Partida Rol por web

- ¡Ayuda!- Un grito te activa, ha sido la voz desconocida de una chica pidiendo auxilio. Lo curioso es que ni Alexa ni Nathael parecen haber escuchado nada, porque siguen hablando tan trivial.

Por mucho que intentas contactar con esa persona ya no vuelves a escucharla con la misma intensidad que antes.

- Estoy atrapada...- Es como un murmullo en la lejanía del bosque prohibido.

Cielo no sabe explicar como saben que es un dragón, pero lo saben. Ella y su hermana habían desarrollado un peculiar sentido para detectar cosas anormales y, sin duda, un dragón en mitad del bosque prohibido era algo fuera de lo común.

- Escucho su respiración... Está herido.- Murmura Nina algo entristecida.- Desde pequeñas, notamos cosas que las personas no. Por ejemplo, ambas vemos los thestrals.

- Quizás debamos decirle al director o a Hagrid sobre el dragón... Podría atacar Hogwarts.-Advierte la mayor algo nerviosa por el peligro real que puede estar expuesta la escuela.

- No seas tonta, está tan herido que posiblemente en una semana estará muerto.

- Podemos intentar salvar su vida...- El comentario de Cielo denota cual de las dos hermanas es la más sensible. Nina, en cambio, niega rotundamente con la cabeza.

- Nos mataría con solo vernos. Está asustado y herido, ¿Qué piensas Ross?

Justo al lado de vuestra barca una chica, Liz Thomas, tira un papel al agua. No parece tan asombrada como el resto de las vistas, sus labios se mueven pero nadie es capaz de escuchar que dice exactamente. Es como si le susurrase algo al lago.

De pronto, las aguas comienzan a moverse y los diminutos barcos zozobran con fuerza. Algo se está moviendo por debajo de ellos, con tanta fuerza que es capaz de crear un pequeño oleaje mojando a todos los estudiantes.

¡Agarrarse bien, que nadie caiga al lago!- Grita Hagrid algo asustado al no saber bien que está pasando.

Aristoteles y Alex parecen sorprendidos ante las palabras de su amigo Tate, mirando sin comprender de que habla. Ellos no han escuchado nada. Pero no preguntaron al ver a Miguelino entrar en el carruaje. Ambos hermanos ríen ante la broma, no se habían dado cuenta. Cada uno es de una casa diferente, algo bastante peculiar.

- Seguro que somos el único carruaje, salvo el de los prefectos, con tanta diversidad.- Analiza Aristoteles haciendo hueco para que el nuevo se sentara.

- En verdad, es divertido. Me gusta pasar tiempo con gente de otras casas.- El buen corazón de Alex denota su casa de procedencia, solo un Hufflepuff diría algo de ese estilo.- Por cierto, he escuchado que en la taberna de Hogsmeade necesitan gente para trabajar a cambio de un buen salario. Por si os interesa, pasarse a preguntar.

para su sorpresa, el hurón salta a sus piernas, ella realmente no se lo espera y se pregunta si no siente su aroma a muerte, el pequeño debería tenerle miedo naturalmente pero no parece así, al contrario, Hugo se para en sus patitas traseras y espera sus caricias así que ella levanta su mano y aún con dudas, acaricia su cabeza, sonriendo con ternura, tenía una sonrisa bastante linda, aunque no solía hacerlo mucho, menos si habían personas como la chica. Apenas ella habló, los ojos color menta de la francesa se clavaron en la rubia, levantando ligeramente una ceja y observándola con la paciencia de quien observa a alguien especialmente estupido. Una mirada complaciente.

—entonces tú hegueraste el encanto, magnifique — había girado su rostro hacia el chico sonriendo solo para agregarle sorna a su comentario odioso y que iba en directa respuesta a la osadía de la chica. No tenía vocación de mártir y detestaba a las bravuconas aunque su madre le pidió que se comportara — merci beaucoup aux deux— les habla en francés a ambos y emite un suspiro mirando por la ventana, había subido a ese carruaje con un objetivo y había encontrado parte de lo que buscaba, solo le faltaba saber un poco más. Se quedó mirando hacia afuera cuando uno de los thestral se movió y ella respingó la nariz. Si madre le había dicho que seguramente podría verlos, y efectivamente lo hizo, pero ese thestral encabritó y ella sintió un ligero escalofrío en el espinazo, abriendo un poco sus ojos para luego ponerse en alerta. Nadie más lo había escuchado, estaba segura de eso, quizás eran sus sentidos...

