Partida Rol por web

Cuando Iris apoya su cabeza en mi hombro, aprovecho para abrazarla a la altura del hombro u escucho la conversación de mis compañeros con sumo interés.

La verdad es que aún no tengo nada planeado, pero de seguro pensaré en algo, después de todo nunca faltan lo que se quieren pasar de listos con los recién llegados y es allí dónde yo entro. Jejeje. - digo con una sonrisa amable.

Por lo pronto quiero ver que es lo que los elfos nos tienen preparado para la gala, pero sobretodo muero de ganas de escuchar la canción del sombrero, siempre tiene algo bueno preparado para todos nosotros. Por cierto Dakota, siempre me lo he preguntado, pues nunca te he visto transformarte. ¿En qué animal te conviertes?

Reacciono a los saludos del par de hermanos mientras me acomodaba en el asiento frente a ellos -He, no los vi en el andén. Tenía ganas de unas cuantas cervezas de mantequilla-.

Vuelvo la mirada, con cara dubitativa, hacia el menor de los Miller cuando comenta sobre la fiesta -Uhm... Chris no hablo mucho de eso, solo menciono que lo estaban planeando el y tu hermano, junto a los demás prefectos de casa. Decía que tenía que ser secreto, aunque curioso, no mencionó que fuera al aire libre-.

Hombre, como que no vas a ir- Me reclino hacia adelante y le doy unas palmadas en el hombro a Aristoteles, a modo de colegeo. -Además, Arti y yo estamos planeando una sorpresa para esa noche- Expreso un gesto de clara complicidad.

Todo era sencillamente... impresionante! Desde el momento en el que el tren llego a la estación todo era espectacular, la estación, el lago, los elfos, los carruajes sin aparente caballo y el gigantón que les había recibido en el andén. Mirase donde mirase no dejaba de sorprenderse y abrir cada vez más los ojos asombrado. - Estas viendo todo esto Alice? Es espectacular! Había oído algo sobre el colegio pero nada de lo que te cuenten es comparable a verlo en directo.

Nervioso por todo lo que estaba ocurriendo y con ganas de llegar por fin al castillo se encontraba a 1000 revoluciones por hora, no paraba de quieto intentando asimilar tanta novedad y esperando encajar en todo ese mundo que hasta ahora había pasado casi inadvertido en su vida.  Después de conseguir calmarse un poco, culpa de ello la tuvo Hagrid y su imponente aparición, siguió a sus compañeros de primer curso hasta las orillas del lago con la intención de coger una barca que los llevase hasta el gran castillo.

Al subirnos a las barcas me dirijo a los otros dos jóvenes que vienen con Alice y conmigo, - Hola a los dos, soy Jaure, encantado de conoceros. 

—Esa niña… —murmuré enfurruñada entre dientes— ¿Quién se ha creído que es? —Entonces me fijé en que Ovlac me estaba mirando confundido. Traté de olvidar mi discusión con Liz y sonreí, como si me acabara de dar cuenta de que estaba ahí. —Hola, Ovlac. ¿Dónde estabas? Te he estado buscando por el tren pero no te encontraba. ¿Qué tal todo? Yo tengo muchas ganas de empezar. «Espero que no haya más en la escuela como Liz», pensé.

- Quien era esa niña tan grotesca? se ha chocado conmigo y ni se ha disculpado... Espero que no sea todo el mundo así en la escuela, de lo contrario va a ser más duro de lo que espero que sea. Cambiando de tema, he llegado al tren por los pelos! Me ha traído mi abuelo, tuvimos caravana para llegar hasta la estación y además no sabía como encontrar el andén, si a eso le sumas que el pobre anda un poco lento... Cruce por la columna cuando el tren ya estaba tocando la campana para salir! Que tal has llegado tu? Conocías la estación?

Un carruaje ajeno a Hogwarts estaciona justo a la hora de salida. Una hermosa y misteriosa joven baja del carruaje. Algunos habían escuchado los rumores sobre una chica trasladada de Beauxbatons, los rumores que corren es que agredió a una compañera hasta casi matarla y tuvieron que sacarla de la escuela. 

Nina se siente extasiada, adora la oportunidad de tener la atención de alguien que no la tachara como una loca. Cielo, en cambio, vuelca los ojos hacia el cielo nocturno a sabiendas de que Kevin las tratará como unas locas por culpa de su hermana. 

- Mira, cierra los ojos y escucha...- Las palabras de Nina son casi hipnóticas.

Pero por mucho que Kevin se esfuerza por escuchar algo no lo consigue: los estudiantes no paran de charlar en los otros carros, oye los cascos de los thestrals chocando con la tierra e, incluso, la respiración de las hermanas... Pero nada fuera de lo común.

- Es una estupidez, no lo va a escuchar.- Brama Cielo jugando con un mechón de su cabello rosado. Sus ojos verdes esmeralda se encuentran clavados en el joven.- Está a cientos de kilómetros.

- Déjale que lo vuelva a intentar...- Bufa Nina.

Nada.

