Partida Rol por web

 Mientras hablaba con la guerrera, miré pasar al caballero con su padre y les dediqué una reverencia, a modo de cortés saludo, mientras seguíamos con nuestra conversación privada...

-Si es evidente que había problemas entre padre y tu. No obstante... ¿Que puede ser tan grave como para que te aislaras de nosotros? De ni siquiera darle el último a adios a padre mientras aun estaba en vida.

Se cruzó de brazos con aire inflexible.

-Aun eres bien recibido en Zarzamar, pero debo saber si puedo seguir confiando en ti, cuando te fuiste de aquí aun eran joven... joven y maleable.

- No creo que acceda a eso un día como hoy, pero eres mi ayudante así que tendrás que estar tras de mi en todo momento - Le dije con una sonrisa esperando que al menos aquello le sirviera para estar un poco mas contenta, pues sabia que sentarse hoy con nosotros era un imposible.

Su idea me hizo abrir los ojos y sonreír con picardía, otra dama diría que no al momento, temerosa de lo que pudiera pasarle pero yo... yo era demasiado temeraria y me gustaba sentir que no vivía encerrada en unos muros y tenia libertad, aunque en realidad supiera que no era así.

- Eso seria genial... - Conteste dejando claro con mi mirada que tras la cena y un poco de baile nos escabulliríamos a ver los alrededores de la fortaleza.

Tras ello comencé a vestirme y prepararme,pues el tiempo se me venia encima.

Las palabras de su padre le siguieron resonando en la cabeza. Tenía razón en la mayor parte, pero eso no indicaba una verdadera tormenta, podrían ser solo roces, y Alastor es el que tenía que juzgar eso. O quizás tuviera razón, quizás debería implicarse un poco, su papel era el de ser el prudente, el de salvaguardar a la familia, si las cosas se torcían el sería el apoyo que sostendría a su señor, y entre Greil y el maestre Kevinan podrían darle al chiquillo una educación que lo preparase para destacar.

Aún así, a las palabras del anciano Greil respondió, casi alegremente -La zarza crece entre las rocas si hace falta padre, prevalecerá, incluso si yo fallara, Y ya sabes que hace falta más que una burla para vencerme-

Pasaron al lado del Pequeño Gaheris, en algún momento hablaría con Vala, hacía tiempo que no se preocupaba pro el niño, el cual dejaba de serlo. Les respondió al saludo sin palabras de la misma forma que ellos lo hicieron.

Después de esto se le pasó una cosa por la cabeza, normalmente no le haría esa clase de preguntas a nadie, pero era su padre, y uno de los hombres de mayor confianza de los Seathorn, así que empezó -Padre, ¿debería transmitirle este mensaje a Alastor o debería ser yo el guardián silencioso y dejar haga su papel sin preocuparle más de lo que ya estará?. Mi señor no es ningún ingenuo, ya habrá visto las señales, y no se si debería preocuparle más-

Greil hablaba con cara seria con su padre mientras le buscaba un asiento. Al ver a gaheris y Vala, y ver que parecían querer hablar en privado les respondió el saludo de la misma forma y siguió con su padre. Se le acumulaba la gente con la que tenía que hablar por l oque veía aquella noche.

Kevinan leyó el mensaje y su rostro se ensombreció con las palabras que había escritas en ese siniestro mensaje. Que fuera anónimo no era nada halagüeño aunque dejaba bien claro de donde podía venir la amenaza. Aunque Kevinan era consciente de que podía tratarse de una trampa para incriminar a los Tyrell, dudaba mucho de que Lord Tyrell fuera a enviar un mensaje con amenazas veladas en lugar de uno más directo. No era tan inteligente.

Meditó unos segundos sobre las últimas palabras del mensaje. "Cuidaos de no acabar entre la espina y la hoz". Trató de recordar si algún escudo de las casas del Dominio tenía como símbolo una hoz. Meditó sobre ello hasta que se dio cuenta de que Alest le estaba hablando algo preocupado por tener que contratar un jardinero para las malas hierbas.

-No os preocupéis, pequeño. Creo que las malas hierbas no crecen en nuestro jardín... -Dijo todavía pesativo por la nota. -Vamos, tengo que hablar con el Lord.

Colocó una mano en el hombro del joven y le guió para que le siguiera.

-Muy bien, joven Alest, nuestras clases dan sus frutos. Veamos... ¿Qué palabra nueva hemos aprendido hoy?. ¿Sabéis que significa anónimo?.- Trataba de que no se notara su preocupación para no alarmar a su pequeño ayudante, pero el tono de aquel mensaje no le gustaba para nada.

Me siento cómodo entre los nobles, de las casas menores, sobre todo entre las mujeres. Siempre tengo a mano una palabra ingeniosa que las hace reír. Me muevo entre ellos con tranquilidad y la habitual pomposidad de quien es uno de ellos. Mi hazaña es conocido por todos y mientras que unos no me pueden ver, otros me saludan y hablamos sobre los hechos.

De una manera u otra, me manejo bien. Así que comparto unas palabras con la familia de Dorne, ya que compartimos "sangre" y he viajado con todos los cargamentos hacia la tierra del sol.

Más tarde hablaré con el mayordomo para hablar sobre un asuntillo.