— he olvidado algo, voy y vuelvo — tomó a Hugo y se lo devolvió a Ismael y bajó apresuradamente del carruaje. Realmente no esperó respuesta ni réplica de sus compañeros, quizás pensarían que la habían intimidado, eso no importaba. Había escuchado eso y debía investigar.

A decir verdad, la cabeza de Sophie estaba en otra parte; en concreto, en otro carruaje. Bien era cierto que no tenía nada con Nath, ni pretendía tenerlo, pero tener que competir (otra vez) por su atención era algo por lo que no quería pasar y que, seguramente, no estuviera dispuesta a hacer.

Mientras ella valoraba los pros y contras de aquella nueva incorporación, pensando en como le afectaría eso a ella en las primeras semanas en la Escuela (al menos en lo que a disfrute y desahogo se refería), los chicos estaban hablando acerca de la fiesta, como llevarla a cabo, la parte del plan que afectaba a cada uno... y la votación.

-Oh, venga -dijo simplemente ante el comentario de Evan, girándose con una ceja arqueada y el ceño fruncido- Os voy a proponer una cosa y es la cosa que va a salir, porque de los cuatro la única que está en la casa de usar la cabeza soy yo -les recordó de forma burlona; como siempre, la decisión tenía que pasar por ella- . Vamos a preparar dos fiestas simultáneas, una en una de las orillas del lago Negro, en concreto la que está lindando con el Bosque prohibido, y la otra en otra de las orillas, la que está cerca de la torre Oeste. Los jóvenes tendrán su fiesta, y serán vigilados por los prefectos de quinto curso. Los de sexto y séptimo... tenemos nuestras propias fiestas, ¿no os parece? -propone finalmente. Salomónica, inteligente y, desde luego, diplomática.

Vaya, no pueden explicarme el método. Pienso. ¿Pueden ver a los thestrals? Creo que voy a ignorar ése comentario de momento.

Decido poner a prueba su "don". A ver hasta qué nivel de detalle pueden llegar a "sentir".

-Antes de tomar una decisión, tendríamos que tener todos los datos posibles. ¿Cómo de grave está? ¿Podéis ver qué tipo de heridas exactamente tiene?

Mmm... se me ocurre hacer una pregunta un tanto irrelevante, pero, como antes, me gustaría saber si pueden responderla.

-Por curiosidad, ¿podéis sentir a qué raza pertenece el dragón? ¿O quizás el color, o el tamaño, o algún detalle concreto que os llame la atención?

Antes de que respondan, me viene a la mente otra pregunta que sí que considero importante.

-Ah, y sobre todo, ¿qué es tan poderoso como para herir a un dragón, y que pueda estar por la zona?

Este último asunto, en caso de que lo del dragón sea verdad, sí que me preocupa. Me quedo un poco pensativo justo después de hacerla.

De pronto mi rostro se torna serio y giro mi rostro hacia el origen de la voz.

Chicos ¿Han oído eso? Alguien parece necesitar ayuda. Por favor echen un ojo por las ventanas de la izquierda yo observaré por las de la derecha.

Y sin importar lo que pase, Iris quédate en el carruaje, Dakota y yo nos haremos cargo. - digo intentando tomar el control de la situación.

Cogí la mano de Marcus, subí alegre al bote y me senté. Desde luego, parecía un chico muy majo.

Al cabo de un rato, vi de reojo cómo Liz dejaba caer algo al lago. — ¿Has visto eso? —susurré a Ovlac, indignada—. La chica de antes ha tirado basura al lago.

De repente, el agua empezó a moverse, y sentí cómo el bote se agitaba. Me agarré a Ovlac, asustada. —¿Qué está pasando?— Los gritos de Hagrid me asustaron aún más, pues estaba claro que aquello no era normal. Me aferré con más fuerza aún, esperando que aquello pasase pronto.  

Como siempre en los momentos de peligro, la percepción del tiempo se distorsionó.

