Partida Rol por web

Hefesto informa que tiene 5 Vipers en los tubos dispuestos para cantar. Preparados en cuanto Bardoon salte.

Atencion pilotos. Digo desde el viper enviando un mensaje a todos los viper preparados. El día que más temíamos ha llegado. Pauso tomando aire ya que estoy exhausto. Pero no es tiempo de lamentarse, es tiempo de demostrar que todo para lo que nos hemos entrenado sirve para algo. Vuelvo a parar tomando aire, Hefesto tienes que hacer más ejercicio. Justo después de que Bardoon salte saldremos a por esas malditas máquinas, y aumentando el tono de la voz digo, ¡Y les haremos ver de que materia estamos hechos! ¡Somos Colonial! ¡y por los dioses que se van a enterar de que madera estamos hechos! Paro absorviendo aire de la mascarilla y mi garganta profiere un grito ¡¡ESO DECIMOS TODOS!!

Algo pasa en los hangares/tubos de lanzamiento...porque oyes como lo que parece una multitud se ha puesto a gritar Eso decimos todos como unos posesos...al parecer Hefesto les ha dicho a sus pilotos que van a salir a luchar.

Nagala no se esperó aquella reacción, y un asomo de lágrima se dibujó en su ojo. Miró fijamente a aquella joven que habría tenido mucho por delante: amores, desengaños, luchas, pasiones, felicidades y dolor. Sin embargo, ella iba a sacrificar todo aquello, al igual que todos los que habían muerto ahí fuera, y los que lo harìan pronto. Su sacrificio, era por un ideal, por una mezcla entre rabia, orgullo y honor. La vida es imperfecta, y los hombres son grises, nunca claros ni oscuros del todo.

Aprovechó que el canal estaba abierto para hablar.

-Al habla el almirante -dijo.

Dejó apenas un segundo de pausa.

-En mejores tiempos, me habría gustado ofrecerles la victoria. Ahora, sin embargo, solo puedo ofrecerles la muerte. Pero no una muerte cualquiera, sino un sacrificio. Los cylon están destruyendo a nuestra especie, nuestra civilización. Pero, hasta que no extingan la vida del último hombre, mujer y niño, nuestra hazaña no será en vano.

Respiró hondo.

-Daremos tiempo a otros para que salven lo que más amamos, por lo que vamos a dar la vida. Por eso, mientras ellos puedan vivir, jamás seremos olvidados.

Miró el DRADIS.

-Esos puntos rojos, damas y caballeros, son la distancia que nos separa de la gloria. Yo iré a por ella, y todos aquellos que me sigan, la conseguirán.

Miró a Scorpia con una sonrisa. "Hijo mío", pensó, "Esto es la gloria". El nombre que queda por aquellos que decidieron dar sus vidas. No por sobervia, ni por irreflexión, sino porque era lo que había que hacer.

-Proa al enemigo a toda marcha, fuego a discreción y rumbo de colisión. Que los dioses de Kobol nos acojan en su seno.

Su vida tocaba a su fin, y la certeza de la muerte le cogió sereno. Como militar, sabía que tarde o temprano llegaría su hora, y que posiblemente no existiera nada más allá. Stark le miraba, serio. Apretó los dientes.

-¡Eso decimos todos!

Observais -sí, los tres;* como la 1ª Flota es aniquilada...tan solo quedan 4 Estrellas de Combate...pero a cambio 2 Naves Cylon han desaparecido...y otras 3 están mortalmente dañadas...

La 1ª Flota...lo que queda de ella...junto con un Crucero de Combate de nombre Sparrow se dirije en rumbo de colisión hacia la flota cylon. Hacia la muerte.

Es aquí cuando Bracket y Emer se dan cuenta, de repente, que estais listos para el salto.**

Scorpia mira su consola y tras teclear brevemente informa.

