Partida Rol por web

Una parte de sí quería dejarse animar por las palabras alentadoras de Bella pero ella, que conocía mucho mejor a Emily, no estaba demasiado segura. Vale, Emily iba más a su rollo y no dependía tanto de ella, totalmente cierto, pero sabía que la quería mucho como amiga y que haría cualquier cosa por Eileen. Por más que quisiera, no, que deseara, que aquello fuera signo de algún amor oculto, la verdad era que no lo creía.

- Ya, no sé, seguramente tengas razón - contestó de forma vaga a la par que se esforzaba por recomponer su sonrisa y, por fin, posar su mirada en ella -. Gracias por escucharme, supongo que no me rendiré hasta que me rechace. Ya sabes, si necesitas cualquier cosa...

Dejó la frase a medio construir, una frase pronunciada más por cortesía que por verdadero sentimiento. En aquel momento sólo pensaba en encontrar de una vez a Emily y hacer control de daños.

Asentí a las palabras de Sean. Tendría que hablar con ellas. O mejor aún. Él tendría que hablar con ellas. Él era auror, él nos dirigiría mejor que yo. Yo no tenía ni idea de combatir amenazas, sólo tenía intuición y suerte (hasta ahora). Eso me fallaría tarde o temprano.

- Oye Sean. Esta noche hablaré con ellas para aclarar el...incidente de hace un rato. Pero me gustaría pedirte un favor. No puedo llevarme el libro del registro, es peligroso que alguien lo vea, o devolverlo a su sitio. Deberías quedártelo tú. Y tal vez podrías llamarnos a Eileen, Beth y a mí a tu despacho para poner en marcha la "misión investigación". Creo que empiezan a sospechar que les escondo algo, y que tiene que ver contigo. Si les digo que tú me has pedido esto, pensarán que es raro. Si les digo que es mi idea, pensarán que es más raro aún que me ayudases a sacar el registro. Pero si dices que es tu idea y que confías en nuestras capacidades y por eso nos has escogido, no sospecharán. ¿Harías eso?

Sean me pidió que me relajase y me divirtiese. Y que me concentrase en los estudios. Ambas cosas eran imposibles de hacer a la vez para mí (hoy había sido la primera vez de algo así y había acabado haciéndome un enemigo mortal). Qué fácil era decirlo, para él.

Entonces dijo de ir a ver mi página, con una sonrisa traviesa, y no pude evitar unirme a esa risa.

- Salgo divina en todas las fotos, ya te lo he dicho. - dije mientras pasaba páginas. Al llegar a la mía enarqué una ceja con la foto principal. No recordaba cuándo me la habían echado, pero era una expresión "muy mía". No pude evitar reírme. Mi padre salía serio, preocupado. Pocas veces veías reír a papá en público, pero cuándo estábamos a solas (sobretodo cuándo era más pequeña), reía a menudo. No era tan frío cómo parecía en las fotos. La foto de mamá era, por supuesto, perfecta. No me extrñaba que mi padre se hubiese prendado de ella. Miré por el rabillo del ojo a Sean, para ver qué cara ponía al ver a mi madre. La foto era de hacía unos años, por eso. Ahora tenía siempre una expresión más cansada, más triste. 

Vi mis TIMO justo debajo y noté una punzada de dolor con Pociones. Se me resistía demasiado. Suerte tenía de Eileen. Mi padre no había estado contento con el aceptable, pero el resto de notas habían más o menos compensado. Tenía que mejorar esa nota para mis EXTASIS.

Volví a reír al ver mi foto de tercero.

- Por las barbas de Merlin, porqué llevaba eso puesto. Y el pelo. Menudas pintas de hippie-rica.

Las fotos de sexto eran mejores, eran de hacía unos meses. Apenas había diferencia entre esas fotos y la yo de ahora.

- Deberían enviar estas fotos a alguna revista, soy toda belleza y sensualidad. Me podría convertir en un ídolo adolescente. 

Me di cuenta entonces que no tenía fotos, ni una sola, de Sean o con Sean. Obviamente era porque era demasiado peligroso, pero viendo el registro me habían entrado ganas de tener una. Tenía una cámara antigua, de esas que imprimían la foto casi al instante, en mi habitación. Mi padre me había comprado en una tienda de antigüedades sabiendo que me gustaría. La bajaría la próxima vez que tuviese una clase particular con él y nos sacaría una foto. La tendría que guardar él, por eso. Me entraron ganas de besarle, y cuándo fui a acercarme recordé a Eileen.

