sacaba una cabeza.- A continuación tendrá que realizar un protego y finalmente, un patronus corpóreo. ¿Comprendido, señor Porcher? 

Examinador:- Cuando esté listo puede comenzar.

Max se presentó puntual en el aula del segundo piso que le tocaba. Sus dos examinadores, dos mujeres de aspecto severo, le saludaron algo cortantes por su apellido y le explicaron en qué consistiría su examen de DCAO, el primero de todos. 

Examinadora 1:- Primero realizarás un expelliarmus a mi compañera- y señaló a su compañera, que ya estaba en una zona de la sala, de pie, frente a Max, varita en mano. Estaba tan recta que parecía que le habían metido una estaca por cierta zona y apretaba los labios como si hubiera comido hacía poco un limón.- A continuación tendrá que realizar un protego y finalmente, un patronus corpóreo. ¿Comprendido, señor Scofield? 

Examinadora 2:- Cuando quiera.

Vilma se presentó puntual en el aula del tercer piso que le tocaba. Sus dos examinadores, un hombre y una mujer muy veteranos de aspecto poco imponente, encorvados a causa del paso de los años, le saludaron con una sonrisa y amabilidad al verla aparecer y le explicaron en qué consistiría su examen de DCAO, el primero de todos. 

Examinadora:- Primero realizarás un expelliarmus a mi compañero- y señaló a su compañero, que ya estaba en una zona de la sala, de pie, frente a Vilma, varita en mano. Desde esa distancia Vilma podía verle las arrugas con facilidad.- A continuación tendrá que realizar un protego y finalmente, un patronus corpóreo. ¿Comprendido, señorita Williams? 

Tabatha se presentó puntual en el aula del primer piso que le tocaba. Sus dos examinadores, un hombre y una mujer bastante novatos que intentaban ocultar su nerviosismo, le saludaron con una sonrisa y amabilidad al verla aparecer y le explicaron en qué consistiría su examen de DCAO, el primero de todos. 

Examinador:- Primero realizarás un expelliarmus a mi compañera- y señaló a su compañera, que ya estaba en una zona de la sala, de pie, frente a Tabatha, varita en mano. Le dedicó un breve asentimiento- A continuación tendrá que realizar un protego y finalmente, un patronus corpóreo. ¿Comprendido, señorita Smith? 

Se presenta para su examen. No sabe como le irá... DCAO nunca ha sido su fuerte y las notas en los exámenes del profesor Pullap lo demuestran. Siempre ha sido, más bien, mala en cuando a esa asignatura. Pero ha estado practicando con Lucas para los exámenes así que no habrá ningún problema. Seguro. Bueno, en realidad intenta convencerse de eso.

Sus dos examinadores parecen novatos, la primera vez que hacen ese trabajo... o quizá la segunda. Aunque eso no significa nada... si están ahí es porque son buenos en lo que hacen.

-Buenos días - saluda nada más entrar.

El hombre pasa inmediatamente a la explicación del examen tras los saludos de rigor. Asiente a lo que explica. Se pone en posición y comienza con el Expelliarmus.

-¡Expelliarmus! 

La varita de la examinadora sale disparada. Es mejor resultado del que esperaba. Eso la anima con los otros dos hechizos. Realiza el Protego cuando le toca.

-Protego.

Y también le sale bastante bien. Sonríe, aun más animada. Solo queda el último. El patronus es muy difícil... lo consiguió en Hogsmeade, pero estaban en peligro mortal. Se concentra en sus recuerdos felices... Cada vez son más, los recuerdos tristes se han sumergido en su memoria y han desaparecido de su pensamiento. Sabe que están ahí, pero no les da importancia.

-Expecto Patromun.

De la punta de la varita sale un pequeño pájaro plateado que revolotea por la habitación.

Kegan atendió atentamente las reglas de la examinadora sobre que tendría que hacer a continuación. Asintió y comenzó… lo primero era el expelliarmus pero, estaba algo nervioso se mordió la lengua y lo que le salió fue una basura de hechizo.

Maldijo para sí mismo… ¡Aquella asignatura era uno de sus puntos fuertes! ¡No podía permitirse suspender! Respiró hondo y prosiguió con el examen, siendo lo siguiente un protego y eso ya logró lanzarlo de una forma bastante aceptable.