Primero, la inesperada detección de Liz aumentó ligeramente el estado de alarma y los de sentidos de Abi. Un recuerdo atravesó su mente. Callejón Diagón. En segundo lugar, una manada de segundos pasó como a cámara lenta. En el preciso lapso de tiempo entre que Liz empezó a susurrarle al lago y empezara el oleaje violento, Abi observó a Liz, se hizo esta fantasía mental:

, luego esa imagen se fue llenando de miedo, miedo paralizante, volvió a observar a Liz, y produjo los cinco mejores trazos de su vida. Con cinco trazos rápidos, había conseguido captar la bidimensionalidad de Liz Thomas en su dibujo: el dibujo de Abi era, por un lado, entrañable. Al fin y al cabo era un dibujo de cinco trazos hechos por una niña. Pero, por otro, la seguridad y estilo en el trazo era de una expresividad deseada por muchos pintores románticos: estilizado con ligeras curvas, rompiéndose con rectas puntiagudas, suavizándose con un ángulo abierto a continuación. De repente, la barca se sacudió definitivamente, un poco de agua le mojó el brazo y se preocupó por su libreta, la imagen de parque de atracciones fue excretada de la mente de Abi para siempre, y el tiempo volvió a la normalidad.

Justo a tiempo de que una ola todavía más fuerte acometiera contra la barca. Gran inconveniente para la libreta de Abi, así que con todo el miedo del mundo, intentó protegerla con la espalda. Pero en la espalda tenía su mochila-hambuerguesa, recordó, así que en el último momento se comió el agua de cara. Agarrándose las gafas con una mano, eso sí. ¡Aaah! 

La muy torpe se la pegó de culo contra el suelo de la barca, porque en vez de intentar sobrevivir, estaba intentando guardarse la libreta, y ponerse la mochila de cara, para poder dar la espalda a las olas. Acabó el trabajo, y entonces sí, se levantó temblando de frío y de miedo, se agarró bien, y le dio la espalda a las olas. Y se consoló. No pasa nada, Abi, si te imaginas que realmente estás en un parque de atracciones, te convencerás de que estás en un parque de atracciones. ¡Que guay, siempre he querido ir a un parque de atracciones! El oleaje oceánico del lago zarandeó a Abi violentamente, se agarró tan fuerte que le dolieron las manos. Pero su mente continuó. ¿Ella es mala? Nono, seguro que fue coincidencia, o a lo mejor fue que vio que iba a haber una ola gigante, y la hizo más pequeña y nos está salvando la vida, o a lo mejor tuvo un mal día.

Pensó en esos cinco trazos. Claramente muerta de miedo, con la voz y el cuerpo temblando, los músculos doliendo de frío y esfuerzo (sobretodo psicológico), soltó un mensaje al mundo:

¡Si piensas que es un parque de atracciones es divertido!

No estoy loco y por fin localizo la voz donde es su origen así que la excusa de como Simone se ha marchado y parece que ha escuchado la misma voz me hace poner un pretexto.

Voy a vigilar que hace... Susurro a Alexa bajando del carro tras Simone.

El carro está en movimiento, es decir que Simone baja con facilidad pero para subirse puede que sea más complicado de lo que parece. Pero no puede sacar esa voz de su cabeza. Por mucho que mira a su alrededor, nadie parece haber escuchado ese grito y no dejan de mirarla como si fuese una extraña. Ismael la sigue igual de preocupado, él también ha oído esa voz.

Quizás la voz no provenía de una alumna, sino de alguien externo, pero ¿Quién?

- Por favor...- Un débil hilo de voz orienta a ambos. La voz viene del bosque prohibido, ¿Qué harán?

Con Hugo en la mano bajo del carruaje para ponerme a la altura de Simone.

- ¡Es una gran idea Sophie!- Gast no puede evitar pensar porque no se le ha ocurrido a él una idea tan genial, obviamente Sophie es una Ravenclaw por algo.- Diez puntos para Ravenclaw.- Imita la voz de Dumbledore y su cara solemne.

- ¿De verdad creen que es una buena idea cuidar de esos mocosos? Yo no pienso hacerlo.- Evan se cruza de brazos disconforme.

- ¿Cómo puedes ser tan egoista? Por cosas así odio tratar con serpientes.- Chris está agradecido por la propuesta de Sophie, ella puede notarlo en la forma en que la mira pero Evan siempre consigue sacarle de sus casillas.

- Eh, ¿Qué coño hacen esos?- Evan se pone en pie en el carro observando en la lejanía como la chica nueva se baja del carro de los Malfoy en compañía de Ismael.- Joder, Ismael ha congeniado intimamente con la nueva muy pronto.