- Oye Sean, tengo algo que confesarte. Algo muy, muy raro. Eileen me ha pedido hoy lo más extraño que nunca me había pedido - y mira que me ha pedido cosas raras - y no he sabido cómo decirle que no. No se me ocurría ninguna razón válida que pudiese darle. La cosa es... - enrollé mis dedos en un mechón de pelo, desviando al mirada momentáneamente de él, notando que me sonrojaba. - ...que Eileen nunca ha besado a nadie, y Kegan le pidió una cita, y estaba nerviosa por si lo hacía mal, y me pidió que le ayudase y me besó. - le solté de carrerilla, nerviosa, y usando demasiadas "y". - Fue el beso más extraño del mundo. Básicamente pegó sus labios a los míos durante medio minuto. Espero que no te enfades.

No tuvo problema ninguno en alcanzar a Beth, que caminaba con aire pesaroso y con una lágrima descendiendo por su mejilla. Miró a su lado, identificando a Williams y secándose al instante la mejilla humedecida.

- ¿Qué quieres, Will? Me apetece estar sola.

¡Estúpida Eileen con sus ideas! ¡¿Por qué le habré hecho caso?! ¡Y estúpida Emily! ¡Ni siquiera cuenta conmigo!

Ya estaban empezando la escalera de piedra.

Bella sonrió. Imaginaba que Eileen diría aquello más por compromiso que por otra cosa. La entendía. Apenas se conocían. Pero eso podía cambiar. Tenía la sensación de que se acabarían llevando muy bien y que Eileen acabaría confiando en ella hasta el punto de no decir aquello por pura cortesía.

- No hay de qué.- le respondió- Anda, vamos a buscar a Emily. Y mientras me cuentas qué te ha parecido el beso para ti.

Quería que Eileen se centrara en cosas buenas. No en discusiones, o dudas, o miedos en relación con Emily.

Se había quedado parado, como momentáneamente congelado por la reacción de Tabatha.

O bien no ha entendido la insinuación o lo ha hecho pero no le intereso...

Sonrió como siguiente acción, recogiendo el chocolate y dándole un pequeño mordisco.

- No es suficiente.- comentó, burlón.- Y entonces acamparé aquí y viviré aquí para que no puedas echarme.- bromeó. 

- Me parece bien. Diles que yo quiero verlas. Me quedaré con el libro. Total, saben que has venido hoy y nos vieron en la biblioteca. Si os unís ya no sospecharán tanto de nosotros. 

Fue viendo las imágenes al mismo tiempo que Emily. Se preocupó al ver al señor Van Dyck tan serio y no hizo ninguna mueca ni expresión extraña con la señora Van Dyck. Apenas se fijó, pensando que Emily había sacado lo mejor de ambos progenitores.

- Hasta con esas pintas estabas guapa.- comentó, divertido ante la foto de tercer curso.- En quinto sí que te recuerdo. Siempre en primera fila, estresada y muy seria. Pero muy guapa.- comentó- Recuerdo que pensé que el chico que saliera contigo sería tremendamente afortunado. "Es inteligente, persistente, habilidosa y guapa". Eso es lo que pensé una vez mientras te veía hacer un examen que os puse.- la miró a los ojos y le sonrió. Estar allí arriba era como estar en aquel barco de vacaciones. Solo ellos dos, siendo ellos mismos. Relajados y felices.- Y sigo pensando lo mismo con bastantes buenos añadidos.

Fueron a besarse, pero ella, para sorpresa de él, paró y se apartó un momento. Preocupado la miró. Tenía algo que contarle. Mal asunto. Y entonces Emily le contó lo de Eileen y el beso. La escuchó muy serio, mirándola a los ojos. Fue apretando la mandíbula.

¿La reacción de Sean? No poder aguantar las carcajadas y reirse con ganas. Lo había intentado, pero entre la preocupación de Emily y lo gracioso que sonaba todo en su cabeza, estalló. 