Se relajó un poco al ver que el protego le había salido bastante bien y entonces lanzó el patronus, mientras lo hacía comenzó a pesar en todas las cosas buenas que le habían pasado ese curso y por un momento olvidó que se encontraba en un examen… y para cuando quiso darse cuenta había lanzado uno de los mejores hechizos que nunca habría lanzado.

Aunque el comienzo había sido francamente desastroso, lo cierto es que Kegan logró arreglarlo. Los examinadores se miraron muy impresionados. Aquel patronus corpóreo podría ahuyentar a más de cincuenta dementores al mismo tiempo.

- Bien, pasemos a Transformaciones, Kegan.- dijo el examinador con más confianza al tiempo que regresaba a su asiento, al lado de su compañera- Ahí tienes cuerda, esa gran roca y ahí arriba ahí cristales.- señaló al fondo de la habitación.

La cuerda estaba sobre una mesa de profesor, la gran roca delante de la mesa y los cristales estaban sujetos por una tela clara, desde el techo.

- Primero tendrás que transformar la cuerda en una serpiente. Luego, la roca en un sillón o una silla y finalmente haremos caer los cristales y tendrás que transformarlos en agua antes de que llegue en al suelo.

¡Vaya! Aquello sí que era un buen comienzo. Los examinadores se miraron un segundos y escribieron sin dudar en sus respectivos pergaminos. Menos mal que les había tocado una alumna fácil.

- Bien, pasemos a Transformaciones, señorita Smith.- dijo el examinador con más confianza al tiempo que regresaba a su asiento, al lado de su compañera- Ahí tienes cuerda, esa gran roca y ahí arriba ahí cristales.- señaló al fondo de la habitación.

La cuerda estaba sobre una mesa de profesor, la gran roca delante de la mesa y los cristales estaban sujetos por una tela clara, desde el techo.

- Primero tendrás que transformar la cuerda en una serpiente. Luego, la roca en un sillón o una silla y finalmente haremos caer los cristales y tendrás que transformarlos en agua antes de que llegue en al suelo.

El día había llegado. Le hubiera gustado decir que con todo lo que había practicado y estudiado - que, de hecho, era mucho - se sentía preparada pero lo cierto era que ni de lejos. Estudiar y practicar con Zoey o con cualquiera de sus amigas y examinarse era algo que no se parecía en nada y lo peor era que estaba tan convencida de que tenía el nivel que le preocupaba no saber demostrarlo.

Por si fuera poco el primer examen anunciado era el de Defensa Contra las Artes Oscuras, algo que desde su encontronazo con las imperdonables la ponía bastante de los nervios y eso que nunca se le había dado mal. Así que ahí estaba, entrando al aula como una condenada sube al patíbulo. 

Para su sorpresa, le habían tocado dos examinadores bastante majos que aunque no lograron relajarla tampoco hicieron que se sintiera más nerviosa.

- Bien. Estoy preparada - algo que intentó no demostrar. Igual que para los TIMOS, seguía el lema de "no dejes que huelan tu miedo".

No tardó en encontrarse practicando los tres hechizos con considerable buen resultado aunque seguía sintiéndose decepcionada por el mismo ya que normalmente le salían mejor. Y ahora que se estaba pensando lo de ser inefable, como aquello le condicionara entrar...

Más relajado, se preparó para afrontar las pruebas de transformaciones, y en estas se sintió más relajado y tranquilo, lanzó el hechizo hacia la cuerda que se transformó sin problemas en una serpiente, lo siguiente fue a la piedra, que se transformó en un cómodo sofá y finalmente a los cristales, que aunque le costó un poco más, lo logró sin problemas.

Ahora ya se siente un poco más relajada. No sabe como le irán los otros exámenes, pero DCOA siempre ha sido uno de sus puntos flacos y ha conseguido pasarla bastante bien. No nota que le haya ido mal y los examinadores parecen encantados. La siguiente es transformaciones. Se le da bien y también ha practicado y estudiado mucho. Escucha atentamente las explicaciones y asiente.

Mira la cuerda y apunta hacia ella con la varita. Hace un gesto y... ¡lo consigue! No es una serpiente enorme, pero es una serpiente bonita... y, sobre todo, viva. Seguro que aprueba. Luego lo intenta con la roca. Transformar cosas inanimadas a otras cosas inanimadas es más fácil y... ¡lo consigue de nuevo! Y no solo eso, sino que consigue transformar la dura roca en un sillón de diseño muy mullido y cómodo.