- Esto son conversaciones entre un padre y un hijo- Dijo Lord Brean con un tono duro ante la pregunta de su hijo- Debemos ser discretos en esto, si delatamos nuestros presentimientos antes de que se cumplan podemos perder hasta la amistad con Lord Alastor, se paciente- El hombre carraspeo un poco y despues tosio- Espero que no tarden en organizar las mesas y sentarnos, estoy sediento-

Miró al joven una vez mas y despues a su hijo- lo que si que podriamos hacer es poner a salvo al niño. Podrias decirle a tu señor que lo mande como pupilo de Brell, tu hermano-

- Yo lo hare, no tengas miedo- La mujer sonrió y despues beso al joven en la frente. Miró de reojo a Greil y su padre. La gente empezaba a entrar en el salon y las mesas aun no estaban organizadas- creo que alguien deberia encargarse de todo esto. vuestro padre no da señales de vida, enzarzado en la conversación con vuestro tio... tienen tanto que decirse aun-

Greil y su padre parecian discutir algo serio por sus rostros asi que pensó que mejor no molestarles- ¿porque no organizais al servicio vos  y la disposición de las mesas? donde tiene que sentarse cada casa-

Con el plan trazado ya, Martha asintió feliz- me encargare de que la guardia beba mas de lo debido esta noche, asi nadie nos vigilara- una risilla algo infantil salio de la joven ayudante, la cual se ruborizó pensando en los caballeros que habria en el capamento, con sus armaduras, sus espadas y sus historias.

Abrió la puerta y espero a Ayrin para bajar juntas. Aunque por el revuelo que se escuchaba aun en el patio, las mesas del salon no debian estar listas aun. Los señores se impacientaban.

 Me puse rojo como un tomate cuando me besó, la verdad es que ella era una mujer muy hermosa y sería imposible no desearla. Haciendo un esfuerzo en centrarme en sus palabras, miré a mi alrededor, dudando:

 - Pero yo no se donde va cada persona, ¿que tendría que hacer?. ¿Y si lo hago mal y siento a alguien al lado de otro con quien tiene alguna disputa?. Podría ser un desastre...

El joven se rascó la cabeza pensando... estubo apunto de decir "parecido" pero no tenia sentido firmar una carta con la palabra "parecido" pero puesto que tampoco sabia que podia ser anonimo y parecia no ser un nombre, permanecio en silencio. Acompañó a Kevinan hacia la habitación del Lord, donde Alastor y Althor se habian encerrado hacia un buen rato para hablar.

Permaneció en silencio todo el camino detras del Maestre, pensando. Y cuando porfin llegaron a la puerta de la habitación dijo- Creo que anonimo es un nombre que se usa cuando no se quiere saber quien escribe...-

Ruedo los ojos con la actuación de Leviathan, o lo que alcanzo a percibir. Me asombra el no poder ponerme celosa. Sea por mi sangre dorniense (conozco más de uno que le encantaría decirlo) pero lo dejo pasar, y bastante bien.

- Estoy consciente de ello – le afirmo a mi tío. Le dirijo una mirada a Alastor desde mi punto, sonriéndole en caso de que pueda verme, como si el tema que habláramos fuera la mayor banalidad. Pocas cosas tan lejos de la verdad.

- El príncipe Oberyn puede contar con Zarzamar - y tenga que hacer lo que tenga que hacer, contará con todos los recursos que pueda prodigarle, pienso para mí. Todos sabemos quién es el que sostiene las riendas, pero Si alguien puede contra Tywin Lannister y Baratheon, es la víbora roja. Confío en ello. Sueño con ello.

- Cuando abrazo a mi hija, cuando veo a Gaheris que es tan parecido a él, cuando beso a mi pequeño hijo, recuerdo lo que ellos nos arrebataron a nosotros y a los Martell. Cuando abracé a cada uno de ellos, hubo veces en que pensaba que fue en sus brazos que también mataron a Aegon, y lloré una noche que soñé que también me arrebataban a Gaheris de los brazos.

Se lo digo para hacerle ver a donde llega mi devoción a la causa. Siento de nuevo el mismo nudo en la garganta cuando pienso en mi valiente padre, que no merecía morir por una traición tan baja, y menos en una que no le incluía de protagonista.

- Manejaré la diplomacia y cuidaré de Alastor, puedes estar seguro de ello. Mis hijos y los venados sabrán que tanto puede crecer una zarza.

Salí ya preparada, me había mirado un par de veces en el espejo esperando estar perfecta y tras ello cogí de la mano a mi hermano sonriéndole - Vamos, puedes levar el muñeco si quieres - Le consentí con una sonrisa para después dirigirnos a la parte de abajo.

El salón parecía que aun no estaba listo así que me dirigí a los jardines para que así el pequeño pudiera jugar un poco y yo con el si era necesario, no quería que se sintiera desplazado y en este momento todos los adultos estaban demasiado ocupado. Y así de paso allí podría ver algunos de los invitados seguramente.

- Padre intentó casarme con una noble de las tierras de los rios para intentar conseguir mayor influencia en las tierras cercanas al cuello. Pero no accedí, preferí ser escudero de la casa Tyrell y que ellos me dieran mis espuelas de caballero. Y ahora, antes de que heches a perder a tu hijo. Por el apreció que tengo a esta casa, y por el que te tube, vengo a pedirte que me dejes llevarme a Gaheris como escudero mio a altojardin- con su hermano no podia irse con rodeos, en el fondo lo sabia, sabia que la conversación iba a acabar de igual manera, tras un bombardeo de preguntas sobre ¿porque? ¿tan mal...¿ y otras tantas similares.
 

El hombre asintió y volvió a besar a su sobrina en la frente. Era justo lo que queria escuchar. Pronto el seria el señor de Arraquis, cuando su anciano padre exalara su ultimo aliento, entonces deberia seguir con todo el camino que habia preparado para la casa, y uno de los pilares mas importantes era Zarzamar.

- Te dejo que vuelvas con tus obligaciones, yo voy a entrar al gran comedor ya, no deberiais tardar en sentarnos a todos. Los nobles de poniente son gente con muy poca paciencia- con una sonrisa y un gesto amable el hombre se despidió