Curso fijado; Potencia máxima a los motores secundarios y auxiliares; Tiempo estimado para impacto 1 minuto Almirante.

Tras teclear otro par de segundos sigue informando.

El Capitán del Sparrow informa que los Cylon han tomado casi toda su nave....pero ha bloqueado los controles y se dirige derecho hacia una Nave Enemiga!...

-¡Señor el flanco de la nave ha sido alcanzado¡¡un total de 7 impactos registrados¡.Hemos reducido en gran medida la pérdida de atmósferas........ comprobando el estado del casco.

Cuando diablos va a estar listo el salto vamos Tom y Emer dependemos de vosotros.

-El casco aguanta como un toro, pero no se durante cuanto tiempo vamos a poder seguir aguantando tanto castigo.

En el momento en el que la luz que le asegura comunicación con toda la nave se enciende Ferdinan puede ver como Bracket salta hacia la consola como un loco.

El joven coge el auricular de la consola y se dirige a toda la nave.

-Battlestar Bardoon, aquí el Coronel Ferdinan.- al decir su nuevo rango por primera vez dirige una mirada a Greko.- Tenemos órdenes del Almirante Supremo Nagala, en breves instantes saltaremos a la retaguardia Cylon con el objetivo de inflingir todo el daño posible al enemigo y ayudar así a la primera línea de fuego formada por la flota del Almirante.- toma aire.- En cuanto se realice el salto descargaremos todo nuestro potencial activo contra las naves Cylon principales. Los viper tienen órdenes de hacer uso de todo su arsenal y volver a los hangares, ya que realizaremos un segundo salto hasta la posicion de la 5ª flota para llevar al Almirante Ryan la última orden del Almirante Nagala.

Observa a Bracket, esperando a que le de alguna señal de que estan listos para el salto.

-Tienen sus órdenes. Sigan trabajando como hasta ahora señores, y prepárense, este va a ser un salto movido. Que los Dioses nos asistan.

Cuelga el auricular pesadamente.

-¿Listos?

Un minuto.

Aquel era el plazo que le separaba de su muerte. Todo aquello que había vivido, pasaba por su mente con celeridad.

-Baterías de proa, fuego -dijo.

Stark sonreía.

-Despídamonos al estilo colonial.

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Su perro se había escapado. Él no tenía más que doce años, pero salió fuera de casa, nervioso, siguiendo el rastro de sus patas manchadas de barro. Era de noche, y hacía frio.

-¡Roy! -gritaba.

El perro no aparecía, y el joven muchacho insistió.

-¡Roy!

Sus pasos le llevaron hasta una parque, donde su perro estaba sentado mirando las estrellas. Su mirada era triste y melancólica, más que de costumbre. Era un perro viejo, muy viejo, pero fiel y cariñoso. Lo abrazó.

-Roy...

Nagala miró hacia las estrellas, y a pesar de su edad, comprendió lo que estaba mirando: belleza, eternidad, orígenes... el fin. Pudo sentir como su respiración se pausaba, y su corazón dejaba de latir. Roy murió en sus brazos, mirando a las estrellas.

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Miró a la teniente Scorpia fijamente, y luego sonrió. Ella iba cantando las fracciones de segundo, señalando cuanto quedaba para el fin. Dedicó una última mirada al punto de la Bardoon en el DRADIS, como balbuciendo una disculpa. Ferdinan tendría que saltar, ya que su misión iba a carecer de sentido de aquí a unos momentos. Pero ya no quedaba tiempo para avisarle, ni tampoco para sentimentalismos. Era hora de morir.

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Ella le acarició el pelo, tumbada sobre él.

Los niños jugueteaban más allá, lanzándose un disco de plástico y saltando sobre la hierba del parque. Nagala estaba tumbado, y Margaret estaba encima. Eran jóvenes, y se amaban. Sus ojos, eran verdes y profundos, y le sonreían.

-Prométeme que siempre estarás a mi lado -susurró ella.