Después viene la parte difícil: transformar los cristales en agua. Si falla, se cortará seguro. Se concentra y espera a que los examinadores comiencen la prueba. Todo pasa muy rápidamente. Los cristales caen rápido, pero ella actúa con rapidez e instinto y consigue cambiar la materia del cristal en agua fresca y cristalina de lluvia.

Sonríe.

¡Vaya! Aquello sí que era un buen comienzo. Los examinadores se miraron un instante en el que el anciano sonrió con orgullo y escribieron sin dudar en sus respectivos pergaminos. Eileen parecía una buena bruja.

- Bien, pasemos a Transformaciones, señorita Morgan.- dijo el examinador acompañando sus palabras con una amable sonrisa- Ahí tiene cuerda, esa gran roca y ahí arriba ahí cristales.- señaló al fondo de la habitación.

La cuerda estaba sobre una mesa de profesor, la gran roca delante de la mesa y los cristales estaban sujetos por una tela clara, desde el techo.

- Primero tendrás que transformar la cuerda en una serpiente. Luego, la roca en un sillón o una silla y finalmente haremos caer los cristales y tendrás que transformarlos en agua antes de que llegue en al suelo.

Los examinadores parecían mucho más contenta de lo que estaba ella. Empezaba a entender a Emily solo que la rubia acababa por tener muy buenos resultados y ella sentía que no estaba demostrando ni de lejos lo buena que era. Aunque los resultados fueran buenos no era suficiente.

Se sentía un poco agobiada pero aún así logró dirigirles una sonrisa entre tímida y cortés a los dos examinadores antes de que anunciaran su siguiente cruz. ¿Estaban de broma? ¿Transformaciones? Durante un breve instante estuvo tentada de decirles que se plantaba. Pero no. Simplemente su sonrisa se volvió más tirante mientras observaba los objetos que le iba a tocar transformar.

A las malas, los siguientes deberían irte mejor. Piensa en pociones. Tienes que lucirte en pociones. Aunque sólo fuera para sentirse mejor consigo misma. Vale. Se arremangó. Debía dar una imagen estúpida pero si tenía que afrontar aquello mejor sentirse preparada incluso visualmente.

Cuerda en serpiente, cuerda en serpiente. Obviamente tenía dominadísima la teoría. Cualquiera diría que con una familia de licántropos lo de cambiar de forma debería ser una forma de pensar pero por más que lo intentaba sus pensamientos solían irse por otros derroteros cuando lo intentaba. Como, por ejemplo, ¿qué pasaba con los huesos cuando se transformaba a un animal en objeto? ¿y de dónde salían los órganos y la vida que los insuflaba cuando era lo contrario?

Por suerte aquella transformación era relativamente sencilla y le salió bien. Siguiente paso, roca en sillón. La sola idea de hacer algo tan duro en algo cómodo y confortable le resultaba absurda así que cuando logró realizar la transformación parecía que a su sillón le habían quitado todo el relleno que lo hacía cómodo. Ahí sólo estaría cómodo un monje de los que estaban acostumbrados a los rígidos bancos de piedra.

Arrugó el ceño pero había poco más que pudiera hacer. No era momento de quejarse. Para bien o para mal aquel era el último hechizo que realizaría de Transformaciones y, si tenía suerte, nunca más en su vida iba a tener que transformar cosas de ese nivel. Por desgracia aquel intento de insuflarse optimismo sirvió más bien de poco porque aunque consiguió transformar los cristales en agua, había algunos que ya habían tocado el suelo cuando lo hizo.

- Ah...Transformaciones no es lo mío - trató de disculparse, aunque sabía que a ninguno le interesaría.

Anwen estaba contenta de que el primer examen fuera el de DCAO. Era, junto con pociones, una de las asignaturas en que más interesada estaba en destacar. Aunque ella no era una persona nerviosa o que temiera los examenes, no podía evitar que se pusiera poco a poco más nerviosa por lo que tener primero ese examen era lo mejor.

Se había esforzado mucho con esa asignatura y cuando supo en que consistiría el examen no pudo evitar sentir cierta decepción.-Fácil...- Aquel examen no debía de haberlo puesto Sean...en comparación con el que les había puesto él, este no era nada. 

Anwen tomó su posición, varita en ristre. Que importaba que aquel examinador midiera 2 metros contra la magia.-Comprendido.- Cuando le dieron el visto bueno para comenzar tardó una fracción de segundo en lanzar su hechizo.