- ¿Puedes contármelo otra vez? Quiero grabarlo en la mente.- bromeó antes de intentar calmarse para tratar el tema con más seriedad. La que Emily esperaba de él- No me enfado, tranquila. Eso me recuerda...- puso su mirada perdida, la típica cuando rememoraba algo- que Smallet me propuso que le enseñara a besar porque tenía una cita con tu jefe de casa...- la miró y volvió a reír.- Es broma, es broma.- carraspeó. Segundo intento de hablar seriamente sobre aquel hecho- Me alegro de que me lo hayas contado. Y mientras no lo repitáis y no digas que ella besa mejor que yo... puedo entender a Eileen. Lamento haberme reído. Puedes contarme lo que sea, ¿vale?  

Bella era una persona atípica aunque no lo pareciera a simple vista. Claro, se sentía sumamente incómoda con ella pero en parte era agradable saberse comprendida y escuchada cuando iba a reventar de nervios y presión. Estar con la persona que te gusta las veinticuatro horas del día sin que ese amor fuera correspondido era más duro de lo que parecía. Era deseo a todas horas y, por desgracia, el mismo grado de contención.

- Yo quería más - explicó con gravedad, aún con un tenue rubor cubriendo sus mejillas -. Para mí ha sido...bueno, no perfecto, estaba tensa, nerviosa y tenía que controlarme para que no sospechara nada de nada, pero ha sido bueno, muy bueno, por una vez no tenía que fingir. Le he mentido para hacer lo que realmente quería y lo hubiera enviado todo a la mierda sólo para seguir ahí, así, besándonos. Pero llegue o no el momento, estaba claro que ese no era.

No pude evitar taparme la cara, avergonzada, cuándo hablaba de mí en clase. Era una paria empollona, eso era lo que era en clase. 

- Menudo mentiroso estás hecho. - le dije golpeándole con suavidad en el muslo. - Seguro que cuándo te pedí clases sólo pensaste "ya está aquí la empollona esta, qué pesada es", y por eso no aceptabas. 

Casi me da un patatús cuándo le conté lo de Eileen y parecía ponerse tan serio. ¡Seguro que lo consideraba engañarle e iba a enfadarse y...! Y antes de terminar de pensar en ello empezó a reírse, y no pude hacer nada más que unirme a sus risas. Le empujé, jugando, cuándo empezó a decir lo de Smallet. Aunque en el fondo eso hacía que volviese a pensar cuántas chicas habían probado sus labios (y el resto) antes de mí, y en cómo sentía ciertos celos y odio hacia ellas aunque no tenía sentido alguno.

- No te lamentes, yo me alegro de que te hayas reído. Pero no puedo prometerte que no se vaya a repetir Eileen parecía realmente interesada en ello. Creo que en el fondo era una excusa, que está enamorada de mí, pues soy irresistible. - dije moviendo la cabeza para que mi pelo ondulase de forma teatral.

Esta vez sí que le besé, aliviada, contenta. Volvía a estar de humor. 

La agujas del reloj tras nosotros se movieron y miré mi reloj de pulsera. Quedaba poco tiempo para comer, y ahora tenía en mis manos un montón de cosas que pensar y que hacer. Y tenía que comer, a pesar de que no tenía ganas.  Suspiré decepcionada.

- Creo que tengo que irme... O podríamos parar el reloj ya que estamos aquí y detener el tiempo en Hogwarts.

Kegan se quedó mirando a todos.

- ¡No os confiéis chicos! Hay que trabajar duro para ganar, y si os quedáis quietos mirando como ahora, sí que perderemos. - Aunque los reñía, estaba sonriendo pues jugar lo había animado mucho.

- Bueno, por hoy podemos dar por concluido el entrenamiento - anunciaba - Realizad unos estiramientos y los miembros del equipo que ha perdido recogen las bolas.

Tras esto, descendió, se bajó de la escoba y comenzó a caminar al vestuario, donde se cambiaría e iría de vuelta al castillo.

-Tranquila Vilma.- Dijo Anwen con un ligero tono de exasperación ante las reacciones tan exageradas de la chica.- Creo que a Aen sólo le han atacado porque se encontró con el asaltante sin querer. Los que no sois sangre pura- No pudo evitar en este moment tampoco que se le cambiara la entonación amable que intentaba tener.- No deberíais tener de que preocuparos.

En cuanto al comentario de Henry añadió.- Vaya, es una pena no saber cuales son tus orígenes. Pero tienes aspecto de haber sido feliz.