Albert sonrió, y no supo como contestar. Ella prosiguió.

-Se que tu trabajo y tu deber te llevarán a veces lejos, pero yo me refiero...
-Al corazón -dijo él.

Ella sonrió, despacio.

-Sí.

Nagala acarició su pelo, admirándola contra la luz del atardecer, como si fuera lo más bello del mundo. Y para él, lo era.

-Lo prometo.

Y sellaron sus labios con un beso.

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10 segundos.

Nagala se agarró a la mesa de mando, y miró a Stark.

-Ha sido un honor servir contigo, amigo mío.

5 segundos.

Scorpia tomó aire, y dejó de contar.

1 segundo.

El almirante había contado mentalmente, y dijo:

-Impacto.

0 segundos.

La nave impactó, y pronto aquella masa de acero comenzó a fundirse por el calor de la deflagración, explotando. Las palabras acudieron de nuevo, como una sentencia: "Tu eres el almirante Nagala, el héroe de las colonias... mi héroe". Entonces, el viejo almirante vió aquellos ojos, sus ojos. De nuevo, estaría a su lado.

-Margaret... -susurró.

Y alcanzó la gloria.

Listos para saltar.

El misil Nuclear ha impactado en Bardoon finalmente...En la zona de los motores...los daños son Muy considerables, pero todavía no puedes decir concretamente cuales son. Te está llegando la información.

El misil nuclear ha impactado contra la nave. En la zona de los motores; No estimas los daños -eso va a la consola del cadete-.

Tus baterías han logrado parar el intento de abordaje...a excepción de dos naves que han abordado Bardoon -estrellándose contra ella- 5 niveles por debajo del CIC.

A pesar de vuestros esfuerzos...no lograis evitar que el misil impacte; Este lo hace en la zona de los motores.

Aunque las baterías -dirigidas ahora por el XO- han logrado destruir a la mayoría de las naves que intentaban el abordaje, dos han impactado 5 nivles por debajo del CIC.

La Flota de Nagala ha iniciado una última carga suicida...se dirigen en rumbo de colisión hacia el enemigo.

Simplemente informar que todos vosotros notais un gran temblor en la nave...y todos sabeis porqué. Un misil nuclear acaba de impactar en Bardoon.

Este no es mi sitio. Este no es mi sitio. Este no es mi sitio.

Bullfighter no podía pensar en otra cosa mientras veía como los oficiales del CIC se movían de un lado a otro. Podía ver como los tenientes Bracket y Emer habían logrado -al fín- las coordenadas de salto. Podía ver como el XO se desgañitaba por su comunicador dando ordenes a las baterías.

Que cojones...si hasta el cadete está dando gritos para que le den información de los daños.

Una leve sonrisa se insinua en su rostro. Mostrando sus dientes.

Este no es mi sitio...

Podía ver como en el mapa del Teniente Coronel Ferdinan las luces colonial se apagaban una a una...y la Bardoon no saltaba. No ayudaba a Nagala. No hacia nada.

Bullfighter cierra su puño con fuerza. Blancos los nudillos. Rechinando los dientes.

Ya es hora de ir a destrozar a esas malditas tostadoras.

Quizá fuera el hecho de que su familia viviera en Caprica...en esa Cáprica cuya atmósfera está ahora oscurecida por el impacto de decenas de Misiles Termonucleares. Quizá fuera por la impotencia de observar como toda su familia es aniquilada, quizá fuera por observar como el héroe Colonial más importante de la historia se encamina hacia la gloria...

Bullfighter no sabe que le impulsa a abandonar su puesto y avanzar, directo, hacia el Teniente Coronel Ferdinan.

No sabe que es lo que le impulsa a plantarse delante de el; Y, mirándole directamente a los ojos espetarle, solo para el...

Llévenos donde nos corresponde mi Coronel; Vamos a machacar a esas ¡PUTAS TOSTADORAS!.