- Puede ser peligroso lo que están haciendo...

- Joder, Chris, que aburrido eres. Espero que folles pronto.- El comentario de Evan saca una sonrisa en Gast que trata de esconder para no ofender al pelirrojo.

- No podemos verlo desde aquí, eso sería... inhumano. - La cara de Cielo palidece mucho.- Pero sí puedo notar el olor a sangre en el ambiente y oír su respiración entrecortada. Por la forma en la que le cuesta respirar debe ser muy grave. No le estimo más de una semana de vida.

Tu última pregunta asusta a Cielo, pero la sonrisa divertida de Nina no se mueve de su rostro. Parece que esta situación la divierte demasiado.

- No lo sé, querido Ross, pero muero por descubrirlo. Será mejor que le preguntemos a Hagrid mañana, antes de alarmar al profesor, ¿No creen?

- ¿Qué?- Iris parece bastante confundida con tus palabras, no sabe de qué hablas.

- No he escuchado nada Artemis, ¿Seguro que no habrá sido algo del otro carro?- Pregunta Dakota siguiendo las órdenes de su amigo.

Pero algo llama la atención de Artemis; La chica nueva e Ismael han saltado de su carro y se han detenido justo enfrente del bosque prohibido.

Mis ojos quedan en blanco tras ver el semblante de despreocupación e indiferencia que presentaban el par de hermanos. Acaso no habrán oído esa voz de chica que, con un grito desgarrador, pedía ayuda?.

Estaba a punto de dirigirme a ellos cuando, para mi sorpresa, Migue Auditore atraviesa el portal del carruaje en el que nos encontrábamos y se abalanza en uno de sus asientos. "En serio? de tantos carruajes..." Fue lo único que pasó por mi mente en ese momento. 

Pese a estar en el mismo curso y conocernos desde el primer año, Migue y yo nunca hemos estado de acuerdos en nada y no recuerdo la última vez en la que hayamos congeniado el uno con el otro. A veces, incluso, hemos llegado al punto de no tolerarnos; como olvidar esa discusión que tuvimos anteriormente en el Callejón Diagon, aunque había olvidado el motivo, no habíamos empezado el curso del todo bien.

El color de mi pelo se había palidecido un poco, aún estaba resaltado por ese misterioso grito que todavía retumbaba en mi cabeza. Los chicos Miller no mencionaron nada de mi comportamiento anterior y actuaron como si no hubiera pasado nada. Alex parecía intentar calmar el ambiente. 

Sacudí mi cabeza para despejarme la mente y quise seguirle la corriente -Si? Ahora que lo mencionas, en el verano había planeado buscar un trabajo a medio tiempo. Quizás me pase a preguntar luego, quiero conseguir unos galeones extra-.

Cuando crei que sólo eran iseas mías, logro ver que algo ocurría en un carruaje cercano. 

Es allí, chicos alguien ha saltado del carro. Son Ismael y alguien más. ¡Debemos ayudarlos! - exclamo mientras evalúo mis opciones.

Y tras meditarlo un par de segundos, decido que no hay muchas opciones y sin previo aviso abro la puerta del carruaje y me preparo para salir.

Dakota quédate con Iris estoy a punto de meterme en un lío de los gordos. - digo mientras me preparo para saltar.

Vaya, que supieran tanto ya sería mucho pedir... La sonrisa y el comentario de Nina me parecen de lo más siniestro. Da más miedo la hermana pequeña que la grande. Aún así, la última parte de su comentario me parece lo más sensato que se ha dicho durante toda la conversación.

-Sí. Me parece muy sensato que alguien de la escuela lo sepa. Por si acaso. Mañana se lo contamos.

Me doy cuenta de lo gracioso de la situación. En cuanto monté en el carro, Cielo me advirtió de que podría asustarme. Sin embargo ahora ella es la que parece más asustada. Se me escapa una pequeña sonrisa. Me doy cuenta y pongo rápidamente una cara seria mientras miro a mi alrededor a los demás carros y al paisaje. No debería reírme. La situación no es graciosa. Y menos aún sospechando que estas dos van a querer ir a ver al dragón y tendré que ir con ellas. Por lo menos esta vez Hagrid estará al tanto.

¡Menudo inicio de curso!