Ismael es incapaz de observar algo fuera de lo común. Todo el mundo charla sobre sus vacaciones y cosas triviales. Nathael parece darse cuenta de que buscas algo con la mirada y te imita. Él tampoco observa nada.

- ¿Pasa algo?- Pregunta extrañado.

- ¡¡Ayuda!!- De nuevo, esa voz. Es como si una chica le gritara al oído que la rescatara, sin que nadie más la oiga. Nathael sigue con su mirada azul clavada en tí esperando una respuesta. De nuevo, él no ha oido nada.

- ¡Uh! La canción del sombrero es lo mejor.- Aplaude Iris emocionada, la pequeña niña no deja de pensar en los enormes pasteles que los elfos preparan para una ocasión tan especial.

- Oh, pues verás...- Dakota se pone en pie en el carro, a pesar de que se encuentre ya en movimiento no pierde el equilibrio.

Con total seguridad, abre la boca y un potente rugido sale de lo más profundo de su garganta. Ha sido el rugido de un león.

- Eso ha sido... Increíble.- Iris rompe a aplaudir maravillado por su compañero de casa.

- Gracias pequeño público.- Bromista hace una diminuta reverencia para sentarse de nuevo en su lugar.- ¿Por qué crees que soy un Gryffindor? Soy un el león de nuestra casa, literalmente.

- ¿En serio? ¡Otro motivo por lo que no podemos faltar!- Alexander está tan emocionado que no deja de fantasear con la fiesta.

- Oh, me lo pensaré ¿Vale?- Para Aristoteles pasar tiempo al aire libre era terriblemente malo. 

Nunca ha ido a los partidos de quidditch, ni a las clases de Hagrid. El único momento en que se podía ver al joven fuera del castillo era para ir a clases de Herbología, aún así evita ir lo máximo posible.

- Sophie y yo estuvimos pensando posibles sitios, pero solo se nos ocurrió el invernadero. 

- Nathael tiene razón, Alex. Si os metéis en el invernadero a hacer una fiesta os moriréis de calor. Además seguramente que alguien romperá algo y nos costará bastantes puntos...

- ¡Ayuda!- Un grito te activa, ha sido la voz desconocida de una chica pidiendo auxilio. Lo curioso es que ni Alexander ni Aristoteles parece haber escuchado nada, porque siguen hablando de los posibles lugares de la fiesta.

-¡Yu-huu! -exclamó, al tiempo que daba un par de aplausos y luego levantaba las manos, cerradas en puños, como gesto de victoria- No quiero decir lo sabía en un momento como este, pero te juro que en vez de a mí eligen a Meredith y me voy a del Colegio a la primera semana -comentó entre risas.

Justo en ese momento, entre las buenas noticias, apareció un carro en la lejanía del que descendió una joven de edad muy similar a la propia Sophie.

-Eh, mirad... Tenías razón, Gast -comentó, al tiempo que trataba de escrutar con la mirada la personalidad de la joven... ojalá controlara legeremens ya...

Decido probar de nuevo, por si acaso. Cierro los ojos. Me concentro... Empiezo a prestar atención a mis oídos... Vuelven los murmullos de la gente, los ruidos en el suelo... Al principio de forma suave, pero poco a poco percibo cómo van aumentando de volumen... Después de lo que creo que es un minuto, sólo puedo escuchar las voces de las conversaciones a todo volumen y los golpes de los cascos en el suelo, que suenan como martillazos en las rocas...

Abro los ojos y todo vuelve a la normalidad. No me ha parecido escuchar nada fuera de lo previsto. O, si lo he hecho, no me he dado cuenta.

¿Qué quiere decir que está a cientos de kilómetros? Si fueran compañeros de mi casa, estoy seguro de que estarían tomándome el pelo, pero estas dos chicas parecen diferentes. La verdad es que tengo curiosidad.

Me giro hacia ambas hermanas y confieso.

-Lo he intentado, pero no consigo escuchar más allá del jaleo que hay aquí montado.

Ah, por supuesto, (caigo en la cuenta). Ésa última forma de mirarme de Cielo, antes de cerrar mis ojos, y esa última frase, la de los kilómetros. Está jugando con mi curiosidad haciéndose la interesante. Tal y como hizo antes en el tren.

Sin dejar de mirarlas, decido preguntar de nuevo.

-¿Qué es eso que podéis escuchar a kilómetros?

- Es guapa.- Añade Evan sin mucha importancia.

- Muy guapa.- Lo corrige Gast sin apartar sus ojos de ella.- Es la bruja más guapa de la escuela.

- Bueno, las he visto mejores.- Los ojos de Evan miran a Sophie con descaro pero Gast no se da cuenta de ello al estar inmerso en la nueva alumna.- En fin, presta atención Hufflepuff.

- Déjala tranquila, Evan. Ella nunca caerá en tu juego.- Gruñe Chris cruzando sus brazos por encima de su pecho.- Supongo que habrán llegado a vuestros oídos muchos rumores sobre la conversación que ambos tuvimos en el callejón Diagón. 