Su Protego fue extraordinariamente poderoso, hubiera sido difícil atravesarlo para cualquiera.

El Patronus fue bueno, quizá ya fuera del alcance de muchos, pero no tan bueno como los hechizos anteriores. Su águila voló majestuosa por la habitación antes de posarse en su brazo donde Anwen le acarició la cabeza.

Era el día más importante de mi vida, lo sabía. La gente decía que ese día solía ser el de tu boda o el nacimiento de tu primer hijo, cosas así... Pero no. Era este. Hoy se decidía mi futuro. Hoy dejaba de ser una alumna y probablemente me embarcaba en una misión que podía suponer mi muerte...

Hoy el mundo sabría que mi corazón y el de Sean eran sólo uno.

Llevaba meses preparándome para los exámenes, y el último había sido una verdadera locura estresante. Sumado al nerviosismo por el trato con Sean cuándo saliese del examen, había tenido que vomitar tres veces antes de desayunar (obviamente me había lavado muy a conciencia los dientes después).

Y ahí estaba. El primer examen. Tal vez era cosa del destino que quería darme un empujoncito y me dejaba empezar con mi asignatura estrella. DCAO era lo mío, era la mejor de la clase y era la base de mi futuro. No podía fallar aquí, no podía fallar a Sean, y eso me ayudaría al resto del día. Esperaba.

Escuché a las examinadoras y asentí a sus indicaciones, incapaz de hablar. Tenía la boca seca y la lengua parecía papel. Me relamí los labios antes de empezar, pero me veía incapaz. Vi entonces la pequeña jarra de agua que tenían las examinadoras.

- ¿Puedo? - dije señalando a la jarra con voz de camionero. Al instante se me enrojecieron las orejas mientras carraspeaba, y ante su permiso, me eché un vaso de agua con manos temblorosas. Tras aclararme la garganta volví a mi sitio y cerré los ojos unos segundos. Dejé que mi mente vagase en ese punto de mi cabeza dónde la tranquilidad coexistía con el resto de sentimientos, y le obligué a trabajar. Juntos con confianza y felicidad, me mandó recuerdos de Sean, ánimos y determinación. Abrí los ojos y asentí a las examinadoras dándoles a entender que estaba lista.

En cuánto la mujer estuvo en posición, realicé el primer conjuro. Era un conjuro fácil, pero suponía que la dificultad estaba basada en la habilidad de defenderse de la mujer, que sin duda sería una buena dualista. Pero yo era mejor. Tenía que serlo. Por mí, por Sean. Con esa determinación agité mi varita con decisión y antes de que la mujer se diese cuenta de lo ocurrido, su varita estaba en mi mano.

Sonreí completamente emocionada con la primera prueba. Si empezaba así, no podía cagarla. Tenía que mantener eso en mente. Le devolví la varita a la examinadora con educación y realicé el Protego cuando me indicó. No era tan perfecto cómo mi Expelliarmus, pero sin duda podría parar un tren. Lo sabía por la reacción de las mujeres. Y quedaba la prueba de oro. Sabía que pedían especialmente el patronus corpóreo porque era mucho más complicado y no todos los magos eran capaces. Pero yo conocía ya a mi patronus y no me pondría nerviosa ante esa prueba. Concentrándome cómo siempre en mis recuerdos más intensos, realicé el conjuro y mi felino trotó elegante por el aire antes de posarse a mi lado. Le pasé la mano por la cabeza igual que cuándo practicaba y supo que era el momento de irse.

Miré entonces a las mujeres, nerviosa, pero segura de mí misma.

El examen empezaba bien, pero acabaría aún mejor.

¡Vaya! Aquello sí que era un buen comienzo. Los examinadores se miraron un instante, asintieron y escribieron con seguridad en sus respectivos pergaminos. Fácil. La decisión no les llevó ni medio segundo.

- Bien, pasemos a Transformaciones, señorita Van Dyck.- dijo el examinador con más confianza al tiempo que regresaba a su asiento, al lado de su compañera- Ahí tienes cuerda, esa gran roca y ahí arriba ahí cristales.- señaló al fondo de la habitación.

La cuerda estaba sobre una mesa de profesor, la gran roca delante de la mesa y los cristales estaban sujetos por una tela clara, desde el techo.

- Primero tendrás que transformar la cuerda en una serpiente. Luego, la roca en un sillón o una silla y finalmente haremos caer los cristales y tendrás que transformarlos en agua antes de que llegue en al suelo.