Llego al portal con más o menos puntualidad gracias a mi viejo criado, que me ha despertado y preparado el equipaje. Aún llevo un poco de cara de sueño, aunque trato de fingir jovialidad.
- Buenos días a todos. ¿Nerviosos por lo que nos tengan preparados nuestros colegas de Detritus?
- "Bienvenidos al Portal de Malatea. Si es la primera vez que viajan por Portal debo de advertirles de algunas cosas.
No deben de llevar ningún objeto de material inorgánico, si lo hacen dicho objeto caerá al suelo y se quedará atrás, no atravesará el Portal.
Es posible que al cruzar al otro lado experimenten mareos, náuseas y desorientación. Muy excepcionalmente algunos viajeros afirman haber visto cosas, o haber tenido percepciones del tiempo alteradas. Lo normal es que el viaje les parezca instantáneo y no perciban nada extraño.
¿Tienen alguna pregunta?" -
- "Bien, adelante, sigan andando. Vayan despacio, con cuidado." -
- "Caminad viajeros, caminad y cruzad el Portal. El Portal de Tránsito está activo, cruzad ahora." -
Un aura blanco azulada de poder mágico flota alrededor de la Maestra del Portal conforme concentra su poder para abrir el Portal y mantenerlo abierto.
El Manager se adelanta sin dudar, como alguien ya acostumbrado a esta clase de viajes, y cruza el Portal sin más.
- "No digas tonterías, Humos. Parece que el único que está nervioso eres tú." -
Follaniños cruza el Portal.
Soplador cruza el Portal.
- "Adios, Malatea, nos vemos en tres semanas." -
Veleta cruza el Portal.
Suspiro al escuchar la despedida de Veleta.
- Sí, adios Malatea. Espero hacer un buen papel y dejar bien a mi escuela. - Pienso para mis adentros. Luego camino con tanta seguridad como me es posible hacia el portal.
- Humos cruza el Portal y éste se cierra casi inmediatamente.
- "Traslación completada. Cortad la energía, Acólitos." -
- "Traslación completada. Cortad la energía, Acólitos.
Bienvenidos a Malatea, viajeros." -
Champiñón, Muñón, Legionario y Lagartija han cruzado el Portal sintiendo una momentánea sensación de vértigo y desorientación.
Con un estampido apagado, el Portal se cierra al cruzar Lagartija.
- "Por favor, avancen, no se detengan. Muestren sus Pases de Malatea y abandonen el área de seguridad. No corran. Continúen, por favor." -
Una vez se alejan lo suficiente de la zona de seguridad, los recién llegados de Detritus ven a un hombre que les está esperando.
- "Saludos. Soy el Manager Kurono. Por acuerdo entre nuestros respectivos gobiernos, ustedes se alojarán en la Escuela del Halcón Negro durante las tres próximas semanas. Por suerte tenemos un barracón para luchadores invitados.
Por favor, síganme, yo les conduciré a la Escuela." -
El trazado de Malatea se basa en el de una ciudad de los Antiguos Eladrin, las calles son rectas y ordenadas, por lo que es complicado perderse.
Un rato más tarde, los luchadores detritianos llegan a la entrada de la Escuela del Halcón Negro.
El viaje por el portal fue menos de lo que esperaba, legionario no tenía mucha simpatí por ese tip de cosas, y el cruzarla había sido algo como un reto personal, no obstante una vez cruzado se miró el cuerpo de arriba abajo por si le faltaba algún trozo de su cuerpo, cuando fue adevrtido de que debían seguir avanzando.
La persna que viene en busca de los luchadores parece afable y les comunica como será la estancia en Malatea, mientras tanto Legionario va mirando las calles observando con detalle, la buena distribudción de estas y lo fácil que podría ser orientarse, al cabo de poco llegan a al escuela...
- Espero que seamos bien recibidos... Tenía algunas dudas de que eso fuera a ser verdad...
- Gracias, manager Kurono, por su hospitalidad - respondo amablemente -. Le seguimos.
La mañana había sido intensa. Tras una noche de pocas horas de sueño junto al tronco que había sido uno de los pilares de mi entrenamiento, me había despertado con los primeros rayos. Eché de menos el cacareante gallo de mis vecinos que acostumbra a despertarme cada mañana y sabía que lo echaría de menos al menos otras tres semanas. Sin embargo, no era una cuestión a la que hubiera dedicado especial tiempo. tenía cosas po rhacer y tras una rápida visita a mi casa, me había dirigido al banco para depositar el dinero que Skara me había ofrecido como compensación a la deuda que creía sentir hacia mí por haberle ayudado en la últim acompetición que habíamos compartido. Un dinero que me serviría para amortizar una nueva mensualidad de mi hipoteca. Después, todo había consistido en acudir al lugar de la cita y partir hacia malatea. Lo último que vi fue a mis amigos, Varian y Grumcha. Que Kord les ayude y proteja durante mi ausencia.
Y ahora Malatea, tras un viaje instantáneo y vertiginoso, que representa un nuevo reto, una nueva oportunidad. Mi mano acaricia el portadocumentos regalo del Gobernador. En él se encuentran los nuevos pases que nos han proporcionado, nuestros pasaportes para circular entre nuevas ciudades de este imperio humano.
Y entonces, escucho las palabras del humano.
- No tenemos por qué dudar de que así sea - le comento -. Pero no debemos olvidar que estamos aquí como representantes de Detritus y defensores de sus colores en la Arena, donde nos estará esperando lo que supongo será la flor y nata de los gladiadores malateanos. Sin duda, seremos vistos como extraños y la población malateana no estará con nosotros para vitorearnos y animarnos. Pero bueno, tal vez pronto podamos convencerles de nuestra fuerza y saber hacer -comento soltando una carcajada ronca.