Se dirigió de nuevo hacia Aengus.- A Stana la atacaron en el 4º piso. Creo que no vio nada pero me aseguraré de comprobar si se parecía a ti*. No estoy segura pero creo que Stana se marchó antes que tú del comedor. Parece ser que te encontraste con el que la atacó justo después de que la atacara a ella. Por cierto, recuerdo que una de las nuevas salió tras de ti ¿te la encontraste? 

Avanzó para poder sentarse junto a Aengus en el otro lado de donde estaba Vilma para poder hablarle más de cerca.- Se que es duro para ti Aen. Pero creo que te encontraste al delincuente cuando volvía de atacar, dirección a su Casa. Si subía, arriba sólo están las salas comunes de Gryffindor y Ravenclaw...Aen...-Le tomó una mano y le miró con algo de pena.- Puede que sea alguien de tu Casa. Un sangra sucia. Tú eres hijo de muggles y un buen chico ¿podrías decirme si alguien se comporta de forma extraña o si ves algo raro en Ravenclaw? Pero nadie debe saber que estás vigilante.- Se colocó el pelo antes de coger la mano de Aengus con las dos suyas. Puso su mejor cara suplicante.- ¿lo harías? Tenemos que atrapar al que te ha hecho esto.

- La verdad es que sí que pensé algo así como "ambiciosa y empollona... ahora no podré tener ni tiempo libre".- ¿broma o verdad? 

Esta vez solo le dedicó una leve sonrisa, mirándola a los ojos. Observándola antes de darle un beso atrayéndola hacia él con su mano en el hombro de Emily.

- Me encantaría, pero la gente lo notaría y vendrían todos en manada.- cerró el libro y se levantó, ayudando también a Emily.- Lo guardaré bien. 

Por suerte no la perdí de vista y la encontré. Se estaba secando una lágrima.

Me dijo que quería estar sola, aun así, hice caso omiso a sus palabras y me acerqué a ella.

Jooo, pero apenas hemos estado tiempo juntos este año. Puse cara de pena. Anda no seas así, da una vuelta conmigo, te vendrá bien para despejarte y desahogarte. de nuevo puse carita de pena.

-Imposible... si acampas tú, acampo yo.

Se forma un silencio incómodo durante un segundo, momento que aprovecha para pasarse un mechón tras la oreja y sonrojarse un poco sin venir a cuento. Quizá por lo que ha dicho hace unos segundos. Se sienta en el suelo y da unas palmaditas a su lado.

Espera a que se siente y le mira, sonriendo.

-Siempre puedo ser tu conejillo de indias para practicar. Yyy.... pasando a otro tema... ¿harás algo en la salida a Hogsmeade? Puedes venir conmigo, si no tienes planes... aunque, a lo mejor quieres ir con otra gente... - comienza a hablar nerviosamente -. Si sientes que te monopolizo o algo, solo dímelo. Vamos, no es necesario que me acompañes, pero me gustaría. Aunque será aburrido porque me tengo que comprar un vestido y a lo mejor pasa toda la tarde y no quiero que te aburras y esas cosas.

Beth miró a Williams a pesar de querer esquivarle. Sabía que si le miraba con aquella cara terminaría aceptando. Y eso es lo que pasó. Suspiró. Quizás era lo mejor para no ponerse a pensar en la actitud de Emily. Había sido demasiado brusca y no creía que haberla seguido hubiera sido un problema. Probablemente sí que ocultaba algo y solo quería mostrárselo a Eileen o algo por el estilo:

- Está bien.- aceptó finalmente. No sabía si estar enfadada o simplemente triste.- La verdad es que la reacción de Emily ha sido demasiado brusca. Aunque ella es brusca de por sí... ¿Alguna vez te has enfadado tanto con alguien?

Se acercó más a ella, sentándose a su lado con las rodillas flexionadas y los antebrazos apoyados en ellas. Intentó no sonreír ante la petición de Hogsmead.

- Iré contigo.- accedió de primeras- Aunque no te prometo tener buen gusto para aconsejarte sobre moda.- confesó entonces. Dejó unos momentos de silencio antes de volver a hablar.- ¿Para qué quieres el vestido?

La mirada de Bella se dulcificó aunque Eileen no pudiera verlo. Escuchó atentamente las palabras de la chica, sintiendo cómo la conexión entre ellas se hacía mayor.