- Algo de una fiesta, sí.- Gast vuelca todo su interés en ellos de nuevo.

- Joder como cotillean todo.- Murmura Evan.- Bueno el caso es que vamos a hacer una fiesta de inicio de curso, mañana por la noche.

- ¡¿Mañana tan pronto?!- El grito de Gast alarma a algunos a su alrededor, por lo que Evan le da una suave colleja para que baje el volumen.

El rugido de un león llega a tus oídos alertándote.

- Dakota es un animago, no te preocupes. No estamos escuchando un león.- Ríe algo divertida Cielo por lo oportuno de rugido.

- Lo que estamos oyendo es algo mucho más peligroso... Hay un dragón en el bosque prohibido.

Sonrió ante el comentario de Evan, a quien le dedicó un guiño precisamente con el ojo que no veían Chris y su hermano.

-A mi también me parece atractiva, habrá que ver si es igual de interesante o debería estar en la casa de mi hermano -comentó entre risas.

Cuando finalmente los dos mayores del carro explicaron la idea que tenían con la fiesta, Sophie arqueó sus cejas y abrió los brazos, en un evidente gesto de duda complementado por la pregunta de su hermano.

-¿Pero lo tenéis todo preparado? ¿y dónde va a ser? -preguntó sin pausa, alternando su mirada de Miller a Weasley.

¡Wow! Ahora ya sé porque McGonagall tiene tanta fascinación por ti, entre gatos se entienden. - digo con una sonrisa en los labios, dando a entender que estoy bromeando.

Ya en serio Dakota ¿Te has registrado o aún no lo has hecho? Lo pregunto por curiosidad más que por cualquier otra cosa, pues la verdad me intriga ese tema del registro.

En especial, porque una vez dentro, quedad evidrnciado ante toda la comunidad mágica, no es que se trate de un tema privado o de acceso restringido. - comento con evidente interés.

Nathael esta muy pendiente de todo y parece percatarse de que busco algo, así que me va tocar mentirle para salir del paso.

Con la tranquilidad del viaje me he quedado medio traspuesto y en Barcelona no descansé mucho, he sentido que nos vigilaban pero es probable que solo sea una comienzo de mal sueño, debí haber descansado mas. Fingiendo un falso bostezo tratando que sea lo mas creíble posible mientras me tapo la boca por "educación" con la mano que no abrazo a Alexa para darle mas credibilidad me relajo cerrando los ojos tranquilo para descansar y que se tranquilice Nathanel.

Una vez con los ojos cerrados y fingiendo descansar concentro mi mente en la voz de la mujer que pide ayuda y sin hablar solo con pensamientos trato de responder a la voz, si es telepatía debería poder responder a la llamada de la mujer realmente intentando poder llegar ayudar a la chica.

Quiero ayudarte, ¿quien eres y donde estás para ayudarte?. Mi respuesta está claramente solo dentro en mi mente para que lo escuche la chica que me habla en mi mente.

Reconozco que es una respuesta que no esperaba. Vuelvo a mirarlas sorprendido.

¿Un dragón? ¿En serio? Eso sí suena a broma. De todas formas, aunque fuera verdad, si está a cientos de kilómetros, poco debería preocuparnos... aún. En éstos momentos estoy más interesado en saber cómo sería posible que ellas lo escuchen a tal distancia.

-¿Un dragón? ¿Estáis seguras? ¿Y cuál es el sonido de un dragón? Quiero decir... ¿Cómo podéis ser capaces de escucharlo desde aquí? Me gustaría poder hacerlo a mí también.

—Se llama Liz Thomas —contesté, con claro resentimiento—. Me ha dicho que quiere ser de Slytherin, que vamos a ser rivales y que lo voy a pasar mal en Hogwarts. Y luego me ha llamado sangre sucia, no sé por qué. Es una maldita engreída.

—Bueno, por lo menos has llegado, que es lo importante. Nosotros ya habíamos estado en la estación, pero no sabíamos cómo encontrar el andén. Por suerte un señor que había por allí nos ayudó.

«Así que Hogsmeade es un pueblo, ¿eh?» pensé mientras bajábamos del tren. El enfado se me pasó en cuanto nos juntamos con el resto de los alumnos. El ambiente era sencillamente fascinante, y ni siquiera había empezado la magia.

Me sobresalté al ver al gigantón que nos recibió, y di un paso atrás. Pero enseguida me di cuenta de que era un hombre amable, y que los mayores se llevaban bien con él. El hombre grande nos guio hacia un gran y bonito lago, detrás del cual se veía un precioso castillo.

—Es aún más bonito de lo que esperaba —exclamé con una sonrisa.

Al parecer íbamos a cruzar el lago en bote. «¡Qué guay!». El grandullón nos puso a Ovlac y a mí con otros dos niños: una chica regordeta que llevaba unas gafas pasadas de moda y una mochila con forma de hamburguesa, y un chico bastante guapo de ojos azules. —Hola. Me llamo Alice. Me alegro de conoceros —les dije con una sonrisa.