- Te entiendo.- comentó.- No es que yo haya hecho nada parecido. Es decir... no creo ser tan brillante como para que se me hubiera ocurrido un plan así. Pero... entiendo lo que quieres decir con esa descripción.- Parecía que a Bella no le molestaba hablar de aquel tema. Estaba acostumbrada y no se le subían los colores.- Creo que ser chica y que te gusten las chicas es complicado. Si eres heterosexual, lo más normal es que puedas conseguir gustarle a cualquier chico y total, si te rechaza... la cosa se queda en simple anécdota- comentaba.- Pero si te gusta una chica... el miedo al fracaso es mayor. "¿Qué pensará después de mí? ¿Y si se lo cuenta a los demás? ¿Cambiará del todo nuestra relación?". Son preguntas frecuentes hasta que normalizas la situación.- A ella le había pasado- Por eso, cuando llega el primer contacto, o primer beso... es muy muy muy especial. Me atrevería a decir que incluso más que si se trata de un chico.- Eran las sensaciones que ella sintió en su momento.- Por eso entiendo que en ese momento hubieras querido parar el tiempo para continuar besándola.

Sonríe cuando accede a ir con ella a Hogsmeade, aunque no ha pensado en cómo será el gusto de Lucas para decidir vestidos y esas cosas. ¿Tendrá que llevarse a alguien más? Katherine quizá... pero entonces, ya no irán los dos solos... No, no... deja de pensar esas cosas. Él es demasiado guapo como para fijarse en ti.

-La otra carta de esta mañana era de mi madre. Parece ser que mi prima se casa en estas navidades y no me lo había dicho antes. Así que tengo que comprar un vestido.

Podía sentir el olor del perfume de Anwen ahora que se había sentado en la cama. Estaba más cerca de lo que nunca había estado y Aengus se puso inmediatamente nervioso. No obstante, no podía apartar la mirada de los preciosos e hipnotizantes ojos de Anwen. ¡Qué chica! Nunca habría nadie como ella.

- No vi a ninguna nueva. Estuve solo todo el tiempo.

Lamentaba no poder ser de más ayuda a Anwen, Pero ello fue por poco tiempo, pues la Slytherin le había propuesto una misión. Una misión que solo él podía cumplir.  

El Ravenclaw asintió a sus palabras y cogió aire, como si de aquel modo el vigor y la valentía volvieran a él:

- Vigilaré y estaré pendiente.

¡No podía quedarse escondido! ¡Qué imagen tendría Anwen entonces de él! Ahora se sentía avergonzado por haber mostrado miedo. ¡Esa no era la clase de hombre que Anwen Rhys aceptaría en su vida!

- Siempre puedes quedarte en Hogwarts, ¿no?- le comentó. No sería la primera vez que lo hacía, aunque Meredith tampoco sabía qué era mejor para Max.- ¡Y llegamos! Te espero fuera.

La puerta del despacho de Smallet estaba abierta, por lo que identificó a Max al momento. Comprobó que seguía siendo una criatura extraña y pensó que sería difícil echarle la bronca con aquellas pintas. Pero aún así se puso seria y le hizo pasar, cerrando la puerta con un movimiento de varita:

- Scofield, quiero que sepas que estoy decepcionada. Un estudiante no puede abandonar el aula sin consentimiento del profesor, como ya sabes. Y no solo estoy decepcionada porque te hayas ido sin más, menospreciando mi papel como profesora y jefa de tu casa, sino también porque no esperaba que actuaras de forma tan poco habitual para un Gryffindor. Los Gryffindor estamos por encima de las dificultades. Un Gryffindor no se va a llorar por ahí. Llora pero haciendo lo que debe hacer. ¿Tienes algo que decir?

El ambiente en los vestuarios era inmejorable. Todos hablaban y repetían los movimientos de Kegan, imitando como si estuvieran encima de la escoba. Claro que Kegan eso no lo escuchaba porque estaba en su ducha particular, en el despacho del capitán.

Cuando salió la mayoría se habían ido ya al castillo. Era la hora de comer y después de tanto ejercicio físico estaban hambrientos. La única que quedaba era Adriana, aún duchándose y tomándose su tiempo y Mía, que cuando Kegan apareció por ahí acababa de abrocharse el sujetador.

- ¡Eh! Avisa que creía que estaba sola.- y le tiró la toalla.- Capitán pervertido...- bromeó.